RODRIK
La ciencia es solo para quien puede manejarla. Vagos, estúpidos y demás escoria de nuestro mundo solo la usarían para su propio beneficio, nos devolverían a nuestro vergonzoso pasado y nos llevarían a la completa destrucción. La ciencia es el arma mas poderosa, con la ciencia puedes crear y destruir, por eso solo aquellos que seguimos el camino creador del demiurgo somos dignos de su conocimiento.
Cada día Rodrik se reafirmaba a si mismo en su creencia. Esta fe le había llevado a formarse, le había llevado a buscar todo el conocimiento a su alcance y le había convertido en lo que era hoy en día. El mundo había sido puesto a prueba, Rodrik no concebía otra explicación para la catástrofe de tres siglos atrás. Los impuros, aquellos que no eran dignos de construir el mañana habían sido borrados de la faz de la tierra y devueltos al demiurgo para de nuevo en él ser purificados. Si Rodrik estaba allí se debía a que los que eran como el si que habían superado la prueba.
Su vida estaba dedicada a la corporación Atlas, ellos eran quienes habían guiado a los hombres por el camino correcto y por ello Rodrik era un trabajador fiel y convencido de su papel en el mundo. Él tenía la inteligencia, la imaginación, pero no la capacidad para guiar al mundo. Por tanto su obligación era poner los dones del Demiurgo al servicio de aquellos hombres con visión de futuro que la emplearían para que la sociedad siguiese adelante.
Cada día trabajaba, investigaba y desarrollaba nuevas formas de mejorar la vida de la gente. Vivia en una casa modesta pero de calidad cerca de los edificios de la corporación Atlas, era su derecho y privilegio como miembro útil de la sociedad. Allí tenía su propio laboratorio, era un creador al fin y al cabo, su vida se basaba en dar forma física a su imaginación. Solo cuando creaba se podía sentir cerca del Demiurgo. En el antiguo mundo los hombre rezaban para estar con sus falsos dioses, pero para acercarse al Dios Creador la única forma es crear también.
Rodrik rozaba ya los 30 años, había estado casado y tenía una hija pequeña, pero ella y su madre se habían ido muy lejos. Aquella maldita mujer había llenado la cabeza de su hija sobre insensateces sobre un mundo sin estratos y sin Atlas. Finalmente desaparecieron para siempre. Rodrik no sabía donde estaban pero tampoco le importaba demasiado, aquellas ideas, aun en su propia sangre, solo podían traer desgracia al mundo y prefería no saber nada de quien pensase así.
Nivel 2.
Objetivos:
-Sobrevive a los experimentos.
-Encuentra un laboratorio o algún experimento sorprendente.
Atributos:
Fuerza: +0
Destreza: +0
Inteligencia: +3
Resistencia: +1
Salud: 3/4
Habilidades:
Creador. Tienes la inteligencia, la habilidad y la fe en el demiurgo, solo te falta la materia prima. Puedes crear munición con las herramientas adecuadas e, incluso, armas y otros equipamientos. También tendrás la habilidad de reciclar la munición que uses. Si sacas un 5 o más tras usar munición podrás volver a usarla y, por tanto, no se descontará de tu equipo.
Equipo:
-Cuchillo. +1 ataque/+0 daño.
-Electroshock casero: gracias a tu inteligencia y a algunos artefactos que has ido encontrando por la sala 10 has logrado crear un rudimentario artilugio formado por una pequeña bateria, unos cables y unos guantes. +3/ataque/+0 daño. Si sacas crítico aturdes al enemigo un turno. Energía para tres ataques.
Experiencia: 3/3
La ciencia es solo para quien puede manejarla. Vagos, estúpidos y demás escoria de nuestro mundo solo la usarían para su propio beneficio, nos devolverían a nuestro vergonzoso pasado y nos llevarían a la completa destrucción. La ciencia es el arma mas poderosa, con la ciencia puedes crear y destruir, por eso solo aquellos que seguimos el camino creador del demiurgo somos dignos de su conocimiento.
Cada día Rodrik se reafirmaba a si mismo en su creencia. Esta fe le había llevado a formarse, le había llevado a buscar todo el conocimiento a su alcance y le había convertido en lo que era hoy en día. El mundo había sido puesto a prueba, Rodrik no concebía otra explicación para la catástrofe de tres siglos atrás. Los impuros, aquellos que no eran dignos de construir el mañana habían sido borrados de la faz de la tierra y devueltos al demiurgo para de nuevo en él ser purificados. Si Rodrik estaba allí se debía a que los que eran como el si que habían superado la prueba.
Su vida estaba dedicada a la corporación Atlas, ellos eran quienes habían guiado a los hombres por el camino correcto y por ello Rodrik era un trabajador fiel y convencido de su papel en el mundo. Él tenía la inteligencia, la imaginación, pero no la capacidad para guiar al mundo. Por tanto su obligación era poner los dones del Demiurgo al servicio de aquellos hombres con visión de futuro que la emplearían para que la sociedad siguiese adelante.
Cada día trabajaba, investigaba y desarrollaba nuevas formas de mejorar la vida de la gente. Vivia en una casa modesta pero de calidad cerca de los edificios de la corporación Atlas, era su derecho y privilegio como miembro útil de la sociedad. Allí tenía su propio laboratorio, era un creador al fin y al cabo, su vida se basaba en dar forma física a su imaginación. Solo cuando creaba se podía sentir cerca del Demiurgo. En el antiguo mundo los hombre rezaban para estar con sus falsos dioses, pero para acercarse al Dios Creador la única forma es crear también.
Rodrik rozaba ya los 30 años, había estado casado y tenía una hija pequeña, pero ella y su madre se habían ido muy lejos. Aquella maldita mujer había llenado la cabeza de su hija sobre insensateces sobre un mundo sin estratos y sin Atlas. Finalmente desaparecieron para siempre. Rodrik no sabía donde estaban pero tampoco le importaba demasiado, aquellas ideas, aun en su propia sangre, solo podían traer desgracia al mundo y prefería no saber nada de quien pensase así.
¿Que te parece esta historia para Rodrik?
Subes de nivel, te subo un punto de atributo y te doy un arma que has conseguido montar mientras investigabas. Rodrik me encanta, sigue así.