Partida Rol por web

- ¿Qué eres tu?

- Una pregunta justificada. Pero difícil de contestar. Yo soy lo que puedes ver.

Barret y Red XIII (FFVII)

Desde siempre has sentido que tenías un destino especial que cumplir. Ahora ha llegado tu momento. La diosa Etro te ha elegido para mostrarte la verdad que hay tras las almas de tus compañeros. Pero estas visiones te llegan empañadas, mezcladas con tus propios sueños y son difíciles de descifrar. ¿Qué quiere decirte la diosa?

Cada noche la diosa llenará tus sueños de visiones. En ellos aparecerán dos inocentes y un Comealmas. ¿Sabrás utilizar esta información sabiamente?

Cuando entras en el trance la diosa llena tus sueños de visiones de tus compañeros. Puedes ver a Odin en ellos, y también a Sephiroth y a Yuffie entremezclados entre músicas, formas y colores. Pero has visto tantas cosas durante el día... ¿Cómo interpretar el mensaje de la diosa?

De una cosa estás totalmente segura, uno de los que has visto en el sueño es un Comealmas.

La diosa de nuevo llena tu trance de visiones coloridas en las que puedes ver a alguno de tus compañeros. Te cuesta diferenciar sus siluetas, pero consigues ver que Squall aparece en ellos, así como Kimahri y Wakka.

¿Cuál de ellos será un Comealmas?

Durante esta noche, de nuevo la diosa te otorga el don de recibir visiones en forma de sueños. En ellos ves a la muchacha rubia llamada Rikku, a la invocación de hielo, Shiva, y a tu fiel soldado y guardaespaldas, Steiner.

Las visiones son borrosas y confusas, extraños sonidos las distorsionan y los colores parecen cambiar sin seguir ningún patrón lógico.

Lo que sí tienes muy claro al despertar, es que una de las personas que has visto en tus sueños, es un Comealmas.

Acudes al trance expectante, ¿qué sueños te traerá la diosa esta noche? ¿Serán esclarecedores?

Como las noches anteriores, tus sueños se pueblan de luces y colores en movimiento, y entre ellos puedes distinguir a tres de tus compañeros. Percibes la figura de Wakka, también la de Tifa y la del pequeño Hope. Los sonidos te atrapan y no puedes distinguir nada más. Pero al despertar, estás segura de que uno de ellos es un Comealmas.

Te encuentras con la diosa durante el trance temerosa. Temes que los Comealmas terminen con tu vida por las acusaciones que has lanzado durante el día. Pero enseguida cierras los ojos y las visiones de la diosa comienzan a llenar tus sueños.

En ellos puedes percibir de nuevo la silueta de tu guardia, Steiner, esta vez acompañado de dos hombres de pelo largo, Laguna y Vincent.

Sabes que uno de ellos es un Comealmas, pero antes de que termine el trance sientes un extraño temblor que te despierta bruscamente.

Cuando abres los ojos ves a un hombre atractivo, vestido con unos extraños ropajes morados. Lleva el pelo largo, también morado y plumas en el pelo.

- Hola, Garnet. Creo que has oído hablar de mí, aunque te han llenado la cabeza de malentendidos, por favor. Hablemos.

Toca tu frente y de repente te sientes fuera del templo, caminando a su lado. Dais un paseo en el que te cuenta que es el Guardián del Caos. Dice que la diosa Etro ha enloquecido y ha alterado el Equilibrio provocando desgracias en todos los mundos conocidos. Dice que ha llegado la hora de solucionarlo, pero que está muy cansado y no podrá arreglarlo él solo. Que necesita ayuda y que has sido elegida para ser una de las almas destinadas a apoyar su causa.

Te explica que para poder restaurar el Equilibrio primero hay que destruir todos los mundos. Que cuando sólo quede el Valhalla, él podrá encargarse personalmente de la Portavoz de la diosa sin mucha dificultad, ya que su poder estará débil. Y cuando lo haga, restaurará todos los mundos a sus inicios, pero sin las desgracias sucedidas en los últimos tiempos. En ese momento te mira a los ojos y te pierdes en ellos. - Imagínalo, Garnet, un mundo sin Kuja. Sin la niebla.  Merece la pena destruirlo primero para poder construirlo bien desde los cimientos, ¿verdad?

Lo cierto es que suena convincente, habéis sufrido tanto... Su voz te tranquiliza y da seguridad. No puedes evitar confiar en él como si de un viejo amigo se tratase. Cuando te tiende la mano y te pregunta - ¿Estás conmigo, Garnet? -tu respuesta es inmediata, coges su mano con fuerza - Sí, señor. En ese momento sientes un escalofrío recorriendo todo tu cuerpo. Sientes cómo cambias desde dentro. Ahora tienes el poder. Tienes una misión. Y estás resuelta a ganar esta batalla.

El escalofrío llega hasta tu cerebro y te desvaneces. Cuando despiertas estás sola en tu habitación de nuevo y el temblor ha parado. Sabes que acabas de perder el poder que la diosa te había concedido, pero no te importa, ahora tienes una nueva misión. Te levantas hacia el pasillo, pero antes de llegar el suelo comienza a moverse de nuevo. Al salir y mirar a tus compañeros puedes sentir que hay otros como tú, con este nuevo poder. Al verlos, los miras a los ojos y os reconocéis. Estáis juntos en esto.