Partida Rol por web

Marcus se rasca el pelo algo nervioso y mientras suelta el brazo piensa. Balbucea unos sonidos y dice Bien, lo primero que tienes que saber es que yo solo soy una pieza mas del ajedrez. Y si te digo que ni siquiera yo mismo se porque estoy aqui no me creerias. Marcus con una señal quizas sin sentido hacia su receptor, se descorcha la camisa para enseñarte lo que parece una herida de disparo reciente. Por este balazo entre en el grupo y solo se que nosotros no somos los malos. Se vuelve a tapar la camisa y dice señalando un banco de fuera de la cafeteria Vamos alli. De camino al banco te dice Ese tal Abaldon se trae algun negocio entre manos y no precisamente es solo para sacar algo de dinero. Pero para ello debemos preguntarle a el mismo. Pitrelli, yo no puedo contarte mucho más, solo se que si estas con nosotros estas en el bando correcto. Ahora bien acabar con Abaldon no solucionaria el misterio, sino que preguntarle cual es su verdadero menester y asociacion con que o con quien seria de gran ayuda para investigar. Tenemos medios para sacarle toda la información que queramos. Solo necesitamos estar con el tipo un día. Asi que lo secuestraremos.

Marcus se vuelve a rascar la cabeza y se sienta en el banco, mirando a un lado y otro y dice Bien ya sabes lo suficiente para hacer el trabajo? o necesitas alguna información más?

Pitrelli permanece unos instantes pensativo. Parece como si todo aquello no acabase de encajar en sus esquemas.

-Entonces... no sé si lo he entendido bien, pero ¿quieres decir que Abaldon tiene alguna relación con esos temas de ocultismo y demás, y que está detrás de algo gordo? -Frunciendo el ceño, se pasa la mano por la cabeza casi afeitada, mientras sus ojos miran a un lado y a otro, como si ello le ayudase a pensar. -Está bien, está bien... creo que podré hacerlo. Así que... acepto el trato. -Mientras dice esto, vuelve a abrir la cartera y extrae el dossier que mostró a Marcus en la cafetería. -Espero que no te tomes a broma lo que tengo aquí. Llevo mucho tiempo trabajando en esto, haciendo muchas horas extras día y noche, y recortando tiempo de mi tesis doctoral. -Comenta mientras se lo tiende con recelo. -Se trata de una tecnología capaz de... bueno, míralo tú mismo, capaz de activar ciertas capacidades extrasensoriales de la mente humana. ¿Puedes imaginarlo? -Añade excitado. -Tal vez... no sé, un ejército de soldados precognitivos, que en todo momento pueden anticiparse a las acciones de su enemigo, o la capacidad para predecir la evolución de la bolsa de Wall Street. Por supuesto, la investigación está en pañales, pero quizá a tu organización le pueda interesar invertir en ello. -Mientras dice esto, escruta la reacción de Marcus ante sus palabras y los papeles, llenos de gráficas y fórmulas.

Marcus coge el documento y tras ver tantos graficos y figuras matematicas, hace una cara de aprension Pitrelli tienes claro sobre lo que tienes que hacer, ¿verdad?

Mira otra vez el documento detenidamente y tras unos minutos dice Pitrelli despues de que analice este documento me gustaría presentarte a los demas y podras explicarnos más a fondo tu trabajo. Pero recuerda tu cometido. Dame tu telefono y pronto tendras noticias nuestras.

Marcus se levanta del banco con la carpeta y se dirige sin decir nada más hacia la puerta..

Antes de que Marcus se aleje, Pitrelli alarga la mano con un rápido movimiento, para intentar cogerle desprevenido y conseguir el documento que le ha ofrecido a Marcus. Por supuesto que le gustaría que éste lo viese detenidamente, pero ¿dejar que se lo lleve? Ahí está toda su investigación, el esfuerzo de su sudor durante cientos de noches sin dormir.

-Claro que lo tengo claro, ¿me tomas por idiota? En cuanto al dossier... si crees que puede ser interesante, veamos si puedes concertarme una cita con tus superiores. Después de que te haya demostrado que puedes confiar en mí, claro. Pero, como comprenderás, no puedo dejar que te lleves una muestra de un trabajo tan personal, y que tanto esfuerzo me ha costado... -De forma un tanto artificial, le guiña un ojo.

Marcus mira bien a Pitrelli de arriba abajo y le dice mientras se quita el resto de saliva de las comisuras. Claro que podria concertar una cita con algún compañero mio. Pero yo no tengo jefe. Tenlo en cuenta. Señala a Pitrelli. Tengo tu telefono verdad? bueno pues cuando lo tenga hablado te llamo para quedar en algun lugar.

Marcus se aleja sin nada en las manos, abandonando el local.

Tras mirar impasible cómo la figura de Marcus se aleja, el joven matemático echa a andar, orgulloso, seguro de sí mismo. Aunque aún no ha conseguido nada, siente que ha llamado la atención de ese tipo, y lo considera como una victoria. Con paso lento, pero firme y seguro, vuelve a dirigirse de vuelta al laboratorio. Ahora mismo, todos esos papeles, documentos y libros le resultan tan insignificantes... Sin embargo, en un instante, vuelve a poner los pies en el suelo, de vuelta a la realidad. ¿Qué hacer ahora? Tiene un compromiso con Marcus y su "organización", pero sin embargo... Tina sigue pensando que alguien quiere matarle, y probablemente así sea, pero... ¿qué puede hacer él? Ahora tiene un aliado, probablemente mucho más fuerte, alguien a quien merece la pena tener contento.

Cuando llega a la puerta del laboratrio, evidentemente se la encuentra cerrada. Se choca una mano contra la frente, como gesto de frustración, por no haberse acordado. ¡Pero si hacía nada que había venido de allí, justo antes de hablar con Marcus! Comienza a caminar de vuelta, hacia el metro, para dirigirse a su apartamento, mientras va rumiando preocupados pensamientos.

-¿Cómo he podido permitirme este estúpido despiste? Este asunto de Abaldon y las sectas está consumiendo toda mi atención. Tal vez debería centrarme en la tesis, pero... aquí hay algo, hay futuro, lo presiento...

Ensimismado en sus propias disquisiciones, finalmente llega al poco acogedor apartamento, y tras una pequeña siesta de apenas veinte minutos, vuelve a colocarse frente al ordenador, como de costumbre. Un modelo geométrico da vueltas en su monitor, mientras Albert lo observa desde detrás de sus gafas con avidez. Parece que hay algún parámetro interesante... alargando la mano casi por inercia, coge un pequeño frasco de encima de la mesa, se deja caer una gota del líquido que contiene sobre el dedo, y se lo mete en la boca, extendiéndolo sobre la lengua. Reclinándose en su silla, se prepara para ahondar en los entresijos matemáticos de su modelo.