Ya habían pasado unas cuantas semanas desde que la Tragedia en la Academia Norte de Sakurami City ocurrió, y finalmente aquel trío volvía a estar reunido en su sede de operaciones habitual los "Alegres Almacenes" que se encontraban Abandonados desde la última crisis.
Toko Fukawa le había pedido a Mr. Clown que reviviera a Mitsuo Shimizu usando el nuevo Quirk del controlado Hidari Sokumen, a fin de cuentas, habían combatido juntos y este se había sacrificado por tratar de detener al enmascarado, y a fin de cuentas, los tres eran considerados como Villanos, volver a la Sociedad ya no era una opción. Tan solo les quedaba los unos a los otros.
Estaría aplaudiendo con mis manitas de marioneta esta vez controlando el cuerpo de Dezatora Dezatori el cual se encontraba entrando en los almacenes abandonados con una mochila llena de lo que parecía ser dinero -Pedir limosna es muy útil cuando todos hacen lo que les dices, podríamos volver este lugar un mejor hogar para nosotros, despues de todo es lo único que tenemos por ahora- Movía las manos entusiasmado mientras Dezatora Dezatori se movía hacia el sillón tomando asiento mientras su brazo se movía empujando mi cuerpo cerca de la pequeña mesa improvisada tomando algunas de las galletas que había comprado comenzando a comerla aunque esta era del tamaño de mi cabeza -Tuvimos suerte de que Hidari Sokumen pudiera devolverte la vida, es una lastima que al final solo nosotros cuatro sobrevivimos, aunque este cuerpo es muy útil creo que debería buscar un nuevo recipiente- Dejaria de comer dejando la mitad de la galleta sobre la mesa mientras Dezatora Dezatori limpiaba mi cuerpo y rostro con una servilleta.
Me levanté increíblemente confuso. Despacio, miré alrededor preguntándome qué hacía allí. Un almacén... ¿qué es lo que...? De pronto todo lo ocurrido durante los últimos días en la academia llegó a mi mente. Fruncí el ceño. ¿Cómo habíamos llegado allí? Sólo Toko y la marioneta de Arthur estaban allí.
- ¿Resucitado...? - apenas era capaz de asimilar la nueva información.
El recuerdo de un terrible dolor en la milésima de segundo antes de hundirme en la más absoluta oscuridad y las palabras de mis compañeros me hicieron comprender lo que había pasado. Chasqueé la lengua de frustración, todo lo que había ocurrido... ¿cómo podía haber pasado? Aún no entendía el porqué de toda aquella pesadilla. Mis amigos... miré a Mr Clown.
- Mataste a Katsuo - mi mirada era de reproche, pero no reflejaban violencia alguna. A estas alturas era lo último que deseaba, otra pelea más. La muerte de mi amigo a manos de Aki después de que Arthur lo controlara era otro recuerdo más a la colección de recuerdos dolorosos, pero no iba a juzgar. No al menos de momento, ya habría tiempo para eso. Vi a Dezatora controlado por la marioneta y lancé un hondo suspiro. Al menos, él estaba vivo.
- Me da miedo preguntar qué ha ocurrido y porqué estás controlando a Dezatora - dije cogiendo una galleta y comiendo un trozo de mala gana. Quería saber qué había ocurrido, pero al mismo tiempo no quería - ¿hiciste que Hidari me devolviera a la vida? En serio, no sé si odiarte o agradecerte por matar a mis mejores amigos para salvar mi vida - mi tono de voz era duro y de reproche - sin embargo, gracias por revivirme - dije en el último momento bajando la voz.
Mi mirada se volvió entonces hacia la obsesiva muchacha que me había salvado la vida en varias ocasiones. Siempre resultaba irritable la forma en la que me acosaba y me perseguía, pero por alguna razón nunca podía dejarla sola. Incluso había evitado en alguna ocasión que mis compañeros héroes enfocaran en ella su atención. ¿Porqué lo había hecho? Habría sido una manera de librarme de su continua presencia. Me levanté y me quedé a su lado observándola.
- Supongo que tengo que agradecerte que salvaras mi vida contra aquel asesino psicópata - mi tono era imperturbable, con un gesto serio en el rostro casi como si pretendiera ser el chico cool que siempre había sido en la academia - tampoco te lo agradecí cuando Suzuki me atacó.
Eso fue todo, ni una palabra de agradecimiento ni un gesto que lo indicara, sólo la observaba. De pronto, como llevado por el momento y siguiendo un impulso, me incliné sobre ella, la tomé de la mano y tiré suavemente de ella para besarla.
Después, como si me diera de pronto cuenta de lo que había hecho me aparté de forma brusca y desvié la mirada sonrojado. La miré por el rabillo del ojo y me di la vuelta para irme hacia la puerta para echar un vistazo. A medio camino, me paré de espaldas y eché un vistazo hacia Toko.
- Que no se te suba a la cabeza, fue sólo un agradecimiento.
Pensaréis que los niños a salvo están y que muy bien se encontrarán.
Encarcelado el Profesor y toda esa gente de mal obrar.
Pero ahora el final no es feliz, es tal cual, con pena, tristeza y horror.
Justicia y paz que vosotros queréis. Las cosas así no son.
Creeréis que estos niños con tanto valor un premio han de obtener.
Pues esta noticia muy buena no es, aquí no funciona la ley.
Y es que este final no es feliz, es tal cual, con pena, tristeza y horror.
La justicia y la paz que vosotros queréis. Las cosas así no son.
El mundo es como ese picor textil que te molesta un montón.
Imaginan tres niños dichosos, pero no, las cosas así no son.
Algunos sonríen alguna vez, y otros un mogollón.
Pero yo no sonrío porque triste estoy. Las cosas así no son.
Y aunque hubiera quedado un poco extraño terminar con una canción, más extraño era saber que esta cancioncilla también la estaban escuchando aquellos tres adolescentes que se giraron para ver como su escondite había sido comprometido por alguien, en concreto un niño con uniforme del orfanato "Las Hermanas Silenciosas" y llevando en su cabeza un casco, y sobre esta la pantalla de televisión de donde la música salía.
- . . . -Aquel niño no dijo nada, pero si ambas se fijaban en la pantalla, podían ver que ahí había otra persona más.
El muchacho directamente habló con ellos, aparentaba ser un muchacho de edad similar al que tenían delante, pese a ello, este llevaba una máscara de cuero, así como un delantal sucio y una insignia en su pecho. -¡Muchas gracias!. -Gritó aquel muchacho con apariencia infantil- ¡Si no fuera por vosotros no hubiera tenido semejante colección!. ¿Queréis verla?. -El muchacho se apartó para dejar ver como los cuerpos de algunos de los adolescentes se encontraban bailando al compás de la música de fondo- ¡Es difícil encontrar materiales!. ¡Por suerte entre vosotros y Koguma-chi me habéis dado muchos!. Aunque... mi colección aún no está completa...