Eres uno de los no-hambrientos y ganas con ellos.
Te mola el ocultismo, la oscuridad, la autocompasión y el postureo neo-gótico.
Nadie te comprende del todo, pero te encanta decir tres veces Bitelchus delante del espejo.
Un buen día alguien te contestó. No era Bitelchus, en realidad se lllamaba Raimundo y era pocero.
Desde entonces conoces tu don y por las noches charlas con los muertos.
Durante la fase nocturna, y mientras estés con vida, puedes comunicarte con los muertos. Durante la diurna también, pero tiene menos caché.