No hay salida, no hay escapatoria. No os habéis ganado el derecho a volver a la vida...
Ahora está teniendo lugar el combate que lo decidirá todo, en el que el Mal o el Bien se impondrá. Y cuando todo acabe, vuestras almas podrán descansar al fin.
Sonrío amargamente. Así es, pues. Desde luego, vaya reino este donde los muertos se quedan muertos... y menuda decepción si no fuese de esa manera. Me he pasado años enviando gente aquí, y no me gustaría descubrir de golpe que tengo que andar mirando a mis espaldas constantemente por lo que pudiera pasar.
-Ya era hora, maldita sea. Mas vale que los reinos de los cielos se me abran de una vez, me estoy cansando de estar no haciendo nada en vez de disfrutar de las infinitas batallas y festines que aguardan a un Señor de clan, por mucho que haya tardado décadas en perder la vida después de la desaparición de mis hombres. Bien y mal... enorme estupidez. Que me judguen ahora si todos mis actos no pueden haberse entendido como buenos, cuando pocos seres hay de corazón tan oscuro como el mío merodeando por las tierras. Esos críos no saben nada en absoluto.
Ciertamente, lo único que lamento ahora mismo es no haber llevado a cabo un combate prometido. Largas son las injusticias que reinan en la tierra.
Tampoco es que surgieran muchas oportunidades de ganarse ese derecho por parte de uno. Qué malos son los buenos que no reviven a sus gentes xD