Después del primer temblor tus ojos se cierran y sientes como si estuvieras en dos sitios al mismo tiempo. Continúas en las tierras de las Almas Perdidas, pero a la vez estás en la playa que viste al llegar al Valhalla.
A tu lado ves a un hombre atractivo, vestido con unos extraños ropajes morados. Lleva el pelo largo, también morado y plumas en el pelo.
- Hola, Wakka. Creo que has oído hablar de mí, aunque te han llenado la cabeza de malentendidos, por favor. Hablemos.
Dais un paseo en el que te cuenta que es el Guardián del Caos. Dice que la diosa Etro ha enloquecido y ha alterado el Equilibrio provocando desgracias en todos los mundos conocidos. Dice que ha llegado la hora de solucionarlo, pero que está muy cansado y no podrá arreglarlo él solo. Que necesita ayuda y que has sido elegido para ser una de las almas destinadas a apoyar su causa.
Te explica que para poder restaurar el Equilibrio primero hay que destruir todos los mundos. Que cuando sólo quede el Valhalla, él podrá encargarse personalmente de la Portavoz de la diosa sin mucha dificultad, ya que su poder estará débil. Y cuando lo haga, restaurará todos los mundos a sus inicios, pero sin las desgracias sucedidas en los últimos tiempos. En ese momento te mira a los ojos y te pierdes en ellos. - Imagínalo, Wakka, un mundo sin Sinh, donde nunca haya existido. Donde no hayan hecho falta nunca los Invocadores... Donde tu hermano siga contigo y Yuna no haya perdido a Tidus... Merece la pena destruirlo primero para poder construirlo bien desde los cimientos, ¿verdad?
Lo cierto es que suena convincente, habéis sufrido tanto... Su voz te tranquiliza y da seguridad. No puedes evitar confiar en él como si de un viejo amigo se tratase. Cuando te tiende la mano y te pregunta - ¿Estás conmigo, Wakka? -tu respuesta es inmediata, coges su mano con fuerza - Sí, señor. En ese momento sientes un escalofrío recorriendo todo tu cuerpo. Sientes cómo cambias desde dentro. Ahora tienes el poder. Tienes una misión. Y estás resuelto a ganar esta batalla.
El escalofrío llega hasta tu cerebro y durante unos segundos sientes un mareo extraño. Vuelves a estar solamente en la ciudad del eterno amanecer. Sabes que acabas de perder el poder que la diosa te había concedido, pero no te importa, ahora tienes una nueva misión. Sabes que tienes algunos compañeros en esto, puedes sentirlos, aunque muy lejos. Miras a tu alrededor y no hay ninguno de ellos en las tierras de las Almas Perdidas. Estás desenlazado y no sabes qué podrías hacer para cumplir la misión que te han encargado. Pero tienes claro que si tu alma es enlazada de nuevo, tienes un nuevo equipo con el que jugar el partido.