Partida Rol por web

Eskol continuo con la cacería en los siguientes cuatro días pero su suerte, sumado a sus decisiones fueron causantes de un deplorable éxito. En el cuarto día, su intento por cazar animales grandes en los paramos solo llevo a la conclusión de que los paramos eran la zona mas yerma de todo su territorio y que poco podrían conseguir allí.

Pero, dada la gran cantidad de insectos en los paramos y la facilidad para atraparlos, Eskol pasó dos días en dicha tarea, el primero fue muy fructífero y lo animo a continuar, pero ya en el segundo, cuando los bichos fáciles ya habían sido atrapados, Eskol notó que realmente, aun cuando atrapase muchos, eran demasiados pocos para alimentar a todo un clan.

Por ello, su ultimo día se centro en cazar animales pequeños como roedores en la lagunilla. Pero justamente no había tantos como el en un inicio habría pensado, o al menos no de los que esperaba cazar. Al final, al caer la séptima noche y aproximarse la llegada del otoño, Eskol dio por terminada su cacería de toda una semana y regresó con el beneplácito de haber llevado mucha comida al clan.

Jendalos me había apoyado, mis labios esbozaron la sonrisa del soldado, que entre sangres se halla calmado y feliz por la cercanía de la muerte.

- Jendalos, Da espacio, si estamos separados tendremos mas ventaja. Flanquea, no ataques hasta ver algun punto debil. Somos tú y yo contra esta bestia - Y vaya, mientras mas la vez mas fuerte y amenazante se vuelve - Busca algun punto debil, una herida. Si no iré directo a la cabeza 

Me preocupaba morir, pero la recompensa, el honor. Hay cosas en la vida que son importantes para  un hombre. El honor es una de ellas.

Jendalos asintió snte la propuesta de Alistar antes de empezar a moverse hacia un costado de la osa mientras que su compañero hacia lo mismo por el otro. De aquél modo despistarian al animal lo suficiente como para encontrar un punto débil sobre el que descargar su ataque, y de paso lo mantendríano ocupado entre los dos y alejado del grupo de civiles. La suerte estaba echada, pero Jendalos tenía grandes expectativas de todo aquello. No obstante, uno nunca sabía como iba a acabar un combate, y aquella bestia podía agunatar mucho daño. No sería fácil, pero ya no había vuelta atrás. Con un rápido movimiento, saltó hacia la osa, con la lanza dispuesta a atravesarla.

Satisfecho por los resultados obtenidos, Eskol y los suyos emprendieron el camino de vuelta a buen paso, con muchas noticias por dar.

Juntos, en un combate cerrado, Alistar y Jendalos lograron derrotar a la furiosa osa que intentaba proteger a sus pequeñas crías; aunque no sin antes derramar considerable sangre. La batalla fue cerrada, y la acción de los aldeanos lanzado piedras fue importante para distraer a la osa y no dejarla reaccionar con soltura. Y aun así fue un rival duro, que solo fue derrotado por las rápidas acciones de Alistar y Jendalos, quienes muy bien coordinados, flanquearon y atacaron a la osa en sus puntos mas vulnerables.

No obstante Jendalos tuvo que soportar la carga de la osa y sus constantes ataques, siendo el único combatiente cuerpo a cuerpo que la enfrentaba. Sus heridas eran serias, lo suficiente para abandonar su aventura y regresar al campamento a descansar durante los próximos días; con un botín, que era claramente mas que bueno. Pues no solo llevaban con ellos una buena cantidad de alimento por su recolección, si no que ademas llevaban a la osa caída, y a sus dos cachorros aun con vida.

El verano había llegado a su fin, y el otoño les recibió con una tormenta de agua nieve sumamente intensa y duradera. Los trabajos en el gran salón se habían postergado, con solo unos pocos avances, y de momento ya se sentía de forma apremiante el frío.

En aquella noche, en la que el otoño entraba a sus tierras, el consejo del clan Rotensnö se reunía en torno al fuego de una tienda de campaña. Estaban algo apretujados entre si, aunque dada la tormenta, eso les venia mejor. Niklas e Hvit les habían citado a todos tras su regreso, pues sin duda alguna habría mucha información que compartir antes de establecer si habrían continuar con sus planes para el otoño o cambiarlos.

Lo que hasta ahora sabían por los rumores y la información que se les había ido adelantando, era que Hvit, Eskol y Erik, junto al resto de cazadores habían traído mucha comida, sobre todo Hvit quien con la ayuda de varios varls, había cargado con mucho; todo ello en buena manera fortaleciendo la moral y unidad del clan. En ello también habían contribuido Alistar y Jendalos, aunque en una menor manera. Se decía que Astryr, Gerda y Alistar habían traído a todos esos animales de crianza que ahora merodeaban algo sueltos por sus tierras, casi con la exigencia de montar un corral y mas edificios para ellos o podrían perderlos en el invierno.

El grupo de exploración poco hizo debido a una mala planificación y opiniones distintas, lo cual aportaba muy poco sobre el conocimiento de sus tierras. Finalmente, del comercio habían buenas noticias en general, las cuales Jendalos y Niklas habrían de transmitir.

Se escuchaba también el rumor de que Astryr había perdido a un aldeano al intentar enfrentar ella sola a un oso de gran tamaño, y que Alistar y Jendalos si tuvieron éxito en un enfrentamiento similar, pero contra una madre, y que a su vez habían traído con ellos a dos oseznos. Los hombres que fueron a la ciénega contaban historias de horror mientras los que habían ido al bosque reafirmaban su importancia y el respeto que imponía.

El viaje había sido fructífero y habían conseguido varios de sus objetivos, lo cual estaba mejor que bien debido a la situación inicial. Donde antes había dudas e incertidumbre, ahora había esperanza. Pero debían seguir trabajando muy duro para sobrevivir al invierno que se les venía encima, además de estar atentos a las posibles incursiones por parte de algún grupo de nómadas o inclusive de alguno de sus vecinos. Niklas no confiaba en Jeknir, ni en el Clan Ôskrig que apareció de repente reclamando tierras que eran para ellos...pero todo se andaría. Lo inteligente era prepararse para lo peor, y desde ahí, crecer.

Acercó durante un momento las manos a la hoguera, para luego frotárselas antes ponerse en pie, atrayendo la atención de todos.

- Bien, me alegro de ver que están aquí, pues tenemos muchas cosas de las que hablar. Empezaré yo e iremos escuchando a cada uno según tome la palabra. Les pido que resuman las noticias que tengan, pero sin dejar ningún dato importante fuera. Éste* - dijo, mostrando un par de tablillas de madera con decenas de runas grabadas a mano por él mismo - es el recuento de recursos y alimentos de los que disponemos tras ésta semana de duro trabajo. Lo estamos haciendo bien.  además, también tenemos que saber qué han descubierto los exploradores y los cazadores. Toda información es buena, pero críbenla bien. Empezamos. - se tomó una pequeña pausa teatral y resumió el viaje que le había tomado una semana junto a Jendalos.

- Fuimos a comerciar y a reforzar nuestra alianza con el Clan Lávidr. Nos encontramos con ellos a mitad de camino con las mismas intenciones que nosotros, comunico ésto para que tengan la certeza de su compromiso con todo lo que voy a decir. Obviamente todos tendremos que estar de acuerdo con las propuestas realizadas, pero iré adelantando mi opinión en cada punto. - dijo, alzando una de las dos manos y enumerando los puntos:

- Uno, se propuso la construcción de un camino que uniera ambos poblados para promover una rápida comunicación y posibilidad de ayuda entre ambos clanes, así como la futura construcción de puestos de postas para aligerar aún más la circulación de noticias o peticiones de ayuda. Dicha propuesta cuenta con el apoyo total del Clan Lávidr. A mí me parece una opción muy sensata, puesto que también la íbamos a proponer nosotros, por lo tanto, cuenta con mi apoyo también. -

- Dos, se propuso la construcción de una red de torreones y almenaras para una mejor vigilancia y comunicación entre ambos clanes. De nuevo, cuenta con el total apoyo del Clan Lávidr. Me parece también una muy buena opción, aunque no prioritaria, pero cuenta con mi apoyo. -

- Tres, certificaron la aceptación de nuestra proposición de alianza, por lo que a menos que alguien tenga algo en contra, seremos aliados oficialmente y contaremos con su ayuda y apoyo en caso de ataque, así como ellos contarán con nosotros en idénticas situaciones. -

- Cuatro, a pesar de ser más beneficioso para nosotros que para ellos, aceptaron, como gesto de buena voluntad, intercambiar recursos por alimentos (uno a uno), así que cerramos el trato e intercambiamos, con beneficio para nosotros. Una vez efectuado el intercambio, nos ofrecieron para el futuro un ratio de intercambio de recursos por alimentos idéntico al ofrecido en el mercado de Jeknir (un recurso por dos alimentos). Obviamente, acepté, puesto que, al mismo coste, prefiero beneficiar a un aliado que a Jeknir, y creo que en ésto estaremos de acuerdo todos. Vendrán dentro de unos días a realizar otro intercambio de recursos por alimentos al ratio pactado (uno a dos). -

Pasó a explicar que luego viajaron hasta el poblado de Jeknir, para visitar su mercado y terminar con las compras, así como recaudar información.

- No obtuvimos mucho, más que algo de comida y muchos rumores. La gente no parece estar muy contenta con Jeknir, pero no se atreven a manifestarse. Recelan de nosotros, probablemente Jeknir y sus hombres se han manifestado en nuestra contra y la gente no quiere problemas. Hay rumores de guerra en las lejanas tierras del sur, donde clanes de Krangsmen se han movilizado para atacar asentamientos en el norte. Se dice a su vez que hay un clan de las montañas que se ha convertido en una banda de bandidos y han estado robando en la zona. Y nada más por nuestra parte. Hablen ustedes. -

Y dicho todo ésto, se sentó.

Habbían sido unos días frenéticos y cargados de movimiento, con todo el clan trabajando para aprovechar el máximo posible el poco verano que les había dejado la larga marcha hasta Setterlund. Habían dado lo mejor de sí y el resultado parecía ahora cuantioso, pero quién sabía que les depararía el futuro. En opinión de Jendalos, era mejor ser precavido y no hacerse muchas ilusiones al respecto.

Como si lo hubiera vaticinado, la llegada del otoño trajo consigo un aguacero que lo dejó todo empapadado y el terreno quedó enfangado y lodoso. Ahora se lamentaban de haber postergado la construcción de los primeros edificios, pero esperaba que hubiera valido la pena centrarse antes en conseguir alimento y recursos. En la apretada tienda de campaña, el fuego y el calor humano recofortaba un poco y los ayudaba a olvidarse de las penúrias sufridas y por sufrir. A casi todos, al menos.

Jendalos se mantenía sentado, y se movía y hablaba lo menos posible para evitar que las heridas sufridas a manos, o garras, de la osa le dolieran y se volvieran a abrir. Tenía el cuerpo lleno de bálsamos y envuelto en vendajes, y cara era todo un poema, medio hinchada y llena de moretones. Aún así, estaba satisfecho. Nadie más de su grupo habá resultado herido y habían traído una buena cantidad de alimentos del gran bosque, entre ellos toda la carne que la osa les había proporcionado, así como su piel, y también los dos cachorros que habían capturado.

Lo único que lamentaba era que sus heridas le hubieran impedido continuar con el trabajo en el último día, el cuál había tenido que pasar descansando. Mientras convalecía había escuchado los rumores sobre como les había ido a los otros grupos, cada uno había tenido más o menos éxito en su cometido pero no quería llegar a ninguna conclusión hasta escuchar la versión oficial que se daría en aquella reunión.

Como líder, Niklas procedió a relatar lo sucedido durante el viaje y lo que en él habían conseguido, seguramente había sido el grupo que más provecho había sacado, ya que además de un trato ventajoso y algo de recursos, habían conseguid información sobre lo que sucedía en los alrededores. No sonaba a buenas noticias, pero al menos tendrían el apoyo de los de Lávidr. Cuando el mender terminó de hablar, Jendalos tosió para hacerse notar y tomar la palabra, limpiándose con la manga un poco de sangre que le había salido de la boca:

- Bien... Debido a que acompañé a Niklas durante parte de su viaje, no pude dedicarme por completo a las tareas de recolección, pero aún así nos las arreglamos para en tres días conseguir una buena cantidad de alimentos. Del gran bosque conseguimos un montón de hongos, setas y hierbas comestibles, sé que no suena al aperitivo ideal pero al menos alejarán el hambre un tiempo. Y cocinados de guarnición estarán en su punto. También conseguimos algunos frutos, bayas y demás, pero en menor cantidad. El sexto día no conseguimos encontrar mucho, pero al regresar dimos con la osa y sus cachorros... Y ya sabemos como acabó aquello, no lo he calculado pero a ojo nos agenciamos casi media tonelada de carne, y una pelea para inmortalizar en el estandarte de nuestro clan - dijo con una media sonrisa, lo decía medio en broma puesto que no era vanidoso ni orgulloso pero tampoco estaría mal que su lucha con la osa quedara para la posteridad. Tendrían que poner a Alistar también, claro, pero él había resultado ileso, mientras que Jendalos había peleado cuerpo a cuerpo con la bestia y había triumfado y sobrevivido para contarlo. En su opinión aquello lo hacía merecedor del papel protagonista.

- Por razones obvias, no pude continuar con la tarea el último día, aunque espero haberlo compensado con lo que hemos conseguido y con esos dos oseznos, el destino de los cuales dejo en manos de este consejo.

La reunión comenzó con las palabras de nuestro líder, que se explayó en contar los avances de lo sucedido durante la semana, incluyendo el asunto de nuestro clan vecino y ahora aliado. Escucho atentamente todas sus palabras pues son muy de mi interés lo que ocurre con el clan Lávidr y quedo bien conforme con lo que han decidido pues también me alegra pensar que sean ellos quienes se beneficien de nuestros tratos y no Jerknir.

Luego Jendalos expone lo que hizo y lo que aprendió, a lo que asiento conforme, pues son buenas noticias para nosotros y un gran aporte para el clan. Los oseznos me parece un mal asunto pero no es algo a tratar aún, lo primero es exponer lo ocurrido y lo averiguado.

Me pongo de pie y hablo al resto:

 - "Yo fui a cazar al bosque y conseguí buenas presas. Es un lugar con muchos animales de caza, por lo que sería muy recomendable concentrar la caza en esa zona si necesitamos carne rápidamente. Hay depredadores y animales de gran tamaño, por lo que no es recomendable ir solo."

Muchos de ellos pudieron ver como llegué con una pierna en mal estado cuando volví con unas buenas presas sobre la carreta, incluyendo un gran jabalí, probablemente el alfa de una manada. Sea como sea, si se organizan partidas de caza, ese es un gran destino para ir.

Cuando mi hermano se sienta, me pongo de pie y miro a Alistar, para comenzar a exponer lo que nosotros logramos:

 - "Con Alistar y varios más fuimos a la lagunilla y solo encontramos animales para caza mas no para corral. En la llanura fue distinto y conseguimos varios bueyes. Ahora tenemos para criar y así siempre tener carne, leche y animales para tirar. Hay que tener cuidado pues hay depredadores en ella. Nos topamos con una manada de lobos y pueden haber más."

Me siento, intentando no acaparar la atención por más tiempo del necesario pues me da un poco de vergüenza que todos me miren.

El tiempo apremió cuando nos fuimos del bosque. Jendalos era un daño, pero a cambio habíamos logrado obtener un par de animales que bien servirian para nosotros.

- Como han dicho mis compañeros, los dias han sido fructuosos y los caminos por nosotros han sido recorrridos. Por el lado de la caza, no tuvimos mayor dificultad que los lobos. Sin embargo pudimos hacer frente y salir campantes - y una piel nueva para hacer un portaflechas

- En el caso de la caza, como dijo nuestro amigo Jendalos, hemos conseguido una enorme pieza de carne. Sin embargo, pido ante el consejo quedarme con al menos una cría de los oseznos para mí. Lo pido como derecho de cazador, que ha arriesgado su vida para obtenerlo. Si jendalos ha quedado satisfecho con la piel, yo quedo satisfecho con la bestia

Eskol esperaba su turno para hablar e informar de lo que habían vivido. Había sido una experiencia muy intensa, casi terrorífica en algunos puntos. Cientos de grandes dragones de río enfrentándose a los valientes cazadores del Clan.

- ....y rodeados de cientos de esas bestias, tuvimos que ir retrocediendo paso a paso, tras sacar a uno de los nuestros de un trozo de tierra que lo engullía, como si los demonios del abismo estuvieran estirando de sus pies para llevárselo al otro mundo. La pelea fue terrible, y sólo la valentía y habilidad de los nuestros nos pudo sacar de allí con vida. La ciénaga es un sitio maldito, y pobre de aquel que quede atrapado allí dentro, pues las bestias de aquella zona darán cuenta de él muy rápido. Que nadie vaya a aquella zona, y si vamos, es para limpiarla de tantas alimañas. Recordad, más de cien de esos dragones acuáticos habitan allí, además de unas tortugas enormes y carnívoras. Mal lugar. - relató dicha experencia como si de un cuento se tratara.

- Los páramos son un mal sitio para cazar, a pesar de que intentamos cazar venados, felinos y primates, pero no había casi nada. Sin embargo, estaba lleno de insectos que nos proporcionaron grandes y jugosas recompensas. En total hemos traído insectos, roedores, pequeños mamíferos y alguna que otra cosa....pero en gran cantidad. -

Dicho ésto, se sentó.

Tras la semana de tareas, se convoca una reunión. El frío comienza a azotar esas tierras y pronto se notará el frío invierno aunque solo estén en otoño. Lo único que les protege de morir es el fuego de la hoguera y que en esa tienda hay más personas de las que podrían caber normalmente. Pero eso no importa. Están ahí para informar sobre lo ocurrido durante esa semana y decidir los nuevos pasos.

-La semana para mi grupo ha ido bien. Conseguimos muchos animales de cría en el bosque. En el cuarto día, aun en el bosque, nos encontramos con un oso cuando vaciábamos trampas. Intenté asustar al oso para que dejase en paz al aldeano, pero creo que eso le enfadó aun más. Y el aldeano pagó las consecuencias. No pude hacer nada para salvarle. 

Se lamenta y aceptará cualquier castigo que deba imponerse si así es necesario. Al fin y al cabo, sus elecciones no fueron las acertadas y un inocente sufrió las consecuencias.

-Después dejamos el bosque para ir a las llanuras y aunque el ánimo estaba un poco decaído, conseguimos encontrar buenos especímenes de bueyes y unas pocas ovejas.

Se calienta un poco las manos.

-Creo que deberíamos centrarnos en construir el Gran Salón lo antes posible. Y un corral para los animales atrapados. Nos será imposible retenerlos, si no. Y habremos gastado una semana muy valiosa para nosotros. Además... me preocupa Jeknir nos tenga en el punto de mira. Debemos levantar defensas. Trabajando todos juntos podemos levantarlas en poco tiempo. Además, también están esos rumores de guerra al sur. ¿Y si enviamos unos exploradores? 

Habiendo escuchado ya a varios, Niklas decidió tomar de nuevo la palabra. - Cierto es que hemos tenido éxito en la recolección de alimentos, bestias de crianza y de tiro, así como en certificar la alianza con Lavdir. Pero como bien dicen algunos componentes de nuestro pueblo, hay que centrar la mayoría de los esfuerzos, ahora mismo, en terminar de construir el Gran Salón, un establo, un granero y una empalizada. Creo que eso son los edificios claves que debemos tener en pie antes de que empiece el invierno. Posteriormente me decantaría por un mercado y a partir de ahí, ya iríamos ampliando con más casas, herrería, salón de los héroes, etc...  ¿qué os parece? - 

El clan se había puesto al día; tras una semana de mucho trabajo, que había traído consigo el fin del verano y el inicio del otoño, las noticias parecían alentadoras. Habían conseguido recursos y alimento, sobre todo alimento, el cual al parecer, no escasearía. No habían encontrado de momento problemas serios que deberían preocuparles, mas que el mero hecho de la presencia de osos y lobos en sus territorios, lo cual era de esperarse en aquel territorio salvaje. Y quizá también el peligro de la ciénega, pero con evitarla bastaría.

La noche se prolongó durante el transcurso de la misma el clan ultimo todos los detalles faltantes para resolver los primeros días del otoño y afrontar el ya cercano invierno. Había construcciones que realizar y alimento que acumular.