Partida Rol por web

Era irónico que Zack la detuviera, ella había hecho lo mismo anteriormente con él y sus impulsos con todo el tema de Cloud. Rinoa se da cuenta y se detiene al momento preocupada por la presencia de Caius, del quién había ignorado totalmente su presencia. 

Le rechinan los dientes.

- Tienes razón, Zack. - Baja la mirada - He actuado sin pensar. - Le coge de la mano que le sostiene el arma - Y qué hago, ¿pues? No puedo consentir que se sigan riendo de nosotros de esta forma. - Dice indignada - Hagamos lo que hagamos... Caius nos devorará.

- No, hagamos lo que hagamos no.- Mi voz se muestra segura, mientras le sostengo la mano a rinoa con una sonrisa entre mis labios, una sonrisa de confianza.- Mientras todos permanezcamos unidos y nos apoyemos, no podrán devorarnos... y aún cuando algunos... lo hayamos sido como yo mismo... mientras nuestros mundos sigan en nuestros corazones... podrán dejar de existir, pero seguirán siendo recordados en nuestros corazones y de algún modo, volveremos a traerlos a la realidad. Pues si algo se después de morir y resucitar más de una vez... es que nada es eterno, ni siquiera los dioses... o los guardianes.- y sin soltar su mano, miro ahora fijamente a Caius desafiante.

- Bueno, parece que el amor está en el aire. - dice Caius mientras baja del trono.  Avanza hacia Zack y Rinoa con grandes pasos y lentamente mientras comienza a aplaudir. - Te ha faltado tiempo, Rinoa, para buscarte a otro después del trágico final de tu querido. Claro que teniendo en cuenta que él dormía con otra... Supongo que hacéis bien en aprovechar vuestros últimos días.

Tras estas palabras su expresión cambia a una frialdad terrible que hace que el poder de la diosa que hay en todos vosotros vibre con fuerza - No me importaría que acabases con Steiner. Sería una pérdida más para vosotros que para mí. Pero hazlo según las reglas. Cualquier otra cosa ofendería a tu pobre diosa.

Después se acerca a un ritmo calmado hacia Rikku hasta llegar a su altura y ponerle una mano en el hombro. - ¿Cómo se ve todo desde tu nuevo punto de vista? Ahora que la diosa está lejos todo está más claro, ¿verdad? - le dice con familiaridad. Finalmente le guiña un ojo y comienza a caminar entre vosotros. Su espada emite el aura oscura que ya conocéis, sedienta de los dones que la diosa os ha concedido. Cada vez que pasa por al lado de uno de vosotros podéis sentir cómo la temperatura baja un par de grados.

Rikku mira a Caius por el rabillo del ojo cuando éste se le acerca, con bastante desprecio. Se aparta un par de pasos sin dejar de mirarle fijamente.

- Aléjate de mi, afeminado, que llevas los ojos más pintados que una marquesa.

Va más pintado que Carmen de Mairena Rikku, no le subas el ego con lo de las marquesas.

Rinoa escucha temblorosa a Caius. No le gusta nada de lo que oye pero aguanta sin rechistar. No quería volver a hacer nada que les llevara más problemas. Así que coge con aún más fuerza la mano de Zack, quién le había emocionado con sus palabras, y se limita a observar los movimientos de Caius. 

- Te odio.- Murmura.

Si yo fuera un Comealmas, quien tiene el don de ver el del resto ya me habría descubierto la noche pasada. Eso o Laguna se marcó un farol para ver mi reacción y la de los Comealmas para poder saber si lo era. Sea como sea, amenazar no es la solución Rinoa. Se lo dije a Laguna y te lo repito a ti. Y hay un Comealmas entre los muertos, eso si lo sabemos seguro. Puede ser Cid, el cual la mayoría votamos, yo incluido. Puede ser Shiva, la cual el silencio sigue siendo su signo de distinción. O puede ser otro que antes no lo era, y que tomase el lugar de Tifa. Y si eso fuera así, ¿Quien dice que quede algún Comealmas original aún? ¿Era yo un Comealmas y ya no lo soy? ¿No lo era y ahora si? ¿Sigo siendo un Comealmas? ¿Quien miente y quien dice la verdad? Mañana saldremos de dudas, pero si mañana amanezco desenlazado, no lloréis por mi. Eso significará al menos otro día de vida y esperanza por mi Princesa Garnet. - concluyó Steiner.

Al oír el comentario de Rikku, Caius esboza una sonrisa. - Eso es, pequeña. Finge que no nos conocemos. Demuestra que eres más lista que tus compañeros. - Sigue con su paseo, ignorando todos los demás comentarios.

Poco a poco la noche va cayendo y comenzáis a sentir el cansancio apoderándose de vosotros. La situación hace que todos tardéis más en ir a descansar: dejar solo a Caius, y sobretodo dándole la espalda, no parece buena idea.

Y cuanto mayor es vuestro cansancio, más eufórico va pareciendo él. Finalmente, tras caminar un buen rato entre vosotros, se para donde todos podéis verle para hablar. - Quizá no todos sois conscientes, pero muchas cosas han cambiado anoche. Nada menos que dos mundos... toda una delicia. De seguir así, pronto podremos restaurar el equilibrio que a todos nos corresponde por derecho.

Se toma unos instantes antes de seguir. - Muchos de vuestros dones han cambiado. Ya habéis oído lo que afirma Tifa. - dice dibujando una sonrisa y colocándose detrás de ella. Después pone las dos manos sobre los hombros de la muchacha - La pobrecilla dice que se ha arrepentido y que ya no es una Comealmas. ¿No os da pena? - pregunta haciendo un puchero con la boca. Después comienza de nuevo a caminar - Es vuestra elección confiar en su palabra o no hacerlo. Debe ser difícil vivir con esa incertidumbre... pero no la culpéis sólo a ella. Hay muchos más cuyos dones han cambiado y no han dicho nada... ¿no es así, Vanille? - pregunta, fijando una mirada impenetrable en ella.

- Tanto odio acumulado, tanto dolor... supongo que es lógico que vinieras corriendo a mis brazos. - todos podéis ver cómo la atención de Caius está sólo en ella. Saca su espada y sin ningún esfuerzo posa el plano del arma sobre la frente de ella, que permanece inmóvil. El aura de la espada mana más fuerte que nunca, ensuciando el aire alrededor de ella y penetrando en la muchacha. - Yo te concedo este nuevo poder. Que disfrutes devorando mundos junto a tus nuevos compañeros. - dice, y dándose la vuelta, comienza a caminar hacia el trono dándoos la espalda a todos.

Es en ese momento cuando no podéis más. Parece que el espectáculo del Guardián del Caos ha terminado. Comenzáis a caminar poco a poco a vuestras habitaciones. A vuestra espalda, la voz que ya es familiar os despide con una última frase. - Que paséis una buena noche. Recordad no levantaros... nadie sabe a quién podríais encontraros por el pasillo. Descansad bien... mañana será un duro día. Oh, y... suerte con las votaciones.