Me mostró la llave, esa puerta que ella cerraba y abría solo a veces. Sentí que mi piel ardía allí donde la tinta marcaba esa unión, que sus iniciales me abrasaban.
Rechazo, sonrisas, avance y retirada. No me folló, ni yo a ella, no lo merecí, solo dimos vueltas y más vueltas, y fue maravilloso. Su sonrisa radiante, sus manos aferradas a mi espalda, clavando sus uñas en mi piel, y rozándome y abrazándome, rodeándome y llegando a todos los rincones a la vez, como si su avidez la elevara conmigo en un vuelo sincronizado, cada vez más alto, cada vez más arriba, dentro de aquella habitación sin fin.
Un orgasmo puede durar un instante y recordarlo toda la eternidad. El olor a vida, el sabor dulce, su color cambiante conforme los espasmos te arquean el cuerpo y buscas el aliento que te mantenga ahí, sin bajar nunca a posar los pies en la tierra. Volando. Luego, todo es languidez y sosiego.
Con el dolor es diferente. Te golpea con tanta fuerza que solo puedes temer y desear que vuelva. Cuando termina, llega una calma infinita pero la persistencia del recuerdo cambia. Se desvanece la parte efímera, el dolor físico, las lágrimas, y queda el paseo por el abismo, la superación, el miedo vencido, la voluntad.
Aquella noche el dolor llegó sin previo aviso, sin castigo, sin remedio. Arbitrario, egoísta y caprichoso. Como ella misma. Volamos juntos y me hizo pagar el precio, y aullando de dolor me corrí como nunca antes había hecho, Como haría por última vez, porque sentía que con cada gota mi vida escapaba y quedaba allí prendida, en la tela negra, que ahora estaba arriba, ahora estaba abajo y yo solo buscaba el rostro de JP para que en el momento del final todo estuviera en orden. ¿Había logrado expiar mis culpas? ¿Era aquella la señal? Podría descansar tranquilo, al fin.
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No me sorprendió despertar, pues la alternativa es el vacío del sueño sin sueños, que no podemos comprender. Si me resultó extraño que la habitación ya no daba vueltas, había perdido parte de su esencia, en mi breve sueño algo se había desvanecido. La sensación de quietud me mareó, así que giré la cabeza buscando a JP y solo hallé un dolor sin remedio. Y eso me recordó el éxtasis pasado, y mis manos recorrieron mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna, pero solo encontré la polla flácida y arrugada. Desconcertado, miré mi costado, por donde había sentido escapar mi vida, mi alma. Mi piel era lisa, suave, perfecta. Me vinieron a la cabeza mis recuerdos, y con ellos mis culpas. Seguían conmigo, al parecer. Me sentí perdido y ausente, ni el olor de JP que impregnaba la habitación me consoló. La necesitaba a ella.
Salté de la cama y caí, lleno de ansiedad, resbalando en el suelo frío. Me levanté y fui hasta la puerta, me agarré del marco y miré al otro lado, buscando la salida. Allí estaba el baño, que nunca había visto y que apenas intuí, pese a quedarme allí colgado intentando comprender. Luego me giré y trastabillando enfilé la otra puerta y salí.
Saliste al local, y nada mas abrir la puerta te llegó el sonido de la música y la gente que pululaba por la zona. Pero...¿No acababais de cerrar? Una nota en el suelo, que pudiste leer del puño y letra de JP.
"Vístete, arréglate un poco. Habrás dormido en demasía, nos veremos en el palco cuando lo hagas"
Parece que habías dormido largo y tendido, pero te encontrabas dentro de lo que cabía aun con el ligero bajón. Por no hablar de la desorientación ligera y los recuerdos difusos.
*es super corto porque no se exactamente que vas a hacer, es una situación bastante confusa para el pj.
El mundo sencillo y tranquilo de la habitación desapareció. Ahora estaba en otra parte y en otro momento. No tardé mucho en saber dónde: los pasillos del Bacanal los había recorrido cientos de veces. Sentía que una densa bruma se resistía a evaporarse en mi cabeza, pero también sabía que la tibieza del sol estaba allí en alguna parte, calentando esas nubes y evaporando la niebla, poco a poco.
Recogí la tarjeta y la sostuve delante de los ojos, sin entender mucho. Por ahora las luces, los sonidos y las extrañas formas rectas del mundo fuera de la esfera absorbía toda mi atención.Eché a andar por los pasillos solo para no quedarme allí parado. Pronto llegué a una sala más amplia y pude ver alguna cara que creía conocer, y otras muchas que no.
Sí... aquel era el camarero, tras la barra. Allí mismo trabajaba yo. Cuando había sido eso? Parpadeé y tal vez el otro me dirigió una mirada extrañada, o tal vez solo su cara se contraía y giraba y eso le hacía parecer idiota. Había más gente, porque al pasar entre ellos intuí gente riendo, bailando. Besos, miradas caricias. Una mujer morena, madura, besaba a su pareja y lo dejaba sentado en un rincón para ir a bailar al centro de la pista, sin dejar de mirarle.
Para cuando di dos pasos había tres chicos jóvenes bailando con la mujer. Uno la besaba el cuello, otro no llevaba camiseta. El vestido de ella era corto. El que debía ser el marido levantó su copa y me saludó al pasar frente a él, pero no lo reconocí. Intenté sonreír y las luces de colores me dieron de lleno en la cara así que torcí la cabeza y seguí adelante.
La siguiente sala estaba oscura, pero hacía calor, me pareció buena señal y entré: sentí los cuerpos a mi alrededor, manos que me buscaron a ciegas mientras me abría paso de vuelta hasta la salida. La lujuria allí dentro era espesa y pesada, pero recordé la tarjeta de JP, todavía la llevaba en la mano.
Tuve que salir de allí para leerla e incluso así solo comprendí el final. El palco, el palco... Cuando haga qué? Había olvidado algo anoche? O hace un rato? O cuándo...? Tendría otro chute de esos esperando? Recordé a JP tan cerca, fría, hermosa, rota. Me crucé con más gente por el pasillo, tropecé con ellos, vestidos brillantes, tacones, chaquetas elegantes, lencería, incluso algunos solo una toalla en la cintura. Recordé que aquella era la zona de vestuarios, entrando por aquella parte... y recordé que debía volver a leer la nota de JP.
Entré en el vestuario unisex, lleno de taquillas y duchas y bastante concurrido a aquellas horas - fueran las que fuesen - y logré coger una toalla para tapar mi desnudez, y entonces comencé a sentir el frío que se filtraba a través del suelo, extendiéndose desde mis pies por todo el cuerpo. Necesitaba ver a JP cuanto antes, no quería hacerla esperar ni podía retrasarme más, me sentía extraño e inseguro y no sabía si realmente había hecho algo mal. Entonces recordé su camisón negro salpicado por las gotas blanquecinas que despedía sin control, y supe que no estaría contenta.
Respiré hondo, apreté la toalla en torno a mi cintura y entré en el palco tras subir pesadamente las escaleras.
Como mucha acción no podía meter e aprovechado para ambientar un poco alguna zona del local. En lo demás, me faltan datos así que no doy nada por sentado: todavía medio volando pero se va ubicando el muchacho. Pienso que puede tener una conversación más o menos coherente ya. Si eso es lo que viene XD
Muchos te reconocieron, porque la mayoría eran asiduos a ese lugar donde por un módico precio podían hacer lo mismo que en sitios más caros. Tus pies tocaron el suelo, que por suerte apenas tenían demasiada ya no suciedad que era lo de menos, si no cristales. Lograste apenas herirte con alguno, pero nada que te importase ahora mismo demasiado. No era eso lo que más te preocupaba ni lo que te movía al final ¿Verdad?
Con una toalla, solo, y desamparado, como un corderillo que iba directo al matadero llegaste al palco, donde JP estaba con un hombre de muy buen aspecto, aunque se notaba que no era de la ciudad. No tenía la piel morena ni un cuidado absurdo de su rostro. No era en exceso musculado, ni parecía seguir los prototipos. Viste solo sus ojos grises o azules, no estabas seguro clavado sobre tu persona, el gesto de pasar la mano por la cabellera corta rubia ceniza, y la profundidad de una sonrisa que no te gustó porque iba dedicada a JP.
Ya era hora- dijo ella con desidia.
Si me disculpan pues...-el hombre se levantó del asiento, cogió su copa y se marchó con un olor particular que te sonaba, mucho...una pequeña mirada al pasar a tu lado y recordaste la sensación de cuando te desangraste, el momento del culmen, y unos ojos grisaceos que devoraban una parte cualesquiera de carne con unas ansias deliciosas. El olor era el mismo que podías notar en ti mismo, oculto.
¿Cómo estás Raphel?- Una pregunta que te sacó del ensueño para bien o para mal. Ella no hacía ese tipo de preguntas, no eran normales, y no tenían sentido.
Me parece perfecto
JP estaba acompañada, para variar. Aunque el tipo no tenía la pinta habitual, o era yo el que seguía sintiendo extraño todo cuanto había a mi alrededor...
Él le sonrió, ella se quejó de mi retraso, yo intenté apoyarme en el marco de la puerta pero solo así la tela hueca de las cortinas y mi mano quedó flotando en el aire un instante. La miré extrañado, como si fuera un cuerpo ajeno, y volví a mirar a JP, y al hombre, y sentí su mirada y su olor. Me pareció que todo alrededor brillaba en tonos verdes, también mi mano, y la cortina, y aquel hombre, y JP. Solo era un olor, pero un olor poderoso.
Cuando JP me habló, tuve la impresión de que su luz brillaba con menos fuerza, o yo todavía irradiaba el éxtasis de la noche pasada juntos. La recordaba fuerte, divina, hermosa. Y la vi arrugada e impedida, conmovido por su interés.
- Estoy... no lo se - no podía mentirle, quizá ella lo supiera mejor que yo. - ¿Bien? - pregunté. - Lo de antes ha sido genial, todavía estoy un poco aturdido, perdóname... - me acerqué junto a ella y me agaché a su lado. - Nunca me habías hecho algo así. - Sentirla cerca me consolaba y recuperaba mi ánimo, pero también me cubrió una nube de vergüenza. - Siento haber manchado tu ropa, la lavaré - el recuerdo de espasmos incontrolables brotando desde lo más profundo de mí hicieron que mi mano temblara y me agarré a su silla con fuerza. - ¿Quién era ese? Un amigo nuevo? - Ni siquiera intenté sonar despreocupado, pero lamenté que junto con mi ropa había perdido, en alguna parte, mi tabaco, y ahora lo extrañaba, con mis manos vacías.
Alguna tirada posible o algún Trasfondo usable para concretar las sensaciones sobre el hombre? Expuesto, p.e?
Tirada oculta
Motivo: Expuesto
Dificultad: 6
Tirada (6 dados): 10, 3, 1, 4, 9, 4
Éxitos: 1
Ataste cabos, los ataste cuando ya estabas al lado de ella, pidiéndole perdón por lo ocurrido, que lavarías esa ropa que habías ensuciado cuando solo querías oler su sudor. Preguntaste por el hombre y de golpe, aunque era un hombre por el aspecto supiste por leves cosas que no lo era...no al menos como tú.
Su pecho no se alzaba, sus músculos apenas se movían, en sus ojos había una luz lejana que prometía muchas cosas que no daría acompañado de la nada. No sabías cual de todos los seres de esta ciudad podía ser, pero si entendías que si estaba con JP era porque algo quería.
Yo no lo he hecho, ha sido el hombre que has visto salir...sabes- te miró acariciándote la cabeza con un gesto controlado y con ligero entusiasmo- dice que le gustas...que le gustaría verte alguna otra vez...-ladeó la sonrisa- no te follará, no al menos que se lo pidas, no le produce placer, si no otras cosas como..-deslizó la mano hacia tu costado, el mismo por el cual vino el dolor y el placer más allá de lo que ella era capaz de darte.
Cambió de tercio al poco, apartando sus manos de ti- Toma- cogió un sobre que había en la mesita donde residía su bebida, un vino fuerte y añejo, con toques afrutados de algún licor muy dulce. Te lo tendió- ahí tienes que ir. Viene la hora, y un poco de dinero para que te compres algo decente de ropa, pero causa una buena primera impresión...-te miró de soslayo- no se exactamente como funciona en su local, aparte de una entrevista que tendrás de primero con ella para ver si te acepta como cliente o no.- Si no había mas preguntas hizo un gesto para que te marchases ya.
*El sobre tendrá como unas 150.000 pesetas. (901€)
**Puedes ponerme un post obviamente para acabar la conversación con ella o un par más, pero el prólogo ya estará cerrado.
Sentí que aquel hombre no lo era, era uno de esos seres extraños, superiores, que pululaban por la ciudad. Qué hacía con JP? Conseguía ella el líquido verde de gente como esa? Pero JP dijo que él estaba interesado en mí, y todos mis recelos desaparecieron. Quise saber más sobre él, preguntarlo todo, salir tras él, verlo de cerca.
Él quería verme de nuevo. Yo le gustaba. Pero me sentí dolido, ¿por qué no quería follarme? No era lo bastante bueno para eso? Iba a protestar, como un niño al que le niegan su juguete nuevo cuando acaba de descubrirlo, recién abierta la caja, y se lo arrebatan de entre las manos. Pero JP sigió hablando y explicó más.
Me toqué el costado, extrañado. La herida era real, entonces... Pero no se veía marca alguna, tendría que mirarme bien después. La piel parecía intacta, y el contacto de mis propios dedos, fríos, me estremeció. Había sido salvaje, tan rico... mejor que todas las pollas. Aunque me encontré deseando la de aquel hombre. Entre los pliegues de la toalla apareció un amago de erección pero JP no estaba interesada en eso.
Me tendió el sobre, con mucho dinero, tanto que me sorprendí. - Algo decente - repetí mirando los billetes. No tenía nada tan caro. - Pero un traje o... - ella había comentado que el local La ciudad carmesí era bastante elegante. No quería ser burdo, pero tampoco presentarme disfrazado. Pensé que para que me aceptaran, debía dejar claro que me aceptaba a mí mismo. Algo de cuero quizá. Pensé en lo que me había pedido, encontrar a esa mujer, y conocer a esa Lu. Un regusto amargo y verde me subió desde la boca del estómago y todo aquello me pareció lejano y vacío. El sabor en mi boca no me unió a JP como solía. Esta vez me recordó a él, ese hombre. - ¿Cuando volverá?
Sentí que aquel hombre no lo era, era uno de esos seres extraños, superiores, que pululaban por la ciudad. Qué hacía con JP? Conseguía ella el líquido verde de gente como esa? Pero JP dijo que él estaba interesado en mí, y todos mis recelos desaparecieron. Quise saber más sobre él, preguntarlo todo, salir tras él, verlo de cerca.
Él quería verme de nuevo. Yo le gustaba. Pero me sentí dolido, ¿por qué no quería follarme? No era lo bastante bueno para eso? Iba a protestar, como un niño al que le niegan su juguete nuevo cuando acaba de descubrirlo, recién abierta la caja, y se lo arrebatan de entre las manos. Pero JP sigió hablando y explicó más.
Me toqué el costado, extrañado. La herida era real, entonces... Pero no se veía marca alguna, tendría que mirarme bien después. La piel parecía intacta, y el contacto de mis propios dedos, fríos, me estremeció. Había sido salvaje, tan rico... mejor que todas las pollas. Aunque me encontré deseando la de aquel hombre. Entre los pliegues de la toalla apareció un amago de erección pero JP no estaba interesada en eso.
Me tendió el sobre, con mucho dinero, tanto que me sorprendí. - Algo decente - repetí. No tenía nada tan caro. - Pero un traje o... - ella había comentado que el local La ciudad carmesí era bastante elegante. No quería ser burdo, pero tampoco presentarme disfrazado. Pensé que para que me aceptaran, debía dejar claro que me aceptaba a mí mismo. Algo de cuero quizá. Pensé en lo que me había pedido, encontrar a esa mujer, y conocer a esa Lu. Un regusto amargo y verde me subió desde la boca del estómago y todo aquello me pareció lejano y vacío. El sabor en mi boca no me unió a JP como solía. Esta vez me recordó a él, ese hombre. - ¿Cuando podré volver a verle?
Un traje o cualquier cosa que te haga parecer lo que quieras parecer. Recuerda lo que eres, una putilla deseosa de lo que ella pueda darte...y mientras, sacar información de la forma que sea-
Preguntó por el hombre, y viste cierto recelo en su mirada por primera vez en mucho tiempo- Puedo apañar algo para que lo veas cada semana una vez, o cada dos...la cuestión es si tu quieres...porque vas a tener que estar hasta arriba de mierda ese día, muy drogado- miró de reojo tu cuerpo enjuto- si quieres tenerlo de cliente deberás de comer algo más.
Sonrió con ironía- la mitad del dinero que tienes en el sobre es tu paga por una noche. Es lo que ha considerado oportuno Raphel- Te quedaba un día, algo menos realmente pues en 22 horas tendrías la reunión en aquel lugar.
Prólogo acabado. Esta noche te pongo nueva escena