Cerró los ojos, no era la primera vez que le pasaba una cosa... un motivo más para detestar los estúpidos ascensores, como si no tuviera ya bastantes.
Sólo los abrió para pulsar el botón que marcaba el tercer piso, después los mantuvo cerrados, afinando el oído, pero sin usar más magia, había suficiente silencio. Sabía que se exponía al salir del ascensor, por eso paró un piso antes de lugar al que quería llegar, allí era mucho menos probable que lo esperaran y confiaba en poder ascender a pesar de las obras de la escalera. También subió agachado, lo que le ayudaría a mitigar la luz, pues pensaba abrir los ojos, entrecerrados, cuando se abrieran las puertas. Su plan era salir prácticamente rodando, lo cual podía parecer una gilipollez, pero sorprendía, claro que sino había nadie quedaría ridículo, pero lo prefería a que le dispararan o atacaran nada más salir.
No tenía ni idea de lo que podía encontrar, así que puso el móvil en silencio.
Subiste al ascensor, y mientras este ascendía con una velocidad terminal de muerte te daba tiempo hasta de pensar en que hacer con el resto de tu existencia. Al abrirse lo primero que percibiste era que la luz fallaba un montón.
Ante ti, un pasillo iluminado a destiempo mil veces y las cuatro puertas, dos inmediatamente pegadas a ti a los lados casi y otras al final, tras pasar la ventana de la izquierda, una frente al ascensor, la restante a la derecha de esta.
La puerta que tenías a la derecha era la B, y la izquierda a A. La de enfrente al ascensor la C y la otra la D. También había un montón de cajas de obras a la derecha (donde la zona oscura) amontonadas una encima de otras impidiendo el paso. Tu tenías que ir a la D.
El brevísimo instante que se tomó para echar un vistazo a lo que había fuera del ascensor y asegurarse de que no era un precipicio, fue suficiente para ver que no había nadie al frente, por lo que su voltereta al salir del mismo fue realizada de tal manea que su cuerpo terminara enfrentado al lugar que acababa de abandonar.
Fue algo sencillo de ejecutar, y esperaba que si había alguien escondido a los lados del ascensor quedara ahora expuesto. La luz era molesta, pero daba igual ir con visión en la oscuridad que no parpadean... hay que joderse sino había nadie, revisaría el tramo de la escalera, seguía prefiriendo subir por ahí, en el caso de que fuera inviable, no le quedaría más remedio que la via del ascensor, pero ese sería el último recurso.
Por suerte, la zona oscura era el mejor lugar ahora mismo para su visión, así que enfocó hacia allí la mirada.
Prólogo finalizado, se pasa a la escena de "La refracción silenciada"