Partida Rol por web

Caius os hace una señal durante la noche, para indicaros que es el momento de que salgáis a hacer vuestro trabajo. El desánimo que sentíais durante el día se ha visto un poco disipado con su visita. Su presencia os ha dado ánimos para seguir trabajando, y esperanzas en vuestra victoria.

Odin y Steiner entran en la habitación de Aerith mientras Kimahri se queda en la puerta vigilando. Le cuesta más concentrarse que la noche anterior. Tantas acusaciones acertadas durante el día tienen nervioso al valiente ronso.

Desenlazáis sin problemas el alma de Aerith, expectantes por ver qué se siente al desenlazar el último alma de un mundo entero, al jugar con el destino de un mundo como si fueseis dioses.

El poder que sentís recorrer vuestro interior al hacerlo es inmenso. La corriente eléctrica es más fuerte que nunca y os proporciona un placer casi físico. Parece durar eternamente, pues perdéis la conciencia del tiempo perdidos en esta sensación.

Cuando la sensación termina veis que las paredes ya están disolviéndose y el cuerpo de Aerith ha desaparecido. Un temblor recorre el Valhalla y empiezan a oírse algunos gritos. Salís de la habitación de Aerith tratando de no caer y mezclándoos con los demás.

Cuando el temblor termina os dais cuenta de que algo ha cambiado en vuestro grupo. Ya no podéis sentir a Odin como uno de los vuestros. Y sin embargo... Hay otras almas afines entre los habitantes del Valhalla.

Cuando el temblor termina, te das cuenta de que algo ha cambiado en ti. Sientes remordimientos por el daño causado y por fin eres consciente de la magnitud de lo que acaba de suceder por vuestra culpa.

Tanta muerte... Tanto dolor... No es esto lo que tú querías. No es esta la manera de arreglar los problemas de los mundos.

Miras tu interior y no sientes el poder de Caius dentro de ti. La diosa ha sentido tu arrepentimiento y te ha dado una nueva oportunidad.