La intervención de Vecna había interrumpido el viaje de vuelta al plano material de Orphen, y finalizada esa etapa debería haber visto su viejo mundo formarse ante él.
Sin embargo, algo retrasó el regreso de Orphen.
Orphen conocía la procedencia de aquella nueva interrupción, y sin embargo no sabía cómo era posible. ¿Su espada era capaz de mantenerle en este Limbo? ¿se había detenido el tiempo o simplemente no había tiempo en un semiplano intermedio como este?
No estaba en un lugar físico que pudiera ver, oir o sentir. Su presencia aquí era puramente mental, aunque de alguna forma la percibía como una bruma en la que flotaba la imagen que el guerrero tenía de sí mismo.
Tengo que reconocer que me había equivocado contigo, Guerrero. Esos caballeros santurrones han sido lo más divertido de mis últimos años.
Podemos hacer grandes cosas juntas, al fin y al cabo. Veamos qué tiene dentro ese Clérigo del que tanto hablan.
Por cierto, tengo que confesarte que no soy una espada.
Oh, pero piensas que aun creia que eras una espada normal y corriente? Demonio o usuario de lo arcano?
Hay un momento de silencio en la espada. Parece como si el arma se hubiera quedado momentáneamente sin palabras, cosa que pasaba con poca frecuencia.
Tras eso, la voz vuelve.
A veces creo que eres más listo de lo que te conviene, Guerrero. Seguramente también estés bastante loco, pero eso siempre me ha gustado...
Hay objetos a los que se les otorga consciencia mediante magia, pero yo no soy uno de ellos. Tampoco soy un mago encerrado en un objeto, como propones.
Eso deja la tercera opción...
Soy un demonio de la infraoscuridad, y solía tratar con drows hasta que decidí cambiar mi "esfera de influencia". Descubrí que renunciando a mi cuerpo físico podía tener mucha más influencia en la vida de mortales, y me acostumbré a poseer tesoros, joyas o armas, aprovechándome de la ambición de los humanos, que tienen mucha más bondad por corromper que los elfos oscuros.
Hace tiempo habito en esta espada, otorgándole ciertos poderes y atrayendo a dueños que luego podía poseer y destruir.
En tu caso, he decidido que podemos hacer cosas mayores juntos.
Touche.
Entonces, propones algo o el conseguir un territorio te parece bien?
No son propios de mi unos intereses tan provincianos, pero es un inicio.
Lo que te propongo, por ahora, es que cooperemos más estrechamente. Si no te resistes, puedo cambiar de "hospedador" y acerte la vida más fácil. Me encanta poseer a un enemigo de vez en cuando y hacerle sacarse los ojos o algo así. Cuando seas tú mi hospedador... puedes no perder el control, Guerrero. Simplemente te daría mucho más poder.
¿Qué opinas? También podría hacerlo por la fuerza, claro, pero ultimamente me estoy volviendo razonable.
Seguro que nos entenderemos. Solo es cuestión de que me avises si haces cosas de las tuyas...mas bien para estar informado.
Deja unos segundos.
Entonces, que es lo que con nuestra alianza podemos llegar hacer a nuestros enemigos.
Puedo controlar a los humanos como marionetas, Guerrero, y también puedo maldecir a cualquiera que toque la espada. Aún con los mortales de voluntad fuerte puedo entrar, normalmente, y debilitarlos. También puedo cambiar de recipiente, ocupar cualquier arma u objeto y otorgarle cualquier poder que se me ocurra.
Tenemos grandes cosas por hacer...
Y esas palabras fueron las últimas que entraron en la mente de Orphen antes de sentirse transportado de vuelta a casa por el conjuro doblemente interrumpido.