El resultado era evidente, BuZhen Babidi. Aquel líder canalizó todos los votos de los que habían confiado en él sobre una única persona, y esta era BuZhen Babidi, aquella criatura rosada y afable hasta entonces al cual, por algún motivo, la gente tendía a ignorar. Los Oompa Loompas lo acompañaron hacia la salida.
Una vez que BuZhen Babidi abandonó el lugar, aquella fábrica de dulces perdió un poco aquel ambiente alegre y agradable que había en el entorno. Aquella fábrica de sueños y dulces simplemente dejó de brillar y aquel lugar fue un poquito más lúgubre y gris, como si hubiera perdido el color y el buen ambiente que había.
Entre tanto aquella escena se volvía un poco más sórdida e incluso mundana, algo llamaría la atención de aquel falso niño con bigote postizo colocado al revés. Aquel No-Detective señaló a Hijo Ni Fuun y a Kouta Kita, mientras ponía una gran cara de espanto y se escondía detrás de Tooth Poppu.
-¡AH!. -Gritó asustado- ¡Tienen dedos amputados!. ¡Y ni siquiera son suyos!.
En efecto, aquellos dos jóvenes tenían en su haber, cada uno un colgante con un dedo amputado. Realmente aquella escena parecía sacada de una película de terror, pues estos dedos claramente no eran de caramelo, y tenían restos de suciedad y sangre, e incluso desprendían un olor pútrido.
El hecho de que aquellos dos tuvieran semejante asquerosidad colgada en el cuello, claramente violaba con las normas que habían firmado dentro de la fábrica, por lo que el resultado iba a ser una total y completa expulsión de la misma por parte del mismísimo Kyandi Poppu el cual se comunicó por el interfono.
¡FUERA DE MI FÁBRICA!. ¡ESOS DOS QUE TRAEN CARNE DEL EXTERIOR!.
Algo que los Oompa Loompas acataron sin mayor duda.