Partida Rol por web

PANTERA

No siempre le había pertenecido el nombre de Pantera. Hubo un tiempo, hace muchos años, en que su madre lo había llamado por un nombre apenas recordado en su mente: Rast. 

El momento en que se convirtió en Pantera ha caído ya casi en el olvido. Apenas tenía unos once años y caminaba por la calle descalzo, en las afueras de la ciudad en la que había crecido, tratando de robar algunas monedas para poder comprar medicinas para su madre enferma. 

Después de la muerte de su padre y su hermano, sólo quedaba él para sostenerla y cada vez se le hacía más difícil. El frío calaba su cuerpo, a través de las plantas de los pies y llegando hasta sus huesos. Hasta que en un callejón la luz parpadeante y cálida de una hoguera lo atrajo como un imán. Allí, un anciano de piel cetrina y ojos alargados se presentó como Pantera, compartió con él un pedazo de pan y le contó una historia. 

¿No sabes lo que era una pantera, muchacho? Su belleza tan sólo podía compararse con lo letal de sus afiladas garras. La elegancia de su caminar era tal que parecía capaz de fundirse en una sombra en tan sólo un suspiro. Pero si te quedabas prendado de la languidez de su belleza, o en su brillante pelaje de ébano, no tardarías en perecer ensartado en sus uñas...

Durante horas, el anciano desgranó para Rast relatos antiguos, prácticamente olvidados. Y cuando terminó y quedó dormido por el cansancio de la edad, el muchacho había tomado una decisión. Ese hombre ya no merecía llevar ese nombre. Estaba viejo y cascado. Una Pantera tenía que ser joven, elástica, sigilosa, elegante... Él tomaría su nombre y se encargaría de convertirse en lo que significaba, haciendo que la forma y el fondo se unieran en él. 

Rast nunca había sido un chico con demasiados escrúpulos. Todavía necesitaba dinero para las medicinas de su madre. Y ahora además quería arrebatarle al viejo algo más: su nombre. Aprovechando que el hombre estaba dormido, le rebanó el cuello y se llevó todas su pertenencias. No tenía mucho, algunos papiros con extrañas ilustraciones. Pero Rast pudo venderlas y comprar las medicinas.

Sus esfuerzos por salvar a su madre fueron inútiles. Pronto murió y él se quedó solo. Con su nueva identidad:Pantera. Siempre manteniéndose al margen de la sociedad, tal y como había crecido. Se entrenó en secreto, hasta conseguir moverse sin ser visto, deslizándose de sombra en sombra. Hasta que su caminar fue a la vez elegante y agresivo, moviéndose con un aire letal como las garras de esos animales que el anciano le había descrito.

Poco a poco fue haciéndose un sitio en las calles, consiguiendo amistades donde debía y haciéndose más fuerte. Siempre aparentando más de lo que era, disimulando que era un simple ladronzuelo detrás de su máscara y su teatro. Solía mantenerse silencioso y sombrío. Pero cuando alguien le preguntaba por su nombre, siempre esbozaba una sonrisa de medio lado, creando un aura de misterio a su alrededor, y sus ojos brillaban mientras comenzaba a hablar, entonando la voz como si fuese a narrar una gran historia. ¿No sabes lo que era una pantera...? 

Nivel 2

Objetivos:

-Mata a todos los participantes.

-Encuentra a Carlos.

-Encuentra a Julius.

-Destruye las instalaciones.

Atributos: 

Fuerza: +1

Destreza: +4

Inteligencia: +0

Resistencia: +0

Salud: 3/3

Habilidades: 

¿No sabes lo que es una pantera?. Tus palabras distraen al resto de combatientes y te permiten tomar la iniciativa en el combate. Puedes usar esta habilidad tras tirar la iniciativa, otorgándote siempre el primer turno en un combate. Tres veces por partida.

Asesino. Cada turno de noche puedes escoger a un personaje y este morirá al día siguiente (a menos que alguien lo evite con una habilidad especial) sin que se sepa quien lo hizo. Cuando te encuentres en un lugar, puedes comenzar a matar cuando quieras, pero en el momento que lo hagas ya no podrás parar hasta que todos estén muertos, tu estés muerto o cambies de localización.

Equipo:

-Cuchillo. +1 ataque/+0 daño.

Experiencia: 3/3

No siempre le había pertenecido el nombre de Pantera. Hubo un tiempo, hace muchos años, en que su madre lo había llamado por un nombre apenas recordado en su mente: Rast. 

El momento en que se convirtió en Pantera ha caído ya casi en el olvido. Apenas tenía unos once años y caminaba por la calle descalzo, en las afueras de la ciudad en la que había crecido, tratando de robar algunas monedas para poder comprar medicinas para su madre enferma. 

Después de la muerte de su padre y su hermano, sólo quedaba él para sostenerla y cada vez se le hacía más difícil. El frío calaba su cuerpo, a través de las plantas de los pies y llegando hasta sus huesos. Hasta que en un callejón la luz parpadeante y cálida de una hoguera lo atrajo como un imán. Allí, un anciano de piel cetrina y ojos alargados se presentó como Pantera, compartió con él un pedazo de pan y le contó una historia. 

¿No sabes lo que era una pantera, muchacho? Su belleza tan sólo podía compararse con lo letal de sus afiladas garras. La elegancia de su caminar era tal que parecía capaz de fundirse en una sombra en tan sólo un suspiro. Pero si te quedabas prendado de la languidez de su belleza, o en su brillante pelaje de ébano, no tardarías en perecer ensartado en sus uñas...

Durante horas, el anciano desgranó para Rast relatos antiguos, prácticamente olvidados. Y cuando terminó y quedó dormido por el cansancio de la edad, el muchacho había tomado una decisión. Ese hombre ya no merecía llevar ese nombre. Estaba viejo y cascado. Una Pantera tenía que ser joven, elástica, sigilosa, elegante... Él tomaría su nombre y se encargaría de convertirse en lo que significaba, haciendo que la forma y el fondo se unieran en él. 

Rast nunca había sido un chico con demasiados escrúpulos. Todavía necesitaba dinero para las medicinas de su madre. Y ahora además quería arrebatarle al viejo algo más: su nombre. Aprovechando que el hombre estaba dormido, le rebanó el cuello y se llevó todas su pertenencias. No tenía mucho, algunos papiros con extrañas ilustraciones. Pero Rast pudo venderlas y comprar las medicinas.

Sus esfuerzos por salvar a su madre fueron inútiles. Pronto murió y él se quedó solo. Con su nueva identidad: Pantera. Siempre manteniéndose al margen de la sociedad, tal y como había crecido. Se entrenó en secreto, hasta conseguir moverse sin ser visto, deslizándose de sombra en sombra. Hasta que su caminar fue a la vez elegante y agresivo, moviéndose con un aire letal como las garras de esos animales que el anciano le había descrito.

Poco a poco fue haciéndose un sitio en las calles, consiguiendo amistades donde debía y haciéndose más fuerte. Siempre aparentando más de lo que era, disimulando que era un simple ladronzuelo detrás de su máscara y su teatro. Solía mantenerse silencioso y sombrío. Pero cuando alguien le preguntaba por su nombre, siempre esbozaba una sonrisa de medio lado, creando un aura de misterio a su alrededor, y sus ojos brillaban mientras comenzaba a hablar, entonando la voz como si fuese a narrar una gran historia. ¿No sabes lo que era una pantera...? 

Gracias ^^, la verdad es que desde que vi la imagen y la frase que le pusiste apareció la historia clara en mi mente XD... Tardé porque no encontraba el momento de sentarme a escribirla tranquilamente.

Lo del bikini fue inevitable, aunque la idea original no fue mía, pero me lo dijeron y... Tuve que hacerlo, no me pude resistir XDDDD

Duda:

¿Cuándo termina mi plazo para decidir si quiero matar a alguien esta noche y a quién? ^^

Empieza mañana el plazo (o esta noche) y termina el sábado.

En principio te cojo el nombre pero tienes hasta el sábado noche para cambiarlo.

Suerte con lo tuyo.

Subes de nivel y recibes un aumento de tus características.