Partida Rol por web

Entre el barro mezclado con la mierda y el lodo putrefacto que la lluvia juntó al pueblo, avanzó con paso titubeante. Por suerte, no había mucha distancia que recorrer pues vivía al lado mismo del local, donde entre cuatro cachos de madera, refugiado en el rincón más resguardado y seco de lo que había sido su casa, dormitó el último par de horas, hasta que las voces y los gritos le sacaron de su letargo

 Subió los escalones de madera lentamente, casi cojeando y tras dedicarle una mirada de desprecio a la mujer que limpiaba el suelo, la figura de Jack se dibujó a contraluz en el marco de la puerta de la oscura taberna donde bastantes ya se habían congregado.

-Señores… disculpad mi tardanza y ausencia.- Hasta ese momento el inglés había intentado conservar su porte apoyando su peso contra el marco pesado, pero al avanzar hacía dentro de la habitación su fortaleza flaqueó un instante, y amenazó con irse al suelo, suerte que alguien le asió a tiempo lo que agradeció con una sonrisa sincera pero fría por el esfuerzo. –Lo siento, necesito beber algo que vuelva las fuerzas a mi cuerpo.- Estaba pálido, sudoroso y llevaba el antebrazo ancha y pulcramente vendado aunque se vislumbraban anchas manchas de sangre en su ropa.
El hombre tosió e hizo acopio de explicarse. –Llevo unas horas ausente pero si me dan un par de minutos para reponerme un poco paso a contarles lo sucedido…- Sin embargo, no había pena en su rostro y sus ojos brillaban satisfechos y victoriosos.

Escucho las palabras de los aquí reunidos, intentando como cada día descubrir algo que me ayude al momento de acusar a un vecino y mandarlo a la horca. Los ánimos están cada vez más caldeados, el tono de la discusión, por momentos, se vuelve álgido. Si continuamos así, terminaremos agrediéndonos fuerte y tal vez, otro inocente termine en la horca.

Mientras Jack aparece malherido pero con un brillo en la mirada que indica que lo que sea que le haya ocurrido, ha valido la pena, me concentro en las palabras de Gonzalo y las de Nikolai. Creo que Gonzalo ha sido víctima de un ataque la noche pasada porque los masones han creído que sabe más de la cuenta. "Gonzalo, creo que han ido tras de ti por considerarte una amenaza. ¿Puedes recordarnos qué vecinos te resultaban más sospechosos? Alguna acusación que hayas proferido en voz alta, alguien a quién hubieras señalado anteriormente. Da la impresión de que te atacaron porque creyeron que sabes más de la cuenta".

Gonzalo escupe al suelo por donde acababa de salir Chritopher.

-No pienso contestarte, ¡Masón!- le grita a su espalda - Largo.

Al ver como el resucitado Jack entra medio tambaleándose se acerca para prestarle su hombre y llevarle a una silla.
Amigo, que te sucede, ven siéntate. va tras la barra y saca algo de beber y de comer. Toma amigo, nútrete, que te sucedió anoche.

Espero que no le hayan atacado también... Eso significaría que los grupos se están dividiendo, o algo así.

Santiago, si te soy sincero no sé si me atacaron los masones o los inquisidores, son especulaciones... Tan solo especulaciones. toma aire y sigue Pero si que pienso que son los masones, y que el señor Crhistopher lo es, tal vez me equivoque. No lo sé, tal vez sea solo el odio lo que me guía... Jack, que opinas?

Tras beber un largo trago que le devolvió el espíritu, el malherido Galeno habló : -Opino...- Siguió con su sonrisa a pesar de todo. -Que al final hemos empezado a sacudir bien el árbol y ya nos regala sus frutos.
Hemos conseguido al fin poner nerviosos a nuestros enemigos. Vamos por el buen camino. Nos ven una amenaza. Jajajajajaja.- ¿Por qué se reía? porqué con lo que acertaron con Shuaila y lo que pasó luego en su vigía nocturna creía estarse ganando el perdón por su vida de corsario y podría ir a unirse con su amada en el paraíso cuando la parca le reclamase de nuevo.

-Ayer por la noche tras ajusticiar a esa perra, tan solo llegué a escuchar lo que tenía por contarnos nuestro amado contador de cuentos (o más bien debería decir "historias". ¿No es así?)- Pues obviamente lo que contaba no eran fantasías sino hechos.
Sabiendo que esa mujer malnacida era una de las que mutiló a tanta gente inocente en pos de SU verdad, decidí pasar por delante de nuestros enemigos y encaminarme a su casa para registrarla con la esperanza de descubrir cualquier papel o pista que nos indicase quién más podía pertenecer a esa maldita y falsa logia.
La pista estaba fresca y no quería que borrasen las pisadas.
Por desgracia lo único que encontré me regiró el estómago. En el comedor sentado en la mesa encontré a su marido, sentado en una silla, varios desayunos servidos frente de él en distintos estados de descomposición lo que lleva a pensar que el hombre llevaba un mínimo de cuatro días con el cuello cortado desde detrás.- El rostro de Jack por momentos fue más oscuro, pues una cosa son amputar brazos palpitantes, operar a sangre fría, ver las heridas causadas en una batalla sean propias o causadas por tu mano, e incluso ver a los muertos. Tenía un pasado y un presente que requerían de estómago pero ver un cadáver que llevaba tiempo que debería haberse confiado a la tierra iba varios pasos por delante de lo que jamás habían visto sus ojos.

-En cuanto le había dado santa sepultura era ya entrada la noche y os habíais dispersado.
Así que fui a por mi arma y para echar por segunda noche un ojo al Sr.Vasiliev creyendo que sería él (sino yo) el blanco de nuestros enemigos. Como veis, acerté.- Dijo levantando el brazo. -Ayer cubiertos por las sombras de la noche intentaron cobrarse por segunda vez su vida, por desgracia no vi a nuestros enemigos encapuchados, ni siquiera sé cuantos fueron, forcejé con uno y salí herido, al menos los muy cobardes salieron huyendo.
Había perdido mucha sangre así que improvisé un torniquette y fui a por mis instrumentos. Luego creo que me refugié ne casa y me desmayé.- Eso era lo que había hecho tras su larga ausencia.

-Como dije lamento y pobre aspecto, he perdido mucha sangre. Esta noche han intentado asesinarte mi buen amigo Vasiliev.- Trató de sacar aquella hojas con los votos, para seguir sus pesquicias con la nueva información para ver si conseguía sacar algo.
-Y yo creo (o opino) que si mis sospechas estaban sobre el Sr. Diego Díaz por defender ferreamente a Shuaila argumentando en pos del sexo débil, argumentando hipócritamente cuando votó dos veces a la señorita Montpellier, mis sospechas siguen con mayor vigor a esa dirección.- Levantó la mirada de las hojas para mirarlo con las cejas juntas, no era solo odio lo que le movía sino además la convicción de ir en la dirección correcta pues sospechaba de él antes que nadie, luego del mudo Alalegre que solo hablaba puntualmente y ni siquiera respondía preguntas, luego ya se preocuparía de esa otra mujer que escuchaba mucho más de lo que hablaba* y finalmente del extranjero borracho y bocazas.

-Gracias, amigo- dijo cuando Jack contó lo ocurrido- te creo, Diego defendió a las mujeres cuando al menos una de ellas era una masona. Claro que por desgracia no estamos seguros.

A Nikolai Alba y Diego le parecían sospechosos. Pero tampoco se fiaba demasiado de Unaoreja y de Christopher. Quizá fueran de bandos distintos o imaginaciones de Nikolai. Pero no quería fallar esta vez, no después de haber elegido bien al ajusticiado de la noche anterior.

-Sigo pensando que los masones estuvieron protegiendo a Shuaila, y que es a uno de ellos a quien debemos votar hoy.

El problema era a quien debían elegir entre éstos, además de que entre los que votaron a la masona el día anterior podía haber un inquisidor... ellos no defenderían a nadie que no fuera de su grupo, claro que tampoco sabían quien saldría elegido el día anterior. Podían haber escogido a cualquiera.

-Gracias a ti.- Respondió con sinceridad. -Has hecho más que ninguno.
Y así es, algunos se alzaron en defensa de esa...- No quería llamarla mujer, la creía indigno de ello. -En ellos esta la respuesta.- Su voto lo tenía claro, siguió con sus apuntes. Sin embargo escuchando lo que se pudiera decir y parando en ocasiones para comer y beber a fin de recuperar fuerzas. Pues de seguir en aquella pudedumbre que le hacía toser y aletargarse, herido y sin apenas dormir sino ingería alimentos no tardaría en ser tanto de nombre como de forma un fantasma.

Frank alzo la vista ligeramente al escuchar la voz, nada familiar, de mujer y sonrió con sarna.
-Ahora, ¿Siendo el sexto día nombra nombres señorita? Quisiera escuchar la razón de cada uno de ellos, no por boca de los hombres, pues tengo clara su postura, sino por la de la única mujer, porque si no me convence, ya sabe a quien ira mi voto. Solo espero que de estar equivocado, comprendá mi recelo al no a ver participado con el resto, pero sin embargo nunca perderos una votación, como la lista de Jack bien a remarcado.-No toleraba la actitud de Alba, como ya había expuesto desde los primeros días.

-¿Saben qué, señores? - digo, mirando tanto al señor Vasiliev como al galeno - me creo lo que han dicho, son de los pocos que aquí me han dado argumentos más que suficientes para votar hacia una dirección y, además, su deseo de encontrar y ajusticiar a todos los asesinos está más que demostrado. Tienen toda mi confianza y por lo tanto e implorando que el señor Diego Díaz se defienda, voy a votar contra él. No porque tenga sospechas yo, que las tengo, sino porque no desconfío más de nadie que de usted ahora mismo.

Doy una palmada en el hombro a Jack y digo a Gonzalo:

-Una jarra de cerveza para este buen hombre que nos va a ayudar a salir de esta.

Suspiro cansado.

Cometí un error al pensar que las mujeres no podían ser ejecutoras de tan horribles crimenes. Y vote a la amada o amiga del galeno como tantos otros pero mis razones son las mismas que dije antes. No desconfiaba de nadie simplemente ella me pareció pedante y tenia que votar a alguien.

Pedro Una oreja. Votad me si eso te hace sentir mejor. Ya dije que defendí a las mujeres por que no pensé que pudieran hacer tanto daño. El señor galeno sigue lanzando insultos en mi contra aunque el hecho de tener a la que el confianza es su amada debe ser motivo suficiente para hablarme de la forma que lo hace.

Tan arrepentido estoy de lo de ayer que hoy votaré a la única mujer que queda. Después de todo con lo de shulia una habitante mas de este pueblo ya de cualquiera puedo esperar todo.

El maestro decidió dar su opinión:

- De entre los dos que parecen recabar más atención, me parece más sospechoso el señor Díaz, pues en las votaciones la muchacha no parece haber seguido un patrón muy claro...y ha votado alguna vez por Pister Vitorius, que yo sigo considerando una amenaza aunque los demás se hayan olvidado inexplicablemente de él. Por ello esta vez cambiaré mi voto al señor Díaz, y esperemos que una vez más las deducciones lógicas nos lleven a uno de los asesinos. No podemos permitirnos errar.

Gonzalo suelta de un golpe la jarra sobre la mesa, delante de Unaoreja. Algo enfadado.
Todos estos me están ignorando, completamente.

Bueno, veo que no les interesa mucho la opinión de alguien al que casi asesinan esta noche. De todas modas yo tengo claro a quién votaré. Me lo pide el alma frunce el entrecejo y se cruza de brazos esperando más "revelaciones"

- La historia de dos héroes que volvieron de entre los muertos, y vencieron a sus agresores, intimidaría a cualquiera - entro al bar entre la algarabía de las charlas - gracias a ustedes el pueblo es ahora mas fuerte de lo que fue al principio, y la justicia esta en sus manos tanto como en las del pueblo, la hora de vengar a nuestros amados y cercanos, es ahora, y no desperdiciar ni un voto es indispensable dos lacras deben de abandonar el pueblo hoy, desde ya anuncio mi voto por el señor Narl, de quien la confianza he hallado perdida hoy, pero no se preocupe señor Ala Alegre, quien sigue oculto entre las sombras aun ausente de respuestas para este pueblo ansioso y con preguntas, que un voto para usted vendrá pronto me siento en una silla acercándola a una mesa - en lo que respecta a la moción de colgar al señor días, es poco cuanto puedo decir, excepto que al no haber votado por mi también me hace verle como un sospechoso, pues cualquiera con tres dedos de frente – guiño un ojo al galeno – lo hubiera hecho por mi supuesta constante ausencia, lo que no es mas que un motivo banal, pero que no deja de ser una actitud sospechosa.

No sabemos si le sobresaltó más el golpe de jarra o el comentario. -¿Casi asesinan?- El tabernero había soltado aquello como si no se refiriese al Sr. Vasiliev algo que le chocó pues nada sabía del otro ataque.

Iba a preguntar al respecto cuando vio que la disputa se trasladaba a varios frentes.

Levantó la mirada  por encima de su hombro para ver la escena que se desplegaba. El Galeno no entendió a qué venía aquél pronto de Frank, lo habría sabido de haber llegado tan solo unos minutos antes pero él no llegó a escuchar el comentario que Alba había hecho sin siquiera decir que esas palabras fueran suyas. No entendió a qué venía, lo que si entendió es como no se dignó siquiera a responder tales acusaciones. Cualquiera habría reaccionado a una incitación semejante. Jack no dijo nada, pero alzó pensativo una ceja. No olvidaría aquello con facilidad, como tampoco olvidaba que Alaalegre no había contestado a las acusaciones, como tampoco olvidaba tantas otras cosas como bien el tutor parecía apuntar. Simplemente el cirurjano cortaba por donde parecía gangrenarse primero antes de amputar el brazo entero.

El inglés bebió un sorbo de su cerveza sin llegar a abusar de ella, y después de agradecer con la cabeza el gesto que con él tuviera el marinero se sumió de nuevo en cavilaciones, las palabras del Sr. Díaz no le habían conmovido. Era más que solo hubiera defendido a Shuaila no le hacía creer más inocente y que mentase a la dulce Eléanor en términos de "su amada" como si eso ensuciase su pureza no hacía que se ganase su confianza. La rabia le quemaba aunque intentó parecer templado mientras analizaba aquellos papeles que, por el momento, aún no parecían conducir a nada de extraordinario, pero que él seguía con la certeza que tarde o temprano lo harían.

Devolvió el gesto de cortesía al soldado y le contestó. -Reconocer su comportamiento e intentar enmendarlo es un primer buen paso, aunque se tendrá en cuenta según avancen los hechos.- Le dio un toquecito al hombro que no tenía porqué significar nada, o que le sentenciaba o bien le consolaba. -Aunque si es inocente no se preocupe, igual caen todos los culpables antes de eso. Y como dice es cierto... no hay que desperdiciar un solo voto.-

Se incorporó con trabajos pero con más vigor, estaba algo ya recuperado. -Pues hará bien, amigo mío.- le dijo a Gonzalo. -El alma es lo único que con certeza le puedo confirmar que poseemos.
¡Harán bien todos ustedes de hacer lo que el alma les pida! yo por mi lado ya tengo mi voto.- Con pasos erráticos pero más firmes que con los que había entrado, se dirigió a la urna.

A pesar que al nacer el día nadie murió, al acabar la noche dos de ellos si, caminan hacia la horca, y mueren sin piedad ahorcados de manera doble.

Al conocer el resultado, no sintió temor, ni ira, ni miedo. Estaba preparado desde el día anterior, cuando los resultados de las votaciones por Shuaila se habían hecho públicas. Desde que las conclusiones de Jack, decidieron a él, al dueño de la viña, como el único sospechosos de ser un masón. 

Camino en silencio hacía la horca, viendo a cada uno de los presentes, uno por uno, sin ningún rastro de rencor en ellos. Observó a Jack, con una pregunta no dicha, ¿Por qué mientras todos creían que había salvado a  y a Alba... ¿Como pudo ser tan ciego? ¿Como pudo el pueblo ser tan ciego, y sordo? Cuando se alejaba del bar, escucho las suaves palabras de la chica, ¿quién podría si no conocer mejor al pueblo, que la mujer que se encargaba de limpiar día a día, con paciencia y esmero, como una sombra, sin ser vista por nadie? Se sintió aliviado al saber que la suerte había decidido que ella no lo acompañase en la horca... Quizás, después de todo, si el pueblo aprendía a ver y a oír, se salvarían.

Cuando sintió la soga al cuello, miro a los presentes por ultima vez. Y mencionó, sus ultimas palabras.

- A los últimos habitantes abandonados de este pueblo condenado, les pido le digan a mi esposa, si es que vuelve, y si es que alguien queda aún con vida, que el mi testamento esta solo donde ella puede saber. - Trago un poco de saliva, y continuo.

- No siento rencor por nadie, porque yo mismo he enviado a la horca a otros hombres. Me voy, estando en paz conmigo mismo... Ya el señor Vasiliev comprobara, que nuevamente, han enviado a un inocente a la horca. -

No alcanzó a añadir mucho más, y tampoco quería hacerlo. Lo ultimo que sintió fue una fuerte presión en su garganta, y luego la falta de aire, la presión en su cabeza, y el enorme dolor provocado por la asfixia, y luego... nada.