El viaje se había hecho increíblemente corto, pero con algo de suerte nadie subiría al carruaje.
-Realmente, he comenzado a plantearmelo durante este año -hablo al fin con total tranquilidad, comiendo otra chocolatina.
-Me creo bastante autosuficiente, pero sé que no podré hacerlo sola, al menos con faclidad. Me has llamad un poco la atención, asi que casualmente te lo he planteado. Dime, ¿que piensas?
Corroboro, me he ido de vacaciones pero ya normalizo.
_Pienso que es una completa locura.
Madelain fue terminante, ya no era la cachorrita tímida de hacía un rato atrás.
_¿Se lo has planteado a alguien más? Porque incluso si yo quisiera ayudarte, te imaginas que las probabilidades de dos estudiantes del quinto año contra el régimen que lleva más de un siglo de uno de los magos más poderosos de la historia son ínfimas. ¿Tienes algún plan?
Sabe que tiene que decir la verdad no?
Alana sonrió de una forma curiosa.
-Una locura que, como yo, consideras posible.
La varita volvió a mostrarse, con un susurro de mágia ya conocido, silenciando a oídos curiosos fuera de su interés.
-Eres la primera persona que conoce estas palabras de mi. Y todo a su tiempo, los planes toman mucho tiempo de construirse y son tan delicados que un leve desvío puede destruirlos. Toda esta charla para mi, tiene un único significado: ¿Puedo confiar en ti?
Hizo una pausa y continuó:
-¿Puedes...creer en mi? ¿O prefieres esperar a que te demuestre lo que puedo hacer?
Motivo: Muffliato
Dificultad: 0
Habilidad: 3
Tirada: 1 7 7
Total: 7 +3 = 10 Éxito
Motivo: Prueba
Dificultad: 0
Tirada: 1 6 8
Total: 6 = 6 Éxito
Ahora si ya entendí como tirar :P
Pues no se... pensaba que sabría lo que es el veritaserum XD ahora se lo digo ^^
No te he pnjoteado porque son converaciones que debéis llevar entre vosotras.
En el tren te ha dado un bombón con veritaserum o suero de la verdad... con el no puedes decir mentiras... solo por si no lo sabías...
Scarlet sonrió al notar los labios del chico en su frente; era un gesto que, aunque fuese sencillo, para ella era de los mejores que el chico podría dedicarle. Sintió como el vello se le volvía a erizar por la caricia que Alex le hizo en la mejilla, menos mal que tenía la túnica puesta y él no podría verlo, (se moriría de la vergüenza si el chico llegase a saber todo lo que los gestos del chico provocaban en ella), sin embargo, la piel de las piernas también la tenía de gallina, esperando que Alex no se hubiese dado cuenta, se estiró la falda una vez más, descruzando y cruzando las piernas de nuevo.
-Lo sé...sé que no debo quedarme estancada y que debo seguir adelante. Si me dedico solo a llorar y a lamentarme...nunca los encontraré. Pienso aprender mucho, todo lo posible y más, e iré en su búsqueda. Los encontraré.-le miró y sonrió-Sé que mientras tú y Logan estéis conmigo, podré con todo.
Se irguió y se giró para mirar a Alex directamente a los ojos, sabía que no tenía derecho alguno a pedirle lo que iba a decir, pero una parte de ella esperaba que con esa mirada él aceptase, como si le convenciese.
-Prometeme que...estarás conmigo siempre. Pase lo que pase. Eres prácticamente la única persona en la que confío de verdad...y...si no estuvieras...-cortó ahí la frase, porque no sabía cómo continuar. Se sintió mal por habérselo dicho. No podía hacerle prometer eso, uno nunca sabe qué puede pasar; pero necesitaba saber que él estaría con ella siempre, (como dijo) pasase lo que pasase. Ella se había prometido a si misma que siempre estaría para él, pero entendía que al chico no le agradase la idea de prometérselo. Aún asi, tenía que intentarlo.
Mientras espero que el carruaje se ponga en marcha, no puedo evitar pensar, bajo mi fachada imperturbable, en la hermosa Alyssia, con su radiante pelo rojo como el cielo y sus increíbles ojos azules como el mar en un día despejado... ¿Como podría lograr conquistar su corazón, si tengo alguna oportunidad de hacerlo?.
Nunca pensé que diría esto, pero tengo unas ganas de entrar en el colegio... ;D
Alex despegó los labios, pero sólo salió un sonido ahogado, como si hubiese dementores cerca y fuese incapaz de respirar, hablar o vivir. Se le partió el corazón y sus pulmones se volvieron de piedra mientras su piel adquiría el tono de la cera.
Pálido de horror.
¿Cómo iba a contestarle que sí, que lo haría? ¡No podía! Quería decírselo.
Joder, claro que quería decírselo. Scarlet se había convertido en algo parecido a la familia, a falta de poder considerarla una hermana, pues hubiese sido algo enfermizo a juzgar por cómo reaccionaba el cuerpo de Alex ante los estímulos de la chica. Pero eso no la convertía en familia. Alex, a su pesar, sabía que si se veía obligado a elegir entre su hermana y Scarlet elegiría a su hermana. Era sangre, y era su hermana, y... no podía. Había prioridades. No lo haría.
¡Pero Alex debía proteger a todos los indefensos! ¡Debía hacerlo! ¡El creía que ese era su cometido! Oh, no... ¿por qué demonios le había pedido eso? ¿ESO? Ni siquiera consiguió adivinar que se escondía al final de aquella frase sin terminar. Ese "y... si no estuvieras... " podía esconder muchas palabras, a cada cual más enervante que la anterior, pero no se paró a pensarlo.
Sólo pudo escuchar y procesar la parte de "Prométeme que...estarás conmigo siempre. Pase lo que pase. Eres prácticamente la única persona en la que confío de verdad". ¡Y no podía prometerle eso! ¡Es que no podía!
Pero su cerebro echaba humo mientras su cuerpo descansaba cual cadáver, petrificado como si de un conjuro se tratase. Sus ojos miraban a los de Scarlet, pero los atravesaban como si la chica no estuviera ahí. En realidad miraba a la nada, a un pozo de niebla donde su tía había fallecido con pena y sin gloria.
Alex sabía que quería poder prometerle algo así. Dios lo sabía. Sus amigos lo sabían. Y quizá Scarlet lo supiera. Pero no podía hacerlo, pues implicaba anteponerla por encima de la que todavía era su sangre, su pasado, su futuro, y su vida, empezando por su hermana y acabando por sus padres. Prefería no pensar en sus abuelos, pues la edad implicaba ciertas concesiones, pero seguían siendo sus amados abuelos.
Pero Scarlet no tenía ya padres, por el momento.
Pero Alex no podía hacerle algo así.
Reuniendo todo el alma en la garganta y el resto de sus músculos, Alex se arrinconó en una esquina y se abrazó los pies, agachando la cabeza y haciéndose un ovillo en posición fetal. Se odiaba en aquel momento por pronunciar las dos palabras que ya asomaban en sus labios.
- No... puedo.
Su voz, frágil como el cristal y transparente como el agua, se quebró definitivamente mientras lo verbalizaba.
Rompió a llorar cual niño indefenso que acaba de descubrir que la vida no es una utopía y que los malos siempre ganan. Aquel era Alex, un niño que en aquel momento creía haberes engañado a si mismo creyendo que podía vengar a su tía cuando estaba condenado a ser un cabeza agachada más. Si no tenía medios para proteger a todos, ¿cómo iba a ponerse siquiera a la ofensiva contra el Régimen? Súmesele la edad al ya de por sí problema.
Rezaba porque Scarlet le perdonase y consolase, pero no contaba con ello. Se creía un monstruo patético en aquel momento, sin darse cuenta de que posiblemente estuviese haciendo sentir muy mal a su acompañante, en parte por haberle desencadenado aquellas emociones a Alex y en parte por verse nuevamente desamparada, aunque fuese sólo en última instancia.
Y a pesar de ello, Alex simplemente había intentado ver la vida con otros ojos, y compartir ese enfoque con los demás. Riptusempra, para nada. Tarantallegra, para nada. Expeliarmus, para nada. Lumos, para nada. Accio, para nada. Muffiato, para nada. Sus conjuros no le servían de absolutamente nada, pues sería incapaz de derrocar al régimen con conjuros así. Había vivido una fantasía.
Así pensaba Alex. Dios quisiese que su pensamiento estuviese equivocado.
Henri se montó en el carruaje detrás de Spencer y se sentó junto a él. A pesar de que llevaba todo el viaje hablando con su amigo parecía que las palabras le habían abandonado, desde luego iba a ser un viaje silencioso. Aunque desde luego eso era mejor que tener que hablar con Serpens de lejos, así podría pensar en sus cosas y abstraerse o, como hacía en las clases de historia de la magia, dedicarse a mirar nubes por la ventana. Con la mirada perdida en el cielo Henri espero a que terminara el viaje o alguien se atreviera a hablar.
IdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiotaIdiota...¡MIERDA!
¿¿Cómo has podido ser tan egoísta?? Que tu no tengas familia ni amigos no significa que él no la tenga. Le reprendió su conciencia.
Ver como Alex se quebraba, hizo que a la chica se le fuese el alma a los pies. Además, por su culpa. Que imbécil había sido, que egoísta, que infantil, que...
¿Estupida? Sí, lo has sido ¿Y tú eres la Ravenclaw? ¿La inteligente?
¡En qué mente cabe si quiera pensar eso! Alex tenía una familia, tenía amigos, un hogar al que regresar en las vacaciones. Tenía una vida.
Scarlet se sentía como una serpiente. Una rastrera y sucia serpiente.
-Nonononono...-dijo muy rápido al ver las lágrimas del chico.
Jamás había visto llorar a Alex, no estaba preparada para hacerlo. Él solia estar feliz, viendo el lado bueno de las cosas...Y ella le había hecho llorar, era de las últimas cosas que deseaba. Había hecho llorar a una de las personas que más quería, la que más había hecho por ella, sin pedir nada a cambio, sin desearlo siquiera...
Estúpida, niña tonta, inmadura, infantil, idiota...
-Alex, por favor...no...no...no llores...Olvida lo que he dicho, por favor...-le dijo. Le sonó a una mísera súplica infantil. Se irguió sobre el asiento, no sabía qué hacer. Él era y estaba más alto que ella, si estando sentada le abrazaba, él estaría incómodo. Lo mínimo que podía hacer después de hacer que llorase era que estuviese en una postura cómoda. Se revolvió en el asiento, haciendo amagos de abrazos. Al final decidió ponerse de rodillas sobre el asiento, (estando así más alta que él) y atrajo a Alex hasta su pecho, cerca de su corazón, que latía desbocado. Así es como su madre la abrazaba cuando estaba mal, le tranquilizaba el latido de su corazón; y tal vez el hecho de que ella estuviese algo más alta que él, le diera mayor sensación de protección y seguridad, como le pasaba a ella. Rezó por acertar en sus suposiciones-Perdóname, por favor, he sido una egoísta y una imbécil...comprendo perfectamente tu decisión, créeme. Me asusté y...y...lo siento, de verdad...pero no llores, por favor, no llores...perdóname...-le abrazó todo lo fuerte que le permitían sus débiles brazos. Con una mano siguió abrazándole por los hombros y con la otra empezó a acariciar su mejilla húmeda, intentando atrapar y secar las lágrimas que resbalaban por el rostro de Alex-Lo siento, lo siento, lo siento...-le repitió. Besó con delicadeza los cabellos del chico.
Quería decirle tantas cosas...y solo le salía pedirle perdón...
¿Y tú eres una Ravenclaw?
_Prefiero que me demuestres que tus palabras tienen algún sustento. Y no, no puedo creer en tí, menos siendo de Slytherin y teniendo en cuenta que ni siquiera puedo controlar lo que te digo. ¿Le has puesto Veritaserum o algo ási a estas golosinas, no es así? Es difícil creer en alguien que te hace algo así. ¿Tienes el antídoto? ¿O debo ir con el profesor de pociones a que me ayude y bueno, correr el riesgo de que me pregunte algo y tener que delatar tus intenciones?
Madelain decía todo con una sonrisa parecida a la de Alana.
Recién me entero del Verisaterum. Habría que releer todo, pero creo que basicamente no he mentido, a lo sumo no he sido 100% sincera.
-¿Al baile? Claro que puedo ir contigo. ¡Ah! ¡Que se van los carruajes!
Sonríe y tira de Logan y de Howard para no perder uno de los últimos carruajes que salen hacia el castillo, si lo pierden, llegarían tarde porque tendrían que ir andando hacia la entrada, y seguro que les castigarían. Empuja a los dos chicos al interior del carruaje y luego ella tras ellos.
El carruaje parte inmediatamente hacia el castillo.
- Bien pues... Se nos van, creo que este año estara lleno de sorpresas compañeros.
Mientras comienzan a correr los carruajes y luego de un momento pensando que se les iban a ir, pueden subirse tranquilamente, todavia no podia ver lo que llevaban de estos carruajes pero tenia una idea de lo que podian ser.
- Bueno amigos, vamos a prometer lo de siempre, estar juntos hasta que seamos viejos y estemos al borde de la muerte jaja.
Los carruajes poco a poco se van encaminando hacia las puertas del castillo dejando atrás la estación y el pueblo de Hogsmeade, lugar de diversión para aquellos que tienen autorización de sus padres. Los de segundo se alegran de no haber sido ellos los que tienen que cruzar el Lago Negro este año también, con una vez ya es suficiente.
Atrás queda el verano y frente a ellos se comienza a alzar, imponente, el castillo de Hogwarts. El curso está a unas horas de comenzar.