-Para entrar libremente si necesita una autorización o que le actualicen los permisos de su tarjeta, pero en este caso bastará con que vaya y "llame a la puerta" si no está muy ocupado no creo que tenga problema en atenderla.
Contestó la enfermera. En la transición del centro médico al ala de cazadore, Balakia pudo comprobar como en efecto el grueso de las fuerzas de Elysium pertenecían a dicha escuela, había mucha gente por los pasillo yendo de un lado a otro, uncluso pelotones que marchaban totalmente equipados a entrenamientos vespertinos. Pero todos ellos eran de la misma escuela, por desgracia la escuela de ingenieros tenía incluso menos alumnos que la de invocadores, al fin y al cabo era gente muy especial, la mayoría habían tenido la suerte de acceder en el pasado a una formación privilegiada gracias a su reconocido coeficiente intelectual por encima de la media, lo cual les solía hacer especiales en muchos sentidos.
Al llegar ante la puerta, Alicia se tomó la libertad de solicitar la entrada por Balakia, y sorprendentemente parecía que Scott no había tardado ni un segundo en autorizar su entrada.
-Alicia- Bienvenida a la escuela de Ingenieros.
Sonrió y despareció de nuevo, luego las puertas se abrieron, y el efecto fue similar a cuando Balakia entró en la escuela psiquica, similar en el sentido del contraste, porque si la escuela psiquica era un extremo dentro del edificio, la de ingenieros era el contrario.
En principio la distribución de las salas es la misma que en las demas escuelas, pero en este caso era absolutamente imposible de distinguir, apenas había un sendero para caminar entre mesas, aparatos, robots, carcasas, herramientas, ordenadores, cables y maquinaria varia que sobrepasaría con una facilidad pasmosa el entendimiento de cualquiera ageno a los conocimientos propios de los intedrantes de aquella escuela.
En lo que se prodría decir que es la mesa central, donde en la escuela de invocadores, se sentaban a tomar cafe, aquí había una terminal enorme, rodeada de aparatos de medición, pantallas normales y holograficas, una torre de vasos de café vacíos y en la parte mas despejada, estaba (desnuda y con una pierna y un brazo desmontados) Pino, desactivada y concetada por multitud de cables que venían del techo, y "cacharreando" en ella estaba Scott, sustituyendo algunas piezas.
Una vez Balakia superara la odisea de llegar hasta él sin tropezar con nada o enredarse con el cable de algun sitio, Scott la recibió con alegría.
-Scott- Vaya, no recuerdo al ultima vez que un cabalista entró aqui jajaja, ¿en que puedo ayudarte, hermosa?.
El caso es que seguía con una especie de llave ajustando alguna pieza en la espalda abierta de la androide, mientras las pantallas de alrededor mostraban datos a diestro y siniestro.
Balakia tenía la certeza que si soltaba una sola de sus chispas allí a dentro media escuela saltaba por los aires... parecía como si Elysium fuese un parque temático y cada "ala" tratase de algo totalmente distinto a la anterior.
"Por mi madre que tiene que haber algún sitio en el que se repartan mapas de la zona... y me lo he pasado de largo"
No recordaba haber caminado nunca con tanto cuidado, había puntos en lso que tenía que ladear el cuello de forma casi contorsionista para no darse un cabezazo contra un enorme monitor, una pinza mecánica o contra el alerón de.... bueno, lo que fuese aquello.
Finalmente terminó descubriendo a Pino y por ende a Scott que la saludo.
—Tenéis una máquina del tiempo en la puerta y no se lo habéis confesado a nadie, ¿cierto?—fue la respuesta de la evocadora que sorteaba a la pata coja un cubo en el suelo de metal macizo lleno de luces por un extremo y cables por el otro—este sitio es increíble. Tengo la sensación de que en cualquier momento empezaré a ver los numeritos de Matrix.
Suspiró aliviada una vez hubo salido de la jungla cybernética y enseguida sus ojos se posaron en Pino. Era un poco grimoso ver a una "niña" abierta de aquella forma que la revelaba como lo que era: una máquina.
—Oh, ¿te pillo ocupado?
Había dicho claramente que iría si no tenía nada entremanos, pero tenía la sospecha de que aquel hombre la recibiría de todas formas y de hecho así parecía haber sido. Se acercó un poco sin llegar a pegarse a la mesa y se puso de puntillas estirando el cuello para mirar desde el lado contraro en el que estab ael Maestro Ingeniero, no quería ponerse allado suyo por si le estorbaba o algo. Tras varios segundos cotilleando así, volvió a recuperar la postura normal.
Scott le preguntó si podía ayudarla en algo.
"Espero que sí... "
Tras varios segundos de silencio en los que parecía estar pensando en algo (cosa que tal vez no era rara porque para una persoan orgullosa el pedir ayuda a los demás no es algo que le venga de costumbre) terminó por contestar, aunque siguió mirando a la androide.
—Scott... ¿qué soléis hacer cuando algo se rompe?—era la primera vez que lo llamaba por su nombre, y también era la primera vez que hablaba sin aquél tono pícaro en la voz. Balakia siempre solía ponerle un mote a la gente, o al menos con la gente que más confianza le inspiraba, al Maestro Ingeniero solía llamarle "Científico Estrella"—es decir, ya sé que la mayoría de las cosas se arreglan, pero si se rompe un Sting, debería ser más fácil fabricar otro o algo así...
Con el pulgar del brazo que tenía en jarras, empujó ligeramente la empuñadura de la espada templaria que colgaba de su cinturón, se oyó el "click" que indicaba que había sacado el seguro de la guardia.
—Lo que quiero decir es... —separó la mano y la cogió por la empuñadura, tirando despacio y la hoja se deslizó con un siseo suave justo hasta la mitad que entonces dejó de salir porque simplemente no había más oja, estaba rota. La evocadora se quedó quieta así, parecía no querer mirarla así mucho tiempo así que terminó levantando la vista para mirar a su interlocutor, el gesto de su cara estaba algo ceniciento otra vez y sus ojos más que azules parecían grises—¿qué soléis hacer cuando algo irremplazable se rompe?
-No no, me gusta hacer esto en mi tiempo libre, me relaja arreglar cosas cuando tengo la opción de elejir si arreglarlas o no jejeje...
Contestó el maestro a la primera pregunta con su habitual tono despreocupado, Balakia encontraría eseguida similitudes evidentes entre la manera de ser de Scott y Vexille, ambos en apariencia eran personas alegres y despreocupadas, personas cuya sola presencia parecía ayudar a que los problemas pesaran un poco menos. Pero por desgracia, a veces parecía una mera máscara mas, mucho mas evidente que la de cualquiera, una forma de pasar desapercibidos y evitar la preocupación de los demas. Fué precisamente en el momento que Balakia uso un tono mas serio y mostró la espada, cuando la evocadora pudo ver en el rostro de Scott lo mismo que vió en el de Vexille en aquel momento en el pasillo tras la revisión médica.
Miró la espada, y pareció abstraerse, perderse en algun pensamiento mil veces mas trascendental que cualquiera de los que tenía a diario. Finalmente pareció despertar, incluso sacudió ligeramente la cabeza y volvió a la carga, una vez mas haciendo lo posible por seguir con el aire despreocupado como si para él fuese un tema normal y corriente a tratar.
-Pues...
Señaló con una media sonrisa en el rostro a Pino, pues a continuación se valdría de ella para apoyar sus palabras.
-La respuesta a esa pregunta la tienes delante. En unos pocos dias yo podría contruir un androide mas eficiente que este, mas fuerte, mas alto, mas agil, un robot funcional con unas caracteristicas muy superiores, pero... si esa joven puede volver algun dia a hacer vida normal, ¿que crees que querrá mas, un modelo nuevo y mejor, o el mismo modelo que ha estado y sobrevivido con ella durante el infierno que ha vivido estos ultimos años? este androide probablemente haya sido su unica compañía durante años escondida en algun agujero en Nueva York. Puede que no sea lo mas lógico o eficiente reparar este androide, pero es lo poco que puedo hacer yo para darle una alegría, porque Pino tambien es irreemplazable, asi que... merece la pena intentar arreglarla, ¿no crees?.
Scott seguía ajustando piezas mientras hablaba, no suponía ningun esfuerzo para él trabajar y hablar a la vez.
-Sabes, los samurais creían que el alma de un guerrero estaba en su espada, eso obviamente la hacía irremplazable, y una espada rota era normalmente forgada de nuevo.
Dicho aquello por fin se detuvo en sus quehaceres y se quedó mirando la espada rota. Pocos segundos despues extendió la mano para que se la dejara y poder verla mas de cerca.
Balakia escuchó a Scott sin cambiar aquella postura, sólo lo miraba mientras él daba su respuesta y sólo cuando el Maestro Ingeniero mencionó aquello de los samurai volvió a mirar la media hoja que sobresalía de la empuñadura que estaba sosteniendo.
"El alma, ¿eh?..."
"... puede que no fuesen tan desencaminados"
Esbozó una sonrisa de medio lado algo apagada también y luego miró la mano que le tendía su interlocutor. Inclinó ligeramente la vaina para que el otro trozo que permanecía dentro se deslizase, lo cogió juntando ambos pedazos y se los tendió. Siempre era más fácil examinar una rotura viendo las dos partes.
Balakia jamás dejaba que nadie tocase aquella espada, pero sabía que si una persona podía arreglarla, era Scott, aunque no dejaba de mirarla, era como si mientras no la tuviese cerca, no estuviera muy tranquila.
-De todas formas yo no...
Cortó la frase a la vez que se quedó lo suficientemente extrañado como para nisiquiera parpadear.
-...¿Hmm?...
Cojió la espada y miró muy de cerca la rotura y pronto descubrió que algo no encajaba. Las espadas y armas blancas no eran la especialidad de Scott, de hecho, lo primero que iba a decir es que él no era el mas indicado para arreglar una espada, pues los diseños base los fabricaban los propios templarios deacuerdo a sus estandares, un ingeniero como mucho añadía componentes electricos para facilitar la canalización de la energía del usuario y asi poder realizar las habilidades mas soprendentes, pero ningun ingeniero había forgado nunca una espada de templario, mucho menos iban a saber arreglar una hoja partida, no de forma correcta o tan bien como un templario.
En cualquier caso Scott se dio rapidamente cuenta de que aquella rotura, era simple y llanamente, imposible, no era una rotura irregular, era una diagonal perfecta, no había mas fragmentos, nisiquiera una muesca, ademas el angulo y la dirección confirmaban que en efecto esa rotura desafiaba las leyes de la fisica.
-¿Como se ha roto?
Preguntó totalmente desconcertado, mientras pedía asistencia a Alicia y colocaba la espada en la misma mesa en la que estaba Pino medio desmontada.
-Alicia, inicia escaneo y una simulación de impacto para esa rotura.
Alicia apareció al instante y comenzó la tarea, no tardo en confirmas lo que Scott sospechaba.
-Alicia- Ha sido imposible determinar un impactó probable para esa rotura de la hoja, el analisis demuestra que se trata del modelo SS* 7.01 fabricado en el 2129, ahora se considera un modelo obsoleto, en cualquier caso la fibra reforzada del interior de la hoja impediría su sección total, provocando, en el peor de los casos, un ligero arqueo permanente de la hoja en caso de un impacto de gran magnitud. Segun mi analisis la causa mas probable es el corte con un metodo especializado y que no deja rastro alguno, me es imposible concretar mas.
Scott miró a Balakia como diciendo "ya las has oido" y aguardó algun detalle del incidente, ahora estaba tremendamente intrigado.
*SS (Short Sword)
Balakia parpadeó extrañada de que Scott le hiciese esa pregunta, suponía que eso era algo que él debía de saber... aunque fue tal vez el informe de Alicia lo que más o menos le indicó a lo que el Maestro Ingeniero se refería.
—Pues... —titubeó— ...le partí la cabeza en dos a un Carnacor y cuando la punta tocó el suelo, se rompió.
Se encogió de hombros como dando a entender que toda la respuesta en efecto era tan simple como eso. Pero había más... la hoja se había puesto a brillar en aquel momento, Balakia no era templaria, no sabía de canalizar poderes divinos o al menos no tenía constancia de ello, así que no se trataba de cosa suya... ¿O sí? recordaba vagamente haber estado a punto de perder el sentido y recordaba como quien evoca un sueño haber visto a su amiga tenderlela mano para que se levantase, de hecho creía que había sido un sueño. Lo siguiente simplemente había ocurrido de forma automática, había sacado fuerzas de la nada, desenvainado casi por impulso y matado al Carnacor de un solo golpe, partiendo su dura coraza com quien corta la mantequilla.
".........."
El sueño de la noche le volvió a la cabeza como un fantasmagórico flash, cosa que la hizo cerrar los ojos un momento y sacudirla, luego los volvió a abrir. ¿De verdad había sido un simple sueño o tenía algo que ver? ¿Por qué Alexandra le pedía ayuda y le tendía los dos pedazos rotos? es más... estaba segura de que significaba algo.
"¿Qué coño está pasando... ?"
Tragó saliva, de pronto se sentía extrañamente inquieta y en un principio pensó que no tenía sentido contarle a un científico semejante hecho sobrenatural, Avner y Yehudit lo habían visto, Adirael tambien lo había visto... pero bueno, eran Cabalistas y para ellos lo sobrenatural no tenía misterio. Por otra parte, no estaba segura de que el Toro lo hubiese grabado.
—Bueno, y también se había puesto a brillar cuando lo hiceo pero yo n-no soy templaria así que dificilmente voy a canalizar nada, no veo qué relación va a tener—levantó las manos a ambos lados del cuerpo como si la apuntasen con una pistola y negó con la cabeza como quitándole importancia a ese detalle—igual es algo que ya traía... o yo qué sé.
Arqueó una ceja con una mirada aun mas confundida.
-¿Que tu le partiste la cabeza a un carnacor con esta espada?...
No preguntó en tono de burla, tampoco con desconfianza, simplemente aquello le sonaba cada vez mas extraño.
-Bueno en realidad no necesitas ser un templario para canalizar la energía a traves de una espada, todo depende de tu RP. En cualquier caso lo que dices es fisicamente imposible, o almenos no con los datos que se han recojido hasta hora...
Terminó rascandose la cabeza como si se le estubieran quemando las neronas de tanto pensar.
-¡Mmmmmmm! el caso es que este no es mi campo, lo siento pero como ves no tengo ni idea de lo que puede haber pasado, y tampoco de forgar espadas, si alguien puede ayudarte y darte algunas respuestas esa es la maestra Dianeira...
Era perfectamente consciente de quien estaba hablando.
-No te preocupes, se que no sienten demasiada simpatía por vuestra escuela pero di que vas de mi parte y no habrá problema. Puede que esa mujer de miedo pero nunca va a rechazar ayudar a alguien en un tema de esta indole. Dianeira es... ehmmm, como lo diría, algo torpe para tratar normalmente con la gente...aunque tampoco es que se la pueda culpar... en fin, da igual, ve a la catedral, preferentemente por las tardes, que aunque tambien entrenan a esas horas, no lo hacen todos y hay mas posibilidades de que tenga un hueco para atenderte.
No dió ningun consejo mas acerca del comportamiento o como hablar en un lugar tan "complicado" como la catedral, el "tacto" estaba implicito, y Scott sabía que Balakia no era tan estupida como para presentarse en la catedral con los mismos aires que lo haría Elena por ejemplo.
Scott sonrió resignado mientras le debolvía los dos pedazos a la Evocadora.
Balakia ladeó la cabeza con la respuesta de Scott.
—Pues... sí, se la partí en dos—respondió encogiéndose de hombros otra vez—no sé si el Toro lo grabaría pero pasó eso, vamos...
Cada vez estaba más segura de que aquello poco o nada tenía que ver con las leyes de la física
"¿Mi RP?"
Tenía la sensación de que le sonaba aquello pero no lo recordaba así que ya lo buscaría en algún sitio más tarde, no se le daban bien los tecnicismos. El caso, es que en cuanto el Maestro Ingeniero mencionó a dónde tenía que ir tuvo la sensación de que el corazón le daba un vuelco.
"Ay, Madre... "
—Ehr, ya... —sonrió de forma un poco (bastante) forzada y una de sus cejas sufrió un extraño tick— ...si yo me conformo con que no me mate.
Evidentemente no es que creyera que la fuese a matar en el sentido literal de la palabra ni mucho menos pero la situación iba a ser bastante embarazosa por motivos obvios. No es que Balakia le tuviese "miedo" a Dianeira ya que nunca antes habían cruzado palabra, sólo la había visto, de modo que más bien lo que pasaba es que no sabía a ciencia cierta cómo era ni cómo se trataba con ella. Para colmo, que su primera conversación fuera a ser esa resultaba chocante.
Se hacía una idea dependiendo de lo estrictos que pudieran llegar a ser de cómo podría tomarse un templario que un evocador tuviese una de sus espadas. Solo esperaba que la Maestra fuera "comprensiva para esas cosas como" había dado a entender Scott.
Cogió los pedazos que le ofrecía y suspiró guardándolos con cuidado otra vez.
"Me da... igual que me miren raro. Las miradas nunca le han hecho daño a nadie" pensó "y no te pienso abandonar"
Alexandra le había dado aquella espada tras salvarle la vida con ella, había puesto su fe, sus ideales y sus sueños en esa espada y luego se los había dado prometiéndole que siempre estaría con ella. Balakia los había aceptado y había prometido al cogerla que viviría por las dos.
No pensaba dejar que todo aquello se rompiera, si había una forma de arreglarla, lo intentaría, aunque la mandasen al hospital de una patada.
—Bueno... supongo que quien algo quiere algo le cuesta—dijo devolviéndole la sonrisa resignada a Scott—iré esta tarde.
Metió las manos en los bolsillos.
—Ahora creo que debería ir a comer que se hace tarde—bromeó señalando con el pulgar hacia atrás, a la puerta del fondo—y usted debería hacer lo mismo, Científico Estrella, a menos que tengas un RDD2 por ahí deambulando a escondidas con una bandeja de panchitos.
Rió un poco por lo bajo y volvió a guardar la mano. Pese a no tener el aspecto de alguien que se encontrase precisamente pletórico, el saber que aquello tenía arreglo la había animado un poco o al menos era una risa algo más clara. Hizo una especie de amago de saludo militar como despedida.
—Gracias por el cable.
Acto seguido se dio la vuelta y se dispuso a abordar de nuevo la tarea de salir de allí sin irse de bruces por tropezar con algún cachivache.