Partida Rol por web

Nikai descendió con cautela del hombro de Balakia, siempre vigilando los movimientos del psiquico y se puso a beber del pequeño vaso de chupito (para ella bastante grande, pero accesible), no intervendría, a pesar de que entendía las palabras de ambos, incluso la situación, pero desde luego no poseía la iniciativa de su creadora, tampoco su impulsiva forma de "participar" en cualquier conversación o acontecimiento.

Finalmente la hora llegó y la gente comenzó a entrar a la sala de conciertos tras entregar la entrada, justo antes de entrar, Kesner y Elisabeth se percataron de la presencia de Adirael y Balakia en una mesa, pero no se detuvieron, solo saludaron con una sonrisa considerando que acercarse a hablar con ellos podría romper lo que aprecía una velada con buen ambiente entre dos jovenes del sexo opuesto.

En menos de lo que cabría esperar aquello se vació de tal manera que solo quedaron ellos dos y algun camarero por la cantina limpiando, de alguna forma la gente parecía estar organizada de alguna forma, como si al igual que Balakia había recivido la noticia y al invitación, todos hubiesen sido avisados de forma parecida, al fin y al cabo había caras poco frecuentes por aquellos lares.

Pasados apenas cinco minutos en los que todo se quedo en una calma inusual, vieron una solitaria figura entrando en la cantina, joven, fenemina y una actitud inconfundible, mentón alto y gesto orgulloso, era Maria, que parecía haber esperado a que la mayoría entrasen, y por su reacción al ver a Balakia y Adirael, parecía que no quería ser vista por ciertas personas. Se acercó a la barra, sacó su entrada y se dirigió a la sala de conciertos tambien, miró fugazmente a ambos y tan solo carraspeó con diplomacia, no dijo nada. Mientras en el interior alguien parecía estar haciendo algun tipo de presentación para dar comienzo al espectáculo.

Balakia enarcó una de sus perfiladas cejas.

"¿Y esas caras? joder, ni que no pudiera una sentarse con un amigo... a ver si les va a salir la vena paparazzi ahora a estos, que nos están mirando como si tuviesen la exclusiva del Times a la vista o algo".

Suspiró al ver aparecer a María, bueno, al menos no iba a ser ella quien se luciese en el escenario, fuera lo que fuera.

—En fin... no estoy precisamente para tirar voladores pero supongo que no puedo hacerle el feo a Scott—sonrió casi con resignación—para una vez que el pobre me regala algo. Menuda educación sería la mía jajaja.

Se levantó de la mesa arrastrando suavemente la silla y plantó las manos cerca del borde con las palmas hacia arriba para que Nikái pudiera subir a ellas y, posteriormente, al hombro, que parecía ser su lugar favorito.

—Si no quieres venir, no pasa nada. Yo voy a ver de qué trata todo este espectáculo misterioso—movió los dedos a ambos lados de la cara como un fantasma—pero te tomo la palabra, que conste. No me he olvidado de lo de las "clases particulares", ¿eh?

Rió un poco por lo bajo y se despidió dándose un golpecito con dos dedos en la sien en una especie de saludo pseudo-militar medio en broma de lo más desenfadado.

—Nos vemos luego, Genio.

Y simplemente, se dirigió a tomar asiento a donde habían ido todos los demás.

- Me parece una decisión correcta.

 Scott no merecería que le tratases así después de las molestias. - añadió con una sonrisa sincera.

 Saludaría a todos los que lo hiciesen, incluso tomaría la iniciativa, desde la distancia, con Maria. En realidad Adirael no tenía ninguna clase de problema para relacionarse con la gente, ni siquiera pensando en ellos como simples datos. Cuando se trabaja con matemática y axiomatización aritmética, la simplicidad es una moneda de dos caras completamente distintas.

 Miró a Balakia dispuesto a levantarse cuando lo hiciera ella, con cuidada educación.

 - Pasalo bien y trata de disfrutarlo.

 La música es algo muy importante. - Para lo que, ironicamente parecía que Adirael no tenía demasiado tiempo.

 Siempre sonriente la acompañaría hasta la puerta de entrada, y después continuaría a solas con sus pensamientos.

Al acceder al salon, Balakia pudo ver que la situación de las distintas mesas había cambiado un poco y todo estaba algo mas engalanado, se habían esforzado para que el unico lugar de ocio del bloque militar fuese realmente algo especial.

Todo el salon estaba  con una iluminación minima, lo justo para llegar a las mesas sin peligro de tropezarse con algo o con alguien. Balakia, apenas hechase un vistazo a la sala, descubriría a Scott, haciendo señales y aspavientos para que le viese, parecía que le había reservado sitio y todo. No se le había visto entrar, asi que era de suponer que había estado ahí haciendo preparativos hasta ultima hora.

-Scott- ¡Hey! Balakia, ya creí que no vendrías, ven ven, sientate, está a punto de empezar.

En efecto, nada mas decir aquello, las luces disminuyeron aun mas y el escenario se ilumnó con una luz blanca pero no muy potente, en el se vió una figura encapuchada no muy alta, en una banqueta ante un gran piano de cola, una autentica reliquia.

Finalmente una suave voz femenina comenzó a sonar, aquella encapuchada comenzó a tocar el piano mientras que su voz era transmitida a una calidad inigualable por toda la amplia sala.

Y en voz muy baja para no romper la magia del momento, Scott procedió a explicarle parte de la situación a Balakia, desde luego la evocadora no habría visto jamas al maestro tan entusiasmado con algo, si bien era siempre una persona bastante animada y bromista, esta vez parecía algo mas, estaba incluso entre nervioso y emocionado.

-Scott-Hace unos pocos meses, poco depues de reparasemos por completo a Alicia tras el ataque de Ireul, estuve varios dias comprobando su sistema para reparar errores o posibles daños no detectados, nos pasabamos horas ella y yo hablando mientras haciamos chequeos de su sistema de datos, y un dia, me habló del dia del ataque del virus. Dijo que "no quería" que algo asi volviese a pasar, por una parte es obvio, al fin y al cabo está programada con las tres leyes, tambien dijo que había grabado nuestra intervención en el laboratorio mientras luchabamos desesperados por parar ese virus, y que nunca había visto una expresión semejante en el rostro de Richard...

En ese intante pensó que quizá Balakia no conociese al doctor por su nombre de pila.

-... del doctor Kesner quiero decir. Fue extraño, no esperaba que en un momento asi se preocupase de analizar esas cosas, el caso es que finalmente me propuso algo interesante, dijo que había una forma de mejorar drasticamente su programa de aprendizaje, sobretodo para su interacción en una microsociedad humana.

Sonrió mirando al escenario, maravillado.

-Quería estar viva, o almenos que a las personas de Elysium les resultase alguien mas familiar o cercano, mas tangible que un holograma, quería ser una ciudadana mas de Elysium, la numero 1326, y darle las gracias a su creador de una forma mas especial.

Desde la mesa en la que estaban sentados Balakia y Scott se veían perfectamente al buen doctor y a Elisabeth.

-Tengo entendido que el aspecto que dio Richard a Alicia, es el de su difunta nieta, que falleció durante la guerra en Nueva York, y gracias a las indicaciones de la propia Alicia fui capaz de traerla al mundo real... ah... es la hora...

La bella canción terminó, y Scott no miró al escenario, sino que se quedó mirando la reacción del doctor, cuando la encapuchada que tocaba el piano en el escenario se giró al publico y descubrió su rostro, retirando la capa y la capucha.

La gran mayoría se levantaron y aplaudieron aquella primera y emotiva actuación, pero el doctor se quedó sin palabras, con los ojos abiertos como platos, casi incredulo al ver a aquel robot cuyo aspecto exterior era tan realista como el de cualquier humano de la sala, pronto se le saltarían las lagrimas de la emoción sin apartar la mirada de aquella joven. Luego fué la propia Alicia la que habló, su voz, la cual podía regular a placer para cantar o hablar,  obviamente se escuchaba por cada altavoz sin necesidad de microfono.

-Alicia-Me alegra que todos hayais venido, no estaba muy segura de ser capaz de hacer algo asi, pero gracias a la ayuda de varias personas, en especial del maestro Scott, puedo estar hoy aqui como una mas y dar las gracias delante de todos a mi creador, el doctor Kesner, que ha hecho tanto por todos nosotros, y sobretodo por mi.

Todos aplaudieron con energía, mientras en la otra mesa Richard se mostraba tremendamente agradecido a todos y visiblemente emocionado, Elisabeth le abrazó, mientras Alicia sonrió de una forma que jamas nadie pudiera imaginar que podía hacerlo un robot.

El concierto continuaría, pero cuando finalizasen los aplausos...

Balakia enarcó ligeramente las cejas algosorprendida al localizar a Scott haciéndole aspavientos, la verdad es qu eno esperaba que el Maestro le hubiera guardado hasta sitio aunque al menos en aquel momento se alegród e no haberle hecho el feo.

Enseguida borró el gesto de sorpresa para cambiarlo por uno más habitual suyo: aquella sonrisa sesgada y desenfadada de medio lado.

—Oh, vamos. Ya sabes que los héroes siempre llegan en el último momento a salvar el día—respondió gesticulando ligeramente con una mano como quien desestima algo no muy importante—yo vengo a rescatarte del aburrimiento de una velada normal y corriente. Ya sabes, por aquello de que conmigo cerca siempre pasan cosas raras; Los jeeps salen volando y arollan demonios, se generan tormentas espontáneamente en medio de un desierto, los termos de café se vacían misteriosamente cuando hace un frío que pela...

Se acercó hasta tomar el asiento que le ofrecían, si bien se sentó de modo y manera que el hombro en elque andaba encaramada Níkai fuera el más alejado a Scott, la pequeña súcubo no parecía cómoda con desconocidos cerca. Luego simplemente esperó cuando vio que las luces se apagaban y escuchó la explicación de Scott... aunque conforme éste hablaba y la música sonaba la expresión de la evocadora iba perdiendo el tinte picaresco y se iba tornando más neutra, más seria.

Finalmente, cuando "Alicia" se sacó la capucha, Balakia tardó un poco en unirse al aplauso, y de hecho, no aplaudió efusivamente ni estruendosamente, daba las palmadas de forma un poco lenta e incapaz de separar la vista del escenario, tampoco sonreía, era como si simplemente no tuviera un motivo para ello o como si estuviese pensando repentinamente en algo de forma muy concienzuda.

"....... ".

No podía evitar que aquello le resultase macabro... era... espeluznante, a sus ojos era una crueldad, no quería juzgar a nadie y desde luego el trabajo de Scott había sido milagroso pero simplemente a ella le helaba la sangre la sola idea de imagianarse en el lugar de doctor.

Que alguien "reconstruyese" a un ser querido suyo, sería... sería como estar viviendo una mentira, como perturbar a un muerto que descansase en paz desde hace años, "animándolo" de una manera que le resultaba macabra, convirtiéndolo en una máquina que, por muy bien programada que estuviese, no dejaba de ser un montón de metal y circuitos sin vida, sin alma, sin lo que hacía a las personas personas.

Sintió un escalofrío.

Dejó de aplaudir quedándose en silencio y tras varios segundos giró un poco la cabeza para observar como, en efecto, wl Dr. Kesner parecía gustarle la idea, se emocionaba por aquello e incluso recibía un abrazo de Elizabeth pero la evocadora seguía siendo incapaz de sonreír, de hecho, de no ser por la escasa luz, se podría apreciar que su normalmente tostada tez había palidecido un poco. De nuevo miró al escenario, observando detenidamente la figura física de Alicia como si esta le provocase asombro e inquietud por igual.

—Scott... —tras decir aquello tragó saliva imperceptiblemente y bajó un poco la vista mirando la superficie de la mesa—¿esto... está bien?

No había matiz en la pregunta que había sido en voz baja, no parecí aun reproche ni de lejos, tampoco una burla, ni un doble sentido, nada, no parecía nada, casi parecía más descocnertada que otra cosa.

Scott ladeo la cabeza y guardó silencio mientras trataba de comprender el enfoque de Balakia, luego sonrió y continuó con aquel tono discreto, solo para ella.

-No te preocupes, Alicia no pretende ser el reemplazo de la nieta de Richard, ninguna maquina podrá jamas tomar ese papel, incluso cuando en medio de una "guerra ética" había numerosos casos de personas que pretendían tal cosa...me refiero a hace mas de diez años.

Todo depende del enfoque de la persona, Richard está emocionado no solo por el reconocimiento de los aquí presentes, sino porque una IAS, por propia iniciativa, le ha felicitado por su trabajo, el echo de que sea muy parecida a una persona tan cercana para el doctor como su nieta no tiene nada que ver, creeme. Él es un hombre extraordinario, y sobretodo muy sabio, jamas caería en el error de querer "revivir" a su nieta, es mas, es lo suficientemente practico como para darle su aspecto a un superordenador como Alicia solo por mantener vivo el recuerdo de su imagen, sin dejar que ese recuerdo deje de serlo para intentar hacerlo realidad. Y estoy seguro que disfrutará con la compañía de esta Alicia tanto o mas que con su mero holograma, ademas, siempre andan cortos de personal cualificado en el laboratorio jejeje...

Estaba claro que Scott tenía en un pedestal al buen doctor. Luego la poco ortodoxa artista, comenzó la siguiente canción al terminar la obación.

-Llevo toda mi vida conviviendo con IAS, tambien he programado muchas. Cada una de ellas tiene siempre el "toque" o la "pincelada" de su creador, pero sin duda Alicia es la IAS mas compleja que he visto jamas, siempre termina sorprendiendome. Es la primera vez que me "pide" algo mas allá de lo que está programada para pedir (como autorizaciones, información y esas cosas), simplemente no podía negarme a esto, y creo que ha merecido la pena.

Luego terminó por responder a modo de conclusión.

-Mmmm... si, creo que es lo correcto, aunque estoy seguro que habrá mas personas que dudan igual que tu, o incluso que rechazarían esta idea al instante, pero este no es un regalo tanto para Richard como para la propia Alicia, aun a riesgo de personificarla hasta un extremo tan realista como el que ves. Simplemente no vi motivos para no cumplir su deseo. Y la verdad es que despues de escuchar estas canciones que ella misma ha compuesto, no me arrepiento.

Mientras tanto, Nikai, por pura curiosidad, ascendió hasta la parte de arriba de la cabeza de Balakia, parecía algo confundida, sus pequeños y brillantes ojos trataban de enfocar a aquella que estaba en el escenario, parecía tratar de ver algo que normalmente si veia. Desde luego no se mostraba tan inquieta con Scott que con Adirael.

Balakia no pareció cambiar de expresión pese a las palabras de Scott, seguía mirando el escenario algo "destemplada" por la situación pero si realmente no estaba de acuerdo, no dijo nada.

—Su... pongo—murmuró finalmente—...debe ser que tanta solemnidad templaria del funeral de hoy no me ha sentado bien.

Sintió algo entonces encaramándose a su cabeza y giró los ojos para mirar hacia arriba aunque sin moverla, era Níkai que parecía andar investigando alguna especie de misterio personal. El pequeño rostro de la súcubo mostrando aquella intriga curiosa pareció ser lo único que le arrancó una debil sonrisa a la evocadora.

—No tiene aura—dijo suponiendo qué era lo que tanto la extrañaba—no es humana. Es un robot muy bien hecho para que parezca una.

Nikai miró hacia abajo, correspondiendo la mirada de Balakia, e inmediatamente señaló hacia el escenario y afirmó con la seguridad que la caracterizaba.

-Níkai- ¡Golem!

Scott alzó las cejas y rió un poco.

-Scott- Jajaja... bueno, tampoco va muy desencaminada.

Entonces Scott se quedó mirando unos instantes a la pequeña sucubo.

-Para serte sincero, envidio la facilidad de los demonios para la creación, cada vez que veo de lo que son capaces (no me refiero a las atrocidades, sino al aspecto meramente técnico) siento que estamos a años luz de alcanzarles, una simulación que a mi me puede llevar años crear, Yehudit la crea en menos de una tarde, y no es precisamente una simulación, sino un ser con voluntad propia... es increible.

Sonreía resignado, mientras Nikai le miró a él ladeando la cabeza y desde la seguridad de la altura de la cabeza de Balakia.

-En cualquier caso ese androide, aparte de llevar un programa complementario de personalidad para hacerla mas "cercana", sirve a la vez de "Backup", para el nucleo central de Alicia, es decir, si por alguna razón toda la información de Alicia se perdiese o su nucleo fuese destruido (Dios no lo quiera), en ella se guardan todos los dias imagenes de su memoria para restaurarla en caso de una perdida parcial o total, asi que ahora podemos estar algo mas tranquilos.

El tiempo fue pasando, Alicia interpretó un par de canciones mas y el espectaculo tocó a su fin tras otro sentido aplauso. Alicia se bajó del escenario y fue directa a saludar al doctor Kesner con la jovialidad de cualquier joven de su edad aparante.

-Bueno... creo que con esto hemos terminado por hoy. ¿Te irás ya?

Dejaron musica de fondo para los que quisieran continuar la velada hasta mas tarde.

Balakia miraba hacia arriba con el mismo gesto aún en la cara, los "juicios rápidos" de Níkai eran graciosos.

—Ya... tal vez por eso nos hayan dado una paliza de campeonato hasta la fecha, ¿no crees?—dijo encogiéndose de hombros resignadamente, sonriendo sin alegría—a fin de cuentas, para aprender a "crear" cosas de la nada a nosotros ha tenido que venirnos el Apocalipsis. Y aun así continuamos necesitando las dos manos par alo que ellos hacen con el meñique.

Aquello era una clara referecia a loa evocadores, después de todo aquel extrao "don" se había comenzado a manifestar con la llegada de las hellgates. Antes de seguir hablando, miró a Scott.

—Aunque yo ya estoy un poco cansada de eso, ¿sabes?—levantó una ceja cruzándose de brazos y mirando analíticamente al Maestro de reojo—creo que voy a proponerme avanzar más de aquello que "se supone" que los humanos no podemos hacer sin emplear en ello un millón de años.

Escichó mientras Scott explicaba el detalle de los "Backups" en el nuevo cuepro material de Alicia.

"Bueno... mientras no coja complejo de Terminator y se líe a metralletazos, yo ya me doy con un canto en los dientes... demasiada dependencia en las máquinas estamos teniendo últimamente aquí".

Al último comentario simplemente respondió con una sonrisa de aquellas típicas de alguien que esté tramando alguna trastada, y se arrellanó atrás en la silla, sin descruzar los brazos.

—¿Irme? pues no sé... ¿Por qué? ¿Tenías algo en mente?

Levantó las dos cejas con picardía.

De pronto pareció que a Scott le había mordido la lengua el gato, prolongando un silencio durante el cual hizo varios intentos de arrancar a decir algo que al final no dijo.

-Ehm...pu... em... si... bue...

Por suerte la baja iluminación de la sala cubrió su enrojecimiento extremo y el brillo del sudor en su frente. Sus ojos miraron fugazmente mas de una vez a Nikai, que por alguna razón se interesó en la actitud del ingeniero, Balakia no llegaría a ver su picara sonrisa. Él solito se había metido en un lio y ahora no encontraba la forma correcta de huir, ¿quería decir eso que tendría que terminar lo empezado?...

-Bueno... me preguntaba si... te...teee gustaria...

Por suerte para el ingeniero, alguien se dirigió a la mesa como caida del cielo para sacar de aquella situación al maestro sin que la intención real quedase revelada, ¿o si?.

-¡Si te gustaría conocer a Alicia!, bueno, a esta Alicia...

Dijo rapidamente y bebió un buen trago de su bebida fria. Nikai se desparramó en la parte superior de la cabeza de Balakia en una oda a la decepción.

-Nikai- ...Golem...

Acto seguido el jovial androide llegó a la mesa y lo primero que hizo fue dar un fuerte abrazo a Scott.

-Alicia- ¡Scott! ¡Lo conseguí! El doctor Kesner estaba muy contento. Ah, hola Balakia.

Saludó alegremente con la mano a Balakia.

-Scott- Jajaja, me alegro, lo has hecho muy bien, precisamente ahora estaba por decirte que vinieras para presentarte a Balakia, aunque bueno, tecnicamente ya os conoceis de sobra jejejeje.

Alicia permaneció en pie ante Balakia e hizo una gracil reverencia.

-Alicia- Es un placer conocerte, de nuevo jajaja...

Aquella risa tenía un efecto terriblemente contagioso, como minimo obligaba a sonreir tambien y quizá a obviar, aunque solo fuese por un instante, que era un robot. Desde luego el trabajo del ingeniero era muy bueno.

Balakia iba levantando más una ceja conforme bajaba otra sin borrar el gesto de la cara, incluso giró un poco la cabeza a un lado para acentuar más el hecho de que estab amirando a Scott de reojo. Finalmente llegó Alicia y el MAestro optó por una fugaz evasiva.

—¿Y cuál es el verdadero motivo?

La evocadora lo había dicho tan seria que parecía que se hubiera enfadado pero... entre la cara de Scott y el hecho de que sintiese a Níkai espachurrarse encima de su cabeza no pudo aguantar más y estalló en carcajadas.

—¡JAJAJAJAJAJA!—se echó tanto hacia atrás en la silla que estuvo a punto de caerse de espaldas, no se reía de forma escandalosa, es más, de hecho intentaba taparse la cara pero la risa desde luego era de lo más real, no de burla, si no de buen humor—por Dios, te adoro, Scott JAJAJAJA

La situación era tan absurdamente cómica que le había entrado la risa floja. Al menos podía decirse que el intento no-voluntario por "levantarle el ánimo" había sido un éxito.

—Ay madre... —tras varios segundos de lucha por contener la hilaridad, tuvo incluso que secarse una lagrimilla que se le había saltado de un ojo y finalmente se apoyó de nuevo en la mesa—p-perdona pero es que por un momento he tenido la sensación de estar viendo un capítulo de Big Bang Theory... jajaja.

La disculpa sí que sonaba de lo más sincera no obstante, levantó una mano ya de mejor humor para estrechársela al androide.

—Hola Alicia... El placer es mío, de nuevo—sonrió guiñando un ojo—has crecido un poco desde la última vez que te vi, ¿eh?

Obviamente era una broma tal vez para relajar de nuevo el ambiente (más por Scott que por la propia IAS) a fin de cuentas la Alicia-holograma era una "niña" y la Alicia-física era "una mujer joven".

Scott se quedó aparentemente bloqueado ante la primera pregunta de Balakia...

-Ehmm... ¿el verdade-

Cortó la pregunta evasiva al escuchar las carcajadas de Balakia, entonces él, aprobechando la ocasión para dejar atras el tema, tambien se forzó a reir junto a la evocadora, y aunque Alicia no entendió muy bien el chiste, al ver a los dos riendo, pues se hechó ella tambien a reir. Todo ante la incredulidad de Nikai, que no estaba segura de haberse enterado de todo, se quedó confundida, mirando a unos y a otros, una escena digna de ser grabada. En cualquier caso la oscuridad seguía cubriendo el color de las mejillas de Scott.

-Scott- Que menos que presentartela ¿no? jejejeje, privilegio especial para amigos y amigas del señor White.

Alicia por su parte pareció interesarse por la observación de Balakia.

-Alicia- Si, un modelo algo mas alto que el de mis hologramas ayudaría a la adaptación fisica al entorno, es decir, añade funcionalidad, y espero poder ayudar mucho al doctor Kesner en el laboratorio. Ademas, la ropa queda mejor en este modelo que en el estandar del holograma.

Hizo un giro para mostrar su vestuario por delante y por detras, tenía un gusto bastante... humano, no era nada extrabagante. Diferenciaba mucho del vestido blanco de una sola pieza que llevaba en el holograma de aspecto mas infantil.

-Alicia- Y hablando de formas de vestir, nunca te he visto con otra ropa que no sea el uniforme... Bueno, y el pijama- murmuró a la vez que se le escapaba otra sonrisa- estoy segura que algo de ropa informal te quedaría genial.

Explicaba mientras Scott asentía disimuladamente con una tonta sonrisa en su rostro, temporalmente con un aire imaginativo.

"Y unas cuantas babas masculinas también podría añadir... ".

Balakia pensó aquello entre divertida y realista, aunque bueno, también si la gente sabía que era un androide suponía que nadie iba a ser tan tonto como para irle a la zaga.

Se cruzó de brazos en la silla y ladeó la cabeza con el curioso comentario sobre la ropa.

—Bueno... es que mi armario se fue al diablo justo con el resto del mundo cuando alguien abrió la puerta del infierno, además, tampoco hay muchas ocasiones para vestir de otra forma—se encogió de hombros con una sonrisa resignada. A parte de lo puesto con lo que la había recogido el FourHope, en Elysium le habían facilitado un uniforme de combate y cuatro "de andar por el geofrente" (que eran todos iguales, ajustados y de color negro en un alarde de originalidad. Sólo se diferenciaban del de combate por los cubreguantes y algun que otro bolsillo en las perneras para el equipo) a parte de bueno, un pijama para dormir, la verdad es que entre uan cosa y otra, la evocadora siempre iba vestida de negro, a tono con el cabello la única nota de color que resaltaba en ella era el azul de sus ojos y para de contar—¿o existe alguna tienda de moda con el último grito en ropa post-apocalíptica y no me lo ha contado, Archimago Withe?

Miró al Maestro y le sacó la lengua para meterlo a posta otra vez dentro de la conversación, luego rio un poco entre dientes. A fin de cuentas los diseños de los uniformes de entrenamiento y combate venían de man de los ingenieros.

Scott venía estando tremendamente condescendiente en sus ultimas intervenciones, y por supuesto no la siguiente no sería menos.

-Scott- Claro, los que salimos a darnos de palos con los demonios tambien tenemos derecho a vestir en ocasiones como queramos.

Ironico viniendo de alguien que, o estaba embutido en un traje tecnologicamente superavanzado y que le daba el aspecto de robot futurista o directamente de alienigena, o llevaba siempre la camisa azul y el pantalon oscuro reglamentarios. Hasta la sargento se ponía de vez en cuando ropa distinta.

-Scott- Hay una sastrería en el bloque civil, allí le compré los complementos a Alicia.

-Alicia- Podríamos ir un dia juntas, ¿que te parece?

Desde luego no todos los dias una IAS te invita a ir de tiendas, pero a estas alturas, ¿acaso había algo mas que pudiese pillar por sorpresa a la evocadora?.

Por supuesto la iniciativa contaría con el apoyo del maestro ingeniero, el cual se ilusionaba con Alicia cual niño con un juguete nuevo, aunque probablemente la mas ilusionada fuese la IAS, si es que se puede decir tal cosa de un ordenador.

La velada terminó y tocaba recojer el salon, la gente que quedaba comenzó a abandonar el local, y Balakia podría fijarse de nuevo en que Maria fue la ultimaen marcharse antes que ellos, sola.

-Bueno, supongo que ya es hora de irse, la verdad es que has sido una noche muy agradable.

Dijo a modo de alago a la presencia de Balakia.

-Esperemos que no sea la ultima. Alicia, vamos, haremos un chequeo y a dormir.

Una vez a la salida de la cantina, mientras Alicia se adelantaba, Scott se quedó unos instantes ante Balakia, parecía querer decir algo, pero finalmente, se despidió.

-Scott- Jeje... buenas noches.

Alzó la ligeramente la mano y se encaminó al ala de los cazadores. Desde luego Scott tendía a mezclar con demasiada frecuencia palabras serias con palabras para nada serias, incluso pasaba lo mismo con su actitud, de forma que nunca se sabía con certeza cuando pretendía una cosa u otra. En cualquier caso era una forma de ser que aunque en ocasiones pudiera resultar cargante, se sobrellevaba mejor que otras.

Mientras el maestro se alejaba, si Balakia miraba a su hombro, descubriría a Nikai mirandola fijamente con cara de poker.

Balakia enarcó las dos cejas abriendo muchos los ojos, tanto, que parecían dos platos redondos con una gota de agua azul en medio.

"Toma ya, si a microchispita le va la moda y todo".

Parpadeó, luego se encogió de hombros con una sonrisa elocuente sin descruzar lso brazos.

—¡Oh! eh... claro, supongo que podría estar bien añadir algo de repertorio al vestuario... —señaló con un pulgar hacia atrás, como si indicase su propia espalda—nunca se sabe dónde puede encontrar una una camisa con un logo de "peligro, alto voltaje" grabado detrás.

Y lo cierto es que la evocadora había tenido una hace mucho tiempo... de hecho se la había regalado Alex solo que en su día la excusa había sido su "temperamento".

Ahora resultaba hasta irónico tan solo pensar llevar puesto algo así.

Una vez hubieron salido, Scott se quedó en la puerta como un espantapájaros, en cierto modo a veces le resultab ahasta divertida la facilidad del Maestro para largarse unos rollos técnicos increíbles pero la dificultad para comentar la más común de las cosas. Por su puesto a Balaki ano se lepasó por alto aquello así que antes de que se fuese le dió una palmadita en el hombro, apoyándose allí como quien se apoya panchamente en el alfeizar de una ventana.

—Ah, por cierto, Archimago de las Chispas, la próxima vez recuérdame que debo decirte algo... —sonrió de nuevo con aquél gesto pícaro de quien está pensando en la madre de todas las trastadas— ...que ahora se me olvidó lo que era.

La verdad es que no tenía pinta ninguna de que se le hubiese olvidado.

Se separó y se despidió con la mano aunque cuando se quedó sóla y vió los morritos que le dirigía Níkai, ladeó la cabeza.

—¿Qué? —levantó ligeramente una ceja con una sonrisa resignada de lado mientras le picaba con la yema de un dedo en la diminuta nariz, luego lo bajó—si te sirve de algo, yo tampoco les entiendo a veces.

La pequeña sucubo, hizo un leve gesto de resignación y se sentó en el hombro de Balakia, usando su cuello como respaldo, de manera que su fina y larga cola hacía un cosquilleo constante en aquella zona tan sensible.

-Níkai está soprendida por la incomunicación y la falta de sinceridad...

Y eso incluia a la propia Balakia.

-... y piensa en como lo ha tenido que pasar Yehudit conviviendo tanto tiempo con humanos.

Aunque su forma de hablar no era muy normal, aquello era, probablemente, una critica muy dura hacia lo que había presenciado hasta ahora, en lo que vida social humana se refería.

-Níkai se compadece de Yehudit.

Y podría llegar a ser sorprendente el tono y el gesto de compadecimiento tan autentico que era capaz de interpretar aquella miniatura bella y perfecta. Y aunque Balakia pudiera sentirse directamente aludida, no podría menos que sentirse un poquito culpable de aquella "tragedia", Níkai compartía esa habilidad para volverse repentinamente adorable de su creadora.

Ambas se habían quedado solas hablando en el pasillo...

Balakia rió un poco entre dientes, en parte porque le hacía gracia el dramático disgusto que tenía encima la pequeña súcubo y en parte porque la cola de ésta le hacía cosquillas en el cuello.

—¿Falta de sinceridad? oh, vamos, no es eso... —dijo esta vez acariciándole un brazo con la yema de un dedo como alguien que le esté dando unas palmaditas de ánimo a otra persona en la espalda (cosa que obviamente no podía hacerle)—algunas personas son simplemente un poco tímidas para decir algo pero no es que no quieran ser sinceras, es que no se atreven aunque deseen decirlo... la timidez o la vergüenza es miedo al ridículo o a que algo que es importante para ti salga mal.

Volvió a sonreir de lado pero sin picardía esta vez.

—Otras veces, son bromas... en mi caso por ejemplo, eso último que le he dicho a Scott era una broma. Es verdad que quiero decirle algo, pero como él no se ha atrevido a decir lo que fuera que en realidad quería decir (porque estoy segura que algo quería soltar, aunque sabe Diós qué) pues ahora le chincho y le digo que se lo contaré otro día.

Bajó la mano para meter ambas en los bolsillos y empezó a andar hacia el pasillo que conducía a los apartamentos de la Escuela de Evocadores.

—No te compadezcas por Yehudit, es muy lista... entiende muchas cosas de los humanos—suspiró y miró al techo con resignación—qué porras, a veces da la sensación que es más empática con la gente que muchos humanos, que ya es para alucinar.

"Debe ser cosa de que las súcubos están relacionadas con el ámbito de las emociones o algo... "

A fin de cuentas, la demonesa había sido capaz de interpretar a la primera las palabras de Alexandra cuando Balakia le había contado lo acontecido el fatídico día en que la perdió.

—Además—sonrió esta vez dejando de mirar al techo y mirando a su hombro, mostrando los dientes y levantando las dos cejas, en un gesto afable muy pococomúnen ella—creo que con algunos de nosotros se lo pasa muy bien.