Mieczyslav se acerca hasta ti, comenzando contigo una conversación intrascendente apartándote del grupo. Los dos os encontráis a solas en un rincón de la gran sala.
-Dime como crees que deberían ser tratados tus enemigos.
Mihaela se sorprende ante la pregunta tan directa del lord, pero reacciona con rapidez.
Milord, me sorprende esta pregunta tan directa. Siempre he intentado no tener demasiados enemigos, aunque he de reconocer que algunos se han cruzado en mi camino, como en el de todo el mundo. Pero, respondiendo a su pregunta, creo que la mejor manera de tratarlos es hacerles ver su error. Algunos consiguen verlo a tiempo, e incluso pueden llegar a ser útiles ...ejem... -tose débilmente- quiero decir, amigos... Sin embargo algunos son muy obstinados y les cuesta más ver las cosas, pero son pocos, y normalmente no han tenido oportunidad de extender sus mentiras a los demás...
Luego bebe un momento, dando a entender que ha finalizado su respuesta... por el momento.
-La piedad es un truco inventado por grandes hombres para que los débiles no interfieran. Nadie verdaderamente grande es compasivo. Los enemigos deben ser aplastados, y los enemigos potenciales mantenidos débiles y heridos. ¿No estais de acuerdo?
Lord Mieczylav continúa caminando, haciendo un gesto para que le sigas.
Por supuesto milord, la piedad es un signo de debilidad, no hay que repartirla pues ninguna debe esperarse obtener de los demás.
Dice mientras sigue al misterioso lord, aunque muy sutil, hay un deje de preocupación en su rostro...
Lord Mieczyslav te conduce por unas escaleras hasta el piso inferior, es una sala fría y húmeda con grandes bodegones. En un rincón en penumbra de la misma hay un hombre desnudo encadenado, su cuerpo esta cubierto de viejas y recientes heridas.
-Es un espía de mis enemigos, muéstrame lo que le harías si fuera uno de los tus enemigos. -dice mientras te señala una mesa repleta de instrumentos de tortura.
Mihaela se acerca al hombre y le levanta la cabeza y le mira fijamente a los ojos. No le sorprende en absoluto la mirada vacía del hombre, después de recibir ese ingente número de heridas.
Cómo te llamas?-dice Mihaela.
El hombre dice algo con una voz tan ténue que es prácticamente inaudible. Luego Mihaela levanta la mano y le pega un golpe con ella en la cara haciéndole sangrar el labio.
Luego saca una pequeña botellita de su cinto y aprieta la boca del pobre hombre para que trague algunas gotas de ese extraño líquido.
Es un veneno que provoca espasmos y convulsiones, algo bastante desagradable de ver para algunos, aunque el debe pasarlo peor. No le matará, pero no tendrá más deseo que su muerte mientras dure el efecto-le dice a lord Mieczyslav en voz baja-.
En unos segundos el hombre empieza a tener algunos espasmos y se retuerce de dolor, lo que le permiten las cadenas.
Llegados a este instante, Mihaela toma un instrumento bastante curioso de la mesa, una especie de tornillo afilado con múltiples cuchillas. Sin dudarlo, clava el instrumento en la pierna del hombre y empieza a girar poco a poco el tornillo, hasta que se produce un espectáculo lamentable entre gritos de dolor ahogados por los espasmos.
He de suponer milord, que ya le ha sacado toda la información a este hombre...
Ummm.... a lo mejor me he pasado un poco...
El hombre se retuerce de dolor mientras el tornillo le profundiza la pierna, los gritos no dejan escuchar el ruido del aparato al girar.
-Piedad señor, piedad. Soy inocente, solo soy un humilde campesino de las tierras del señor Giovanni. He sido capturado por los guardias para la diversión de los poderosos. ¡¡¡Son demonios!!! ¡¡¡Piedad!!! -dice el hombre sin dejar de retorcerse.
Que va!! Tu fot-li gasto Menstru!!!
Eso es lo que esperas de mi? Piedad? Lo siento, la respuesta es errónea.
Y aprieta más el tornillo, hasta llegar un trozo antes del hueso.
Tal vez quieras contar algo que guste a lord Mieczyslav, luego me pensaré rebajar el dolor, pero no esperes piedad de mi-dice haciendo ademán de volver a cojer el tornillo para apretarlo más hasta la ralla del hueso.
Menstru, fes una tirada de Consciència, dificultat 6.
Tirada: 1d10
Motivo: tirada (1/3)
Dificultad: 6
Resultado: 6
Tirada: 1d10
Motivo: tirada (2/3)
Dificultad: 6
Resultado: 10
Tirada: 1d10
Motivo: tirada (3/3)
Dificultad: 6
Resultado: 4
Uffff... m'he salvat d'alguna cosa (o no??? ) jeje
Lord Miczyslav observa la escena con atención, su rostro muestra placer. En ocasiones respira profundamente, como intentando oler alguna cosa.
-La curiosidad es una mala compañera, deberías saber que uno no debe entrometerse en aquellos asuntos que no son de su incumbencia. -le dice al prisionero. Señorita Cartarescu, haga que nuestro amigo recuerde siempre estas palabras. -te dice mientras sujeta una de las orejas del campesino. Al haber aprendido a escuchar, esta ya no la necesitarás...
Luego sonrie.
Algo me dice que no debería haber aceptado esta invitación, pero hay algo más en todo esto, algo que no consigo ver...Parece abstraída un segundo.
Cita:
Este hombre tiene de espía lo que yo de bailarina... este hombre disfruta sólo con la tortura... no es la primera vez que hago esto, pero no por diversión o placer... de todas maneras, no voy a negarme, está claro que este hombre quiere cortar una oreja, si no es la suya será la mía y yo aprecio mucho mis orejas... Me pregunto como lo estará pasando el sacerdote que iba con nosotros, espero que no tenga que hacer esto también, aunque sería divertido verle torturando a alguien... -piensa para sus adentros mientras recoje una daga ligeramente curva de encima de la sala de torturas con un borde en sierra que parece especialmente dolorosa y empieza la tarea encomendada.
Nunca pensé que sintiera pena por un hombre pero cuanto más le observo más veo cuanto ha sufrido... en fin... la vida puede ser muy dura a veces.-piensa, al final cuando acaba la tarea.
Lord Mieczyslav respira con fuerza de nuevo, en busca de algún olor. La daga se desliza suavemente sobre la oreja, sin duda estaba bien afilada. Luego el señor la toma con su mano y la contempla durante algunos instantes, de pronto alguien llama a la puerta.
-¿Si? -dice Lord Mieczyslav.
-Discuple señor, pero la cena está lista, cuando quiera guste el señor puede bajar al comedor. -responde una voz desde el otro de la puerta.
-Muchas gracias, de inmediato bajo. -le contesta.
Lord Mieczyslav tira la oreja al lado del hombre encadenado y le dice:
-No te muevas de aquí. Perdón, no recordaba que no puedes moverte. -se rie. Lavate las manos, nos veremos en el comedor mi pequeña. -te dice.
Como desee milord -dice Mihaela-.
Luego mira de nuevo al hombre encadenado, se mantiene pensativa durante un instante y luego se gira y se dirije a lavarse las manos...
Creo que algún tipo de pesadilla está a punto de comenzar... pero no tengo control sobre ella con lo que, por el momento, tendremos que esperar a ver como se desarrolla todo...
Lord Mieczyslav sale al mismo tiempo que tu de la habitación, dejando que seas tu quién cruce primero la puerta, después de atravesarla él, se detiene y saca de entre sus ropas una llave, la introduce en la cerradura de la puerta y le da una vuelta de llave. Luego toma el camino hacia el comedor sin mediar ninguna otra palabra contigo.
Menstru, de moment hauràs d'esperar a que acabin la resta de companys amb les seves converses privades. Espero que entre avui i demà tothom acabi les seves. I si no, patadón!!!
OK, don't worry!!! M'espero, però que sàpigues que ja sé on guarda la clau muahahahahahah