Partida Rol por web

Suzuki se quedó temblequeante. No más pálida, porque ya derechamente no podía luego de la experiencia de bajarse al blob asesino, pero esto acabó siendo definitivamente el colmo. La pobre muchacha tragó saliva, miró a su compañero junto a ella... Y dedicó una mirada de reojo al vehículo, casi como si estuviese considerando la opción de meterse dentro.

 -¿Qué demonios... Se supone que ha sido eso? ¿Cuantos monstruos van a asistir a una sola escuela?- Pregunta inquieta e incómoda, con una voz baja para que no se escuche por quien no deba ser escuchado, caminando más y más cerca del vehículo como si en cualquier momento fuese a colarse por la apertura del mismo para buscar refugio. Que sí, que dijo que quería morir, y se le veía totalmente dispuesta a ello hace un rato... Pero ahora las cosas habían cambiado un poco bastante. Tampoco quería ser secuestrada por un grupo de a saber quienes. 

Al final acabaría por mirar a Mitsuo una vez más, se pasaría las manos por la cara y... Parece recobrar un la calma, solamente para soltar una risa nerviosa y mirar hacia otro lado. -... Supongo que no vale la pena hacer esta pregunta ya que estoy sola, pero... ¿Eres el fantasma, Mitsuo?- Se frotó la nuca. -Preferiría saberlo si es que aquí se acabó todo. Mi quirk es solo retroceder objetos pequeños, ya estoy jodida...- Ríe otro poco, con el obvio nerviosismo de alguien que parecía estar resignada a su propia muerte.

Por un eterno segundo me quedé mirando el arpón que atravesaba a Kamiyo antes de que esta saliera disparada hacia el hombre de la máscara como si fuera una caña de pescar.

- ¡Kamiyo! - grité extendiendo la mano hacia ella. Petrificado, vi como se perdían en la niebla dejando un reguero de sangre antes de poder actuar. Me dispuse a correr detrás de aquel maldito asesino cuando Toko salió corriendo en dirección contraria - ¡No! No vayas... ¡Mierda!

Devolví la mirada a Suzuki y fruncí el ceño entre molesto, sorprendido y preocupado.

- No es momento para pensar en eso, acaban de matar a Kamiyo y Toko se ha aventurado sola en el bosque. Si tanto te preocupa, siento decepcionarte, pero yo no soy el fantasma, sino ya estarías muerta - le dije mientras echaba a correr detrás de Toko. Me habría gustado perseguir y matar al tipo de la máscara, pero no había nada que pudiera hacer ya por Kamiyo y no iba a dejar que hubiera una muerte más - Vamos, será mejor que no nos separemos.

Suzuki respiró profundo al oír a Mitsuo. Sí, su reacción no había sido precisamente la más acertada, aunque era difícil culparla luego de todo el flujo de emociones que había sentido en un mismo día. Lo peor es que... Se demoró en tomar la decisión de seguir a Mitsuo. Se demoró bastante, de hecho, mirando en más de una ocasión hacia el vehículo como si quisiera quedarse allí, abrazada a este, y no volver más. Pero al cabo de unos segundos... No le quedó otra que tragarse el orgullo y seguir hacia adelante.

-Agh... Te odio.- Soltó, aunque algo en su tono de voz parecía dejar entrever que no se dirigía precisamente al muchacho. -Supongo que Maneshi no habría dudado, pero...- Acabó por agitar la cabeza, despejando sus dudas y comenzando a correr detrás de Mitsuo a todo lo que le daba el cuerpo para seguirle la velocidad, aún cargando ese bate consigo. -Teníamos un ticket para volver fácil a la escuela, espero no te arrepientas, Mitsu.- Le advirtió, ya a su lado. Había que admitir que la chica al menos era capaz de moverse rápido.

Tienes razón - dije parándome un momento para mirar a Suzuki - Maneshi no habría dudado, ella era una heroína que peleaba por vosotros y nunca se habría echado atrás.

Después seguí corriendo hacía el bosque.

Mientras caminaba me llevé la mano al mentón pensativo. Un segundo en el que una idea surgió en mi mente. Miré de nuevo a Suzuki evaluando la situación.

- Encontremos a Toko y os llevaré de nuevo a la academia. Después volveré al bosque para encontrar al tipo de la máscara y matarlo - decidí con gesto sombrío - si hay una mínima posibilidad de acabar con él quiero aprovecharlo.

Suzuki respiró profundo y volvió a mirar hacia los lados con aire pensativo y distraído de pronto, nuevamente sin parecer demasiado atenta hasta que Mitsuo habla. -¿Qué se supone que piensas hacer? Ese tipo es peligroso, no creo que sea buena idea enfrentarlo solo... ¿Qué clase de Quirk tienes?- Suzuki vuelve a mirar a su alrededor, suspirando. -No aparece...-

Negué con la cabeza. No estaba seguro de que fuera buena idea dar información, pero tampoco tenía mucho que perder.

- Desgraciadamente no tengo quirk alguno, pero hay otros métodos para encargarse de un tipo como ese - fruncí el ceño al recordar un detalle - lo que me preocupa es que tenía una máscara de gas. Si usara algún quirk o artefacto que produjera gas eso sí sería un problema.

Toko Fukawa no se encontraba por ningún lado, en algún momento ambos habían perdido la pista de aquella extraña y escuálida muchacha, y lo que era peor, cuanto más se adentraban en el bosque más sentían que se habían perdido; alejándose de la carretera, del coche del profesor y cada vez más en la bruma estos perdieron la orientación, vagando sin rumbo por el bosque durante minutos, quizás horas... y el sol a lo lejos se estaba ocultando, y aunque no lo podían ver por la espesa niebla, sí notaban como todo se estaba oscureciendo más y más...

Quizás fuera por la paranoia, quizás porque no confiaba demasiado en su compañero, sea cual fuere el motivo, Suzuki Mitsuoka dejó que Mitsuo Shimizu se adelantara un poco mientras ambos deambulaban por el bosque y cuando este parecía lo suficiente distraído, sacó el bate de beisbol y lo golpeó desde atrás en la cabeza.

Dejando al muchacho tendido en el suelo, y ahora algo más tranquila de que este no se le ocurriera ninguna idea rara, la chica comenzó a arrastrarlo de camino de vuelta a la Academia, o al menos por donde esta creía que era la Academia, rehaciendo el camino que habían hecho hasta el momento.

Mientras aquel dúo seguía caminando por el bosque, sin rumbo fijo, en busca de Toko Fukawa, algo ocurrió, con un repentino dolor en la parte posterior de su cabeza, Mitsuo Shimizu cayó hacia delante quedando inconsciente, siendo absorbido por la oscuridad que comenzó a reinar en su campo de visión.

Mientras Toko Fukawa volvía hacia la Academia arrastrando a Koguma Kyoki, esta vislumbró algo a lo lejos entre la niebla; no parecía ser otra persona que Suzuki Mitsuoka, caminando sola, con dificultades mientras esta arrastraba algo consigo, muy similar a lo que la propia Toko estaba haciendo.

Sin dudarlo ni un solo instante, la chica de las gafas soltó a su compañero que dio un grito de malestar, mientras esta se escabullía por entre las plantas hasta finalmente ver como, en efecto, Suzuki Mitsuoka se encontraba arrastrando a Mitsuo Shimizu por el bosque.

Sin dudarlo ni un instante, la muchacha aprovechó un descuido de la joven para degollarla con sus tijeras especiales desde detrás y asfixiarla al convertir su saliva en lejía, quemándole desde el interior, todo con tal de hacerla desaparecer de una vez y para siempre...

Mientras Suzuki Mitsuoka se encontraba tirando del cuerpo de Mitsuo Shimizu, un grito llamó la atención de ella proveniente de su espalda, y por un instante esta parecía haber reconocido la voz de Koguma Kyoki, pero para su desgracia antes de que esta pudiera preguntar o llamar por su compañero desaparecido alguien apareció detrás de ella.

Con un arma afilada rajó el cuello de Suzuki Mitsuoka mientras una mano tapaba la boca de la chica que sintió como su saliva se convertía en una substancia distinta, corrosiva y nada agradable al paladar; al parecer alguien había vuelto su saliva en lejía y con las consiguientes apuñaladas por parte de la persona desde su espalda, esta terminó por cerrar los ojos, dejando a merced del asesino a Mitsuo Shimizu.