Partida Rol por web

Cuando Haxow habló sobre el don de Maddon, Seraphine se sorprendió pero su curiosidad aumentó. - Así que lo que quieras... ¡Qué interesante! Lo cierto es que sí me gustaría oír como canta Haxow.-  Bromeó Seraphine también para quitar hierro al asunto. -Ahora en serio, no te conozco mucho y puedo pecar de ingenua, pero mi intuición me dice que tienes buen corazón, así que me reafirmo en lo que he dicho de que puedes ser tú mismo conmigo. ¡No me das miedo!.- Después de decir esto, sacó la lengua de forma burlona, intentando sacarle una sonrisa al chico.

Luego miró a Haxow cuando le preguntó sobre su don, no estaba demasiado acostumbrada a hablar abiertamente de ello. Pues su madre la había criado para aprender a ocultarlo y así vivir una vida normal y que no corriese peligro. Pero aquella situación era diferente. Ellos estaban acostumbrados a gente con dones. Así que se sentía lo suficientemente cómoda como para hablar de ello. -Con respecto a mi don, yo siempre lo he visto como algo bueno. En resumen, puedo ver y hablar con espíritus. Lo que me ha permitido conocer a gente maravillosa. Nunca he estado sola realmente. Aunque tiene sus puntos malos, como enterarte de las cosas que la gente hace a las espaldas, que no suelen ser agradables... - La chica desvió la mirada, aún le dolía lo que había motivado su huida... Pero ahora estaba feliz de encontrarse con aquellos muchachos. ​​

La presencia de Seraphine era muy animada y la verdad es que me sentaba bien para sacudirme todos los malos pensamientos sobre los sucesos de los últimos días.

Y me quedé un rato pensando mientras ella contestaba a Haxow sobre si animarme a intentar usar mi don o dejarlo ahí.

-Los espíritus saben cosas sobre lo que ha pasado? Es decir puedes consultar con ellos sobre por ejemplo donde están ahora los acorazados o que camino es más seguro para tomar?

Pregunto con genuina curiosidad pues su don me parecía muy útil aunque a decir verdad daba algo de miedo por las voces de todos los muertos, había cosas que uno mejor vivía sin saberlas.

Luego viendo que su semblante se había oscurecido un poco y buscando recuperar su alegría miro al conductor del carro jaula y me concentro en el para luego pensar en que le iba a pedir que haga, deseaba que cantará y eso alegrará a Seraphine. Así que le ordeno.

- Haxow canta una canción alegre.

el tono de voz era seco y decidido aunque no estaba seguro si ello bastaba pues las veces que mi voz había funcionado por lo general habían Sido movidas por una emoción demasiado fuerte al punto de sentir que no era yo mismo quien hablaba.

La mención del don de Seraphine no afecta en nada a Haxow, que tan solo se rie tranquilamente, dejando pasar el tema, pese a que él ha sido quien ha preguntado.
-Seguro que tienes historias muy interesantes -Incluso aunque para él no es un problema, ya no el temor a la muerte y a sus habitantes no le resulta preocupante, la tensión en el ambiente hace que mire hacia atrás cuando Maddon le pide una canción alegre.
-Puedo cantar si quieres, pero no me siento obligado -Dice el chico, tirando suavemente de las riendas en un giro del camino -, intentalo de nuevo, Seraphine quiere oirme -Insiste, sin amenazas, chantajes ni ningún tipo de presión para Maddon, ya que cualquiera de esas formas de hacerlo usar su don lo alejarían de un control y seguiría temiendo a su poder.
-Haremos una cosa, solo cantaré si me obligas, te prometo que no lo haré de ninguna otra forma, no voy a engañarte y así sabras cómo utilizarlo -Su risa es divertida, no parece asustado por lo que pudiera ordenarsele o por otro tipo de represalia.

Luisa se acerca al tonel rápidamente cuando entiende que tiene permiso para comer, al fin y al cabo llevaba días malalimentándose de bayas, raíces y algún conejo mal despellejado.

Una vez se llena la boca, aunque aún no el estómago, parece mucho más dispuesta a socializar y comienza a lanzarle preguntas a su joven compañera. ¿Bueno i vohotrah d'aonde soih? ¿Hais benio de lejos? ¿I qué eh lo que zabéi aser? ¿Zoih la mihma perzona o argo asin? Hablar con la boca llena dificultaba aún más la comunicación con Luisa, pues su acento ya suponía una traba lo bastante grande por sí solo.

"He visto monos tratados con más dignidad", pensaba, todavía indignada, mientras oía aquello sobre la esclavitud. Aun así, sonrió cuando la mujer le dio la mano, agradeciendo su gentileza. Era evidente que Arsa les debía mucho a los Moralta, al igual que ellos, y podía entender por qué confiaban en ella.

—Es una suerte que hayáis conseguido sacarla de allí —expresó, y tras pensar unos segundos, añadió—. Seguro encontraremos una manera.

Por el momento se contentó con las palabras de la señora Moralta. Era optimista: no se imaginaba que hubiera una única forma de llegar a Las Medusas y habría tiempo de decidir alguna ruta que le viniera bien a todos, ¿verdad? Ni siquiera tenían mucho de qué preocuparse por lo que a ellas respectaba, pues en cuanto cruzaran el océano, las gemelas estarían lejos de Elwold y, por ende, de una buena parte de sus perseguidores.

Se había calmado un poco, si bien seguía algo afectada por la historia. Se quedó en silencio viendo con interés el contenido del cuaderno que la señora le había ofrecido.

Los humos parecían más calmos por fin. De todos modos, cuando Arsa les ofreció comida, se quedó en su lugar: no quería darle ningún motivo para quejarse de su posición. Luisa, en cambio, comenzó a comer con avidez. Emilia supuso que habrían estado administrando estrictamente sus pocas provisiones.

Se quedó allí en silencio, con los ojos cerrados, dando por sentado que podría dormir un rato. Escuchaba a Arsa cantar por lo bajo y se preguntó de dónde sería esa canción. Sin embargo, las palabras de Luisa la hicieron abrir los ojos de pronto. No se imaginaba que tendría tanto ánimo de hacer preguntas, y menos que menos, que serían preguntas personales.

—Como ha dicho Dorotea, venimos de Elwold —contestó algo extrañada, tratando de entender las palabras a pesar de que la mujer hablaba con la boca llena—. Es el reino que está al oeste, así que nuestro viaje habrá sido corto en relación al suyo. Y no creo entender a qué se refiere con "la misma persona": somos hermanas, no ilusiones. Aunque sí podemos emular ciertas ilusiones, pero ciertamente no una persona entera.

No le había agradado mucho esa pregunta. ¿Acaso la mujer no había visto gemelos jamás? Pero para Emilia era evidente que su hermana y ella no se parecían, por lo menos no en lo que refería a personalidad. Claro que, con las ropas de viaje, quizá a la vista costaba diferenciarlas.

—Por cierto, ¿para qué es el cañón? —preguntó por su parte. Si Luisa iba a hacer preguntas sobre su vida, suponía que podía hacerlas ella también.

Ante el intento fallido de Maddon, Seraphine trató de animarle en la segunda oportunidad que le ofrecía Haxow. Pues no quería que se sintiese mal por no haberlo conseguido. - Tenemos todo el tiempo del mundo. Seguro que acaba saliendo. - Esta vez sí posó la mano sobre el hombro del chico. - Me pregunto si Haxow cantará bien... hmmm.. ¿Tú qué crees?- Se frotó la barbilla con la mano contraria de forma exagerada para remarcar su reflexión mientras reía. -Imagínate que canta mal... ¡Menudo viaje nos esperaría!- Luego miró a Maddon sonriente. Estaba disfrutando mucho de aquellos momentos y de la compañía. Después de tantos días caóticos y llenos de temor, realmente aquello le estaba llenando. Estaba recuperando parte de la alegría que había perdido después de todo lo que había pasado.

Cómo era de esperar la orden no había surtido ningún efecto, no era tan sencillo. Sin embargo tanto Haxow cómo Seraphine me instalan a volver a intentarlo.

Cerré los ojos y busque en mi la emoción adecuada. Respiré profundo con los ojos cerrados pensando en que deseaba realmente que el cochero cantará, quería demostrarles que podía lograrlo ya que ellos confiaban en mi.

Imagine a Haxow cantando, no por su propio deseo sino porque yo le ordenaba, me puse en pie aferrándose a ese deseo, a esa necesidad de que aquel hombre hiciera el espectáculo para ambos. En parte era para impresionar a Seraphine cuyo a tacto más que incomodarte me transmitia cierta confianza.

-Haxow Canta! ​​​​​​las palabras salieron de mi boca mientras sentía aquel deseo, la sonrisa de Seraphine y la confianza de Haxow me serenaban, sentí que como que algo retumbaba en todo mi cuerpo.

La risa de Haxow cuando Seraphine pregunta si canta bien deja claro que no es así, pero no responde nada y tan solo le da tiempo a Maddon de que decida si intentarlo de nuevo o no, sin hacer el amago de cantar, cumpliendo con su propia palabra.

Con la nueva orden de Maddon, Haxow, que estaba riéndose, comienza a cantar una canción desconocida, de la que queda claro que no solo no se sabe la letra, sino tampoco la melodía, parece una nana, pero podría ser cualquier otra. Sigue cantando, riendose de vez en cuando pero sin interrumpirse en ningún momento.

Maddon había conseguido hacer cantar a Haxow y la alegría invadía a Seraphine. Se puso de pie de la emoción y aplaudió de felicidad tambaleándose para mantener el equilibrio dentro del carro. -Lo has conseguido Maddon, eres genial ¡Ha sido increíble!- La chica había quedado maravillada ante el don del muchacho. Pues realmente había logrado hacer que Haxow cantara. Un don como el de Maddon podría usarse para hacer mucho bien. Cuántas peleas, cuántas luchas y sangre derramada podrían evitarse con una simple orden. Pensó la chica, luego retornó de sus pensamientos y volvió al júbilo que sentía por el logro de Maddon. -Sabía que lo conseguirías.- miró tiernamente con sus ojos azul cielo al chico, sonrió sinceramente y le felicitó. -¡Enhorabuena!-

Escuché como Haxow dejaba de reír y comenzaba a entonar aquella nana, aunque no se detenía al cantar se notaba que no estaba seguro de lo que cantaba y había algunas diferencias en la letra, aunque para alguien que no la conociera no notaría la diferencia. 

Entonces Seraphine se puso de pie y comenzó a felicitarme y aplaudir. Me puse rojo como un tomate  y me esforcé en devolverle la sonrisa, luego mire a Haxow para ver si el estaba bien y en cuanto terminó le pregunté.

- Estás bien? Lo hice por qué me lo pediste, no lo haría jamás contra tu voluntad de verdad. Y luego mire a Seraphine. Tampoco lo haría contigo Seraphine, nunca usaría mi don para mi propio placer o beneficio.

Debería haber dicho "nunca más usaré" pero lo deje así, de todas formas aquello no se repetiría jamás 

Tras terminar la canción, Haxow se rie a carcajadas, por la preocupación repentina de Maddon.
-Estoy bien -Asegura para tranquilizarlo, todavía riendose -, ha sido muy interesante, como si estuviera cantando otra persona con mi voz, al principio pensaba que estabas imitándome -Bromea, soltando otra risa, como si no hubiera ocurrido nada salvo una canción entre amigos, aunque las palabras de Maddon lo hacen mirar al chico.
-No lo entiendo... yo sí los utilizaría para mi beneficio -Dice sonriendole, pero volviendo a girarse al camino para no perder de vista los otros carruajes -No solo por todo el bien que podrías hacer, ¡también por ti mismo!

Cuando Maddon afirmó que no usaría su don en contra de la voluntad de Haxow o de Seraphine, la chica le miró. - Lo sé, Maddon, confío en ti. - Dijo en un tono de voz suave y delicado.

Luego escuchó como Haxow dijo que él sí que usaría ese don para su beneficio y eso dejó a Seraphine intrigada. - Así que usarías el don para tu beneficio... ¿Para qué cosas lo usarías? Si hay algo que puedas compartir con nosotros, claro.- Rio la chica, su mirada era de pura curiosidad. Realmente le intrigaban los motivos por los que Haxow querría usarlo y aquello también era una manera de conocerle mejor. 

La sonrisa de Haxow se mantiene congelada un momento a las preguntas de Seraphine, como intentando decidir si contar la verdad o no. Después se ríe.
-Podría mentir y decir que haría que nos llevasen directamente hasta Las Medusas, pero mentiría... en parte -Dice, girandose hacia el frente, ya sea por controlar el camino o por evitar la mirada -Probablemente obligaría a mi madre a arrepentirse por todo lo que me hizo... y a rajarse la cara como me la rajó a mi -Después de esa confesión, aunque se rie suena tenso y veis como un escalofrío lo recorre antes de que deje de reirse.
-Lo siento, no quería estropear el ambiente, es solo que no soy tan buena persona como para fingir que no lo utilizaría si pudiera librarme de las consecuencias -Se encoge de hombros y mantiene la mirada alejada, ligeramente avergonzado por admitir ese tipo de cosas delante de dos personas que lo estaban tratando bien hasta momentos antes.

Las palabras de Haxow sobre usarlo en su propio beneficio me golpean como una almohada en una batalla dnocturna infantil. Seraphine sin embargo toma mis propias preguntas como suyas y finalmente Haxow se sincera soltando aquello sobre su madre. 

Doy un paso hacia él con una amarga sonrisa en la cara. Nuestros ojos oscuros se cruzan y pongo una mano en su hombro mientras digo:

- Las consecuencias siempre llegan amigo, para mal o para bien. Cada decisión que tomamos con nuestros dones o no, traen una consecuencia que ha de llegar tarde o temprano. Yo he salvado mi vida con mi don, consideré justo hacer pagar a quien me había traicionado a mi y mi familia y lo someti a dar su vida por mi, al mismo tiempo hice huir a mi hermana, su esposa para que no tuviera que presenciar nada de ello. Y el precio de la venganza sabe poco cuando todo lo demás ha Sido perdido, no me devuelve el amor de mi hermana que ya nunca me mirara con los mismos ojos, ni la vida de mis padres, mucho menos los campos y vides consumidos por las llamas. Solo me ha traído dolor y miedo, ese es el precio de usarlo en mi propio beneficio, y no quiero volver a pagarlo a menos que valga todo dolor. 

aunque le daba la espalda a Seraphine por lo que no podía ver su reacción, ella si podía escuchar todo lo que le decía a Haxow, la historia aunque no completa veía la luz y podían ahora hacerse una mejor idea de porque tenía usar mi don y porque lo consideraba una maldición, todo tenía un precio y era más caro cuando usabas un poder por encima de otros.

-Creo que eso que describes es una vida cualquiera -Dice, quitandose la mano de Maddon del hombro con suavidad-, no hice daño a mi padre y me abandonó, no hice daño a mi madre y me maltrató, no hice daño a nadie y me han tratado como a un animal toda mi vida -Por supuesto, no mira a nadie al hablar, no esta culpándose o culpando a nadie, tan solo diciendo lo que considera su verdad -. No digo que pienses como yo, pero no me digas que temes las consecuencias cuando no hay nada ni nadie usando una balanza para medir tus acciones y darte consecuencias ajustadas a ellos -En una pequeña pausa, Haxow toma aire, con el rostro enrojecido a parches ya que las cicatrices no le toman color, como si tuviera la cara cubierta de cuerdas.
-Puedes vivir con miedo a tu don si crees que es una maldición, nadie te va a obligar a usarlo... pero ¿sabes qué? Tienes un don maravilloso y precisamente por que tienes miedo deberias entrenarlo... cuanto más control tengas, más improbable es que vuelvas a usarlo sin darte cuenta y, de paso, aprovecharlo.

Pasados unos minutos Luisa come con algo menos de ansia y la conversación puede fluir un poco mejor. Poh la verdáh eh que no ce a'onde ehtá er citio eze, pero nozotrah emo venío dun citio la máh de lehos. Explica torpemente y con indicaciones imprecisas. Aunque ante la duda de la chica sabe bien qué responder. Tras mirar cariñosamente al aparatoso arma que lleva sobre el regazo responde sin apartarle la mirada. Er caxarro ehte eh lo unico que me quea de mi antigua vía. Yo anteh me dedicaba a cogéh xatarra de por hay. Un dia entremoh por donde er Palea tu sabeh, i me lo encontré por ai tirau, acín que lo cogí i me lo llevé pa la casa. Totáh, que se ve que noh vio un nota d'esoh i noh persiguió. Argunoh dia dehpueh vinieron unoh cuantoh a por nohotroh, i a mi me pillaron con er caxarro casi arreglau, le fartaban lah ruedah pa ponerlo a vendé. Totah, que como lo tenia en lah mano poh lo cogí i leh metí azín un zambobazo ¡PUM! Simula disparar el aparato teatralmente I en lo que ce lebantaban poh yo ya eché por patah sabeh?

Al escuchar ambas historias, Seraphine sintió una gran pena en su corazón. Los dos habían tenido que pasar un sufrimiento horrible. Ambos chicos tenían un gran pesar en sus corazones. Uno que Seraphine dudaba si jamás podrían llegar a curar. La chica había quedado tan apenada por la empatía que sentía hacia aquellos dos muchachos que sus ojos se tornaron vidriosos y se llenaron de lágrimas. 

-Siento mucho que ambos hayáis tenido que pasar por tanto dolor. No puedo ni imaginar lo que habréis sufrido. Y siento haberte preguntado Haxow y haber removido ese dolor, no era mi intención. El mundo está lleno de gente horrible y sin corazón- La chica que hace unos minutos había estado eufórica por el triunfo de Maddon, ahora estaba afligida y se sentó de nuevo. 

Luego, quiso aliviar el ambiente destensando un poco la situación y le dio la razón a Haxow en cierta manera. - Yo también pienso que tu don es una bendición Maddon, puedes hacer grandes cosas con él. Y como dice Haxow, sólo practicando podrás llegar a controlarlo. Yo te apoyaré y puedes contar conmigo. Ambos podéis, de hecho.- Esta vez, su sonrisa no era tan alegre como de costumbre, en ella se podía notar la melancolía que sentía.

El camino en silencio mientras Luisa comía se extendió durante un tiempo. El carro giró suavemente tras una pequeña loma y bajó la velocidad tras la bajada cuando llegaron a una zona plana antes de que Luisa comenzase a hablar. Arsa no parece estar prestando atención pero su nana deja de sonar cuando la oye, mirando de reojo un momento por encima de su hombro.
-Creo que está dormida... -Avisa, volviendo su vista al frente. Tras un pequeño silencio, Arsa suspira y comienza a hablar, dejando claro que para ella es complicado mantener una conversación tan cordial con alguien, pero que igualmente se esfuerza en ello.
-¿Qué disparas con eso? No he visto que cargues munición -Su voz duda en la última palabra, como si no estuviese segura de qué término es adecuado -¿Cómo sabías cargar esa cosa? -Añade con cierto interés.