Ok Lucius, doy por sentado que así lo haces.
El guerrero se encuentra parado justo en la antigua sala en la que su amo, aquel clérigo de Aelyn solía torturar a los humanos renegados que caían en sus manos, aquel día como tantas otras veces, el guerrero era testigo y colaborador del sufrimiento causado a tan estúpidas criaturas que se atrevían a revelarse contra la todo poderosa Aelyn, una malévola sonrisa surcaba el rostro del guerrero ahora habituado a tan terribles practicas. Lentamente el clérigo rasgo la piel del prisionero en diferentes puntos, una y otra vez los delgados cortes hicieron gritar de sufrimiento al desdichado, los cortes eran practicados con toda intención para ser dolorosos pero no fatales, mil y un torturas se ensayaron aquella noche pero nada que no hubiese visto el fiel guardaespaldas antes, los ojos del prisionero se mantenían vendados todo el tiempo para que jamas supiese que era lo que seguía, la tortura duro días, el guerrero habituado no tuvo problema en ayudar a su amo, sus propia mano realizo varios de los actos mas infames practicados sobre la ya deshecha criatura, cuando por fin el hálito de la muerte era impostergable aun merced de las cualidades mágicas del clérigo, el amo retiro la venda de los ojos del prisionero listo para rematarle pero lentamente, el malévolo ente de Aelyn quería que su victima viera como la daga era enterrada en aquel punto vital en que su agonía seria mas larga y dolorosa, como era su costumbre el clérigo entrego el arma a Zenram como parte de su adiestramiento, como parte de las obligaciones de su fiel mascota.
El guerrero se acerco lentamente a su victima y con una sonrisa en los labios comenzó a encajar la daga en el humano que debido al dolor abrió los ojos en un lento grito de agonía que jamas salio de sus labios ya que lo que vieron los ojos del prisionero le helaron la sangre mas que cualquier tortura, reuniendo acopio de las casi nulas fuerzas vitales que aun mantenía con sigo el humano pronuncio tan solo dos silabas....
...Hijo...
Algo se rompió en la mente del guerrero, los recuerdos de su infancia se agolparon tan violentamente en su memoria que su mente no supo que hacer con ellos, por un segundo recordó a su padre, a su madre, los años felices a su lado, la tortura, los miles de hombres muertos por su causa, todo esto y mas rompió el pequeño lazo de cordura que había logrado tejer en su mente, los ojos de su victima pedían algo que solo su alma supo interpretar, con un rápido y violento movimiento hundió el rama hasta atravesarle por completo, su brazo entero perforo el cuerpo del humano extinguiendo su vida en un instante, cegado por el odio y el sufrimiento, el guerrero se giro sobre sus talones y se abalanzo sobre su amo.
El clérigo no supo que pasaba, su mente ágil le permitió pedir el auxilio de Aelyn y un potente rayo de luz oscura decenio sobre el guerrero rodeandole por completo, todo fue inútil el guerrero ya no sentía otro dolor que el de su alma y armado tan solo con la daga que aun permanecía en su mano atravesó de parte a parte el corazón de su amo, su daga se hundió hasta su corazón el cual no fue atravesado por la daga sino tomado por la mano del guerrero quien arranco el órgano vital con su poderosa mano y comenzó a devorarlo cual animal carroñero, uno tras otro el guerrero consumió los órganos vitales de su victima hasta que el cansancio le venció y todo se convirtió en nada mas que una pesadilla...
Una pesadilla como la de esta noche...
Que tal, vale para la clase :)