...Mierda...
Lo que ahora pasaba por la mente del psíquico era algo entre el alivio y la frustración. Jamás se la habían jugado de una forma tan simple...
¿Y quieres llegar a las grandes mentes de este tiempo así? Maldito niñato...¿Qué opinas ahora de lo de confiar plenamente en los demás?
"Confía en el trabajo que hacen tus compañeros"
Si...claro...
- Si que ha sido amable por parte de Yehudit. No dejará de sorprendernos las capacidades que tienen los demonios...aunque teoricamente sería posible alcanzar sus capacidades. E incluso diría que mejorarlas. La creatividad humana es algo que ha determinado nuestra especie durante generaciones, la capacidad de inventar nuevas formas para producir dolor a nuestros enemigos, aunque no sea algo de lo que debamos sentirnos muy orgullosos, ha sido simplemente espectacular y ha movido nuestras sociedades a un progreso bastante eficiente.
¿Pero a qué precio?
- Seguro que no tardarás en reunirlas todas y comenzar a investigar experimentalmente.
Ya sabes que te facilitaré todo cuanto esté en mi mano.
He de añadir, también, que no sería muy apropiado que la lleves a la escuela de psíquicos. Almenos si, en la parte que concierne a la energía de Yehudit, ha influído en su naturaleza.
—¿Tú tambien lo has pensado?
Balakia no dijo a qué se refería exactamente, pero levantó ligeramente uan ceja con un pequeo deje de resignación.
Níkai desde leugo era un regalo muy curioso, qué coño, era el regalo más curioso de todos los regalos curiosos del maldito mundo antes y después del apocalipsis de las hellgates. ¿Cuántas personas podrían decir que alguien acababa de regalarles uan súcubo? como mucho un gato persa o un cachorro de husky, pero no un asúcubo.
Aunque por supuesto aquello exigía también muchísima más responsabilidad que un gato persa o un cachorro de husky.
La pequeña demonesa no era una mascota, era una criatura que pensaba por sí misma, hablaba, tenía personalidad propia y... se jugaba el cuello y no lo perdía a que también poderes sobrenaturales. No tenía ni idea si tendrían algo que ver con lso de Yehudit, con los de ella, una mezcla de ambos o simplemente serían algo nunca visto antes, pero eso era algo que irremediablemente iría descubriendo poco a poco.
Por lo menos era una pequeñaja encantadora.
—¿Influir en su naturaleza? ¿A qué te refieres exactamente?—parpadeó con curiosidad aunque ensefuida sonrió de medio lado con su deje desenfadado característico. No habái ni rastro de burla en él pero era como si de pronto hubiese caído en la cuenta de algo—a Eva no le cae muy bien Yehudit... ¿no?
Había una extraña relación entre la súcubo y los psíquicos, era como si los viese "notables pero aburridos" o algo así y Adirael tampoco es que pareciera andar muriéndose por trabar una amistad férrea conella aunque en el caso de la introvertida Maestra Psíquica, podría ser cualquier motivo.
- No tiene nada que ver con eso en realidad.
Nuestra relación con Yehudit es muy fácil de entender, y completamente intuitiva.
Aquello no escondía ningún secreto, y Adirael, sonriendo, no parecía dispuesto a darle una explicación más complicada, lo entendía como algo terriblemente simple, algo evidente que sólo podía escaparse de la mente de un humano al interpretar la realidad abandonando el camino de la recta razón.
Los miembros de Elysium lo hacían constantemente, y no sólo con los demonios, también con asunto como "Alicia".
- Yehudit es el nombre atribuído a un demonio del tipo súcubo. Posiblemente humanizado, como todo en ella. No obstante, su naturaleza es invariable a pesar de los esfuerzos de Avner.
Su trabajo es loable y digno de respeto, pero hasta él tiene las limitaciones del mundo fenoménico.
No puede ir más allá de lo que hay. - Algo, no obstante, que Adirael si que consideraba, pues precisamente en su teoría sobre MAGGIE los individuos, si eran individuos reales, tendrían la capacidad de trascender de sus circunstancias empíricas.
- Puede que goce de voluntad propia. Aún no he llegado a una conclusión.
En todo caso es un demonio, y los psíquicos poseen una energía peculiar. Hay muy pocos, como salta a la vista, y somos uno de sus objetivos principales porque rivalizamos directamente con su forma de actuar. Esto nos hace más "apetitosos" - Dijo para que se pareciese algo más a los términos empleados por Yehudit.
- La explicación, pues, se encuentra en nuestra naturaleza enfrentada. Somos rivales, somos muy peligrosos los unos para los otros...y no nos resulta sencillo razonar obviando la posibilidad de algo similar a un enfrentamiento.
Podían existir más motivos, puede que algunos incluso personales...el propio Adirael los tenía contra Yehudit, pero no los declaró ni demostró tenerlos, hablando siempre con serenidad.
--Continuamos en la cantina--