Partida Rol por web

Héroes y Profecías

El Ejército Invisible.

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31/12/2009, 10:43
Kandalian

El gnomo tiene que desplegar toda su habilidad racial para no caer del caballo. Va mal agarrado a la montura a una velocidad endiablada. A buen seguro el caballero acabará insertándole su acero sin ni siquiera preguntar. Intenta por todos los medios encaramarse al caballo mientras dice: - Saludos caballero de Berfoska. Soy Kandalian, compañero del caballero Derek y la dama Diana, y amigo de Arkaeron- dice señalando al mago.

La mirada de Kandalian intenta transmitir confianza. Para afianzar la del caballero añade: - El ejército que pensáis atacar está protegido por una poderosa magia que los hace invisibles. ¡Detrás del conjuro se esconden cientos de enemigos!-.

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11/01/2010, 22:03
Director

A pesar del yelmo completo ocultando su rostro, Kandalian llega a imaginar en el caballero que cabalga con él unos pestañeos dubitativos. Tras unos segundos de duda observando la habladora carga, el guerrero de Berfôska vuelve a fijar la mirada en el frente, meneando la cabeza con fuerza. Ya sin mirarlo, el humano muestra al gnomo que no le guarda rencor tirando de él y ayudando a asegurarlo sobre la parte trasera de la silla. Lo siguiente que escucha el gnomo por el lado del caballero es el ruido metálico de la espada al desenvainar.

Pronto se materializa el intimidante ejército en el fondo del valle, pero los caballeros parecen poco impresionados por ello. Orcos y trasgos preparan sus armas y dan gritos de pánico mientras los jinetes espolean a sus caballos para romper las numerosas filas enemigas con su impacto. Antes del choque de las tropas, una bola de fuego estalla con un estampido sordo en medio de los orcos, sembrando de muertos el campo y propagando el miedo. Un rayo azulado chisporrotea y sale disparada de las filas de caballeros, como una lanza arrojada con fuerza. El relámpago abrasa carne también, y continúa su avance sin que ningún cuerpo carbonizado sea capaz de detenerlo.

El golpe entre los hombres a caballo y las alimañas de piel verde es terrible. La inercia de los caballos al galope no se detiene hasta haber pasado por encima de unos cuantos cuerpos enemigos. El caballero que acompaña al gnomo en contra de su voluntad lanza espadazos a un lado y otro, y de repente todo el campo de batalla parece hacer lo mismo. Las lanzas ya se han roto en los cuerpos de los oponentes más desgraciados y ahora las espadas descienden desde lo alto de los poderosos caballos para romper cráneos y escudos. A pesar de la superioridad numérica, Kandalian pronto se da cuenta de que los orcos tienen poco que hacer.

Entonces, su aguda vista se fija en lo más encarnizado del combate. Dos figuras montadas combaten con la fiereza de muchos hombres: una refleja la luz del fuego en su armadura plateada y dorada; la otra es más negra que la propia oscuridad que le rodea, y está cargada de pinchos y cuernos que le hacen parecer temible. Las dos siluetas a caballo luchan codo con codo a la cabeza de las fuerzas de Berfôska. Se puede ver una bandera hondeando con el símbolo del león rampante en rojo - el emblema que tenía Diana en su escudo -, también se aprecian otros emblemas que representan la misma garra rodeada por cadenas que lucía Derek. Los dos caballeros que lucharon con tanto valor en Asbrav también se ven, cerca de las dos figuras que parecen líderes. Incluso un hombre con el pecho casi al descubierto que descarga poderosos mandobles contra orcos se parece asombrosamente a Vanth.

Otra explosión de fuego estalla en medio de la horda de salvajes, y poco después otro relámpago azulado carboniza más enemigos. Las voz de Arkaeron atrona en todo el valle, y cuerpos muertos se levantan para luchar en el bando de los caballeros.

Entonces los pelos de Kandalian se erizan. En su confusa mente aparecen algunas palabras pronunciadas por Derek acerca de que harían falta unos cuantos milagros para traer la victoria. El gnomo abre los ojos extasiado ante lo que - no le cabe la menor duda - es uno de esos milagros del Bien.

Una enorme columna de fuego desciende del cielo, como un rayo de tormenta que se ha equivocado de elemento. Su abrasadora fuerza se descarga contra las filas ya mermadas de orcos. Un segundo rayo cae desde los mismos cielos, como enviado por algún Dios, y pronto sigue un tercero y un cuarto. La sobrenatural tormenta de fuego se ceba con los pielesverdes, que buscan la huida encontrando la muerte en espadas de caballeros.

Los mismos rayos de fuego que los compañeros vieran una y otra vez en el horizonte caen ahora tan cerca de ellos que huelen el humo y la carne quemada. El espectáculo, impactante en la lejanía, es abrumador presenciado a esta distancia. La silueta de armadura negra baja los brazos y el de la coraza plateada y dorada da algunas órdenes. El combate parece darse por terminado.

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11/01/2010, 23:15
Kandalian

Todo ocurre a la velocidad de la luz. Tan rápido que al activo gnomo apenas le da tiempo de intervenir. Aunque poco parece importarle. La emoción del combate vivido le recompensan con creces. Ha saltado desde un árbol, el gnomo nunca diría que se ha caído, a lomos de un caballo al galope. A visto en primera fila la carga de la caballería y las artes mágicas más poderosas. Y por último el fuego desde el cielo... Por San Culthbert que se ha hecho justicia.

El olor a piel de orco quemada impregna el ambiente. Kandalian permanece a lomos del caballo. Ahora ya no se muestra tan parlanchín. Tal es su asombro.

Notas de juego

Espero a ver qué hace el caballero. Mi intención es dirigirme hacia gente conocida. Arkaeron o Vanth en principio. A no ser que vea a Amnyin, el ser con el que el gnomo tiene más afinidad.

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15/01/2010, 00:28
Director

El caballero envaina su espada antes de dirigir otra mirada hacia atrás, como para confirmar que el gnomo colgado en la grupa del caballo no había sido una visión.

Kandalian no tiene tiempo de plantearse si dejar a su jinete, pues el guerrero espolea su montura que, al paso, se acerca justo hacia donde el monje querría ir. Se dirige hacia los dos poderosos comandantes del ejército de caballeros, aunque, muy cerca de ellos, es fácil distinguir a Derek y Diana, y también a Orphen, Vanth y Arakaeron. Amnyin y Naldar, ya descendidos del árbol que les cobijaba, también se acercan a ese círculo de líderes.

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15/01/2010, 10:20
Kandalian

La alegría desborda al gnomo. Aún está tremendamente excitado por la batalla. Ha sido rápida y limpia. Pero toda batalla se cobra un precio, que a veces puede ser alto.

¿Verdad, Finrod?

Cuando el jinete se acerca al grupo de líderes, y sin bajarse de la grupa del caballo, el monje se anuncia.

- Eh! Amigos! Me alegra veros a todos sanos y a salvo! - Como siempre, una amplia sonrisa adorna la cara del gnomo al saludar a sus compañeros.

 

 

Notas de juego

Pon tú a los destinatarios que consideres oportunos. ;)

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22/03/2011, 03:39
Director

Notas de juego

Kandalian y Naldar pasan a Milagros del Bien.