Sin pensarlo demasiado, Irina se soltó el cinturón y se lanzó hacia el paquete que estaba a punto de salir despedido de la nave. Si caía West no se lo perdonaría, él había confiado en ella y no podía defraudarlo. Viktor hizo un quiebro con los mandos del helicóptero para devolver la estabilidad a la cabina, la rusa agarró el paquete y a punto estuvo de caer al vacío de no ser por el grito y las manos de Zack, que la sujetaron de la bata. Esto, aplicado a los rápidos reflejos de Víktor, que giró la palanca de mando justo al lado contrario cuando vio como Irina se caía, hizo que la doctora aterrizase en la seguridad del interior con todo lo que tenía que proteger. Cuando el aparato siguió su camino en línea rectar saliendo del centro de la tormenta, todos pudieron volver a respirar tranquilos y Viktor soltó un suspiro.
- Ya ha terminado todo... - comentó Zack hundiéndose en el asiento.
- Nada termina hasta que estemos en tierra - comentó el ruso con sequedad mientras el helicóptero se alejaba de los laboratorios en dirección al espacio que los militares tenían habilitado para hacer aterrizar a los helicópteros de emergencia.
Diez minutos después, el aparato tomaba tierra y Zack bufaba más tranquilo. Irina se acercó entonces a Viktor,. que aún estaba en la cabina de mandos y le dio un abrazo.
- Gracias - susurró.
El piloto se quedó un momento aturdido, pero reaccionó al cabo de unos momentos y le dio unas palmaditas en la espalda a la rusa.
- De nada... - hizo una pausa larga, y remató la frase. - Habría hecho cualquier cosa por ti...
***
Tres horas después, Irina llegó a casa. Aunque intentó ayudar para atender a los heridos, West le dijo que tal oficio no era de su competencia por el momento, que debía ir a casa a descansar (y a guardar todo eso que él le había confiado) del mismo modo que tanto Zack como él iban a hacerlo. Viktor obtuvo un permiso especial y la acompañó hasta la puerta, no sin antes volver a recordarle que si volvía a ponerse en peligro, él estaría allí para salvarla.
Irina suspiró, estaba calada hasta los huesos y continuaba abrazando las bolsas, las carpetas y las demás cosas que West le había confiado. Las dejó caer, se metió en la ducha y se dio un baño de agua caliente antes de pillar un resfriado. Treinta minutos después, salió con ropa seca y se dedicó a ordenar y a secar el trabajo que West guardaba en una caja fuerte. Entonces recordó la llamada de Iván y buscó el teléfono entre sus cosas. Estaba mojado y tenía un golpe. A efectos prácticos se había quedado sin móvil.
Bueno, veamos, recapitulando:
a) Me quedo con I=6 y le dejo la I=1 a Dennett. Por otro lado, ¿Conservo las inspiraciones que no he gastado? Imagino que sí
b) Imagino que no gano PH
c) Willen se quedará con 3PH
d) Leonid obtiene I=6
e) ¿Renuevo los Rasgos? Si no es así, ¿cómo los renuevo?
f) Mis Facetas están así entonces: Mi trabajo en la base 1; Viktor, el piloto 3; El profesor West 3; Iván, el prometido 4; Padre controlador 5
Dioses... creo que el Adversario tiene muy a huevo el próximo conflicto xDDD
¡Muy bien, Avhin: has terminado tu primera Escena!
Te respondo a las preguntas:
a) Todos los Recursos que no has gastado los conservas, claro.
b) Tienes razón, no ganas PH. De hecho sólo ganas PH perdiendo como Adversaria o ganando como Aliada.
c) y d) Correcto, eso es lo que ganan ellos
e) No, no Renuevas aún los Rasgos: sólo se Renuevan cuando pierdes como Protagonista o cuando pierdes como Aliada. Y los Rasgos son posiblemente los Rescursos más valiosos del juego, por su escasez y por la posibilidad de Romper los dados
d) En realidad tus Facetas quedaron como están en la ficha de Irina, en el botón de personajes, con Ivan, el prometido a Riesgo 5. Pero, eso sí, como has ganado, tienes derecho a disminuir en 1 el riesgo de una de tus Facetas, que bien podría ser la de Iván.
Ya por la noche, Irina decidió que tenía que aclarar algunas cosas. Se había pasado dos semanas en la base sin hacer ninguna llamada y empezaba a procuparse. Además de eso, Iván la había llamado y se había cortado la comunicación. Decidió que tenía que aclararse la cabeza y como recordaba el número de su casa (la casa que iba a compartir con Iván después de la boda y que él mismo estaba usando ahora), marcó el teléfono.
Sin embargo, después de cinco tonos, saltó el contestador.
- Hola, somos Iván... e Irina - saltó ella misma desde atrás. Tras unas risas, el ruso continuó (hablando el ruso, claro) - En este momento no estamos, puedes dejar el mensaje después de la señal...
Irina tomó aire antes de hablar.
- Hola Iván, soy yo. Ha habido una tormenta en la base y justo cuando me has llamado se ha ido todo al traste, casi se nos cae encima el laboratorio. Me preguntaba cuándo ibas a venir y todo eso, me gustaría hablar contigo, pero hace semanas que no sé nada de ti. Espero oirte pronto, me gustaría mucho. Cuidate... te quiero... - dudó en el último momento, pero las palabras salieron solas. Suspiró y colgó, se puso un pijama y se metió en la cama.
Bueno, ahí va la nueva escena. Venga va, que está muy fácil ahora :D
¡Hola, Avhin! Yo estoy dispuesto a hacer de Adversario de nuevo (¡vaya sangría de PH!), pero dime una cosa, porque tengo varias ideas: ¿cuál es tu intención con esta Escena? ¿Seguirle la pist a Ivan, pero que el misterio no se resuelva aún? ¿Que no haya pasado nada muy extraño, pero que profundicemos en tu relación con Iván?
Yo diría que lo segundo, y más que profundizar... la idea era hacer evolucionar esa relación, tanto para bien como para mal ;)
(color)
Irina, desde su cama, observó la noche por la rendija que las cortinas dejaban entrever. La lluvia había remitido bastante desde que volviera del laboratorio pero sus sucesos estaban a flor de piel.
Se había duchado largo rato, pero no conseguía alejar el frío y entumecimiento de los huesos. Con la frazada hasta el cuello, como cuando era una niña pequeña, jugueteó con el movil, mirando las fotos: Iván, Zack, West... sentía algo extraño dentro de sí, un nudo en el estómago.
De pronto se dio cuenta de que volvía a tener señal. Podría llamar a quien quisiera...
cortesía de Willen ;)
A la mañana siguiente la luz del contestador seguía sin lucir: no había mensajes de llamadas que no hubiera atendido por el sueño. Era una mañana de sábado y, al no tener que ir a la base, se había permitido dormir hasta bien entradas las nueve de la mañana. Irina se sacudió de encima la impaciencia y el desasosiego que la embragaban cuando pensaba en Iván y se puso en pie: pocos minutos después se sentó frente al ordenador con una taza caliente entre ls manos.
En el exterior brillaba el sol con salvaje alegría: costaba creer que sólo hacía poco más de unas horas que Kemerovo había sido azotado por una tormenta que había sid capaz de dañar edificios y calzadas. Alrededor de la base donde trabajaba todo habría sido ruido, polvo y obras de la mañana a la noche, pero Irina tenía la suerte de encontrarse a distancia suficiente como para que los trabajos no resultaran perceptibles.
Así pues, dispuesta a pasar un día de relax, encendió su ordenador para revisar el correo tranquilamente. Encontró más o menos lo que esperaba: mensajes de las listas de correo profesionales a las que estaba apuntada, peticiones de grupos de investigación universitarios para que participase en simposiums, publicidad y seis o siete correos de amigas y compañeros de la facultad con los que mantenía contacto.
Y otro correo de "Dolorosa" Jack. Lo recordaba, era el extranjero que necesitaba una habitación.
¡¡¡Hola de otra vez, I. !!!!
Pocos días faltan para que yo vaya a Kemerovo, y me gustaría saber si podré usar tu habitación. Tengo muchas ganas e ilusión por este viaje, y seguro que con tú me queda mucho más dinero para disfrutarlo ;) Si me dices número de cuenta podré pagártela ya, si quieres, pero llegaré en unos días, como te dije. ¿Hasta pronto, entonces?
D. Jack
PD: Si me dices "sí", yo te llevaré un gran regalo, I. :P
PD2: Para que tú veas que yo no soy un chico extraño, te paso algunas fotos de mi viaje de hace unos días a S. Petersburgo.
Por debajo de las líneas podía verse la previsualización de las imágenes adjuntas. "Dolorosa" Jack debía de ser el chico que aparecía en todas ellas: alto y delgado, con el pelo rubio, a lo grunge, lanzaba una mirada cálida y sonriente al objetivo. La enorme y repleta mochila con la que cargaba acentuaba su falta de anchura, dándole una aire entre aniñado y femenino. Parecía un surfero de veinte años arrancado de las páginas de una manga. Una de las fotos estaba tomada frente a una gran iglesia, muy próxima a la universidad en la que había estudiado Irina, así que le dedicó unos segundos a revisarla. Las otras fotografías eran poses por el casco antiguo, y caminando con cara de agotamiento fingido por algunas cuestas, con la cámara puesta en escorzo para exagerar la pendiente...
Las dos últimas imágenes eran de Jack sentado en la terraza de un café, en compañía de otros extranjeros. A Irina le resultaron familares las mesas y las sombrillas cerradas de tela verde, así que prestó atención para trar de ubicar el lugar. Entonces lo vio: sentado a dos mesas, Iván aparecía junto a una mujer de melena oscura, riéndose. En la siguiente foto, que precía ser consecutiva, sus rostros se acercaban hasta el medio segundo antes de besarse, un momento de ojos cerrados y alientos mezclándose congelado en el tiempo.
Bueno, Avhin, pues ya sabes de qué va a ir el Conflicto :P
La amenza es contra Ivan, mi prometido 5, y las Facetas serán No es lo que parece 1, Corazón desgarrado 3 y Tenemos que hablar 5.
¡Bon profit!
Irina miró las fotos una y otra vez, intentando descubrir si realmente era Iván o solamente su imaginación le estaba jugando una mala pasada. Pero no, no era su imaginación, aquel muchacho era Iván... y no conocía de nada a la muchacha que lo acompañaba. Con angustia se levantó de la silla y caminó por el piso como un animal enjaulado, su ritmo cardíaco se había acelarado y sentía que se le agitaba la respìración. Sacudió la cabeza e inspiró profundamente varias veces. No, Iván no podía estar engañándola. No podía ser posible.
Sin embargo, atendiendo a los hechos, hacía más de dos semanas que no había llamado por teléfono e Irina tampoco sabía si finalmente su prometido vendría a la base tal como había prometido. ¿Era posible que ya no la quisiera? ¿Cabía la posiblidad de que hubiera decidido poner distancia para verse con otras mujeres?
Cogió el teléfono y marcó hasta tres veces antes de que dejara de temblarle el pulso. Inspiró de nuevo y marcó lentamente el número de su casa... después de cinco tonos, saltó el contestador.
Le entró angustia al escuchar las frases que habían grabado juntos y cuando sonó el pitido, Irina habló con un hilo de voz.
- ¿Iván? Hola... - se hizo silencio, reunió fuerzas para hablar sin que se le rompiera la voz. - ¿Podemos hablar? Es importante... si estás ahí, por favor, coge el teléfono. Sino... llamame cuando puedas, ¿vale?...
Esperó unos segundos, por si Iván estaba en casa...
Tirada: 1d6
Motivo: Iván
Dificultad: 5+
Resultado: 2 (Fracaso)
Bueno, ¿te puedes creer que no me acuerdo lo que tenía que hacer? xD
Si no recuerdo mal, había que tirar la faceta igual o por encima de la Faceta conflictiva (en este caso 5 o más)
Tiraré por Iván, mi prometido...
Que guay, un 2, ni me voy a molestar en gastar un PH para repetir la tirada xD
Adversario 1
Protagonista 2
Aliado, una ayudica...
Pero no debía de estar en casa. O tal vez sí lo estaba, pero no quiso contestar. Y de este modo, un sábado que se aventuraba si no dichoso, sí placentero, se convirtió en un calvario de nerviosa expectación. Ni la música ni la programación de la tele lograban distraerla, e Irina descubrió que aquella casa, tan alejada del San Petersburgo que Iván y ella compartieron, estaba repleta de retazos de él, ahora dolorosamente visibles: prendas que ella se había apropiado, como la camiseta azul con la que solía dormir; fotografías dispersas por corchos y marcos; libros también apropiados, como la serie de thrillers de Tom Clancy que tanto lo divertían y tanto sueño le provocaban a ella.
Pero lo más doloroso era mirar el anillo de su dedo, brillante como una lágrima...
¡Riiiiiing! El estruendo del timbre resonó por la casa, sumida en la quietud y el silencio. Había caído ya la noche, pero Irina no se había percatado, ensimismanda en su preocupación hasta el momento de dormirse. El el estupor de la somnolencia la abandonó en décimas de segundo, y recorrió la casa hasta el dormitorio, donde rebuscó rauda y frenética su móvil, perdido en el bolso.
- ¿Sí, dígame?- respondió Irina con nerviosismo: no reconocía el número que refulgía en la pantalla.
- Hola, Irina, soy yo, Iván-. No pudo evitar tragar saliva de forma audible. ¿Se habría dado cuenta?-. ¿Qué tal... estás? Han pasado dos semanas...
- Sí, dos semanas, más o menos-. Mierda, la estaba tanteando: reconocía su forma de hablar hasta el punto de poder imaginar cada uno de los gestos que estaría haciendo. Y ese comienzo era raro, una confirmación: Iván no era de los que se tragaban una afrenta, y dos semanas sin contacto, aunque las hubiera propiciado él con su enfado a causa del trabajo en base, no dejaría de verlas como una afrenta... a no ser que él fuera culpable de algo peor. De improviso ella recordó el paso tranquilo de do boxeadores que, caminando en círculos, lanzan ataques rápido y cortos para evaluar a su rival.
- Y... ¿no piensas decir nada sobre eso? Dos semanas en dignarte a dar señales de vida. ¡Pero cómo te atreves!-. Poco le había durado la cautela por encima de su orgullo herido.
¡Hola, Avhin! a ver, vamos a rolear esto un poco, para que sepa qué Faceta empezar a utilizar, ¿ok? De modo que no tiraré aún mi dado, pero responde un poco.
Y, sobre lo que decía de expresar las intenciones: mi propósito, si gano, es contar cómo Irina es avasallada y, sumisa, se traga su orgullo, se humilla, y le da la razón en todo a Iván.
El muchacho se quedó un tanto descolocado por las palabras de su prometida.
- ¿Eh... ? ¿Sobre qué exactamente te estás quejando? - respondió Iván un poco perdido.
- ¡Dos semanas! - saltó ella, más luego se calmó, resoplando por la nariz. En parte ella también había tenido la culpa, tampoco había llamado por teléfono porque estaba que él lo hiciera. ¿Había hecho mal actuando así? ¿Había dado lugar a todo aquello? - ¿Por qué no me has llamado en dos semanas? - dijo con un poco más de calma (y un tonto un poco más lastimero del que le hubiera gustado utilizar)
- Te llamé ayer y me cortaste... - saltó a la defensiva.
- Me quedé sin cobertura. ¿No escuchaste mi mensaje? Hubo una tormenta y se cortó todo...
Veamos, la última frase imagino que la dice Irina, y he tomado como referencia que la tormenta pasó el dia anterior, aunque ya no sé si fue así, corregidmelo si me he equivocado ;)
- ¡Ey, ey, Irina! eso no explica todo el tiempo de antes-, contraatacó Iván-. No fui yo quien se marchó abandonando a nadie, joder. que parece que te olvidas de que no nos vemos más por tu deseo, porque te importó más desplazarte allí que...
- ¿Que qué, Iván?-, cortó Irina, cegada por la ira y con la hiel de la injusticia atravesada en la garganta.
- Pues que yo, Irina, que yo, que me dejaste atrás sin contar conmigo-, concluyó Iván, con tono patético. Quizá demasiado.
- Mira, no me quieras hacer responsable a mí, porque ya hablamos...
- Sí, ya recuerdo lo que hablamos-, respondió envarado y orgulloso-. Pero para tí es más fácil. Siempre es más fácil para quien se va, que tiene una vida nueva que montar, que cambia una cosa por otras nuevas. Somos nosotros, los que nos quedamos atrás-, recalcó rezumando ira y retintín-, los que no tenemos nada para sustituiros. Es como levantarse sin un brazo, que antes estaba ahí y y no lo está... O como levantarse un día con el corazón desgarrado.
Parecía estar hablando con el alma en la boca, parecía destrozado al otro lado del hilo telefónico. Pero Irina, también rota por dentro, se debatía confusa, pues Iván nunca había sido la clase de hombre que hablara en esos términos. Siempre había sido firme, recto, divertido, pero no sentimental: eso no había ido con él; de hecho, no ocultaba su desprecio por esos descontroles emocionales. Así que podía haber cambiado, como decía. O podía estar manipulándola.
Tirada: 1d6
Motivo: Corazón desgarrado
Resultado: 3
Sí, al final la tormenta fue el día anterior, Avhin, después de la confusión :P.
Yo voy a usar y agotar Corazón desgarrado 3 para tirar mi dado. A ver como estoy de suerte :)
Un tres. Flojito, pero suficiente :)
Si no actúa nadie más, habré ganado yo.
Protagonista 2
Adversario 3
- No me vengas con esas... - murmuró Irina presa de la rabia. Sabía que Iván estaba intentando jugarsela, le estaba desviando el tema. - Te lo dije un millón de veces, te dije que tenías un sito aquí, para los dos, dónde empezar una nueva vida juntos... Maldita sea, que nos faltan dos meses para casarnos, joder... - de repente se quedó callada, sin saber muy bien que decir.
- Pero en lugar de quedarte aquí, has huído - recalcó él. - Eso significa que no quieres casarte conmigo.
- Joder Iván - estaba que se subía por las paredes. - Eres un gilipollas, ¿sabes? No pude conseguir ningún maldito trabajo allí en San Petesburgo, ¿porqué cojones crees que me vine al culo del mundo? Para poder pagar la casa en la que vamos a vivir. Pero bueno, ya veo que no va a hacer falta. No sé de qué te quejas, no sé porqué protestas con que me he ido y te he abandonado cuando está claro que mi marcha no te ha supuesto ninguna pérdida. Más bien al contrario, más bien parece que te he hecho un favor, para que puedas tirarte a todas esas amiguitas del trabajo que tanto te gustan... Y no me lo estoy inventando, sé que tienes una aventura, así que deja de tomarme por tonta de una vez, no te rebajes tanto...
Tirada: 1d6
Motivo: Restar
Dificultad: 3-
Resultado: 3 (Exito)
Bueno, como nadie me echa una mano (al cuello), voy a tener que continuar por mi misma...
Gasto PH y tiro de nuevo, esta vez voy a ver si resto el dado de Dennett
...
Perra suerte ¬¬
Gasto mi último rasgo, el de medicina forense, para romper mi dado y luego uso la I=6 para sustituir el valor. Es una mierdecilla, pero bueno...
Protagonista 1-6
Adversario 3
Iván no supo bien qué contestar, un ofendido Pero-- se le quedó colgado en la boca, con el teléfono en la mano. Lo apartó de su oreja un instante, resistiendo las ganas de destrozarlo contra el suelo, la pared...
#Ring-Ring# sonó el timbre, pero solo fue una cortesía, pues una llave giró en su puerta. Por supuesto, él sabía quién tenía llave, y quien llamaba por costumbre antes de entrar... necesitaba terminar esa conversación con Irina cuanto antes, y si era posible, sin perderla para siempre.
- Perfecto, esto me parece perfecto, Irina-, respondió Iván con un repelente tono de dignidad ofendida, mientras caminaba apresuradamente hacia el baño y cerraba con un portazo-. No sólo te escudas en cuernos que yo no te he puesto, sino que además empiezas a insultar y despotricar como una vulgar camarera... Creo que estás obcecada con algo, que sé yo, pero creo que se nos está yendo de las manos. Mira, esta misma tarde reservo billetes para llegar allí el lunes y que pasemos unos días juntos. Tienes razón-, susurró, ampliada la voz por las reverberaciones de azulejo-, estamos a punto de casarnos, tenemos que hablar.
Tirada: 1d6
Motivo: Tenemos que hablar
Resultado: 2
Tirada: 1d6
Motivo: Tenemos que hablar
Resultado: 6
Bueno, pues allá va una tirada, esta vez usando Tenemos que hablar 5 con mi dado... con los resultados asquerosos de siempre: un 2
Gasto un PH para repetir: un ¡6!
Protagonista 1-6
Adversario 6
Jojojo... Desde aquí hago un llamamiento al Mundo, que aún no ha invertido nada y que, por el módico precio de 1PH para Romper mi dado y una I=4 puede ayudarme a arrastar por el fango la dignidad de Irina durante la visita de Iván si continúa la Escena. Por supuesto, mi gratitud como Aliado y/o Mundo estaría asegurada... :P
Y una última cosa: para poder hacer esa tirada, Avhin, tienes que elegir una de los Rasgos de Irina con Riasgo 3 o más y subirlo un grado, así que adelámtanos dónde va a recibir Irina un palo al terminar la Escena :)
"Tenemos que hablar..."
¿Hablar de qué? Cuando escuchó aquella frase lo primero que pensó fue que no quería hablar de nada. Se sentía sin fuerzas para empezar una conversación, tenía miedo y no quería escuchar nada que tuviera que decirle Iván. Ya había empezado todo con aquella llamada y no quería terminarla cara a cara. Su prometido se había vuelto un extraño para ella y nunca pensó que acabaría teniendo una conversación como aquella.
Con la llegada del lunes, Irina había tenido mucho tiempo para pensar en esa conversación. Se sentía furiosa, se sentía ofendida, sentía que le habían tomado el pelo. Cuando entró en el laboratorio su ceño fruncido dejaba a las claras que estaba de muy mal humor. Para colmo no iba a poder concentrarse en sus últimas investigaciones porque estaba todo patas arriba todavía.
West estaba terminando de ordenar el material del laboratorio y Zack lo estaba ayundando. Irina dejó car el bolso de forma ruidosa, sin pretenderlo, y el profesor desvió la mirada hacia ella para dedicarle un saludo. Su gesto se volvió serio cuando vio la mirada de Irina y tras saludarla de forma cortés, le pidió que se acercara.
- Buenos días, Irina, ¿todo bien?
- Sí, perfecto - contestó de forma seca mientras buscaba su bata y su identificación para ponerse a trabajar cuanto antes.
Pues ahí está, un poco de colorcito antes de comenzar este conflicto ;)
West la observó durante un par de segundos de más, virtualmente impasible, aunque Irina supo ver lo que bullía en interior: no era un hombre acostumbrado a digerir modos hoscos. En todo caso era más propio de él prodigarlos. Pero la educación se impuso y le esbozó una sonrise superficial. Parecía cansado y estresado, como si estuviese a punto de perder la compostura.
- Bien, Irina, me alegro entonces-, dijo, sin dejar de traslucir que no era más cortesía-. Creo que hay algo que debo contarte. Para algunas de las investigaciones que estamos llevando a cabo vamos a necesitar un forense para que actúe como tal. En circunstancias usuales tú serías mi número uno, pero hay complicaciones.
- ¿Cuáles son?-, preguntó Irina intrigada al verse desplazada en su campo de improviso.
- Bueno, no son campos de estudio que tengan que ver directamente con lo que hacemos aquí-, señaló la estancia con los brazos-, día a dia. De hecho, nadie en la base conoce esos proyectos, aunque hay alguien que sí: Alexey Záitsev, tu padre. No sé qué lo impulsó a traerte, pero pienso que pretendía introducirte en todo esto. Sin embargo, de un tiempo a esta parte parece haberse arrepentido: debe de pensar que es demasiado peligroso, después de la riada... ¡Maldita sea!- gruñó con desaliento-. Ni siquiera se sabe si fue provocada... Así que se le ha ocurrido sustituirte, hacer venir a otra persona.
-¿A quién?-, preguntó Irina, con un escalofrío recorriéndola entera al intuir la respuesta, pues ¿a quién conocía su padre qu también fuera un forense capaz?
- A Iván Bogdánovich, tu prometido- dejó caer como una losa el doctor West-. Sé que no estáis pasando un buen momento por lo que te he oído hablar al teléfono, pero tienes la mala suerte de que sea el especilista más importante del pais. Esto me lo ha consultado Alexei antes de hacer nada, pero he querida saber qué es lo que tú prefieres, Irina.
Abraham quedó la espera de lo que la joven repondier, pero colocó su mano sobre la de ella afectuosamente mientras dejaba caer sobre ella una intensa mirada.