Master salgo afuera y busco algo que cazar.
El grupo era la única posibilidad. De otra manera moriría seguro. Los bandidos habían sido una buena prueba. Y faltaban horrores mucho peores que bandidos. En el número está nuestra salvación...
Decidido a seguir la corriente al grupo, decido ir al monasterio y averiguar algo del tal Japeth.
Dalina abre extrañada los ojos al llegar la noche. No es que no estuviese acostumbrada a dormir de día, ya que debido a su trabajo lo hacía con frecuencia, pero era la sensación que le había dejado aquel sueño lo que la turbaba.
Siempre había sido inquieta y solía estar alerta mientras dormía, pero aquel día había dormido profundamente, sin sueños, sin percepción (aunque fuese inconsciente) de que había descansado... Era como si literalmente hubiese "muerto" durante las horas de sol.
Sacude la cabeza para alejar esos pensamientos y se dirige abajo donde deben estar sus compañeros.
Antes de entrar en la sala común, coge el carmín de la bolsita de aderezos que porta en el cinturón, justo al lado de la espada corta.
- Maldita sea... - piensa contrariada mientras observa como el caro ungüento se ha cuarteado bastante debido a la batalla y resto de sucesos de esos días.
Coge una pizca del rojo pringue con el dedo y se lo lleva a los labios, mientras con la otra agarra un trozo de metal pulido que también guarda en la bolsita y lo usa a modo de espejo.
La imagen que le devuelve la superfície es impresionante. Siempre había sido hermosa, pero ahora estaba radiante. Su cabello resplandecía ligeramente como una llama y sus ojos azul profundo brillaban penetrantes en la blancura de su rostro.
De alguna manera su transformación la había vuelto terriblemente hermosa. Todos los hombres caerían rendidos a sus pies...
Pensando en la infinidad de posibilidades que su nueva existencia le ofrecía, atraviesa la puerta y entra en la sala con una sonrisa en la cara.
- Buenas noches - dice a los presentes.
Después de que Giovanni se marche y al ver la indecisión de los demás, se dirige a los cuencos.
- Dudo que Giovanni pretenda hacernos daño con esta sangre. Creo más bien que es un presente para sus nuevos colaboradores... - dice mientras olfatea el interior del recipiente.
- Ya he bebido sangre una vez y no fue tan terrible - se autoconvence. Aunque de hecho, en su fuero interno, recone que estaba ansiosa por volver a saborear el delicioso líquido vital.
El aroma de la jarra es de su agrado, a diferencia de algunos de los viales que había en la mesa la última vez que bebió sangre. En aquella ocasión algunos apestaban a indigno, jamás hubiese podido beber aquello. Era como si alguién comiese excrementos de perro.
Se lleva la jarra a los labios y la bebe con deleite. Después de acabarse el contenido, se lame el labio superior con la lengua y se dirige a los demás.
- Bien... ¿Estáis listos para ir al monasterio?
Algunos van saliendo hacia la puerta.
- Pues allá vamos...
Se une al grupo y sale hacia el carruaje.
Bueno... Los técnicos de internet han cumplido. A ver lo que dura...
Y sí, jeje, gorreo internet del trabajo. Como me pillen...
el sobre lo lleva Ion.. me temo que no puedes cogerlo dalina.
Siento no haberos contestado ayer pero se escacharrò internet en la pensiòn, supongo que hoy ya irà, por lo que cuando llegue os pongo el post del viaje (ahora toy en el curro :P)
Al beberla no sientes ningún efecto adverso, es más... parece como si tus dudas y temores respecto a Giovanni comenzaran a disiparse lo cual tiene un efecto relajante en tí.
Notas de juego
A nivel práctico... estás vinculado a nv 1 a giovanni
Perdón, no me he dado cuenta. :p
Ahora lo modifico.
Saludos!!
Me lo imaginaba...
Que mala que eres, jeje. De todas maneras, supongo que Dalina no tiene ni idea de lo que es un vínculo de sangre y que nadie se lo habrá explicado. Pobrecita...
Bueno, pues nada, ahora me cae bien. Lo veo hasta guapetón este Giovanni... ;)
Hasta luego!!
Las única persona que hay fuera aparte de vosotros, es el mozo de cuadras.
PASAMOS A LA ESCENA 5, EL MONASTERIO