Inferno
Nadie sabe muy bien dónde está esta zona secreta. Nadie sabe que sucede allí, ni con que peligros se puede un aventurero encontrar.
- Bienvenido, Abaliv. - Dijo Milyia con una sonrisa. - Tu alma ha conseguido llegar hasta aquí con la ayuda de la hechicera, por lo visto. Me alegro. -
Prefería haberme ido tras segar el alma de algunos de esos pieles verdes pero temo que su poder es demasiado fuerte, incluso para mí. Debo fortalecerme, reunir más poder pero no se si es tarde para ello. Los siervos de la Luz tienen demasiadas armas, apoyos y acólitos. Por cierto ¿donde estamos? -respondo a la elfa muerta, hablando sin siquiera pararme a pensar lo ocurrido.
Salí volando por el golpe del orco, me lanzó con una fuerza increíble. Y luego ese otro cerdo me lanzó un golpe. Varania. ¿Está muerta? ¿estoy muerto? Mi cuerpo se quedó en la tierra...
Varania ¿donde está ella? ¿que oportunidades tenemos? ¿podré seguir contribuyendo a la causa? ¿estoy muerto?
- No estas muerto. Ni tampoco estás vivo. Estás en un mundo que sólo existe por que Varania lo ha creado. Es un mundo para nosotros, para ti y para mí. Para los que hemos caído en batalla pero aún tenemos mucho que hacer. Te he dicho que el Mal Supremo había puesto sus ojos en ti, y había gastado mucho tiempo para que te conviertas en lo que eres ahora. - Milyia sonrió. - No podemos dejar que nos ganen tan fácilmente. Si ellos tienen más poder, es hora de que nosotros también consigamos el poder que nos pertenece. -
El lugar estaba cubierto de lava y fuego, que fluctuaba con el viento.
Varania ha creado esto solo para mi. Su poder es realmente increible, capaz de evitar la muerte, de tumbar ciudades y reducir imperios a cenizas.
No podemos dejar que ellos ganen tan facilmente, debemos luchar, nuestra hora está cerca, la hora de nuestra victoria. Y nunca digo que no a la idea de obtener un poder mayor. Vamos a por el poder que solo Morgaron puede ofrecer, quiero vengar a los nuestros, vengarme de esos cerdos y evitar que maten a Mano Larga, si es posible -digo mirando con orgullo todo lo que me rodea, buscando la fuente de poder prometido -¿por donde?
- Por ningún lado. Tenemos que esperar a Varania aquí. - Dijo la muchacha. - La verdad es que ni yo sé que es lo que tiene en mente. Me ha hablado de una transformación, pero no me ha dicho nada más. -
Milyia miró a Abaliv con el rostro serio.
- ¿Te ha dicho algo a ti sobre esto cuando te ha traído? -
No, solo me ha dicho que fuera con ella. Espero que no tarde, me has puesto la miel en los labios y, cuando quiero algo, suelo luchar con todos los medios hasta tenerlo. Y ahora quiero poder, poder para vengarme y allanar el retorno y soberanía de Morgaron -respondo a la elfa seguro de mis palabras.
¿Una transformación? Me gusta como suena...
Casi todo lo que hemos logrado hasta ahora ha sido inútil. Nuestras manos, las de aquellos que servimos a Morgaron, no han sido manchadas con sangre salvo un par de veces. Servir al señor de la oscuridad no implica ser un asesino sin escrúpulos, simplemente tener unas metas más lejanas, iniciativa y otras ideas. Pero debíamos matar para sobrevivir y no lo hemos hecho a tiempo. Adaeric, Mano Larga y yo mismo hemos servido al mal desde que todo comenzó y solo yo he tratado de asesinar a uno de los siervos de la luz, aunque fracasé por ello. Si perdemos esta guerra será por nuestra piedad y nuestra caridad. Debemos dejarla a un lado si queremos vivir. Debemos matar a nuestros enemigos sin dudar. Y juro que lo haré.
Mano Larga ¿aún vive? ¿podré ayudarlo antes de que su vida se desvanezca? Es uno de los pocos de nuestro bando que no parece ser un inútil y, la verdad, no somos demasiados -pregunto a la elfa preso de la inquietud.
Me temo que nada podrás hacer por el. Su destino está ya sellado, ganar esta batalla o perderla depende solo de el.
Varania está solucionando ciertos asuntos, aparecerá lo antes posible...
Maldición, su muerte será un duro golpe para nosotros. Decidme elfa ¿que sabéis de los elegidos del Bien? ¿Cual es su poder? Esta espera me está matando...
Su poder es incalculable, me temo. Juntos son una terrible amenaza, por eso es necesario renacer, volverse mas fuerte.
La espera tendrá su recompensa. Se paciente, amigo...
Eres más sabia que yo en este aspecto y yo siempre he ansiado saber, especialmente cuando descubrí la magia. Esperaré pues a Varania.
Tras mucho esperar, o tal vez poco, en este lugar el tiempo no pasa lentamente o pueden sucederse dos eones en tan sólo unos segundos, la Hechicera Oscura, Varania, aparece lentamente entre medio de las dos personas que se encuentran allí. Miró a Milyia y después, miró a Abaliv con el gesto serio.
- Dejarte matar por unos simples mortales ha sido lo más estúpido que has podido hacer, muchacho. - Dijo con voz gélida. - Debes saber que no siempre podrás ganar, y espero que hayas aprendido la lección. Las fuerzas del Bien son por ahora, muy superiores a las nuestras por que han hecho su trabajo. Se han unido y viajan juntos, y juntos son mucho más poderosos. -
Se acercó al aventurero y apoyó el dorso de su mano sobre su mejilla.
- Pero en la muerte, también reside nuestro poder. No íbamos a dejar que mueras así por que si, pero esta oportunidad sólo se te será brindada una única vez. La próxima vez que mueras, desaparecerás para siempre. Pero aquí estoy yo para evitar que eso pase. -
Varania, aunque no lo creas yo también soy mortal y ellos son tan fuertes como yo, por mucho que me pese. Y se de lo que hablas, ellos tienen la ventaja en su número, razón por la que opté ir al Valle de la Desolación y atacar, buscando que nosotros fuéramos cuatro y ellos dos. Por desgracia la suerte no estaba de nuestra parte, como puedes ver -digo señalándome a mi y a Milyia -lo siento querida pero tu papel en esta guerra duró demasiado poco, una desgracia la verdad.
Gracias Varania por la nueva oportunidad y por el poder que me ofreces. No volveré a dejar que me pillen y lucharé hasta la muerte contra ellos. Debemos detenerlos -afirmo con confianza, esperando nuevas dosis de poder que aún no tengo -Si no me equivoco las fuerzas del bien deben estar juntas en su mayoría, seguramente en busca de las tumbas que guardan sus ciudades. Si tuviera que apostar diría que se encuentran en la Ciudad del Fuego. ¿Como debemos enfrentarnos a ellos? ¿como podemos debilitarlos? y, especialmente ¿como podemos fortalecernos? Somos muy poco, si las cuentas no me fallan cuatro, pues Mano Larga debe estar ya muerto. Ellos son más de diez y algunos extremadamente poderosos.
Tu cuerpo ya no existe, Abaliv, tan solo tu alma perdura. Necesitarás un nuevo recipiente, uno menos mortal pero perecedero a fin de cuentas. Así que ten cuidado, si vuelves a morir ya no podremos traerte de nuevo.
Sea así, tu nueva forma:
Mañana, nuestro señor llegará a este mundo y nosotros nos alzaremos a su lado.
Aún así, no seas temerario, que tu nueva forma no nuble tu raciocinio. Los elegidos, juntos, te masacrarían sin dificultad, piensa bien tus movimientos.
¿A que lugar del mapa crees que deberíamos movernos a continuación?
Así lo haré Varania, desconozco estos niveles de magia y necesito aprender, de tu mano. Pensé que revivirías mi viejo cuerpo en el Valle de la Desolación -respondo a la hechicera, tratando de superar mi confusión inicial -Tal vez debamos partir a la Ciudad del Agua, es la única ciudad que queda por destruir, el portal para llegar a la ciudad de los enanos está allí y Dacen también. ¿Que me aconsejarías tu? No se como están las cosas allí fuera, no se donde están nuestros enemigos ni nuestros aliados. Tal vez tu puedes ayudarme.
Poco puedo hacer ahora mismo, no tengo demasiada información. He empleado mucho poder en traerte de vuelta, así que de momento tus palabras guiarán nuestros actos.
Será pues, la ciudad del Agua.
Mañana a las 23:59 acaba el plazo para decidir a donde moverse durante el turno de noche del día 6, y entonces te moveremos a la ciudad del Agua (o a donde tu digas, si cambias de opinión)
Por ahora iremos a la Ciudad del Agua. Si todo sale bien la ciudad caerá y reforzaremos nuestro bando. De todos modos reflexionaré un poco más, por ahora -gruño, habituándome poco a poco a mi nueva voz -Pero tengo una pregunta ¿destruiste los Montes Milenarios? ¿o siguen en pie? Tal vez sería buena idea destruir ese lugar sagrado y hacerme con sus tesoros. Por cierto, las propiedades del difunto Mano Larga, ¿puedes acceder a ellas? Quiero tomar cierta llave.
En principio Ciudad del Agua pero tal vez cambie de idea. Yo te aviso :)
No están destruidos pero si arrasados, no queda nadie allí, ni malo ni bueno. Sus tesoros han ardido, lo que allí se encerraba solo servía para el Bien...
Las propiedades de Mano Larga están en posesión de sus asesinos, me temo. Pero cuento con que las conseguiremos pronto y será vengado.
Partamos pues a la Ciudad del Agua.