Partida Rol por web

HEMOS SALVADO LA CASA DEL SEÑOR - Gritó Vincent después de que ese zombie explotara en llamas... Hasta que escuchó a Cal Caballo y se fijó de que la Iglesia seguía en llamas - VAMOS A SALVAR LA CASA DEL SEÑOR - Gritaba mientras corría hacia la iglesia ignorando totalmente a ReRe

El monstruo estaba muerto y el Penitente había completado con éxito su tarea. Vio como Vincent se dirigía a ayudar a Cal, así que el inquisidor se quedó  a las puertas del templo. Su espada volvió a transformarse en un palermo y se apoyó en ella mientras en silencio observaba el sagrado templo en llamas. Si el pueblo no se organizaba para extinguir el incendio, la casa del Señor no podría ser salvada. Pero un edificio podía ser reconstruido, así que no estaba realmente preocupado.

Había otra cosa que le preocupaba al Penitente, algo mucho más grave. ReRe. Era un usuario de poderes, el demonio latía en su interior. Pero también era su contacto para acabar con Madame Mandra. Era un grave dilema, una parte de él quería matar al chico. La otra le empujaba para que esperase a que esa corsaria estuviera muerta.

 Porfin los mosntruos habian muerto , pero el chico con poderes podría ser un problema , sería mejor sacar el tema o evitar el conflicto , todavía puede ser útil, es mejor establecer como prioridad la misión y alejarse de los problemas, decisiones decisiones decicisiones el chico, monstruo samurai gigante , bicho ,grande afro bajito mmmmmmmmmmmmmmmm hop estaba teniendo un monólogo bastante conplicado y confuso de lejos parecía que rumiaba moviendo la naiz arriba y abajo.

mmmmmmmmmmmmm sigámos con la misión 

Dejando ya la anterior tensión de la pelea, algunos de nuestros héroes fueron al incendio para ayudar a la gente. Lo cierto es que ,si bien el incendio había durado bastante, el fuego sorprendentemente no se había extendido demasiado, como si la madera, a pesar de alimentar las llamas, se hubieran desplazado demasiado lento. 

Con la ayuda de un extraño aparato, parecido a un cilindro enorme de dos metros llevado por unas ruedas, con  un émbolo en la parte alta en la que un hombre con un bigote prominente, encima de una pequeña pasarela en la parte superior, la movía de arriba a abajo , conectando  este enorme cilindro con una gruesa manguera por uno de sus extremos de la que salía a presión agua, y la ayuda de la gente del pueblo y la intervención de nuestros personajes, pudieron controlar el fuego que amenazaba a la Iglesia, quedando esta destrozada y ennegrecida sobre todo por la parte de la entrada, quedando el interior marcado y ennegrecido por las llamas y el humo que habían podido acceder al interior, aunque al menos la Iglesia seguía en pie. Los únicos afectados por el fuego habían sido Cal Caballo, el cual había conseguido salir con alguna que otra quemadura en su ropa, mirando cerca de la entrada apenado su sombrero, el cual se había quemado por parte del ala, ignorando el hecho de la grave quemadura que se había hecho en el brazo, la cual observaba un señor con gafas y traje de doctor. 

Frente a la Iglesia, ya estando la cosa más calmada, Celeste Aira, sacerdotisa del pueblo, con un vestido y un sombrero de ala ancha del color de su mismo nombre, y un alargado báculo con la cruz de la Iglesia en su extremo con el que se apoyaba, mostrando una sonrisa afable y comprensión en su rostro mientras, a su lado, una mujer de cabellos rojizos y sin una pierna se mantenia sentada en una piedra que estaba cerca de las inmediaciones, mirando a los Inquisidores con atención.

Tomandobun respiro antes de hablar, la chica cogió una muleta que había dejado al lado suyo pata poder levantarse.

-Caballeros, siento que las presentaciones ni hayan sido las mejores. Me imagino que ya les habían reportado de mi presencia en esta isla, pero me veo en la obligación de comenzar las presentaciones. Roberta Dragonveloz me llamo, protectora de esta isla. Agradezco profundamente vuestra ayuda no solo por salvarnos la vida, sino por haber accedido a ayudarnos. Os debemos la vida.

-Creo que no hace falta aclarar que comparto el mismo agradecimiento

Dijo la mujer de al lado, inclinando la cabeza.

-¿Podría saber vuestros nombres, honorables caballeros?

El joven solo pudo caer al suelo sentandose frente a ellas, las heridas y magulladuras le ardian más que cualquier llama, pero ese dolor se sofoco cuando vio que ambas estaban bien. Se limito algo herido a reposar cerca de Cal, alerta por si el trio de lunáticos intentaba algo raro. No podia fiarse de la palabra de gente que pensaba que era un monstruo solo por beberse un extraño líquido, por mucho que Celeste y Roberta le pidiesen confianza. 

Miro a la pelirroja con ojos apagados intentando tomar aire tras el enfrentamiento más duro que habia tenido en meses.

Hop se atusó los bigotes y se sacudió el polvo del uniforme .

Hola , soy hop ,hop springer inquisidor secrero

Intentando parecer molón despues de la paliza que se ha comido y no acertar ningún golpe al monstruo.

mira el esrado de re re y del resto del equipo.

No sereis médicos o algo asi ¿ verdad ?

Oculto tras su máscara, el penitente miró con desprecio a Roberta y a Celeste. Aunque no tanto como el que sentía por ReRe. El penitente pensó en preguntarle a sus compañeros qué debían hacer con el demonio. Pero estuvo hábil en caer en la cuenta de que la ex-inquisidora debía de conocer su lenguaje de signos. Tendría que buscar un momento más íntimo.

Por el momento, el penitente se alineó junto a sus compañeros y se quedó en silencio. Que Hop llevara la iniciativa en las conversaciones.

Que los Ángeles os protejan - Decia de una manera bastante cuerda Vincent saludando a las dos mujeres presentes - Ha sido un placer participar en la salvación de la casa del señor - Seguía increíblemente cuerdo - SOBRE TODO EN LA PARTE EN LA QUE LOS ENEMIGOS FUERON DESMEMBRADOS, DESTRUIDOS,  ERRADICADOS, EL SEÑOR LES HA TRAÍDO EL CASTIGO, ALABADO SEA - Y ahí se acabó la racha de cordura.

Celeste no pudo evitar un pequeño y adorable chillido debido al exabrupto de Vincent, intentando ocultar rápidamente la cara de susto que se la había puesto. 

Ehm, pues.... ¡Ah, un doctor!-Dijo dirigiendose rápidamente a Hop, respondiendole- Bueno, nosotras en específico no somos doctoras, mis funciones como sacerdote y las funciones de Aira como protectora de la isla distan mucho de tener nada que ver con la medicina, y ahora en estos momentos,  bueno- Dijo, mientras de repente sus ojos se entristecieron ligeramente- No tenemos un doctor en la isla como tal en estos momentos, pero creo que...

Esas palabras traen recuerdos a Rere. Hace tiempo hubo un doctor el la isla. Hace mucho tiempo. Recuerda el día en que tuvieron que enterrar a aquellos que habían caído. Antón Dipper, padre adoptivo de Tucaco, enterrador, forense y doctor de aquel pueblo inocente, había sido uno de ellos, siendo uno de aquellos valientes que se opuso con rabia a la invasión de Mandra.

Una gran pérdida que destrozo  los corazones de aquellas gentes.

Un entierro al que vino casi todo el pueblo.

Casi todo, salvo una persona.

Tucaco.

Unos días después, fue el momento en que supisteis que colaboraba con Mandra. Y eso es una cosa que Rere jamás olvidará.

-Siento decirlo, pero ahora no es tiempo para eso. Dijo de repente Roberta-Tenemos que buscar refugio antes de que llegue el enemigo, ya sea de la marina o de la tripulación de Mandra para inspeccionar que ha ocurrido por aquí. Podemos ocultar vuestro rastro y que no sepan que habeis venido, pero tenemos que movernos ya. Luego ya pediremos ayuda para vuestras heridas. Rere- Dijo mirándole a este.- Necesitamos un escondite ya. Supongo que sabes donde sería ese sitio.

Hay un sitio, en las profundidades del bosque, que Rere sabe que podría servir.

La mansión de Mary Wallstone, antigua fundadora de Lantern Village, oculta y abandonada en lo más profundo del bosque, y una guarida perfecta donde esté cazador no sólo se ha ocultado,sino que ha preparado numerosos artefactos y materiales para enfrentarse a las hordas de Mandra. Un lugar de descanso, y un taller oculto en las sombras de un bosque de pesadilla.

Recuerda las tres normas.

Recuérdales.

El penitente se quedó de pie esperando a que le indicaran dónde se refugiarían. Él no tenía problemas en seguir luchando contra la Armada o los monstruos de Mandra, pero por el momento sería más inteligente conseguir información. Y esa seguro que estaba en posesión de Roberta.

El joven sin mucho más que poder hacer se sentó a una distancia prudencial de sus amigas aprovechando para tomar aire.

Subió las rodillas al pecho y las abrazo estando sentado, acompañado los movimientos por el rechinar de a saber cuantas hojas y filos ocultos en sus ropas negras. Apoyo el mentón en sus rodillas y suspirando dijo. - Si te refieres a la mansión Wallstone no se que decirte... No me vendría mal coger una máscara nueva, un par de armas recubiertas en sal y si eso darles a ellos material para hacer trampas rápidas. - Comento mirando desde abajo a Roberta, para despues ladear a los tres inquisidores apostados con rectitud. - ¿Estas segura podrán mantener las tres normas? No encender llama alguna, no derramar sangre en locura y no correr cuando la noche se vuelve oscura.  La última vez que no hice eso tuve que perseguir a un Cachalote gigante con tupe bosque a través. 

Remató con obvia inseguridad, la que durante tanto tiempo habia sido su base de operaciones era un lugar dificil de acceder y cualquier fallo revelaría sus intenciones a Mandra. No quería que nadie más perdiese una pierna por su culpa. 

Otro escondite , me vendría bien un te y unas hierbas o mejor un te de hierbas .

se limpia la cara con las patas y se atusa los bigotes 

Ese chico , puede ser un problema tenemos que hablar cuando llegue el momento .

-En estos momentos no nos queda otra opción, ESCUCHADME TODOS- Dijo dirigiéndose al grupo- Estas normas que acabáis de escuchar, son las que tendréis que seguir en todo momento dentro dentro de este bosque. Se que la misión encomendada a la Inquisición es acabar con la amenaza demoniaca de este mundo, y les aseguro que acabar con ese monstruo de Mandra es parte de esta, pero si se quiere cumplir tal misión, hay algunos sacirficios que debemos realizar.

Si bien no se refirió específicamente a Rere, si parecio dirigirse durante un momento a el con la mirada, aunque rapidamente, con una mano, señaló al bosque que se encontraba detrás suyo, cuya frondosidad parecía deborar la poca luz que se había podido reunir en aquel sitio.

-De las peores bestias que podemos encontrar en isla Fausto, de los peores es el bosque Threno. Todo aquel que se adentre en él tendrá que seguir las tres normas básicas: No encender llama alguna, no derramar sangre en locura y no correr cuando la noche se vuelve oscura. Quien no lo haga, será asaltado por horrores inimaginables, y monstruos que solo se ocultan en lo más profundo de vuestras pesadillas. Aún no estamos seguros de porque ocurre esto, pero la mayor  probabilidad es que el terreno se encuentra bajo los efectos de algún elixir demoniaco, o que incluso el terreno mismo posee tales poderes, aunque os garantizo que este no es un demonio contra el aue queráis enfrentaros, sino al que debéis respetar. Hacedlo, y no debería ocurrir nada. Celeste- dijo, dirigiendose a la sacerdotisa, suabizando ligermante la mirada- Puedo arreglármelas sola. Tu encárgate de ocultar nuestro rastro. Confiamos en ti.

Cualquiera con una mirad observadora juraría que Celeste se había... ¿ruborizado? Aunque lo cierto es que apenas duro un instante.

-Oh, si claro por supuesto. Pero tened cuidado todos, por favor. Ese sitio es peligroso si no se tiene cuidado.

Y con esto, el grupo, seguido por una Roberta que se movía más rápido de lo que parecía incluso con muletas, avanzo directamente hacia el bosque, aunque más bien parecía que se los estuviera tragando como si se tratase de una bestia hambrienta...

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