Partida Rol por web

Pedro se une a los que piden una salchicha y de beber a Gonzalo, que ya debe de estar harto de verle.

-¿Puede darme a mí también alguna salchicha y una jarra de cerveza? - dico, y tras esperar a que le sirvan se dirige al artista y al viejo general, que están comenzando una especie de debate para intentar descubrir algo más.

Se sienta cerca en donde puede y tras dar un mordisco a la salchicha dice:

-Yo no he podido averiguar nada, solo he intentado aconsejarles, pues tengo algo de experiencia en este tipo de tramas... - explica a los presentes - además, acusé en su momento al monje porque me parecía muy sospechoso con sus amenazas catastróficas, y a ese tal Eduardo Toñín porque parecía querer pasar desapercibido. No he averiguado nada. Espero que alguien pueda iluminarnos.

"Unaoreja" calla para dar otro mordisco a la salchicha y, tras limpiarse las grasientas manos en los pantalones ya bastante echados a perder, bebe un buen trago de cerveza, que poco a poco le va gustando más. Aunque echa de menos el ron.

-Bien, si solo lo que busca es que reflexionemos, entonces puede que no me caiga tan mal, pero de momento de usted no he escuchado mas que a una persona que por su rango, se piensa por encima de los demás- dice mientras se resuelve a morder una salchicha, hacía mucho tiempo que no probaba una, estaba realmente deliciosa, por un momento solo se quedo pensando como podía dibujar su sabor ¿Sería eso posible?

Despues, volviendo sobre el tema... -Entonces, que propone con exactitud? y espero que sepa escoger mejor sus palabras y la forma en que las dice de aquí en adelante, suelo ser demasiado desconfiado, y en la situación en la que estamos mucho mas- dice para después disponerse a dar una mordida a la salchicha.

Las discusiones y acusaciones por fin se empezaban a darse y era obvio que ninguno de los que se acusaban tenia una razón "real" para el resto. Como esperaba solo había rencillas y riñas, por miedo y nerviosismo, era de esperar, después de todo era un pueblo dividido. Por otra parte las mujeres se mantenían al margen mientras que los hombres hablaban, bien era cierto que eran mayoría, pero tenían labios y sabían hablar, porque callaban.

-Y yo tengo una pregunta para eruditos y estudiantes. ¿Los inquisidores pueden ser mujeres? Esa pregunta también va para los Masones. Pues muchas de las presentes ni hablan, como bien dicen unos, ni aportan como bien dicen otros. No sera que siendo esta una tierra de hombres, las mujeres ¿Quieran tener el poder, y hayan usado la muerte del cura y el alcalde-Como todo aldeano de su época, el machismo era la herencia de sus padres y la biblia decía, y todos conocían; lectores o analfabetos, que la mujer era el pecado.

Volvio a callar y probo de su jarra.

Luchar contra el fuego había sido una tarea ardua así que Martín Alfonso de Córdoba se encontraba muy cansado y se dirigió a la taberna a tomar una cena ligera e ir a dormir lo más pronto posible. Aunque el pueblo se había convertido en un lugar inseguro y regresar a casa por la noche y solo era algo peligroso, ansiaba un merecido descanso puesto que el día de mañana amanecería inexorablemente y tendría que cumplir con sus obligaciones. Por ello una vez dentro de la taberna decidió saludar rapidamente a los parroquianos y dirigirse a la barra.

- Una salchicha y una buena jarra de cerveza posadero, amigo Gonzalo -Cuando le sirven su ración Martín Alfonso se sienta en la misma barra a tomárselo y una vez termina se dirige hacia su casa, no sin antes dar las buenas noches a sus vecinos.

- Buenas noches convecinos.

Tras sofocar el incendio, volvemos agotados y nos reunimos en torno a una hoguera. Vaya ironía, como si el calor de las llamas no hubieran estado abrazando nuestra piel a lo largo del día. Cansado, me dejo caer en el primer sitio libre que encuentro y escucho la conversación. Por fin empezamos a atacar el problema como debemos. Si en algo tiene razón el general, es que el silencio solo favorece a quienes quieren ver el pueblo destruido. "Confieso que yo también he ido señalando sin ton ni son hasta el momento. Todos los que estamos aquí somos vecinos, nos conocemos. Aún me cuesta creer que entre nosotros anide la semilla del mal".

Tomo una salchicha y doy unos bocados antes de proseguir. "Coincido con el general que quienes se empeñan en callar se ven más sospechosos, como si tuvieran algo que ocultar. Desde que comenzaron las muertes, hay varios de nuestros vecinos que no se han dejado ver por las calles, como solían hacerlo habitualmente. ¿Acaso están confabulando para acabar con nosotros más rápidamente? ¿O es que temen ser asesinados a plena luz del día? No sé ya que pensar... sólo puedo lamentar la muerte del galeno. Ahora, sin un médico en el pueblo, estamos aún más desprotegidos"

Aquella noche a diferencia del resto habia decidido unirme al resto del pueblo en aquella vigilia que hacian en torno a un fuego no muy lejos de la posada de Gonzalo. Mi madre reposaba en su lecho, acallados sus temores y preocupacion por las muertes y el incendio.

Aun con la ropa militar llena de hollin, tierra y transpiracion me acerco a los presentes para escuchar desde lo lejos como se levantan acusaciones hacia el general, no puedo ocultar cierta ira y estando aun a unos pasos digo irrumpiendo en el corro.

- Si fueras un hombre de bien en San palmaquiano no hablarias de este modo sobre Don Antonio, mi padre que en paz descanse le tenia como referente y yo mismo he crecido mis primeros años aqui viendo su grandeza y humildad. 
¿Acusar de intentar convencer al pueblo? Señor Zabala, es usted quizas más chico que yo y no le recuerdo de mis escasos años antes de partir a la madre patria pero bien deberias saber que si alguien por derecho tiene a ser la voz cantante de este poblado ese es Don antonio.

Mientras hablo me acerco a este y apoyo mi mano sobre su hombro, era casi como un padre para mi y no permitiria que se lo llevase a la horca un alborotador.
-Con tu juego de acusaciones e intrigas estas haciendole el caldo Gordo a aquellos detras de todas estas muertes, incluso no es dificil voltear tu dedo acusatorio y preguntarnos cual es tu intencion en quitar del medio a un hombre sabio, con don de mando y humildad, ademas de ser una figura reconocida por todo el pueblo.
Agradezco la jarra de cerveza que me acerca el posadero y continuo diciendo.
Yo estoy cansado de la obligacion de levantar el dedo para señalar en vano, basta de acusar sin razon. El fuego más alla de toda desgracia es una señal de que debemos estar unidos para salvar el pellejo, y dejar de que los asesinos se rian en nuestras espaldas cada vez que matamos por ellos mismos apelando a una justicia que es tan ciega como insensata.

Esa noche terminan por dormirse, esperando  seguir vivos al despertar.