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HLdCN - El Atril de los Dragones

Dia 6 - Consenso

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11/05/2012, 12:03
Director

Quedaban pocos,solo seis y las discusiones subieron de tono...pronto quedarían cinco. Una pregunta sin resolver llevo al cónclave a tomar esta decisión y los haces de luz volaron hacia las respectivas ejecutoras. Por primera vez en todo el tiempo que llevaban en Austrión todas las amazonas despertaron mirando con sus ojos vacíos a su victima de este día.
Las primeras en actuar fueron las amazonas de Verde y Negro al unisono. Resguardada por una salva de flechas de color noche,la guerrera de jade corrió y zigzagueo hasta su victima. Las flechas se clavaron en su objetivo,las alas y el estoque en el cuello con una precisión tal que no toco estructura vital,solo dejaron al indefenso dragón de selva enclavado en lo que queda de un gran panteón.

Intentaba gritar pero su garganta maltrecha se lo impedía,que se equivocaban,que lo reconsideraran. Nada de eso llego a oídos de las amazonas y menos de sus maestros. La ejecutora de oro blandió su arma destrozando el abdomen de aquel reptil que clamaba por piedad con sus gorgojeos sanguinolentos.

Una amazona que nunca había despertado se acercaba al combate,tenia la mitad de la cara sonriente y la otra triste,amas mitades lloraban, su arma: dos puñales,uno lustroso y afilado y otro con oja de sierra y oxidado. Sin prisa ninguna empuño sus armas y,mientras aquellos sentimientos ambiguos eran congelados en el rictus de piedra,clavo las dagas en la clavícula y en la herida de la de Dorado uniendo los cortes.
Parecía el fin,el dolor que experimentaba selva era indescriptible cuando la amazona de Bicéfalo fue apartada de forma brusca,algo la atrapo y la mando a volar fuera de aquel templo. Era una mujer de piedra con rostro serio y unas profundas garras de madera negra: la amazona del mismísimo Selva. Amenazante,protectora la guerra había despertado para salvar a su dueño...hasta que se volvió y clavo las garras,haciendo presión. Los cortes de la amazona de Bicéfalo se abrieron y,con la tremenda fuerza,partió a su antiguo amo en dos. Dos mitades que quedaron enclavadas,con las vísceras colgando, en aquella ruina otrora nacarada y ahora manchada con el carmín del vitae del ejecutado. Los charcos se acumulaban por doquier,el no votar trae sus consecuencias y Selva las había pagado.
Las amazonas comenzaron a retirarse dejando huellas rojas hasta su pedestal mientras las pisadas resonaban en la incorruptible cúpula que los tenia apresados.