Esto es una breve síntesis de la educación mínima que todos los ciudadanos reciben.
Historia
Hace casi tres siglos el hombre gobernaba cada región del planeta, edificando inmensas ciudades con su avanzada tecnología y venciendo las leyes de la naturaleza gracias a la ciencia. Pese a todo ese desarrollo la humanidad tenía puntos débiles, algunos de ellos muy evidentes. La soberbia y la avaricia cegaban a cada habitante, la corrupción se extendió por toda la sociedad y el odio floreció, nutriéndose con los conflictos. Finalmente algunos gobiernos dieron un paso más allá de la linea roja, lanzando misiles nucleares a sus vecinos. El mal que estaba enmascarado en la sociedad se desprendió de su disfraz y se dejó ver con todo su esplendor. Cada país y cada gobierno que aún se mantenía en pie usó su propio arsenal contra sus vecinos, masacrándolos y siendo masacrados a su vez. La humanidad quedó practicamente barrida de la faz del planeta en casi un día.
Por suerte las zonas más pobres del planeta carecían de armamento y no provocaban miedo en el resto de gobiernos, por lo que se libraron de los golpes directos de la guerra. Pese a ello los efectos secundarios como el frío y la radiación llegaron a nuestra tierra, diezmando a la población. Por suerte un grupo de hombres y mujeres de gran bondad y honor se unieron en una asociación para ayudar a los desvalidos supervivientes, ofreciéndoles cobijo, comida y protección contra los mutantes y bandidos. Así surgió Atlas, la gran empresa que logró salvar a la humanidad y ha luchado por desarrollarla y protegerla hasta nuestros días.
Sociedad
A lo largo de estos tres siglos la sociedad ha ido evolucionando de la mano de Atlas, protectora y compañera. Los distintos colectivos, empresas y servicios han ido uniéndose bajo el manto de nuestra gran organización para conseguir una mayor eficacia social, económica y científica.
Como todos sabéis la mayor parte de las propiedades de las ciudades son pertenencia de Atlas pero esta os la dona para que podáis vivir y trabajar, siempre que lo hagáis bajo su manto. Atlas regala a los ciudadanos una educación gratuita desde su nacimiento, esta educación, que os servirá para llegar a lo más alto de la sociedad si los completáis con éxito u os otorgará un trabajo dependiendo de vuestros resultados y del nivel al que lleguéis.
La sociedad está, por tanto, formada por distintos estratos. En la base encontraréis a aquellos renegados, vagos y rebeldes que rechazan los dones de vuestra organización y se enfrentan a ella o viven fuera de sus leyes, delincuentes todos pues ocupan el terreno de la corporación Atlas y comercian rompiendo los estatus que gobiernos y Atlas mantienen. Por encima de ellos se encuentran los trabajadores de bajo nivel, aquellos cuyo esfuerzo solo les ha dado la posibilidad de desempeñar labores manuales. Los niveles aquí explicados se subdividen en otros tantos pero no queremos abordarlos aún. El siguiente nivel es el de los trabajadores de mayor cualificación o cuyo trabajo conlleva una mayor responsabilidad. Sobre ellos se encuentran aquellos que trabajan con otras personas, labores sociales y no tan individuales que requieren unas mayores capacidades. Los niveles superiores de esta pirámide social son los referidos en primer lugar a las fuerzas de seguridad de gobierno y sus funcionarios, en segundo lugar a los investigadores, jefes de policía y funcionarios y, en la cúspide, las fuerzas especiales de Atlas, los gobernantes de las ciudades, los dirigentes de la corporación y los directores de investigación.
Buscando la mayor eficacia y efectividad la tecnología que Atlas posee se reparte según las necesidades de cada estrato social, otorgando solo las más complejas a los pisos más altos de la pirámide. De la misma manera, para evitar disturbios y que la ignorancia y el mal mancillen nuestras islas, las armas están terminantemente prohibidas salvo para los pertenecientes a los estratos mal altos, que viven como es lógico en los núcleos de las ciudades, cerca de las tiendas, las instituciones políticas y las sedes de Atlas. El resto de la población vive en los círculos exteriores, cerca de las fábricas, campos y otros territorios vinculados a su ocupación.
Nuestras ciudades mantienen su estabilidad gracias a su división de poder. Los ciudadanos, vosotros, podéis votar los gobiernos de las ciudades, eligiendo a sus representantes de entre los más altos estratos, los ciudadanos más inteligentes y capacitados de la sociedad. Este gobierno tiende lazos y alianzas con nuestra corporación, Atlas, buscando la mejora de todos los ciudadanos según lo que estos han decidido. Atlas siempre ha protegido a los ciudadanos y sigue haciéndolo, velando porque sus gobernantes no afligen ni dañan a los ciudadanos que los han votado.
Todos los ciudadanos compartimos mucho más que un sistema social, político o económico pues nuestra misma esencia es compartida. Como todos ya sabéis el ser humano no ha surgido de la nada sino que un ente creador, el Demiurgo, nos dio forma y un lugar donde vivir, usando su propia existencia para crearnos a nosotros y a todo lo que nos rodea. "Todos somos todo y todos formamos uno". Ese uno es él, el Demiurgo, del que formamos parte y al que nos uniremos de nuevo tras morir. Este, nuestro creador, es un ser eterno y compasivo que nos observa y nos da total libertad. Es por ello que antaño el ser humano se mató entre sí con total libertad sin que él interviniera, pues valora nuestras propias decisiones y sabe que con nuestras muertes solo nos estamos acercando más a él. Pero ahora que nosotros sabemos la verdad debemos cuidar nuestras propias acciones pues si provocamos daño, dolor o destrucción a cualquier persona, ser vivo o cosa solo nos estaremos dañando a nosotros mismos. Recordad que cada máquina de nuestras fábricas, cada árbol de nuestros campos, cada pájaro que surja nuestro cielo y cada persona con la que nos cruzamos forman parte del mismo todo, igual que vosotros.
Pero el Demiurgo no está solo pues un ente de tal bondad y pureza solo puede existir si deja atrás todo lo malo. Y esa parte malvada es nuestro enemigo, el Corrompido. Él busca corromper nuestras esencias puras para que, al volver con el Demiurgo tras nuestra muerte natural, destruyamos su esencia perfecta. La corrupción que sus tentáculos expanden ya ha vuelto, aunque aún sin suficiente fuerza como para dañar al Demiurgo. Es nuestro deber para con nosotros mismos y para con Él destruir a los corruptos, a los enemigos de Atlas. Estos enemigos son, principalmente: