Partida Rol por web

LUCAS

Lucas creció en lo que se conoce como Área Industrial 5, al oeste de CIUDAD*.
Su padre trabajaba como peón en las descomunales industrias químicas cuya contaminación envenenaba y oscurecía el aire de todo el lugar, haciendo que las madres abortaran a menudo, trayendo la enfermedad y, a la vez, el sustento de las familias obreras.
Su madre trabajaba como cocinera en la cantina de las mismas instalaciones que su padre, en horarios interminables que propiciaron que su hijo se educara solo, aprendiera a preparar su comida y ordenarse a sí mismo hacer los deberes.

Desde pequeño, viendo que sus compañeros actuaban como ladrones y matones, Lucas quería marcar la diferencia: quería ser policía. En la escuela se graduó con calificaciones medias y bajas debido a que asistió poco a clase. En cuanto cumplió la mayoría de edad, con su padre enfermo y a punto de quedar inútil como trabajador, Lucas se apuntó a las pruebas físicas para entrar en la Academia de Policía; pero debido a su deteriorada capacidad pulmonar falló las pruebas de resistencia, y aunque en la segunda oportunidad (cada prueba se puede repetir una vez) obtuvo una calificación media, los examinadores decidieron que su estado físico era "difícilmente apropiado" y quedó descalificado como aspirante.
Lucas no se vino abajo. Ni siquiera cuando, un mes después, su padre quedó postrado en la cama esperando la muerte. Para mantener a su familia, Lucas se empleó como taxista sin licencia, llevando un destartalado coche por zonas poco seguras de las afueras hacia tavernas sin licencia que vendían licores prohibidos. Aunque no pudiera correr un maratón, siempre mantuvo sus músculos en forma, así como su actitud frente a los demás. Su diplomacia no tenía parangón, pero en caso de que alguien no atendiera a razones, no tenía ningún problema en usar la fuerza para imponer tranquilidad.
Lucas se veía a sí mismo como un policía con todas las de la ley, lo que una fatídica mañana le llevó a tratar de impedir una violación en un callejón cercano a una de aquellas tavernas. Lucas recibió un disparo de la escopeta ilegal y recortada que el agresor poseía, perdiendo al instante su mano derecha.
El asesino en potencia huyó, lo propio hizo la mujer, en dirección contraria. Los sanitarios llegaron justo a tiempo para detener la hemorragia. Mientras él curaba su muñón y su madre seguía dejándose los riñones como cocinera, su padre falleció, finalmente, con los pulmones llenos de pus.
Lucas se vino abajo. Su optimismo, su visión del mundo le había llevado a destruírse a sí mismo, primero rompiéndose sus sueños, luego perdiendo su mano, su sustento y a su padre. Lucas no podía mirarse en un espejo sin montar en cólera.
Su madre volvió un día a casa hablándole de un experimento. "Puedes probar" dijo. "No hay nada que perder".
Tenía razón. Al fin y al cabo, Lucas estaba pensando en si matar a su madre antes de suicidarse o no, y esos pensamientos no son propios de los que sienten que tienen algo que perder.

Objetivos:

-Sobrevive a los experimentos.

-Sigue con vida al inicio del 5 día.

Atributos: 

Fuerza: +1

Destreza: +0

Inteligencia: +0

Resistencia: +2

Salud: 5/5

Habilidades: 

Caer y levantarse. Puedes repetir una tirada fallida o evitar los efectos de una pifia. Solo tres veces por partida.

Equipo:

-Cuchillo. +1 ataque/+0 daño.

-Plano aprendido de robots. +2 a ataques contra enemigos robóticos.

-Ración.

Experiencia: 2/2

Lo siento si no está muy bien estructurada y tal, pero te garantizo que le he puesto ganas. Espero tu comprensión, gracias compi.

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Lucas creció en lo que se conoce como Área Industrial 5, al oeste de CIUDAD*.
Su padre trabajaba como peón en las descomunales industrias químicas cuya contaminación envenenaba y oscurecía el aire de todo el lugar, haciendo que las madres abortaran a menudo, trayendo la enfermedad y, a la vez, el sustento de las familias obreras.
Su madre trabajaba como cocinera en la cantina de las mismas instalaciones que su padre, en horarios interminables que propiciaron que su hijo se educara solo, aprendiera a preparar su comida y ordenarse a sí mismo hacer los deberes.

Desde pequeño, viendo que sus compañeros actuaban como ladrones y matones, Lucas quería marcar la diferencia: quería ser policía. En la escuela se graduó con calificaciones medias y bajas debido a que asistió poco a clase. En cuanto cumplió la mayoría de edad, con su padre enfermo y a punto de quedar inútil como trabajador, Lucas se apuntó a las pruebas físicas para entrar en la Academia de Policía; pero debido a su deteriorada capacidad pulmonar falló las pruebas de resistencia, y aunque en la segunda oportunidad (cada prueba se puede repetir una vez) obtuvo una calificación media, los examinadores decidieron que su estado físico era "difícilmente apropiado" y quedó descalificado como aspirante.
Lucas no se vino abajo. Ni siquiera cuando, un mes después, su padre quedó postrado en la cama esperando la muerte. Para mantener a su familia, Lucas se empleó como taxista sin licencia, llevando un destartalado coche por zonas poco seguras de las afueras hacia tavernas sin licencia que vendían licores prohibidos. Aunque no pudiera correr un maratón, siempre mantuvo sus músculos en forma, así como su actitud frente a los demás. Su diplomacia no tenía parangón, pero en caso de que alguien no atendiera a razones, no tenía ningún problema en usar la fuerza para imponer tranquilidad.
Lucas se veía a sí mismo como un policía con todas las de la ley, lo que una fatídica mañana le llevó a tratar de impedir una violación en un callejón cercano a una de aquellas tavernas. Lucas recibió un disparo de la escopeta ilegal y recortada que el agresor poseía, perdiendo al instante su mano derecha.
El asesino en potencia huyó, lo propio hizo la mujer, en dirección contraria. Los sanitarios llegaron justo a tiempo para detener la hemorragia. Mientras él curaba su muñón y su madre seguía dejándose los riñones como cocinera, su padre falleció, finalmente, con los pulmones llenos de pus.
Lucas se vino abajo. Su optimismo, su visión del mundo le había llevado a destruírse a sí mismo, primero rompiéndose sus sueños, luego perdiendo su mano, su sustento y a su padre. Lucas no podía mirarse en un espejo sin montar en cólera.
Su madre volvió un día a casa hablándole de un experimento. "Puedes probar" dijo. "No hay nada que perder".
Tenía razón. Al fin y al cabo, Lucas estaba pensando en si matar a su madre antes de suicidarse o no, y esos pensamientos no son propios de los que sienten que tienen algo que perder.

Dado el poco trasfondo que os he dado debo decirte que la historia es perfecta y has logrado que el personaje me parezca carismático. Sin duda me ha encantado.

Iré avisándote en cuanto avancemos, por ahora no tienes nada más que hacer y has cumplido con creces el ritmo y las expectativas :)

Gracias hombre, me alegro de que sirva. Espero novedades jefe, saludos!

Jefe, ¿en "objetivos" debería poner algo? no estoy seguro de lo que poner ni de lo que implica en la partida.

Los objetivos los doy yo al acabar el prólogo, no te preocupes :)

No sé muy bien cómo continuar mi prólogo, jefe. ¿Se supone que debo interactuar con el otro tipo?

Se supone que debes plasmar lo que siente tu personaje, lo que piensa al ver donde lo llevan, la gente que compite por entrar, como van saliendo, etc.

De todos modos voy a hacer un salto con la idea de acabar el prólogo lo antes posible, no te preocupes.

Eres un jugador excelente, me encantan tus mensajes. No te quepa duda que te recompensaré por ellos :)

Muchas gracias Krest, el planteamiento de la partida es interesante y eso es un aliciente a la hora de currarse un poco los posts.