Partida Rol por web

Escucho con suma atención todo lo que se dice, intentando ponerme al día de lo que acontece. Todo me parece asombroso, casi desmedido o fuera de lugar. Inclino mi cabeza ante Selva, tan sólo por si hacia mí van sus palabras. Pero se me acerca Azul, le miro con media sonrisa, aliviado de ver que está viva, pero entonces comienza a hablar.

Mientras lo hace, puedo sentir como una puñalada atravesando mi estómago, incluso me encojo levemente y cierro los ojos intentando contener la lágrima que discurre sin poder evitarlo por mi mejilla, tornándose hielo conforme desciende dejando así una blanca marca en mí. La puñalada provoca un dolor bastante más grande que el de las propias amazonas al matarme.

Lo... Lo siento... No he podido defenderte... Como prometí...

Las palabras se atragantan, más aún cuando se interpone entre Wyvern y yo. Con mis ojos aún rojos busco a Verde.

Perdóname, Arilia, pero... Voy a hablar.

Dos segundos pasan antes de que mi voz haya retomado la calma habitual en ella. No obstante, tanto la nívea marca como el rojo en mis ojos delatan el soberano esfuerzo realizado para contenerme y mi estado anterior. Toso intentando aclarar la voz.

Será como deseas, Laia. Aunque antes, debo de explicar algunas cosas. En primer lugar he de decir que he estado donde los muertos expían sus pecados, y allí descubrí algunas cosas interesantes, como que entre nosotros se haya, como bien habéis visto, la capacidad de devolver a los muertos a la vida, aunque se supone a tal dragón condenado. ¿Por qué revivirme a mí? Soy un muerto reciente y aún se huele el odio hacia mí y es un modo de desviar la atención hacia los verdaderos traidores.

Tomo aire tras mis palabras. Mis ojos pasan por todos los presentes, salvo por Cobre y por Wyvern, ya que ellos dos serán los últimos de los que hablaré.

Pido disculpas al Cónclave por mi anterior actitud, mi sangre joven me delató, pero la sabiduría de los caídos ha aclarado mi mente. Como bien dice Dorado, es cuestión de aliarnos. Hemos venido a capturar a los traidores, y aunque considero que salvar tu vida frente a la de un compañero es algo cobarde y ruín, y tengo por seguro que alguno de los presentes tiene el poder suficiente para terminar con Cobre ejecutando por sí mismo la voluntad del Cónclave una cosa es segura. Wyvern ha envenenado y condenado a Laia, una compañera, frente a todos nosotros. Y si eso no es un traidor, me gustaría saber qué es un traidor.

Asiento ratificando mis propias palabras. miro a Hueso y esbozo media sonrisa, pero finalmente miro a Marino e hinco una rodilla en el suelo haciendo una profunda reverencia ante su sabiduría.

Deberéis explicarme vuestra teoría, para comprenderla.

Finalmente vuelvo a centrarme en Laia, haciendo un rápido gesto con la espada para cortar mi mano con un fino hilo de sangre que mancha goteante el suelo.

Haré lo imposible por salvarte, así como desear tu regreso a este mundo como yo mismo lo he hecho. Cumpliré con mi palabra. Y ahora sí, vuelvo a guardar el silencio prometido. 

De reojo miro a Arilia mientras extiendo mi mano hacia Laia.

-Hola pequeñajo - digo sonriendo con alegría al ver que el benjamín de los dragones no había muerto.

Buff, ha vuelto el blanco y su verborrea... ¿vas a seguir diciendo sandeces como hasta ahora? Madre mía... cuántas veces debemos acabar contigo para que te eliminemos?

Así que ya habéis hecho la lista, Cobre, Bronce, Selva, Wylvern y Latón.

Yo me fío de Wylvern, él habrá matado pero con el fin de deshacernos de uno de vosotros, así que ahora debemos acabar con blanco.

Yo también haré una lista:

Blanco, Azul, Negro y Verde.

El blanco por cansino, el azul por mentiroso, el verde porque confirmó ser el enamorado y nadie le echó de menos y el negro por apoyarlos.

Ahí tenéis la lista de los cuatro culpables, y debe haber por ahí algún otro dragón al que han engañado para que les resucite.

Y ahora ya que me acusáis de egoista diré que protegeré a partir de ahora a Wylvern, hasta ahora me había protegido a mi mismo porque yo sé que yo soy inocente, pero de vosotros no me he fiado nunca, de ninguno de vosotros, así que no iba a ser tan estúpido de protegeros.

Ahora le protegeré a él. 

---Vaya, que novedad osease ¿estas diciendo  que los tienes en las lista negra por que "hablan demasiado"?¡ venga ya !- esto es un concleve y aqui se viene hablar, hay algunos que no tienen nada que decir, como yo, por ejemplo y otros  que tienen mucho que decir, ademas yo tambien les apoyo y te digo que Verde no miente, lo sé y punto ¿eso me convierte en culpable, Cobre?- digo poniendo  enfasis en la pregunta mientras mis ojos brillas furiosos.

Sí, soy muy venenoso, y no sabéis hasta qué punto.

Me dan igual vuestras palabras. Para mí, muchos sois traidores. Blanco y Azul especialmente. Me encantará ver cómo Azul va muriendo lentamente.

No, no soy ningún traidor, aunque ya me acuséis de ello. Quizá un poco sádico, eso sí

-¿Por apoyar a unos dragones que me parecen sacar conclusiones mejores que: "eres el malo porque hablas mucho" me estás diciendo que me acusas? - digo - es indignante, no me extrañaría que los dioses nos hayan condenado, puesto con semejante inteligencia "superior" en nuestros razonamientos....

-No entendiste bien mi mensaje Cobre, dije claramente que seguiría lo que dijera la lista de Verde, no TU lista. Eres uno de los principales sospechoso y no me extrañaría que fueraís muchos los asesinos, sin embargo se que vuestro voto cuenta como el de los inocentes, asi que nos tenemos que reunir los pocos inocentes que quedemos para día tras día con nuestros votos, que espero que sean más que los vuestros, conseguir acabar con todo esto. Así que Verde, dime a quién votarás para hacer piña contigo y poder acabar con este tormento.

Había demasiados regresados y demasiados nombres, Derecha no sabia que pensar e izquierda se quedaba pensativa y callada y aun no había escuchado lo que realmente le interesaba, la verdad sobre Verde.
-Creemos en tu inocencia al 50%.

-Así es yo creo pero ella no. Convencemos entonces, Verde.

-Si, donde esta vuestro enamorado, habéis muerto de noche, por lo que podríais haber sido asesinada por los traidores.

-Pero no hay rastro de vuestro enamorado y nadie se ha mostrado como tal.

-En cambio aquí regresáis como blanco, y no dudamos de su culpabilidad.

-Que tenéis que decirnos Verde.

Veneno...

Aquella palabra se precipitaba en mi cabeza una y otra vez...

Mi mano agarraba mi garganta mientras mis ojos se empañaban...

Debia ser fuerte... al menos ahora que mi alma estaba destinada a la muerte debía de ser util hasta que esta llegara...

Con voz queda y rota, hablé y dije:

Mi muerte está fechada... pero aún soy util... dime Adonai... un nombre y te seguire en la acusación...

Mi mirada se fijo en Wyvern... El odio y la sorna lo adornaban... era lo único que podía adornar a los de sus especie

- Vosotros mismos los estáis escuchando, uno de ellos está deseando matar dragones y con eso intenta demostrarnos que es inocente y el otro hace una lista negra con los que piensa matar, yo señalé a cinco dragones porque sus votos coincidían demasiado a menudo y la única explicación que nos han dado hasta ahora es que todo fue casualidad, que han venido a matar a quién haga falta y que Laia debe morir por habernos protegido. Verdaderamente no me parecen las palabras de gente inocente.

- En cuanto a las votaciones, el problema es el que nos dijo Marino y que Cobre no ha tardado en confirmar, va a usar su poder para proteger a quien quiera que acusemos. Lo que no ha hecho hasta ahora con los inocentes sí está dispuesto a hacerlos con quien sospechamos que es un traidor. Me resulta muy triste.

- Sin embargo, quiero deciros que la intención de mi lista era también para transmitir mis sospechas para que aquel que tenga el poder de aclarar la culpabilidad o inocencia de los presentes inspeccione a los cinco y nos saque de dudas. Yo solo me puedo guiar por lo que hacen en las votaciones o dicen en voz alta, pero estoy segura que tiene que haber gente capaz de ver mucho más.

- De una forma u otra os digo que mi voto irá para Cobre, puesto que fue el primero en insistir en matar a Blanco y Azul.

Verde hablaba pero no respondía su pregunta, con eso acentuó mas aun sus dudas. Una cabeza resoplo. La otra aun esperaba una respuesta.

Verde ha hablado, para cobre será también mi voto-

Observo el desarrollo de los acontecimientos, uno tras otro, desde la acusación repentina de Cobre hasta las palabras rotas de Laia. Las palabras de Arilia no parecen molestas por haber roto mi promesa, pero pese a todo inclino mi cabeza cortés.

¿Puedo?

Pregunto a Arilia, aguardando su permiso para hablar, mientras dirijo una de mis manos hacia la cabeza de Laia con la esperanza de que el frío le hiciese reaccionar. Quizá podría intentar congelarla, pero no sé si en mis condiciones actuales eso sería posible. Sin embargo, aún hay muchas cosas que no entiendo. Esta vez, eso seguro, no sería mi sangre joven e impulsiva la que jugaría en mi contra.

- No hacéis más que tergiversar mis palabras y quedaros con lo que queréis.

Ya lo dije ayer, y parece que no quisiteis entender, anoche nadie murió y Azul dijo que él les había protegido y blanco creyó (a ciegas) en sus palabras. Luego dijeron que Verde estaba enamorado y después cayó y su enamorado no murió de pena por él.

Después yo me he revelado como el protector, no sé quien o quienes son los asesinos, solo se que Azul miente porque dice que nos protegió cuando fui yo el que lleva protegiendo cada noche. Y Blanco le creyó sin dudas.

Después Verde no hizo otra cosa que lanzar ataques hacia blanco, insistir e insistir en que debía caer él. Y cuando todos votamos, todos los que creíamos en Verde el cambió su voto y decidió votarme a mi. 

Y para colmo decidisteis acusarnos de que votamos en conjunto. 

Por eso dije lo que dice, Azul es un mentiroso, él no puede protegernos, soy yo el que os protege y si alguien da pruebas de que merece mi protección yo se la daré. De momento confío en Wylvern, él ha agresivo y capaz de matar dragones, pero él trata de aniquilar a los que están en nuestra contra. ¿Acaso no es lo que hacemos con cada votación? No vayais diciendo que no quereis matar a nadie, porque cada noche lo hacemos todos y sería una falsedad tremenda decir que no queréis hacerlo.

Mi única intención aquí es acabar con los que roban y estan matando a los compañeros. Y ya de paso trato de protegeros. Pero Azul se está apuntando los tantos que no le corresponden, Blanco mueve a la gente con su palabrería y hace que ahora confiéis en él, y Verde también nos acusa, para que quizá luego os haga como me hizo a mi, cambiar su voto y acusaros de que votasteis en conjunto.

Si acabais conmigo acabais con el protector. Y sinceramente, estoy deseando que lo hagais, me están dando ganas de que los ladrones y asesinos se hagan con el poder, no escucháis las palabras que os digo. Sinceramente, si fuera un asesino me cayaría, fingiría que todo es paz y amor y que os quiero a todos y que solo busco vuestro bien, pero nooooo estoy aquí, gritando sospechas, acusando y amenazando y lo único que conseguiré es que me matéis esta noche, me ajusticiéis y todo por hablar. Pero escuchadme, ex hermanos, los que verdaderamente son malignos son aquellos que callan y os matan por las noches, aquellos que no luchan pues no lo necesitan puesto que cada vez que acusáis a un inocente ellos se regodean en vuestras palabras y ganan tiempo para hacerse con el control de todo.

Solo espero que alguien sea capaz de mirar en mi interior y me apoye en mi bondad, quizá mis actos no sean puros, pero ninguno de los aquí presentes lo son.

Me llergo  completamente y miro furioso a Cobre, ya he escuchado bastante:

---¿TU FORMA DE PROTEGERNOS?- Rugo  ya completamente fuera de mi- ¿COMO PROTEGIENDOTE A TI MISMO? ¿ASI COMO VAS A  DEFENDERNOS? ¡DIMELO, POR QUE YO NO LO HE ENTENDIDO TODAVIA!

"Respiro" pausadamente mientras el brillo de mis ojos desaparece poco a poco.

----¿Acaso no se te ha ocurrido, Cobre, que el otro enamorado no ha muerto por que Verde en realidad no lo habia hecho?-digo de forma un poco mas calmada.

- Bicefalo entiendo tus dudas y aquí tienes tu respuesta, a pesar de mi lamentable aspecto no llegué a morir del todo porque el elixir de la vida que poseía comenzó a hacer efecto inmediatamente evitando que muriese. Como mi muerte no fue completa mi amado no murió y el tiempo que pasó entre mi muerte y resurrección fue lo que tardó el elixir en hacer efecto. Además a los traidores les habría sido un poco difícil matarme siendo uno de ellos...

- Cobre, ¿en serio crees que las palabras de Wyvern son las de un inocente? ¿Dices que vas a protegerlo con tu vida después de haberle escuchado decir que es un sádico que quiere matarnos a todos? Por otro lado dices que si fueras un asesino te callarías, ¿no ves lo que están haciendo los otros tres dragones? Se han cayado para dejaros solos a ti y Wyvern y que os voten a vosotros. ¿No es así como actúan los traidores? Y sin embargo, tú quieres defenderlos.

- Cobre si en verdad eres el protector actúa como tal, no estás aquí para defender a traidores si no a inocentes. Si quieres que confiemos en ti, si quieres que te creamos cuando dices que solo has coincidido con ellos por una horrible casualidad. Entonces da un paso al frente y dí que solo defenderás a aquellos que sepas que son inocentes, empieza por ti mismo si lo prefieres y así hasta que creas en el don de alguno de los presentes. Pero te lo pido, no sacrifiques tu vida por gente que guarda silencio cobardemente y te dejan solo cuando más los necesitas. 

Entonces extiendo mi mano hacia él.

- Mi lista es una teoría, si me equivoco no tardaremos en averiguarlo pero si alguno de ellos es un traidor y le defiendes significará que un inocente más tendrá que perder la vida antes de que todo esto acabe. Ven con nosotros, demuéstranos a todos que nos equivocamos contigo. 

Negó con la cabeza, sonriendo levemente.

-Cuan equivocados estáis. Entre vosotros están los culpables, y no queréis verlo. Azul ha querido engañar a parte del consejo, y ello concuerda con que tu lo defiendas. Es obvio: Por mucho que sea una criatura mala, tu lo defiendes porque ha hablado mas. La verborrea incesante se hace poder del consejo... No nos alejamos en demasía de los humanos, ciertamente.

Se giró hacia todos, y les dijo:

-Mi voto está claro. Laia ha intentado engañarnos, y no le ha salido bien la jugada. Creo a cobre, mas que a vosotros, quienes solo habláis y conjuráis sin sentido, confundiéndonos con tanta palabrería. Es la decisión que he tomado.

-Cobre... lo siento, hermano, pero todavía sigues en las mismas... un dragón que antepone o iguala sus tesoros con la supervivencia de toda su especie no es digno de ser llamado dragón, y más todavía cuando dice que nos protege y usa su escudito sobre sí mismo - digo - si tuviera el poder de matar lo haría ahora mismo... Es más, los dragones negros tenemos una habilidad, expulsamos tal cantidad de veneno y ácido por la boca que podemos matar. ¿Por qué no lo he hecho? Porque soy un DRAGÓN, y confío en que los asesinos recapaciten y salgamos todos de esta. El típico error de alguien con casi dos milenios de vida...

 Me fijo en cómo Adonai me pide permiso con timidez:

- Habla tranquilo, aquellos que te acusábamos de hablador hemos acabado convertidos en unos charlatanes. 

Realmente, yo tampoco os hubiera protegido a ninguno, pues de momento no me fío de vuestras palabras.

Verde, ¿tenías un elixir de la vida? La verdad es que es muy curioso. Una pregunta, contra esa resurrección tan extraña, ¿no decís nada? Creo recordar vuestras acusaciones a Cobre porque "resucitó" de manera extraña, cuando el nunca llegó a morir...

Bah, me da igual. Sí, me da igual. Os habéis vendido a los ladrones.

Pero yo no, y Azul no será la única que caiga en mis manos, ya os aviso