La elfa oscura comenzó a descender por el terraplén, alerta, en silencio, y con total calma. Mientras descendía, se preguntaba sobre el mechón de cabello rubio que ahora llevaba atado a sus cabellos oscuros. Era algo extraña la sensación de lo que había sucedido, así también por que no recordaba nada de lo que le había pasado o como había terminado allí.
Unos metros antes de que la cueva se ensanchara, comenzó a ver unas gotitas de sangre que descendían también. Se preparó para combatir y descendió un par de pasos más, cuando se dio cuenta de que al final del reguero de sangre había un cuerpo apuñalado por varios sitios.
Esa era su presa, y estaba allí muerta.
Levantó su mirada hacía la pared que tenía en frente, en dónde se podía ver una escalera caracol que ascendía y junto a ella, había una especie de altar. El muerto parecía querer llegar a él...
Allí había dos pociones, una de un color distinto y junto a ella, la escalera que te permitiría escapar de esa cueva...
FIN DEL PRÓLOGO
Ganas 1 px por completar el Prólogo.
Ganas Dos Pociones Misteriosas.
Tenéis que elegir en que Ciudad queréis aparecer, podéis ver las ciudades en el mapamundi.
Tras entregar la nota con las indicaciones comienzo a retirarme los trozos que se han pegado en mi cuerpo de la bestia, la sangre y los líquidos de las visceras que se han pegado a mi ropa, tendré que dejarlos allí hasta que encuentre un lugar seguro donde poder darme un buen baño y lavar estas ropas, pero si tengo claro que no va a ser en las tierras de las sombras.
- ¿Sabes donde esta ese lugar? ¿Puedes indicarme como llegar? - pregunte algo impaciente. Me estaba jugando mucho en esta misión.
Sonrío al mago cuando se levanta para irse, y me planteo el ir a ayudarlo, para que no se mate de camino al retrete, pero una mirada de Rufus me frena, y me quedó allí, de pié encima de la silla mirando como se aleja Cornelius.
Después del discurso de Rufus, me quedó mirándolo unos instantes antes de decir:
¿¡Quien ha dicho que seais sodos!? ¡Espera!, ¿¡esto es por mi voz!? Me pongo en jarras encima de la silla y continúo con el tono agudo y alto habitual. ¡Soy un goblín, hablamos así!, ¡Si tanto te molesta mi tono deberías oír a los gobbos recién nacidos! Después me quedo de pie en un duelo de miradas con el pato, él con las alas cruzadas, yo con los brazos en jarras, hasta que vuelve Cornelius. El hombre comienza a decir algo, pero de pronto su voz comienza a sonar cada vez más débil, me giro hacia él y veo como se va desvaneciendo.
Salto hacia donde está sin pensar mucho en lo que estoy haciendo, intentando agarrarlo o sujetarlo o algo, para evitar que se lo lleven o que termine de desvanecerse, pero lo único que consigo es empotrarme contra la pared y caer al suelo. Una vez allí puedo ver la nota que ocupa su lugar y cogerla con dedos rápidos antes de que se pose sobre la silla de Cornelius.
Me quedo mirando al pato y a la nota de forma alternativa. Finalmente estiro una mano y le doy unas palmadas al pato para intentar tranquilizarlo.
¡Se han llevado a Cornelius, pensando que es un amigo, para que deje de buscarlos! Me encojo de hombros a la vez que palpo las dagas de mi cinturón. Bueno, Rufus, parece que nos hemos quedado solos. ¿A quien buscabais vosotros exactamente? Yo estoy buscando a un grupo de bandidos o asaltantes que atacaron la caravana de mi clan y los mataron a todos. No tengo muchas pistas, sólo se que allí donde atacan no dejan supervivientes.
Vi claro las intenciones de la orca, y sabía que cuando esquivará su ataque terminaría con su vida con un certero corte en su verde cuello, eso es atácame.
Y justo antes de que llegará a terminar de realizar su ataque, misteriosamente el tiempo se detuvo y un hombre salido de la nada comenzó a contarnos que nosotros dos seres tan diferentes y desconocidos estábamos unidos, ta lera el vinculo que según él si uno de los dos moría el otro tendría el mismo destino.
No paso mucho tiempo, cuando aquel hombre desapareciera dejando tres medallones en el lugar donde le vi la última vez.
¿Qué ha sido eso? y ¿Quién era ese guerrero de armadura roja? ¿Tienes algo que ver con él?
Sin apartar los ojos de la orca me fui desplazando lentamente hacia los medallones, ¿Sería cierto que mi vida estaba condenada a estar unida a la de aquel ser quien había querido matarme?
- No te esfuerces en quitarte las vísceras de la ropa, Gys Laraer, porque, muy por el contrario, vamos a aumentar la carga aromática nauseabunda de nuestros cuerpos. Si quieres ir allí necesitas antes seguirme unos... diez kilómetros y medio... Ven. Sí. Por aquí... Ya sé que no es en la dirección que señalas
Tras dos horas de marcha por las Tierras Sombrías guió al mercenario hasta el Río Negro donde viven las Babosas Gigantes. Su aspecto amorfo de medio metro es repulsivo, pero más lo es su olor. Partiendo una de esas criaturas con mi hacha, le invito a hacer lo mismo. Embadurno mis ropas con la sustancia gelatinosa y aún vibrante de las Babosas y guardo un poco, conteniendo la náusea en mi zurrón.
- Sólo hay algo que puede contrarrestar el sentido olfativo de esos Gigantes Ciegos: Y es esto que acabamos de hacer. El olor nos dará un fuerte dolor de cabeza pero nos permitirá pasar desapercibidos, siempre que seamos sigilosos.
Vamos ahora.
-Como digas, tu eres el guía y el experto de estas tierras, amigo – respondo siguiendo al enano por estos malditos yermos. Durante dos horas avanzamos en dirección contraria a la marcada pero no digo nada, parece saber lo que hace y mas si ha estado viviendo en este lugar y sigue con vida.
- ¿Y cual es tu nombre? – pregunto en primer lugar, mientras me embadurno con las babosas gigantes, tras escuchar su plan para internarnos en la zona de los gigantes ciegos – Espero que tengas razón y nos sirva para llegar hasta allí sin problemas. Y no te preocupes por mí, he estado en cloacas con peor olor que el que desprenden estas babosas. Esperemos que las fortunas nos acompañen – termino siguiendo al enano para internarnos donde se encuentran los gigantes ciegos.
La cazadora estaba cada vez más nerviosa, no estaba siendo un buen día, y todas esas brujerías no ayudaban a mejorarlo. Cuando el guerrero desapareció soltó un gruñido de ira e impotencia, no entendía lo que ocurría ni quería hacerlo, pero algo le impedía alejarse de allí a la carrera. Empezó a caminar de un lado a otro sin perder a Z de vista, algo le incomodaba y la impasibilidad del sujeto la ponía frenética, hacía como si nada de aquello tubiera la menor importancia, como si fuera lo más normal del mundo. Pero lo que más la sorpendió es que no parecía tener la más mínima idea de quien era ella.
- ¡¡¡Aparecieron al mismo tiempo que tu!!! - Rugió. - ¡¡¡Yo no tengo nada que ver con brujerías!!!
Su dura piel estaba llena de polvo y sudor, a medida que estos descendían por su cuerpo creaban pequeños caminos de mugre, algo a lo que estaba acostumbrada. Despedía un calor intenso fruto del esfuerzo físico y su pecho se hinchaba y deshinchaba ritmícamente con su agitada respiración. Al ver que el individuo se acercaba a los colgantes, en los que en un principio no había reparado volvió a ponerse en guardia con los músculos en tensión.
- ¡No toques eso! Si es cosa de brujería no debe tocarse, y si es cosa tuya no te permitiré tocarlo, antes te corto la mano.
Cortar, el brujo ha dicho que si uno moría el otro también, solo conozco un modo de saber si de veras me han maldito.
Tras un momento, sin pensarselo dos veces Riora empuñó la hoja de su espada con la mano diestra, y con un rápido movimiento y una mueca de disgusto se abrió un corte profundo e irregular en la palma. La sangre empezó a gotear, espesa y de un color rojo oscuro, pero la orco solo observaba al individuo, en concreto su mano derecha.
- Sé muchas cosas del mundo, y aún más ignoro, pero lo que tú no has de ignorar es que aquellas que sé las sé seguro.
Sonrío al repetir mi viejo chascarrillo de regreso a mi casa. Allí, tras coger mi equipo de viaje y algo de almuerzo que lamento no poder disfrutar por el olor que desprendemos, emprendo mi camino hacia la tierra de los Gigantes Ciegos.
Enseñando los colmillos afilados que pueblan mi boca, lo único que puedo hacer mientras la abominación de magia negra se marcha es gruñir y gritar como él sonríe y se siente fuerte. Alzo los brazos, soltando un último aullido gutural de desafío, pero la mancha negra que representa al hombre que iba a interrogar se vuelve cada vez más tenue en el cielo. Y solo me queda maldecir entre dientes, guardando la espada en el cinto y golpeando una de las dos piedras de las boleadoras al vacío del barranco.
Por suerte o por desgracia, la criatura se ha marchado. Pero ha dejado un souvenir, y agachándome para recoger los restos de la otra cuerda y la piedra -nunca se sabe si un mago podría investigar algo sobre ello, aunque mis esperanzas son bajas- recojo también el broche plateado. Hora de volver y buscar otro informador, parece... o iniciar una nueva guerra. Alguien va a tener que hacer unas cuantas cosas, y si ese engendro vuelve a cruzarse en mi camino, lo menos que puedo hacer como satisfacción es arrancarle esas horribles alas y cortarle de cuajo la cabeza con mi hacha. Y no una simple y triste espada de recompensa de sangre.
La orca se cortó la mano con su daga. Era un corte no muy profundo, pero las palmas de las manos sangran profusamente, como todos sabemos. La mano de Z, como era de esperar, también comenzó a sangrar. Ambas manos gotearon en el suelo, y la sangre de ambos, comenzó a recorrer la tierra en dirección a los collares que estaban allí tirados. Cuando ambos reguerillos tocaron los collares, estos comenzaron a brillar.
Estaban unidos.
Estaban unidos por algo mucho más fuerte que lo que puede ser un sentimiento, estaban unidos mágicamente, por el alma, desde tiempos inmemoriales. Eran héroes, o por lo menos, un proyecto de ello. Y tienen un futuro juntos para demostrarlo.
FIN DEL PRÓLOGO
Ganáis 1 px por completar el Prólogo.
Ganáis tres collares misteriosos: León, Serpiente, Águila.
Tenéis que elegir en que Ciudad queréis aparecer, podéis ver las ciudades en el mapamundi. No es necesario que estéis ambos en la misma ciudad, por supuesto.
Ambos aventureros comenzaron su viaje en las Tierras Sombrías con calma. Zorin llevaba un macuto en su espalda, con todo lo que podía necesitar mientras Gys... bueno, el llevaba sus armas y la ropa manchada, algo es algo. Juntos, emprendieron un viaje hacía las Tierras de los Gigantes Ciegos.
Está claro que el viaje no iba a ser fácil.
Seguro que intentarían matarles varias veces, así que no sería aburrido. Además, Zorin tenía historias para escribir varios libros y eso era de agradecer mientras se camina.
Bueno, podría ser peor.
FIN DEL PRÓLOGO
Ganáis 1 px por completar el Prólogo.
Gys gana: Capa Misteriosa.
Zorin gana: Poción Violeta Amarga.
Tenéis que elegir en que Ciudad queréis aparecer, podéis ver las ciudades en el mapamundi. No es necesario que estéis ambos en la misma ciudad, por supuesto.
Rakgrul recogió sus cosas, miró con detenimiento el broche y negó con la cabeza.
Sin decir nada, más que maldiciendo por lo bajo, comenzó a avanzar sin rumbo fijo. Aún continuaba buscando respuestas, pero allí fuera no las iba a encontrar. Sabía que tenía que ir a alguna ciudad importante, para poder descubrir alguna pista o por lo menos, para que alguien viera los restos de su arma.
Tal vez, como el piensa, un mago puede descubrir algo sobre ello.
FIN DEL PRÓLOGO
Ganas 1 px por completar el Prólogo.
Ganas Objeto: Broche Plateado.
Tieness que elegir en que Ciudad queréis aparecer, podéis ver las ciudades en el mapamundi.
Rufus se quedó pensando si lo que había pasado era malo o bueno, pero fue sólo por un momento. El goblin comenzó a hablar y lo quitó de la concentración. El pato con gafas se acercó a Pispas y le apoyó un ala en el hombro, al mismo tiempo que medio sonreía, tan sólo como los patos saben hacer.
- Tenemos trabajo, Pispas, tenemos trabajo. Déjame contarte una historia... -
La historia fue larga, y no es necesario aburrir a todos los lectores con la misma, la cosa es que Rufus, se ofreció a ayudar a Pispas, ya que al parecer, los mismos que se han llevado a Cornelius, son los mismos que busca el goblin con tezón. Y así, entre cervezas ( si, a Rufus le encanta la cerveza, la bebe con una pajita ) decidieron unir fuerzas y empezar la busqueda en alguna de las grandes ciudades.
Un goblin y un pato con gafas que habla.
¿Qué puede suceder?
FIN DEL PRÓLOGO
Ganas 1 px por completar el Prólogo.
Ganas Familiar: Rufus.
Tenéis que elegir en que Ciudad queréis aparecer, podéis ver las ciudades en el mapamundi.
Cuidado con los destinatarios, me has puesto en dos prólogos.
EDITA MASTER: Gracias Z :D
Ok, disculpa el retraso. Tareas familiares. Muy chulo, por cierto. ^^
Pd: No se envió mi mensaje de esta mañana. T_T
Después de compartir unas cuantas jarras de cerveza, Rufus y yo somos amigos de toda la vida, lo que no quiere decir que nos pasemos discutiendo la mayor parte del tiempo, al fin y al cabo, un goblin y un pato no suelen estar de acuerdo en muchas cosas... aunque siempre nos pongamos de acuerdo a la hora de beber cerveza.
Se me había olvidado decir en que ciudad aparezco, sorry...
La ciudad en la que aparezco es "La ciudad de Aire"
Vale, ya era tarde... XDDD
De todas formas, no pasa nada, era mi segunda opción :D
Sorprendido, empiezo a moverme con cautela por el tejado tratando de atisbar a mi presa, siempre intentando no ser descubierto. También miraré hacia la calle por si la mujer ha abandonado la casa. En caso de que no la vea, saltaré al tejado de su casa para tratar de localizarla por algún angulo o ventana que no haya podido controlar desde mi anterior posición.
Siento el retraso en continuar mi prólogo, pero he tenido unos días complicados y no he podido postear. Mil perdones!!!
No te preocupes. Ya empezamos la partida, seguro que tienes un post en una de las ciudades :D