Una vez que aquellos cinco salieron, Hijö Nii Fuun salió corriendo hacia la fábrica, tratando de llegar hasta el interior de la misma antes de que las puertas automáticas volvieran a cerrarse una vez más. Y con unas fuerzas sacadas de la nada, este muchacho se impulsó lo suficiente como para llegar al interior de la misma.
Al cabo de unos escasos minutos, las puertas se volverían a abrir para, en esta ocasión, dejar ver como Hijö Nii Fuun salía cargando con un gran polo entre sus brazos, y a medida que este más se acercaba y las miradas curiosas se seguían clavando en él, este trozo gigante de hielo se hizo cada vez más y más reconocible como, en efecto, la prisión helada en la que Usagi Shiroi se encontraba.
Al parecer ahora la mayor prioridad de este muchacho era encontrar una buena nevera en donde meterla y así conservarla en toda su fría hermosura. Una historia de amor mejor que Crepúsculo.
En efecto, aquella escena era lo suficientemente extraña como para que todo el mundo hubiera apartado la mirada para centrarse en ver como Hijö Nii Fuun se condenaba para el resto de su vida a pagar un dineral en su factura de la luz por mantener un buen refrigerador funcionando 24/7.
Y hablando de electricidad... quizás si no todo el mundo estuviera distraído viendo aquello, el siguiente evento no hubiera tenido lugar en un primer lugar, y esto era, que alguien había sufrido una descarga.
En efecto, aquel dúo de villanos habían atacado por la espalda a Yuuto Kazuki y, a saber, cuales eran sus objetivos con aquel pobre muchacho, lo único que dejaban claro es que iban a irse de rositas pues todo el mundo estaba atento a lo que sucedía con Usagi Shiroi y con Hijö Nii Fuun.
-Agárrale por los brazos, yo por los pies. -Apremió a su compañera mientras cogían a este pobre tipo inconsciente y se lo llevaban a una furgoneta sucia que había aparcado en las cercanías. Y así fue como este joven fue secuestrado.
Por fortuna para los presentes, que aparecieran dos claros villanos a secuestrar a alguien no implicaba que estos fueran a salirse con la suya, a fin de cuentas ahí mismo había un detective, un seguidor de la Ley y la Justicia, un Adalidad del Orden y la Paz. Pero por desgracia para los presentes, este era Mamoru Ai Yastis que se encontraba distraído viendo a Hijö Nii Fuun secuestrar un cadáver... que poco a poco, a medida que se acercaba este se embellecía y se volvía casi una escena romántica.
-Ooooh... -Comentó- El amor juvenil... que tierno que es... Y así congelada no se podrá quejar que dejaste la tapa levantada, que dejaste ciego a su padre usando un arcoíris o que se te coló un perrito en la mazmorra sexu... -Por suerte este se contuvo a terminar la frase- Bueno, me tengo que ir. La Justicia nunca descansa, y tengo un viaje de 15 minutos para dejar a un malhechor en el calabozo y así poder terminar con el trabajo de una buena vez, que mi turno termina en solo 5 horas. ¡Adiós a todos!.
Y en efecto, este hombre sin mirar atrás, -y por atrás se refiere a los asientos de atrás-, se subió en el coche de policía y tras atropellar al cámara, este fue directamente a la comisaría sin detenerse.
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Era cierto que Mamoru Ai Yastis se fue sin detenerse, pero también se fue sin su detenido. Al parecer este asesino se había librado del largo brazo de la Justicia por medio de unas de sus púas y su habilidad innata de fugarse sin mirar atrás, algo que probablemente hubo heredado de Chayanne, su padre. Pero... ¿Dónde estaba Jinsokuna Harinezumi?.