Partida Rol por web

Con la llegada del nuevo amanecer los gnols vuelven a sus escondrijos, se mantienen más ocultos con el sol en el cielo. A mediodía algo rompe la aparente calma de la llanura. El sonido de un cuerno grave, muy cerca, dirías que en el mismo bosquecillo en el que estás. A este sonido le sigue un segundo cuerno igual al anterior pero algo más lejano, como al sur de la ciudad. Supones que al menos el primer aviso ha provenido de uno de los gnols centinelas que se ocultaban en este pequeño bosque.  Aunque no puedes ver a nadie, oyes la agitación a tu alrededor.

Según los planes previstos aún debería quedar un día y medio para el ataque, desconoces el significado de tanto alboroto.

Miro a los gnolls de mi alrededor

¿Que sucede?

Me giro hacia mis esqueletos.

estad atentos y protegedme si me atacan

Han avistado algo... dice uno de los gnols cuando te acercas a él un caballero

tras eso concluye

tenemos órdenes de evitar que nadie salga pero no sé que debemos hacer con alguien que entra

ese gnol, algo confuso, sigue su camino y a tu alrededor ves algun otro, no entiendes lo que hablan entre ellos pero a veces se susurra en común la palabra "refuerzos" pronunciada con preocupación.

Tras un instante de duda sonrio.

Yo me encargo, avisad de que nadie salga, ese caballero no desconfiara mucho de un viajero. ¿Por donde viene?

Los gnols parecen atareados y nerviosos, ninguno se para a hablarte en principio. Lo poco que sacas de alguno es que no saben mucho, tan sólo unos pocos, o tal vez solo uno, deben haber visto con sus propios ojos al supuesto caballero. El resto simplemente parece reaccionar al aviso.

No es hasta que te acercas al borde noreste del bosquecillo que obtienes alguna respuesta concreta, en ese lugar dos centinelas otean la llanura a cubierto y descubres que saben bastante poco... apareció cabalgando hacia la ciudad pero paró al oir los cuernos y retrocedió hacia el norte, en estos momentos no es visible aunque han mandado algún rastreador a averiguar algo más, a pesar de que a falta de los jefes no saben muy bien cómo actuar. Evidentemente no contaban con que la aldea tuviera refuerzos y eso es lo que la mayoría parece creer que significa la aparición de ese caballero.

A oir las palabras de los Gnolls me sorprendo un poco.

¿Como sois tan listos de usar unos cuernos para avisar de la llegada de alguien? ellos también tienen oídos... en fin, veré que puedo hacer

poco a poco voy saliendo del bosque rodeado de mis seguidores, como si no conociese de la existencia de los gnolls, y me dirijo hacia donde aparecio el caballero.

Sales a campo abierto dejando la cobertura de los árboles, tus servidores alados vuelan sobre ti y el resto de tus vasallos muertos vivientes te rodea cuando pisas la llanura despejada en el extremo noreste del bosque, hacia donde fue visto el caballero.

Nada más salir ante ti distingues algo, a lo lejos en el llano. Un grupo, varios humanoides y al menos dos caballos al norte de la ciudad a unos 250 pies de ti. Parecen empezar a reaccionar en estos instantes, montan en los caballos y te da la impresión de que se disponen a alejarse bastante apresurados. Sin embargo emprenden la carrera en diagonal, hacia unas grandes rocas que hay justo al norte de la ciudad. Por su velocidad desaparecerán de tu vista entre esos roques, pues eso es lo que parecen pretender, mucho antes de que a tu paso y al de tus muertos vivientes a pie llegues a ellos. Sabes que entre esas rocas a las que se dirigen hay al menos un par de centinelas gnols.

Me dirijo hacia las rocas, tratando de no parecer muy amenazador.

Protegedme, no ataquéis a menos que nos ataquen o yo lo ordene.

Mientras te acercas lentamente te das cuenta de que el grupo llegará a las rocas antes de que te acerques mucho a ellos, galopan a toda velocidad hacia los roques. Dos caballos con dos jinetes cada uno, sin embargo delante de las monturas hay una forma pequeña a pie que se mueve aún a más velocidad y que ha cogido ventaja a las dos bestias. Algo en la forma de moverse, la velocidad y la agilidad, de este pequeño ser te recuerda algo.

Intentas no resultar amenazador pero te sigue dando la impresión de que el caballero que provocó la alerta y el resto de sus acompañantes están huyendo de ti.

Continuas tu avance y los dos jinetes, junto con el veloz ser, se adentran entre las rocas altas desapareciendo de tu vista. Empiezas a estar cerca de los roques y puedes ver sobre una de las piedras a un gnol oculto solo a medias, posiblemente un centinela encargado de dar la alerta con sus cuernos.Un segundo después ese gnol cae abatido estrellándose contra el suelo, dos flechas le han atravesado. Oyes una vez más el sonido de un cuerno resonar en la llanura proveniente de las rocas, algún centinela ha podido dar la señal antes de caer, al parecer, pues el grupo formado por dos caballos con dos jinetes cada uno y la pequeña criatura veloz de ropas negras aparece más allá de los roques. Les ves a lo lejos, han llegado a la empalizada de la ciudad y la rodean hacia el sureste, en unos momentos desaparecerán tras la ciudad.

Con paso seguro, rodeado por tus muertos vivientes, llegas a las rocas unos segundos después de que el cuerno sonara. A tu alrededor no ves nada, el grupo al que seguías continúo su carrera hacia el borde este del pueblo y moviéndose a esa velocidad quizá los hayas perdido ya, si decidieron o no entrar en el pueblo no lo puedes saber pero en lo alto de la empalizada ves algunos hombres armados con arcos vigilándote y eso te hace pensar que dadas las circunstancias posiblemente tu presencia no vuelva a ser bienvenida en la población.

En el suelo, entre las altas rocas, ves dos cadáveres de gnol, uno de ellos con un cuerno cerca de su mano y el otro con una daga clavada en el pecho. Estos roques posiblemente eran un buen lugar desde donde vigilar la ciudad si aprovechaban su cobertura, ocultos pero con buena visión. Un tercer cuerpo de gnol yace un poco más alejado, al pie del roque más alto. Este debía ser el que vistes caer ensartado por dos flechas.

Camino hacia las murallas con paso sereno y calmado, al llegar cerca me dirijo a los hombres de la muralla

Decid a los hombres que han entrado que quiero hablar con ellos "por favor" y necesito hablar con ellos El por favor sale de mi boca con muchas dificultades, pero aun asi permanezco calmado frente a la puerta

Tu llegada parece provocar un alboroto en la ciudad, casi a plena luz del día. Gente grita y varios de los hombres en el papel de centinela dan avisos y esgrimen sus arcos visiblemente asustados. Manteniéndote fuera del alcance de las flechas gritas tu petición y momentos despues uno de los dos guardias que están en la puerta, el jóven asustado que ya conocías, desaparece en el interior de la ciudad.

Tras pocos minutos ves cerrarse la puerta de la aldea, varias figuras se asoman por encima de la empalizada frente a ti. Tan solo reconoces a Finrod entre ellas. No parece haberte reconocido porque en voz muy alta para que te lleguen las palabras dice:

Bueno ya estamos aqui, ¿de que querias hablar brujo?

No se te escapa que tu situación es algo precaria, a tu espalda, en los edificios medio en ruinas sabes que se ocultan alrededor de media docena de gnols centinelas. Posiblemente estén viéndote y no sabes si pueden escuchar tus palabras o no. Los guardias de la ciudad no parecen estar dispuestos a dejarte acercarte, pero por otro lado la multitud de gnol que sabes que espera pacientemente la llegada de refuerzos es un peligro aún mayor si ven algo raro en tu comportamiento.

Tras unos instantes ves asomarse también a Kandalian, además de tus dos compañeros solo puedes ver tras la empalizada a unos pocos humanos y a una extraña criatura de piel negra, parece un drow. En la empalizada hay unos segundos de duda y tensión palpables cuando demoras tu respuesta unos instantes, ocupado en analizar con la mirada la escena. En ese momento la familiar voz del pequeño Kandalian se oye, con un tono de vacilación y en voz baja aunque audible desde donde estás

Arkaeron...