Partida Rol por web

Invasión a Gea.

Capítulo 15. El Plan de Noxais.

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14/12/2017, 17:54
Director

Noxais marchaba al frente de un pequeño pelotón de prescindibles guerreros gnomos fieles a Chcath. Adentrarse en las ancestrales selvas de Patark a solas no era creíble y desde luego tampoco era seguro. Hacerlo con demasiados hombres, no iba a ser tampoco una idea demasiado positiva si lo que realmente quería era ser capturado. En ese caso el destino de los valientes que lo acompañaran sería muy probablemente le muerte, algo a lo que también se exponía Noxais, pero que esperaba poder sortear gracias a su labia, su carisma y su posición.

Sin duda Noxais, uno de los generales de Chcath, era buena moneda de cambio en un rescate. No así el resto de soldados que lo acompañaran. Por eso no quiso forzar a que ni uno solo de sus hombres hiciera la misma temeridad que él. No obstante, decidieron no abandonarle. El Escuadrón Humeante no se separaba. Si vencían lo hacía unidos, si morían lo harían juntos, como siempre había sido y como no dejaría de ser.

Incluso Ediberto se ofreció a marchar junto con ellos. Perder la vida en la soga o en medio de una jungla le era bien indiferente. Ya había asumido que Chcath decretaría su ejecución en cualquier momento. No antes de que pudiera comprobar con sus propios ojos el error que había cometido no hincando la rodilla ante él, pero si tan pronto como lo hubiera hecho y para eso, aunque no lo dijera nunca por orgullo, faltaba poco.

No obstante, Gndruic fue quien se opuso a la marcha de Dolfini junto con el Escuadrón Humeante a una muerte casi segura. Chcath le había dejado a él a cargo de aquel humano. Era él quien respondería si algo le sucedía. Su misión no era enviarlo a morir a las selvas, a las selvas ni a ningún otro paraje. Su misión era la de enseñarle las maravillas de Chnobium y sintiéndolo mucho, que en efecto lo sentía al parecer  estar del lado de Galan, que no lo estaba, no podía dejar que Ediberto Dolfini, depuesto rey de Catán y prisionero de Chcath se suicidara en una misión fruto de la locura de un general gnomo.

Llevaban más de dos semanas internados en las selvas. Todos los informes de la inteligencia situaban la base rebelde en la gigantesca isla flotante de Gndnlin, concretamente en la selva Magenta. Se trataba de una selva cuyos árboles de grandes hojas lanceoladas, se alzaban a casi treinta metros del suelo bañado por las perpetuas aguas que recorrían la selva a las cuales debía su nombre. Aguas rojizas que debido a la acidificación de las últimas décadas producto de la contaminación de las fábricas, la alta concentración de sal y el florecimiento de algas rojas, dotaba de un extraño tono carmesí a todo arroyo, río o estanque que se encontrara en el interior de la floresta.

El cansancio empezaba a hacer mella en el grupo. Ya eran cuatro los gnomos que habían enfermado debido a los constantes picotazos de los molestos mosquitos que no paraban de desangrar a los soldados liderados por Noxais. El agua empezaba a escasear, pues pese a que estaba rodeados de ella, no era para nada potable y en los víveres empezaba a aflorar verdín debido a las alta e insoportables temperaturas.

Fuera como fuera decidieron acampar en una zona de densidad boscosa media. Habían tratado de encontrar un tramo despoblado de árboles, pues pese a que veían bien en aquella siempre eterna penumbra, añoraban a Seyran y confiaban en que pasara algo más de brisa en un claro y aliviase el ardor que sentían por dentro y el secara el sudor por unos momentos. Pero fue imposible y agotados tuvieron que detenerse.

No llevaban ni media hora descansando. A alguno de ellos no le había dado tiempo ni de comer o de cagar, cuando algo raro escucharon. Eran voces, aquí y allá. Voces de gnomos que por el tono y la premura con la que sonaban, se trataba claramente de instrucciones que se daban para rodear y posteriormente arrollar al grupo que acampaba en esa zona de la selva.

Los soldados gnomos pronto se hicieron a las armas. El Escuadrón Humeante también lo hizo pero con menor determinación. Esperaban órdenes de su líder. Era el momento de Noxais, el momento de poner en práctica su majadero o genial plan.

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19/12/2017, 17:39
Noxais

Eran tan predecibles... Noxais no terminaba de creerse que su plan hubiese salido tan bien. El gnomo guiñó un ojo a Gnash dándole la orden de que desapareciera. Después comenzó a dar órdenes a sus hombres, mientras apuntaba con dos de sus pistolas a la maleza.

¡Máldita sea! ¡Coged vuestras armas!—ordenó para después seguir con su farsa— ¿Acaso creéis que estamos de picnic? Si salgo vivo de ésta voy a matar a Galan por darme un atajo de niños de teta.

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19/12/2017, 19:41
Darbi Grosjkor

La maleza se movía con violencia en todas direcciones. Parecía como si una estampida se precipitara sobre el grupo expedicionario. En pocos segundos se supieron rodeados y alguno de los soldados gnomos que acompañaban a Noxais trató de huir en alguna dirección aleatoria fruto del miedo. Sin embargo, todo intento de fuga fue inútil. El sonido atronador de los fusiles enemigos, fue inmediatamente secundado por un grito de dolor, el ruido de un cuerpo al caer al suelo y en alguna ocasión los lamentos de un moribundo.

Noxais junto a sus fieles se mantuvo espalda contra espalda a la espera de lo inevitable. Alguno de los soldados que los acompañaban todavía aguardaban fusil en mano y a la espera de unas órdenes que nunca llegaron. De pronto, de la espesura de la selva surgieron infinidad de ojos. Ojos pertenecientes a medio centenar de rebeldes uniformados con ropajes de camuflaje cubiertos de maleza adherida a sus uniformes y cascos.

Iban bien armados con armas de fuego, bayonetas y sables al cinto. Eran muchos y les habían ganado bien la posición. Cualquier intento de oposición acabaría con la muerte de los intrusos, cualquier intento de fuga tendría un resultado muy similar. Suerte que cuando Gnash quería ser invisible, lo era y Noxais esperaba que en aquella ocasión no fuera diferente. Confiaba en él y en su capacidad de mimetismo con el entorno. Era clave para su plan y esperaba que no le fallara.

De pronto surgió de la espesura un gnomo con un grueso bigote blanco sobre los labios. Sus ojos eran de un tono ambarino y su cabello permanecía oculto bajo un casco tintado con colores de la selva al igual que su uniforme. A diferencia del resto no iba provisto de arma de fuego y tan solo un sable pendía de su cintura en el interior de su vaina. Unos galones dorados desentonaban con su equipación de camuflaje sobre sus hombros, pero le desvelaban como el líder de aquel grupo.

- ¿Noxais? – Preguntó para sí aquel gnomo. Frunció el ceño y extrajo un monóculo del bolsillo de su camisa para ver mejor el rostro del que creía haber reconocido como general de Chcath. - ¡Así, es! – Sonrió. – Le creía más astuto. Se ve que he sido terriblemente mal informado. Mi nombre es Darbi Grosjkor, general rebelde de los Caleuranos. ¿Algo que decir antes de su inminente ejecución?

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19/12/2017, 22:29
Noxais

Noxais compuso su mejor sonrisa y solo dijo una palabra.

-Parlamento.

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20/12/2017, 18:09
Darbi Grosjkor

- ¿Parlamento? – El general caleurano esbozó una sonora carcajada mientras giraba sobre su propio y ficticio eje dedicando una mirada a todos los que se encontraban bajo sus órdenes. Como un resorte, aquella risotada se reverberó reprodujo a decenas entre todos los soldados allí presentes. - ¿Qué deseas parlamentar, hijo? – Habló en tono mucho más serio el general Grosjkor y las risas y murmullos cesaron de golpe. - ¿Cuál crees que es el precio a pagar por chupar el pétreo miembro del invasor que ha destruido nuestra cultura milenaria? ¿Cuál crees que es el precio por atreverte a personarte aquí y pedir parlamento?

 

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21/12/2017, 09:24
Noxais

Noxais adoptó un tono teatral y comenzó a gesticular. Quería darle a Gnash algo más de tiempo. El gnomo se sentó en una roca y saco lentamente... un puro.

¿Puedo?—preguntó.

Sin esperar una respuesta el gnomo lo encendió.

General, Chcath no tiene miembro. Dónde tú tienes tu par de pelotas y una ramera tiene su dilatado coño, el solo tiene lisa piedra. Como las muñecas con las que juegan nuestras hijas gnomas. Los doctos dirían que es un ser asexual. Y eso, es una putada. ¿Te imaginas lo que sería vivir sin follar? Que no es que sea lo más importante. Cagar es más importante que follar. Pruebe a estar una semana sin hacer las dos cosas y lo verá . Pero joder, ¡vivir sin follar! ¡Eso sería un drama!

La mayoría de los soldados estaban serios. No entendían nada de lo que tenía en mente su comandante. De hecho muchos empezaban a perder que había perdido la cabeza ante la posibilidad de morir. Los miembros de la Escuadra Humeante mientras tanto intentaban aguantarse la risa.

Permíteme también que te presente al antiguo rey Ediberto de Catán. Él también ha perdido su título en manos de nuestro pétreo señor, así que al menos a él no lo mate. Es un gran guerrero y seguro que estará gustoso en unirse a su rebelión—Noxais alzó la voz mirando al resto de los soldados—. Y si alguno quiere desertar también puede hacerlo. Joder, aprovechad la oportunidad y salvad vuestros culos. Yo no lo voy a hacer, pero porque prefiero morir a vivir escondido en una selva. ¿Cómo voy a aguantar meses sin ir a La Cortesana Feliz? ¡Acabaría pegándome un tiro!

El gnomo chupó varias veces su puro antes de seguir hablando. Le gustaría saber que estaba pensando el comandante. La situación era bastante surrealista.

Puede pegarme un tiro general. Pero personalmente, me gustaría que hoy aquí no muriera ningún gnomo. Con respecto al precio a pagar... Creo que la prosperidad que hay en este mundo es un precio suficiente por una cultura milenaria. Nunca, nunca Chnobium o Patark, porque el nombre me la bufa, había vivido esta prosperidad. Hemos pasado de vivir en una constante guerra con kobolds y trasgos, a vivir en una paz solo rota por, ¿adivina quien? Los rebeldes. Estoy seguro que para ti nuestra cultura es muy importante, pero al granjero que trabaja duro por sacar adelante a su familia, o al panadero que todos los días se levanta antes de que salga Seyram... a ellos lo que les importa es que las lluvias sean propicias, que el grano esté a un buen precio y que no haya otra guerra que pueda arrasar con todo lo que tienen. Lucháis por nuestra cultura, por los antiguos poderes de Patark, pero os estáis olvidando de vuestros hermanos y hermanas.

El gnomo se levantó y comenzó a andar hacia Darbi.

Sí, Chcath es un cretino. Es un megalómano con ansias de divinidad. Hace unos días tuve esta misma conversación con Ediberto. ¡Pero joder! ¿Has visto todo lo que hace? ¿Serías tú mucho mejor que él?

Noxais se paró frente a su interlocutor.

General Darbi. Si queréis luchar por el pueblo gnomo, le insto a que negociemos un fin de la rebelión. No una rendición, no. Una unión. No habrá represalias. Chcath estará loco, pero no va a ejecutar a nadie cuando puede servir a su Dominio. Si por el contrario quiere luchar por una cultura milenaria y los anteriores regentes de Patark. Pégueme un tiro ahora. Pero también le garantizo que si lo hace, toda esta selva será un infierno de hierro y fuego. Toda. Y piense una cosa, todo esto se lo dice el comandante menos leal a Chcath. El único que le sirve porque paga con buen oro contante y sonante, y no porque quiera lamer su culo de piedra. Y con todo eso, hoy estoy aquí dispuesto a pagar el precio de morir para venir a hablar contigo. Y con esto respondo tu segunda pregunta.

El gnomo dio una larga calada a su puro y espero una respuesta.

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21/12/2017, 18:16
Ediberto Dolfini

La figura de un ser de altura muy superior a la media gnoma, surgió de la espesura vestido con ropajes que le mimetizaban con el entorno que les rodeaba. Se trataba de un personaje de piel bronceada, media melena oscura plagada de canas y que escondía uno de sus ojos tras un parche negro. Sin duda se trataba del tal Ediberto, depuesto rey de Catán, una tierra de la que ni el general Grosjkor, ni ninguno de sus allegados había oído hablar nunca.

Sin embargo, ya fuera por la forma de moverse, la de mirar o por su mera presencia, algo les hacía indicar que no se trataba de un mero farsante. Aquel hombre parecía imbuido por un halo de grandeza que aún conservaba, tras la adversidad que sin duda había tenido que vivir tras la aparición de Chcath en su plácida vida.

- Mi nombre es Ediberto Dolfini. – Dijo aquel humano sin tener que ser traducido por nadie, pues había sido provisto desde su llegada a Chnobium de un collar que traducía instantáneamente el idioma nativo de Dolfini por el local. Una de las muchas maravillas con las que Gndruic había embelesado a Ediberto durante con la misión que Chcath le había mandado.

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21/12/2017, 18:17
Director

Gndruic abrió los ojos con un fuerte dolor de cabeza en cuanto la luz invadió el pequeño habitáculo en el que dormitaba y cuando los gritos pavorosos de una empleada de la limpieza se incrustaban en sus oídos como puñales. Desorientado como estaba miró a su alrededor y se encontró que sus compañeros de cama habían sido durante esa noche un mocho, una escoba y un cubo. Se encontraba en la Cortesana Feliz, pero no en la sala donde recordaba haber estado, sino en un pequeño cuartito donde se guardaban aparejos de limpieza.

Se puso en pie y salió como pudo de aquel zulo. Aún notaba los adversos efectos de las sustancias consumidas la noche anterior. Tambaleante se dirigió a la puerta de salida. Fue cuando volvió a ver a la mujer gnoma que había acudido como cada mañana a adecentar el local para la fiesta que se celebraría del anochecer al alba. Se encontraba arrinconada contra la pared con un susto que casi había dado un vuelco a su corazón.

Fue entonces cuando recordó como tan amablemente Noxais le invitaba a beber una y otra vez. Recordó como los miembros de su pelotón se reían cada vez que daba un sorbo y se golpeaban los unos a los otros con los codos. Tronchante, ciertamente tronchante era la forma en que una pandilla de indecentes beodos le había engatusado. ¿Con que clase de estupefaciente o alucinógeno le habían drogado para no recordar nada desde cierto punto de la noche? ¿Y lo más preocupante, dónde diablos se encontraba Dolfini. Sin duda la respuesta era evidente, la selva.

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21/12/2017, 18:17
Ediberto Dolfini

- Sé de lo que Noxais habla. – Dijo entonces Ediberto. – Alejandría fue reducida a escombros en unas pocas horas. ¡No sé cómo diablos sobreviví! Pero aquí estoy. Si Chcath no ha vaporizado esta selva es porque supongo que lo que Noxais dice es cierto. – Miró entonces al general gnomo contra el que luchó en las calles de Alejandría. – No debería ser yo quien os convenza de nada, pero creo que una unión es lo más apropiado para todas las partes. Más teniendo en cuenta que lo que dice Noxais es cierto. – Ediberto hizo una pequeña pausa para que el comandante reflexionara. - Piénselo señor Darbi. Piénselo por un instante…

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21/12/2017, 18:18
Darbi Grosjkor

La sonrisa de victoria que se dibujaba en los labios del general rebelde se fue difuminando a medida que Dolfini hablaba y confirmaba las palabras pretéritas enarboladas por Noxais.  Aquel general podía ser orgulloso, pero desde luego no era estúpido. Su linaje para nada pertenecía a la clase noble de Calurean y si luchaba en nombre de los calureanos era más por viejas alianzas que por un convencimiento total. Su familia siempre se había dedicado a la panadería. Gente humilde con trabajos humiles y sólo él había formado parte de la vida militar.

Cuando Chcath llegó y arrasó con todo fueron esas familias las que peor lo pasaron en un primer momento. Cuando Chcath les arrebató el poder a las antiguas castas nobiliares muchos fueron los problemas que surgieron entre los más desfavorecidos. Sin embargo, esas dificultades fueron pasando poco a poco y aunque debían dedicar gran esfuerzo, las familias obreras habían conseguido resurgir de sus cenizas y adquirir unas vidas más o menos dignas bajo el Dominio de Chcath.

Los antiguos poderes podían prometer muchas cosas, pero pocas eran las veces que las cumplían. A nadie le gustaba recibir órdenes de un ser pétreo que más bien parecía un demente que un líder sabio y condescendiente, pero al fin y al cabo… ¿Iban a estar mejor con los antiguos señores feudales? No lo creía posible y únicamente más dolor, más sufrimiento y más muerte podría sumar a la desgracia que ya había vivido su pueblo en nombre de los señores que ocultaban su rostro tras la protección de las milicias rebeldes.

- No son los señores por los que luchamos quienes morirán aquí. – Dijo finalmente Darbi Grosjkor. – No son ellos quien sufren calamidades en estas apestosas selvas, ocultos entre la maleza y a la espera de una guerra que acabará con gran número de los nuestros. Somos nosotros… - Se llevó las manos a la cabeza. - ¿En qué diablos pensaba todo este jodido tiempo? – Preguntó de forma retórica mientras le sonreía a Noxais. – No puedo hablar por todos los rebeldes, pero… ¿Qué tenemos que negociar, mi buen Noxais?

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01/01/2018, 23:18
Noxais

Sois soldados, vuestra vida es la guerra., así que uníos a mí. Servid bajo mi mando.  Es cierto que lucharemos por un señor que nos da igual. No es el mejor por el que morir. Pero la paga será generosa y cada segundo que paséis sirviéndole será bien pagado.

Noxais compuso su mejor sonrisa y dio una calada a su puro.

Os lo aseguro, es el mejor trato que haréis en vuestras vidas.

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04/01/2018, 19:24
Director

Lo cierto era que para Noxais la guerra se había convertido en un método de vida. Sin embargo, apreciaba demasiado su vida como para seguir luchando hasta el fin de sus días. Deseaba vivir tranquilamente por el resto de sus días rodeado de todos los lujos que su buen amo Chcath pudiera proporciónale.

No deseaba convertirse en un burócrata o un político. Odiaba a esa clase de calaña. Antes que convertirse en otro Galan se quitaría la vida lanzándose al vacío cargado con una bomba y tratando de cargarse al mayor número de insurrectos enemigos de Chcath, aunque ese final tampoco lo contemplaba como posible.

La buena vida era algo a lo que todo el mundo debía aspirar. Sus días como soldados habían sido muchos y aunque podría haber solucionado con fuego y sangre el conflicto rebelde, se había disfrazado de diplomático por una vez. Su nueva estrategia era sin duda arriesgada, pues no todos aceptarían lo que él había visto como evidente.

Chcath no era todo bondad. Lo cierto era que a largo plazo, su objetivo final podía costarle muy caro a su mundo. Su intención de aniquilar a una raza de seres supertecnológicos, podía culminar con una guerra interplanetaria a través del espacio y de los planos que podía desencadenar la destrucción de su civilización y que sin duda traería mucho sufrimiento a las generaciones venideras a las que les tocase vivir dicho conflicto.

Por lo que Noxais sabía, Chcath estaba todavía muy lejos de lograr dicha gesta. Antes de desafiar a Nabudum, quería haber conquistado Gea y aunque en lo referente a la conquista, parecía que las cosas no le iban demasiado mal al constructo de roca y fuego, aquel astuto gnomo sabía que pacificar todo un planeta, organizar a todas aquellas naciones y estar preparado para la guerra definitiva por el control del sistema solar de Seyran y el objetivo último de destruir a los Antiguos, no era cosa de dos días.

Para cuando la fase final de su plan estuviera en marcha, muchos años habrían pasado y sin duda alguna, la vida de Noxais no sería lo suficientemente larga como para ver el sueño de su majestad Imperial concluido. Podía estar tranquilo, pues no sufriría aquella futurible guerra en la que todo quedaría arrasado, como tampoco lo harían sus descendientes, pues no tenía conocimiento de hijo alguno y poco le importaban ahora sus posibles bastardos.

Lo cierto fue que Darbi Grosjkor aceptó los términos que Noxais le propuso. Rindió a la facción de rebeldes que luchaba a su lado dejando de lado al grupo rebelde que se hacía llamar caleuranos. No todos sus hombres estuvieron de acuerdo al instante y acabaron arrestados como prisioneros de guerra.

Grosjkor lideró junto con Noxais las negociaciones con el resto de enclaves caleuranos. Galan también acabó por formar parte de la comisión diplomática que llevó a cabo los tratados de paz entre el estado y los rebeldes. El nuevo talante de Noxais facilitó incluso que Galan empezara a verle con buenos ojos y hasta acabó por contagiársele el gusto por la bebida y las mujeres de Noxais, convirtiendo a aquel estirado primer ministro en un tipo hasta divertido. Al fin y al cabo, se trataba de un gnomo y todo el mundo sabe que los gnomos caen fáciles en los vicios más básicos.

Ediberto Dolfini jugó un importante papel en todas aquellas negociaciones. Narró su experiencia en cada una de las reuniones que tuvieron lugar con los diferentes grupos y facciones rebeldes y en más de una ocasión, la nítida visión de la destrucción que causó Chcath sobre la nación más poderosa de Gea, acabó por decantar la balanza y sirviendo como motivo de rendición para muchos de los rebeldes.

Las historias de Ediberto eran cada vez más detalladas y en algún caso fantasiosas. No fue en esa época en la que Dolfini descubrió su gusto por la narrativa. Aquel humano gustaba de escuchar historias en boca de otros, pero ahora que era el protagonista de una tan importante, le encontró el gustó a narrarlas y ciertamente lo hacía bien, demasiado bien como para no ser escuchado.

 Poco a poco todos fueron rindiendo pleitesía a Chcath. Los que no lo hicieron fueron pasto de las llamas gracias en gran parte a los conocimientos del terreno del general rebelde traidor y ocho meses después de que se iniciaran las negociaciones la amenaza caleurana se dio por concluida y otros grupos rebeldes de menor calado rindieron sus armas dando lugar a una nueva y duradera paz sobre Chnobium y permitiendo que los esfuerzos del amo de todos los seres del planeta se centraran únicamente en su verdadero objetivo, la conquista definitiva de Gea, el planeta lanzadera para la consecución de la destrucción definitiva de sus creadores.

Fin.

Cargando editor
04/01/2018, 20:42
Director

Notas de juego

Un epílogo en el interior de un jacuzzi en el que aparezcan Noxais, Galan, Darbi, Ediberto y algunas señoritas sería épico por tu parte!

Si quieres postear ese epílogo u otro aquí.