No sabes cuanto tiempo ha pasado. Lo único que ves, es la luz que te indica el camino, la salida de esta extraña cueva en la que estas, rodeado de oscuridad y lo que parece...¿madera?. Un suave canto te rodea, pero más que calmarte, te alerta.
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Sabes que es maligno. Sabes que es profano ¿que ocurre aquí? ¿Avanzarás, o te quedarás atrás?
Vincent no se sobresaltó, avanzó en silencio mientras pensaba - La llamada de los ángeles han resultado ser de los caídos, alabado sea el señor, tendré la oportunidad de acabar con ellos - Avanzaba, tranquilamente, con la campana tapada para que no sonase, su único objetivo ahora mismo era eliminar el mal de raíz.
Pobre e inocente Vincent.
No tienes la campana. Ni tu armadura. Solo un paño te recubre, como si fueras el hijo de Dios en la cruz. Y la música suena cada vez más, el canto suena cada vez más alto, mucho más grave, mucho más intenso.
Estas en el tronco de un árbol. De un árbol viejo y rugoso. En uno de los agujeros que cubren su corteza puedes verlo. Ves a un cuervo negro y hecho de pura oscuridad que gotea de su pico. Ves a un payaso que sonríe maliciosamente. Ves ojos, ojos rojos a su alrededor, allí, donde se encuentran, en un lugar lleno de luces y maravillas que solo esconde monstruos. Ves sombras, pero ninguna sabes reconocer tanto como las otras bestias, pero una destaca sobre todas, y esa si que la ves. La de un gargantuesco y repulsivo dragón, que alza su cabeza al cielo, cantando junto con el resto de figuras esta canción, que poco a poco se intensifica más y más.
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Envelesado por esta canción, ves como la muerte misma, la Parca observa, lejos en una montaña, juzgante, observando un poco alejada desde un enorme pináculo de piedra.
Estas imágenes son las que puedes ver ¿Quizás haya más detalles que no hayas visto? Mita, ahí, en la rama de un árbol, un pequeño pajarillo, uno extraño, se encuentra posado en una de las ramas del mismo árbol donde estas tu, pero está muy alto, fuera de tu alcance, y sabes que sin duda ese pequeño pajarillo también es un demonio, no más digno que el resto. Quizás si te apoyaras en esa rama de ahí, podrías alcanzarlo. Estrujarlo entre tus manos como si se tratase de una insignificante fruta, y matarlo. Al menos matarás a uno de ellos.
Vincent abrió los brazos y totalmente desnudo avanzó acompañando la canción, cantaba con ellos, avanzaba y avanzaba hacia al frente con una cara de maniático, sabía que estaba en desventaja y no estaba armado, así que su única alternativa era volverse uno con el caos y destruirlo desde dentro.
Lo cierto es que no te cuesta demasiado llegar hasta allí. Simplemente avanzas. Tu decides avanzar y te acercas, incluso si el lugar parecia estar a kilómetros de distancia. ¿Tiene sentido, no?
Dejas atrás al pajaro, aunque lo cierto es que no parece que tenga intenciones de acompañarte. Pero tu avanzas sin temor, cantando blasfemias, esperando que estas sombras, estas pesadillas que cada vez se van haciendo más y más grandes (notas como las luces te van deslumbrado más y más, casi puedes oler el repulsivo olor del cuervo, escuchas mejor las risas del payaso, y el dragón te da vértigo solo con ver su tamaño de cerca), esperando esconderte entre ellas, que no te hagan daño. Ser una con ellas. Pero lo cierto es que, una ves que te acercas, los ojos que flotan, rojos como la sangre, son los primeros en mirarte; luego el payaso, que calla y te mira; luego el cuervo, que te observa también; y finalmente, el dragón, junto a todo el resto. Todos te miran y observan con ojos rojos. ¿Porque ese parón?¿Estarán esperando algo?
Alabado sea, oh, alabado sea - Decía Vincent totalmente desnudo y con los brazos en alto, miraba a los entes y sentía un calambre por la espalda, pero se mantenía ahí, firme, firme esperando su oportunidad.
Lo cierto es que, seamos francos ¿que espera un depredador de una presa?
Solo cuando devorarla.
Todas las sombras se avalanzan contra ti, con garras, dientes y odio.
Y sientes del dolor. Y sientes sus rugidos.
Y notas como caes al vacío infinito, oscuro, frío.....
Dificultad: 20 (Voluntad +Dominio Técnico).
Si fracasas: 12 puntos de daño mental.
Si ganas: 6 puntos de daño mental.
Un chico completamente pálido te observa desde arriba.
Te encuentras recostado sobre un árbol, sentado en el suelo. Notas el contacto de tu mano con la tierra. Notas de nuevo tu armadura y armas. Has despertado finalmente, y la realidad te recibe con un fuerte dolor de cabeza.
-Hey
Vincent abrió los brazos y aceptó su destino, sabía que no podía hacer nada desarmado contra esas bestias... Y luego se vió tirado en el suelo, sin ningún indicio de herida provocada por esos demonios, al menos, no física.
Miró hacía los lados y vio a ese chaval, le saludó, el caballero fue cordial y le devolvió el saludo - Hola, muy buenas - Con las mismas se levantó y se puso a mirar alrededor ¿Donde coño se había quedado?
Motivo: Me han comido
Tirada: 2d6
Dificultad: 20+
Resultado: 8(+12)=20 (Exito) [5, 3]
-Supongo que tu eres uno de los hombres de quien me hablo Celeste- Dijo mirándole desde abajo, a causa de la diferencia de tamaño. LLevaba un maletín negro en su mano derecha, siendo esto lo único que destacaba en comparación con unas ropas que eran la definición de la simpleza. Tranquilamente, mantubo sus ojos fiijos en el inquisidor, manteniendo aquella cara inexpresiva.- Me temo que se ha perdido. ¿Quiere que le guie?. No es buena idea permanecer demasiado tiempo en este bosque.
¿Celeste? Ah, si, conozco a una Celeste... Pero a ti no te conozco de nada - Dijo mirándole ahora con su cara de psicópata - ¿Cómo se que no me la quieres jugar tu también?
Mirándole con cara de importarle todo una mierda, le respondió.
-Créeme, actualmente me viene peor ayudarte que a ti recibir mi ayuda.
INT+DSoc dificultad 19 para saber si esta mintiendo.
Ah, vale, supongo que tienes razón - Dijo mientras se preparaba para andar - ¿Vamos?
Motivo: Mentiroso... Agh... Que mentiroso
Tirada: 2d6
Dificultad: 19+
Resultado: 8(+7)=15 (Fracaso) [5, 3]
-Ah, por cierto- Dijo, mientras metía la mano entre los arbustos, conservando una tranquilidad que parecía irrompible, siendo imposible saber que rayos estaba pensando. Si eso lo único que se podría pensar es que aquel chico tenía la cara de alguien que se ha levantado un lunes. De entre los arbustos sacó de repente una jaula que encerraba a una paloma blanca. Durante un momento Vincent no se acoscó de que rayos se trataba, hasta que recordó que se trataba de la palomaque les había dejado Frolo, por si necesitaban comunicarse con él y la inquisición.- Os dejasteis esto en el barco. No se de quien de vosotros será, pero aquí tenéis.
-cu-curru-cu-cú.
Dijo la paloma, ofendida por haberse olvidado de ella
Ah, vaya, ven aquí, bonita, ven aquí - Agarro la jaula y la enganchó en el extremo trasero de la campana, tenía toda la intención de usarla con el bichejo ese colgado, malditas ratas voladoras
De repente, el rostro del chico misterioso se arrugo, como si intentase escuchar algo. Aunque después pareció calmarse, como si algo de lo que hubiera oído le bastase para saber que no había peligro.
-Bueno, señor Inquisidor, parece que tendremos compañía para el camino de ida.
Mirando hacia un lado del bosque, se pudo ver finalmente como el chico de la mascara, Rere, aparecía de entre los árboles.
Anda, si yo a ese le conozco - Dijo el inquisidor - Por cierto chico misterioso, no me llame señor inquisidor, ya tenemos confianza, me puedes llamar EL MASACRAMONSTRUOS... Vincent, Vincent Abad - Dijo mientras hacía una reverencia - ¿Cómo puedo dirigirme a usted, señor chico misterioso? - Mientras hablaba con el chico misterioso empezó a andar hacia el máscaras ese.