Partida Rol por web

Poco después de despertarse en el bosque, Na'ir inspecciona el ovillo confeccionado con los restos de sus seres más queridos. Entre el sonido de las gotas cayendo sobre las grandes hojas de los arbustos, un susurro distante llega a las peludas orejas del Khajiit.

- Na'ir... Na'ir. Búscame en Solstheim. Aliméntame y obtendrás tu venganza.

En cuanto llegas a puerto, en Fuerte Frostmoth, una sensación extraña recorre tu cuerpo y, al tocar tu pecho para recomfortate, notas un bulto en tu ropaje que antes no estaba. Miras y te encuentras una nota:

Na'ir arrastra el cuerpo decapitado del lider de los bandidos por el bosque nevado hasta el altar de los tres daedras. Mientras lo hace, el cuerpo va tiñiendo de sangre el suelo, como un rastro señalando un festín para pestes y alimañas de todo tipo. El khajiit mira varias veces hacia el grupo de gente con el que viaja, tratando de asegurarse que nadie le sigue ni pone demasiada atención en lo que el cathay hace. Cuando llega hasta el altar, pone el cuerpo "boca arriba" frente a Namiira. Además de faltarle la cabeza, tiene el torax completamente abierto, exponiendo sus vísceras colgantes a la diosa encorvada.

Na'ir hunde las manos en el torso abierto y agarra intestinos y demás organos en sus dos grandes puños y los levanta hacia la figura

- Para tí la podredumbre de este bandido que otrora fue el lider de la banda. -dice hablando en ta'agra- Ahora no será más que pasto de tus huestes de carroñeros señora. Te otorgo este mundano obsequio para que bendigas mi viaje. Aun no sé qué quieres que busque con ellos mi señora -dice mirando una vez más hacia sus compañeros, ya ocultos bajo el manto de la noche- pero creo que este es de algún modo el camino. Si gustarais hacerme algún gesto, mi señora, el que sea, que me diga que realmente no me equivoco esteré eternamente agradecido... -dice esto mientras coloca las vísceras alrededor de las garras de la estatua, de manera que quedan enredadas en sangre y fluidos pútridos del cadaver.

- Na'ir... Na'ir...

El cathay escucha la misma voz que recuerda de aquél bosque donde juró lealtad a Namiira y, antes de que tenga tiempo a darse la vuelta, siente la presencia de la Principesa muy cerca, pegada a su espalda. La cabeza de Namiira se acerca suavemente al lado de la de Na'ir, por detras, hasta que se para justo al lado. El Khajiit es capaz de sentir el pómulo de Namiira con sus bigotes. Un susurro llega a su oído derecho.

- Bien hecho, Na'ir. Ahora, entrega este tomo a Yagrum Bagarn, él te ayudará. La araña te marcará el camino a seguir...

La Principesa de la Oscuridad se levanta y se dirige hacia el cuerpo. Mete su mano derecha por el torso del cadaver hasta cubrir todo su antebrazo. A continuación, lo levanta, lo mira durante unos segundos y lame la sangre que cae del cuello. En un pestañeo de Na'ir, la imagen de su Diosa y el cadaver desaparecen del altar, dejando sólo un humo virulento.

Na'ir mira hacia el charco de sangre donde había depositado el cuerpo y ve un libro.

https://drive.google.com/file/d/1xScoG6Lm5damU-j8zWbaVcF1tmhEBLcg/view?usp=sharing

Na'ir tiene todos los pelos del cuerpo erizados. La poderosa daedra va a ayudarle en su busqueda, y él está enormemente agradecido. Tanto como para otorgarle su vida, su todo. Pero Na'ir no es estupido. Sabe que la sombría señora tiene sus propios objetivos y que, al menos de momento, el no es más que un títere en su juego. Un juego realmente peligroso en el que se está involucrando. Pero todo es poco para vengar a su ...

Las lágrimas casi brotan de sus ojos y se pasa rápidamente el dorso de la mano por la cara para pararlas. No debe pensar en eso, no puede recordar sus nombres aun, es demasiado doloroso. Con las manos aún temblorosas por el encuentro con su señora se prepara rápidamente una pipa que enciende al momento. Da una honda y larga calada cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás hasta que los pulmones van llenando su mente de humo...

- Así está mejor -dice el khajiit exhalando el humo en parte por la naríz y mirando al cielo estrellado. Poco a poco, baja la cabeza y mira a la estatua, curiosamente limpia, de Namiira- Se hará como ordenéis mi señora. 

Recompuesto en parte, busca a su alrededor signos de la susodicha araña.

Na'ir mira en todas direcciones buscando una araña, pero no hay ni un alma a la vista. Prosigue examinando los alrededores del altar en busca de cualquier pista: huellas, tela de araña, restos de veneno, pelos... cualquier cosa que pueda identificar con un arácnido... pero no encuentra nada.

El khajiit confía en su señora y sabe que la araña, si no se muestra ahora, se mostrará cuando sea preciso para que Na'ir pueda llevar a cabo su cometido. Tras hacer un último gesto de respeto con la cabeza, vuelve con el grupo.