El tiempo transcurre lentamente, sobretodo cuando esperas que pase rápido, por eso los viajes a la barra a por cerveza son continuos, mientras bebo la cerveza lo más despacio que puedo, no puedo dejar de jugar con el libro de Julius, de manosearlo entre mis manos y de comprobar si la cuerda está muy tensa o si está algo floja, como pasaría si se hubiera abierto de vez en cuando, aunque sólo fuera para poder echarle una ojeada.
¿Bueno, que?, ¿vas a abrir el puto libro? - Me gruñe Rufus. - ¿O vas a ser un goblin bueno y demostrar que tienes algo de cerebro y lo vas a dejar cerrado hasta que alguien con más cabeza que tú le pueda echar un ojo?
Todavía no lo se, maldita sea, todavía no lo se. - Le respondo sin dejar de jugar con la cuerda. Me termino la cerveza y me levanto a por otra con la nota en la mano para poder mirarla a trasluz por si hay algo oculto en ella.
Oki doki a lo de los recursos :)
Que sepáis que estoy acojonao... XD
Ya no se cuantas jarras de cerveza llevo bebidas, entre el pato y yo van unas cuantas.
El libro sigue encima de la mesa, lo miró con intensidad, esperando que me revele sus secretos, pero claro, un libro cerrado no dice nada, por lo que sigo bebiendo cerveza tranquilamente mientras compruebo lo tensa que está la cuerda.
Rufus está contando alguna batallita sobre las aventuras que corrió junto a Cornelius, pero no le hago mucho caso.
La cerveza se está acabando, voy a tener que ir a por otra, antes de empezar mi viaje hacia La Ciudad del Fuego.
De pronto, me encuentro con una de las dagas en la mano derecha, en la izquerda tengo el libro, mientras que la cuerda que lo sujeta está cortada limpiamente con la daga y caída sobre la mesa, al lado de la jarra de cerveza vacía.
Enfundo la daga con gesto mecánico y dejo el libro sobre la mesa, delante de mi. Lo miro unos instantes y, finalmente, lo abro dispuesto a leer lo que sea que haya escrito en el. Y dispuesto a afrontar lo que sea que venga después.
¿Pero que has hecho, verdosín? - Suspira Rufus ante la escena. - Mira que la has podido cagar de muchas maneras, y vas a ir a escoger la que no sabes que consecuencias tendrá... muy mal, Pispas, muy mal.
Abro el libro y lo leo.
Ale, ya podéis soltar lo que sea que acabo de liberar... XDDD
Abres el libro y no pasa nada especial. Las hojas están en blanco y no observas nada que capte tu atención.
Cierras el libro y lo guardas, en parte algo decpcionado.
Entonces, la voz del fallecido Julius resuena en tu cabeza: ¿Que has hecho, insensato?
Acto seguido, oyes el graznar de un pato, pero Rufus no ha abierto la boca y parece tan sorprendido como tu.
¿Pero que plumas ha pasado? ¿Que diantres es esto?
La nación de los magos, que se encontraba totalmente desprotegida, fue también presa de ejercitos de no muertos, enviados por el Mal Supremo...