Partida Rol por web

-Mi poder consiste en matar a un dragón - digo sencillamente.

Wow... Increíble...

Digo, realmente asombrado por el poder oculto de Negro. Muevo mis pies un tanto divertido y luego miro a Bicéfalo, sin decir o añadir nada.

-Pero esta noche también se me descubriría, o sea, estamos en las mismas...

Yo lo guardaría pues para el final. Pero me han recordado bien mi posición así que dejaré que sea él quien hable. Igualmente es increíble.

-Es nuestro líder, pero no me va a decir cuando uso mi poder - digo cabreado.

No, no no, no decía eso...

Me disculpo rápidamente inclinando mi cabeza.

Decía por si tenía algún consejo quizá... O alguna idea para las votaciones de esta semana.

Suspiro, miro a Blanco pidiéndole disculpas y miro a los otros dos.

Las miradas de ambas cabezas eran para Negro.

-Nosotros, no elegimos cuando usar tu poder, eso solo es asunto tuyo, solo esperamos que lo uses en beneficio.

-Sobre lo acontecido hoy, queremos evaluar la situación, pero seguramente empecemos un ataque verbal con Azul.

Giro derecha para mirar al resto.
-Sois libres de actuar de la manera que veáis mas provechosa para el propósito.

-Para seros sinceros creo que deberíamos crear una disputa entre nosotros, acusándonos o así, para que no sospechen...

Realmente muy buen movimiento, líder, en favor de Latón. Y gran idea, Negro.

Digo, sencillamente, sin dejar de mover mis piernas, divertido por lo que se está desarrollando.

sip.

Por cierto yo voy a votar a azul

Latón. -digo, alzando la voz imperioso- Azul no supone ahora una amenaza, no hasta dentro de dos o tres semanas. Tienes a tres personas en contra. -mi mirada se clava en Bicéfalo indiferente de hablar delante de él algo así- Votaré a Cobre por razones más que obvias. Quizás alguien más siga mi curso. Quizás así puedas salvarte.

Me cruzo de brazos y miro molesto a Bicéfalo, aunque de reojo vigilo a Negro, que aún no se ha pronunciado sobre lo sucedido. Realmente esta situación es peligrosa, y bastante.

Atacar a uno de los nuestros... Y poner a otros en su contra. ¿Un sacrificio realmente obligatorio, líder?

Mi pregunta es más con curiosidad que otra cosa.

Le observo desde su atril sin mencionar palabra, el sabia que había echo lo justo y necesario pero si hizo una pregunta importante.

-¿Alguno de vosotros es el enamorado que dice tener Verde?

-Es importante esa información. Si es vuestro enamorado y tiene algún poder útil es uno mas para nuestra causa

-No, no tengo nada que ver con verde - digo simplemente.

Ni siquiera sé si de verdad está entre nosotros el supuesto enamorado, pero sé que será mi próximo propuesta para nuestra cacería.

Respondo, sencilla y netamente. Aunque al escuchar las palabras de Negro concluyo.

Y si ella ha acusado a Latón. Y es uno de los nuestros de quien está enamorado, sólamente puede ser de aquel que ha formulado la pregunta...

Sonrío con confianza y seguridad absolutas.

Derecha no comprendía las palabras de Blanco, izquierda en cambio quiso responderle.

-¿Que insunuas? Nuestro única devoción es el poder y el oro, no tenemos lazos con nadie, no nos hace falta.

-Laton, ¿Sois vos entonces quien esta enamorado de ella?-Pregunto derecha mas centrada en quien atacar esta nueva noche.

Quizá no sea entonces con ninguno de nosotros con quien comparta lazos... Pues si yo no soy, como es evidente. Negro tampoco. Vos tampoco. Y ella no votará a quien ama, como iba a hacer con Latón...

Me encojo de hombros.

Lo que dudo ahora es si votar a Cobre o a Verde. Ambos me quieren muerto. Necesitaré vuestra ayuda para pasar esta vez. Y no lanzarnos a por Latón, que es, al fin y al cabo, de los nuestros.

Mis palabras son tranquilas y sencillas. No tengo miedo a la muerte que con total seguridad se cierne sobre mí.

-Yo voy a por Cobre, ve tú a por Verde para que no sea tan cantoso - digo con una sonrisa.

El problema es que ambos quieren votarme. Aparte, el amor de ella, quien sea, también me votará. Junto con Cobre ya hacen un mínimo de tres votos. No quería tener que llegar a esto, Negro, pero necesito que... Te liquides a Verde. Es una amante de los traidores, nadie te lo reprochará, y nosotros seguro que tampoco.

Mi rostro permanece serio mientras intento evaluar otra opción.

-Blanco, sabes que a lo mejor su pareja puede protegerle*, ¿no? - digo suspirando.