Eileen Caperucita Roja

Desde pequeña siempre has vivido con tu abuela, una mujer cariñosa a su manera, era algo temperamental y tosca, pero si duda te quería. Siempre, siempre fue muy estricta con que llevases aquella caperuza roja tan molesta. Te hizo sentir tanto miedo si te quitabas aquella caperuza, temías que pudiese ocurrir cualquier cosa mala.

Fuiste creciendo y cada vez te hacías más preguntas, como por ejemplo, donde estaban tus padres. Tu abuela siempre evitaba hablar del tema, era como si sacases algo oscuro de ella. 

A tus 16 años, conociste a un muchacho del pueblo llamado Jacob, el hijo del herrero. Era alto y fornido, bastante mono y empezaste a sentir cierta atracción hacia él y era correspondido. Durante el solsticio de verano, os escapasteis juntos de la fiesta. En un pequeño claro del bosque, comenzasteis a besaros y poco a poco sentíais como el deseo se apoderaba de vosotros. Él sin preguntar, te echó abajo la capucha y entonces todo se volvió oscuro...

Despertaste al día siguiente en mitad del bosque. Te sentías dolorida y confusa, no recordabas nada de que había pasado, tampoco veías a Jacob en ninguna parte. Pero había alguien cerca de ti, un hombre que rondaba por los treinta y muchos. Le reconociste, era el leñador llamado Sebastian que vivía cerca del pueblo. Te intentaste poner de pie, pero te dolía una de tus piernas, tenías un corte en ella.

El leñador después de asegurarse que estabas bien, te contó lo ocurrido. Cerca de aquí escuchó los gritos de auxilio de alguien, eran los gritos del hijo del herrero. Estaba acorralado por una especie de lobo enorme y monstruoso. Pero para cuando el llegó, la bestia se cobró la vida del joven. Él casi también sucumbió a aquella bestia, pero consiguió después de un duro combate, herirle en una de sus patas de manera tan profunda que le costaba moverse. 

Y es que era sabido, que este leñador tenía un hacha única, una de plata que cortaba todo lo que su filo tocase. No rebanó la pata de la bestia pero si hizo que cambiase de forma, a la de una joven, la joven que todos llamaban en el pueblo Caperucita Roja. Te llevó a casa como pudo y le contó lo sucedido a tu abuela, la cual ella después de quedarse casi en shock decidió contarte la verdad.

Resultaba que era una mujer loba, esa tu maldición casi desde tu nacimiento, lo único que te ponía a salvo a ti y a los demás era aquella caperuza, por eso su insistencia. Sebastian prometió no irse de la lengua, siempre y cuando juraras no quitarte la caperuza. No quería poner en peligro a sus dos hijos: Hansel y Gretel.

Conocidos

 Abuela: Siempre atenta, cariñosa, muy terca y siempre guardando secretos. Desde que tienes memoria ha cuidado de ti y sin ella no sabrías que hubiese sido de ti. Nunca te ha contado que ocurrió con tus padres y parece que no tiene intención de ello.

Sebastian el leñador:  Un hombre con un artilugio curioso, rara vez se le veía por el pueblo y mucho menos a sus hijos. Decían que desde que miró su mujer se volvió más huraño. Él conocía tu secreto y hasta hora para que no se lo contó a nadie.