Apareció en medio del pueblo, con un par de sus trabajadores, llenó de tierra y ceniza. Había logrado crear una barrera contra el fuego, bombeando el pozo de sus terrenos para que humedeciera la tierra. Era muy probable que perdiera la gran mayoría de sus viñedos con la catástrofe, pero no podía permitirse perder la tierra. Por lo demás, el resto de los trabajadores se quedo en las tierras para cuidarlas y limpiarlas.
Con un par de hachas y un azadón, él y sus trabajadores se acercaron al pueblo, para ayudar a los vecinos. Escuchaba algunas instrucciones y otras, pero parecía que nadie se decidía por que hacer.
Negó con la cabeza, y se acerco al bosque para empezar a derribar algún árbol, buscando cortar el avance de las llamas.
Me levanto tarde, tosiendo en mi humilde cabaña y las llamas que provienen del monte y que se reflejan a través de la ventana terminan de espabilarme. La noche anterior he ido temprano a dormir, tras ver como el azar acababa con el amor de dos buenas personas. O al menos una de ellas sí que lo era y yo pondría las manos en el fuego por ello.
Fuego! mi línea de pensamiento me recuerda el problema que tenemos entre manos, más urgente que la guerra que se ha desatado en las noches de San Palmaquino. Sin más dilación, salgo a la carrera hacia donde veo las llamaradas para ayudar a contener y sofocar la amenaza que hoy nos ataca.
"Dadme una pala a mi también. Contad con mis brazos y mi espíritu para hacer lo que sea necesario para acabar con esto."
Con una pala en las manos, comienzo a trabajar hombro con hombro con el resto de los pobladores, mientras escucho la escasa conversación. El fuego y el esfuerzo nos ha dejado sin resuello, poco podemos decir en aquellos momentos. Pero tarde o temprano tenemos que sentarnos a discutir. Ya han muerto demasiados vecinos como para que mandemos a la horca a alguien más sin ningún fundamento.
-Entonces estamos en que cavaremos una zanja desde el rio para rodear la vegetación cercana al pueblo? y también podriamos usar la tierra que vamos sacando para enterrar la vegetación de menor tamaño, eso sin duda debe evitar que el fuego se siga extendiendo por tierra, pero tenemos un problema...- dice observando con mas detalle el avanzar de las flamas -Las chispas que lleva el viento están encendiendo los arboles vecinos- dice mientras comprende porque aquel hombre había comenzado a afinar su hacha contra aquel árbol -Lo que esta haciendo él podría ser mas útil, pero no bastará con cortar los arboles, hará falta retirarlos lejos del alcance de cualquier chisca que les encienda fuego-
-Los arboles mas grandes y frondosos son un peligro mayor- dice el artista mientras contempla como casi que magicamente* una pequeña chispa pasa de un árbol a otro.
El tipo tiene mucha imaginación xD
El General no gozaba en San Palmaquino de la autoridad que en su tiempo había tenido, sus bochornosas noches en la taberna habían minado cualquier tipo de respeto en muchos de los vecinos y otros ni siquiera creían que fuera un General de verdad. Pocos eran los apoyos en los que se sustentaba el viejo militar, pero no por eso podía cejar su empeño. Pese a eso le sorprendió que todos se pusieran en contra de su opinión, cuando tenía claro que eso solo interesaba a los asesinos.
- Siento seguir refutando las palabras de todos ustedes, pero veo el incendio bastante controlado como para poder discutir otras cosas y entiendo que la posición que están tomando, sin tener que ser vuestro caso, solo interesa a quien combate en esta guerra. Pues sin tratar el tema todo ciudadano vota a ciegas sin ningún criterio...-
Ceso en su intento por intentar provocar una reflexión en todos los presentes, pues estaba sintiendo como cavaba su propia tumba mostrándose contrario a los intereses de ambos bandos cruzados. Sensación que se incrementaba con la pala en la mano mientras ayudaba con la zanja.
Hoy otro muere entre las cuerdas de la horca.
Eduardo Toñil camina entre ustedes y los mira.
Es claro que el miedo a la muerte esta en sus ojos,
y los mira a todos, mientras la luz se opaca en el cielo gris.
Eduardo puede decir algo si lo desea.