Partida Rol por web

Satoru estaba levantándose ya, dispuesto a abandonar la sala para dedicarse a sus asuntos, cuando Mirai también hizo ademán de despedirse. A pesar de que actuaba con toda la cortesía que se esperaba de una miembro de la Mano Izquierda del Emperador, era evidente que no tenía demasiadas ganas de continuar en aquella sala.

-No logro imaginar forma en la que vuestra presencia pudiera ser inconveniente, Mirai-san. -Respondió con una media sonrisa, aceptando su ofrecimiento para acompañarlo fuera del lugar.

Los kami de aire se arremolinaron en torno a Satoru como viejos amigos deseando jugar, y una vez que el shugenja acabó de recitar sus plegarias, se prepararon para llevar sus susurros hasta su vieja amiga.

-Hikari-san… siento importunarte, pero hay algo que necesito saber. -Musitó a media voz, esperando encontrarla en una buena situación. -Hay un hombre del que sólo recuerdo su nombre, Iuchi Daiyu. Había supuesto que, tal vez, podrías ayudarme a saber algo más de él y su cometido en su familia.

Dejó pasar un instante, antes de meditar sobre lo que el kawaru había revelado a sus ojos un tiempo antes. Ellos aún no habían encontrado esa muerte que acechaba en los valles… pero no tenía forma de saber si la comitiva Shinjo lo habría hecho.

-Confío en que tú y tu padre estéis sanos y salvos. Tengo que advertiros que los presagios que puedo ver el futuro me hablan de más muerte que está por llegar a estos valles.

-La contienda no ha terminado, así que sed precavidos. No querría que nada os sucediera.

Hola Satoru-san...

      Me sigue asustando y sorprendiendo este tipo de mensajes... cuesta acostumbrarse.

Iuchi Daiyu es el Daimyo actual de la familia Iuchi. Ahora mismo estamos en su palacio, aunque es un hombre muy particular y difícil de acceder.

Kazuo acompañó a los investigadores cuando estos salieron.  

—Creo que dice la verdad —comentó, con voz queda—. Aunque, claro está, su compañía es bastante famosa, y ella una gran actriz… Estoy seguro de que si quisiera engañarme, podría hacerlo con soltura. El nombre que ha dado… Iuchi Daiyu. Me suena, de oídas, así que no se lo ha inventado.

Tras abandonar la reunión, Satoru se apartó a una de las capillas algo más alejadas junto con su estuche de pergaminos. Allí, con un cuidado que rozaba lo reverencial, leyó varios de ellos con lenta minuciosidad, declamando las palabras en la sagrada lengua de los kami.

Y, si alguien lo hubiera acompañado, hubiera visto que incluso un tiempo después de haber guardado los pergaminos, el joven shugenja permaneció sentado con los ojos cerrados, moviendo los labios de tanto en cuando como si continuara con sus plegarias.

Sólo cuando, unos minutos después, pareció satisfecho se levantó y acudió para reunirse con los demás y escuchar las palabras de su compañero Ikoma.

-Yo tampoco puedo pretender competir contra la actuación de una Soshuro. -Contestó, encogiéndose ligeramente de hombros. -Pero con tantos testimonios contrarios, tenemos que centrarnos en las diferencias.

No mencionó nada acerca de la compañía. Puede que él no la conociera, pero si el omoidasu decía que era conocida, entonces para él lo era sin ponerlo en duda.

-Es normal que el nombre de Iuchi Daiyu os suene, Kazuo-san… -Añadió, con una sonrisa carente de alegría. Satoru era muy consciente del impacto de las sutiles acusaciones de la actriz respecto a ese nombre… y del hecho de que muy probablemente la Soshuro supiera perfectamente ese hecho. -Pues es precisamente el daimio actual de la familia Iuchi. Probablemente mañana estemos ya entrevistándonos con él.

—Las palabras pueden ser engañosas, pero el lugar de los hechos debería estar intacto a no ser que se hayan tomado las molestias de regresar y alterarlo. —añadió Mirai, la vista posada en el camino que les esperaba delante. Tras un pesado suspiro, se volvió hacia sus compañeros—. No lo descartaría, pero imagino que si alguien se hubiese escabullido los monjes que han estado atendiéndoles probablemente lo hubiesen notado. ¿Estáis de acuerdo en hacer una breve parada allí? Dadas las advertencias que Satoru-san porta, creo que lo más sensato sería no separarnos.

Kazuo exhaló una risa corta tras la corrección de Satoru. 

—Está claro que no hago justicia a la legendaria memoria de mi familia... Y sí, estoy de acuerdo con Kakita-sama. Dadas las circunstancias, cuantos más ojos presencien el escenario del crimen, más posibilidades tendremos de sacar algo en claro. 

Presté atención a todas y cada una de las palabras que la escorpión empleaba a la hora de contestar a las preguntas que los demás le hacían con la intención de dilucidad la autenticidad de lo que nos confesaba. En principio todo lo que nos había dicho coincidía con otros testimonios que habíamos recabado, así como la procedencia de la caravana de actores. Además estaban los papeles de viaje que coincidían, por tanto su versión era creíble.

Mas no acababa de convencerme su relato no porque lo que contase no hubiera ocurrido sino por la actitud del grupo de combatientes unicornio. Éstos se habían lanzado al ataque contra la compañía de actores shosuro sin importarles vivir o morir pero habían regresado nada más encontrarse asistidos por los monjes. Aquella circunstancia no parecía obstáculo suficiente para impedir un combate - Mayumi-san, si del juicio resultara culpable el daimyo Soshi ¿Quién sería su sustituto? - la asistencia a la cena con Soshi Bantaro había resultado un tanto ofensiva, no cabía duda que su comportamiento tendría que resultar excesivamente molesto para la discreción y el decoro de las demás familias del escorpión. Añadiendo que, en dicho clan podrían sucederse maniobras de todo tipo para apartarlo aún a cuenta de enmascarar tal acción por medio de cualquier subterfugio.

- ¿Conocéis algún tipo de rivalidad o conflicto previo al ataque entre Soshi Bantaro y algún otro samurai del clan del Escorpión?  ¿Conflictos entre familias?

Una pregunta sin aparente vínculo con los hechos acarreados quizás podría reportarnos más información sobre las relaciones internas con Soshi Bantaro - no dudo de vuestras palabras a la hora de contarnos lo sucedido, sin duda aportáis un testimonio contrastado pero entendedme, sería un tanto ingenuo por mi parte que un contingente de soldados montados sobre caballos unicornio os atacasen y detuvieran el ataque porque hayan aparecido monjes. La caballería del unicornio no suele emprender la retirada en tales circunstancias - salvo que la intención no fuera matarlos sino realizar el ataque, dejar testigos y no añadir más conflicto en la zona, reducir el conflicto al clan escorpión - de ahí que no quiera reducir las perspectivas a tan sólo un conflicto entre dos. Vos sois actriz, sabéis que quienes están sentados en primera fila tienen una perspectiva menor que quienes se encuentran más atrás porque contemplan más escenario, más actores y por tanto más detalles - y algo así sucedía con este caso, la acción principal estaba clara, conflicto entre Iuchi y Shosi, pero había tantas cosas extrañas que evidenciaban algo turbio.

 Mayumi-san, si del juicio resultara culpable el daimyo Soshi ¿Quién sería su sustituto?

- Desconozco los parentescos actuales de la familia Soshi. Imagino que si Soshi Bantaro no ha tenido descendencia, su esposa deberá llevar lo que quede de la familia, después de todo el campeón esmeralda hará pagar caro el atrevimiento de la familia que resulte culpable de los cargos.

¿Conocéis algún tipo de rivalidad o conflicto previo al ataque entre Soshi Bantaro y algún otro samurai del clan del Escorpión?  ¿Conflictos entre familias?

- Como imaginará, Magistrada, nosotros no somos de este valle, nuestra vida es itinerante y apenas tenemos contacto con ninguna de las dos familias implicadas, por lo que desconocemos  las intrigas entre todos los nobles que llaman hogar a los valles Ojatara.

no dudo de vuestras palabras a la hora de contarnos lo sucedido, sin duda aportáis un testimonio contrastado pero entendedme, sería un tanto ingenuo por mi parte que un contingente de soldados montados sobre caballos unicornio os atacasen y detuvieran el ataque porque hayan aparecido monjes. La caballería del unicornio no suele emprender la retirada en tales circunstancias

- No soy una especialista en el arte de la guerra ni mucho menos. Pero nos internamos en la montaña y hacia el bosque. Sus caballos empezaron a encontrar dificultades con los arbustos y los árboles, la densidad del bosque iba en aumento. Supongo que la dificultad del terreno unida a la aparición de los monjes que eran objetivos neutrales decidieron retirarse. Eso o se dieron cuenta de que habían atacado a un grupo errado.

Vos sois actriz, sabéis que quienes están sentados en primera fila tienen una perspectiva menor que quienes se encuentran más atrás porque contemplan más escenario, más actores y por tanto más detalles -

- Lo comprendo, Magistrada. 

La declaración de Mayumi parecía completamente sincera. Estaba claro que una actriz experta podría mentir con facilidad, pero no a una discípula del dojo Kitsuki. Su dolor no era fingido, y su ira hacia los Iuchi por la muerte de sus compañeros tampoco.

Sin embargo hay algo casi imperceptible que pasaría desapercibido para cualquiera no entrenado. Parece muy casual que unos asaltantes que atacaron en una emboscada sorpresa dijesen de forma abierta el nombre de su comandante. Es como si esa parte se la hubiese inventado o tal vez simplemente le interesa "enfatizarlo".

Por todo lo demás sus argumentos parecen creíbles.

El grupo de agentes abandonaron el Templo tras despedirse de los monjes. Pudieron atisbar como unos cuantos hombres y monjes estaban reparando un nuevo carro para poder reemprender el viaje cuando los heridos hayan sanado.

Bajaron el sendero hasta la carretera principal y siguiendo las indicaciones de Mayumi subieron hacia el norte, por el camino que llevaba a las montañas del Clan Dragón.

Apenas un par de millas después del desvío en el camino hallaron el lugar del ataque.

Aún habiendo pasado algunos días, podía encontrarse los restos del ataque. Un carro volcado a un lado del camino, los restos de un buey muerto por la refriega y comenzando el proceso de putrefacción. Huellas de caballos desbandados. Pisadas de personas huyendo.

La zona estaba destrozada. Pero el tiempo y la lluvia no eran los únicos impedimentos en tratar de reconstruir los sucesos. Los caballos que se habían soltado habían huido, y por otro lado muchos refugiados sin nada habían acudido en bandada para rapiñar cualquier objeto que hubiese quedado: desde las flechas de los atacantes clavadas en la hierba, hasta el más pequeño pañuelo o máscara de la tropa de teatro.

Tras explorar la zona, las pistas eran pocas. Todo parecía coincidir con la versión de Shosuro Mayumi.

Sin duda el tiempo y la lluvia habían borrado muchos rastros, pero era imposible recrear todo aquello con tiempo para simular un engaño. Allí había habido una batalla.

Los atacantes, montados a caballo, surgieron del bosque al oeste. No eran muchos, tal vez unos diez caballos. Atacaron la caravana e hicieron huir a los supervivientes hacia la montaña.

El resto son pisadas de heimin y eta, que habían rapiñado todo lo que los actores llevaban en sus carros.

En principio, todo apuntaba a que la versión de Mayumi era cierta.