Partida Rol por web

El dolor es insoportable. Alexandra piensa en su padre y en que ojalá no esté viendo la televisión. Piensa en que podría haber ganado pero pusieron a ese muto enfrente suyo, con los ojos de su antiguo y fallecido compañero incrustados en la forma lobuna de esa cara de asesino sin compasión que es la criatura que ahora está terminando con su vida.

La única opción es huir. El muto apenas ha sido herido y ella en cambio está destrozada. Le da miedo quitarse las manos de la cara a pesar de que le escuece toda la piel, teme que al separarlas de su rostro la sangre que ahora la impide ver bañe el suelo con su tibieza. Tiene miedo de que la piel de su rostro haya sido arrancada de su lugar y ahora solamente sean colgajos sanguinolentos que caerán inevitablemente sobre el húmedo suelo.

Una víctima ya indefensa se muestra ante el muto, los Vigilantes que estén controlando la situación (y tal vez también en parte al animal) deben estar frotándose las manos con las imágenes macabras que podrán emitir durante el especial de hoy.
Pero el animal se abalanza sobre ella con tanta fuerza y deseos de matar que no consigue más que agujerear de nuevo el chaleco que porta la muchacha que se arrastra ahora por el suelo con ambas manos aún sobre su cara.

Es inútil... piensa Alexandra. Nota el peso del animal sobre ella y, aunque sabe que con el chaleco estará protegida, la muerte es inminente, está tan próxima que casi puede ver a su padre a unos pocos pasos, alargándole la mano para que se levante como si nada...

Un grito desgarrador sale de su garganta y aunque intenta moverse para que el animal se retire a un lado no lo consigue.

Esta vez el muto incrusta tanto sus dientes en la espalda de Alexandra que el olor a sangre hace que su ansia de ella aumente y no es hasta que el cañonazo suena que se aparta del cadáver.
Un aerodeslizador se acerca al lugar de la muerte de la tributo del Distrito 3 y el animal se escapa corriendo, sorprendentemente asustado por el ruido del motor del aparato que ahora se lleva su posibilidad de comer carne fresca hasta que encuentre otra víctima, ya sea animal o persona.