Escucháis un sollozo que os hiela la sangre, una niña llorando resuena dentro de vosotros. Os suena familiar, es aquella voz que os habló antes de aparecer en el Nunca Jamás, en el País de las Maravillas o el lugar conocido como El Bosque Encantado.
-Ya es tarde, lo siento, lo siento mucho... todo va a desaparecer... Pero aún puedo hacer algo, algo para salvaros antes de que yo muera.
Todo comenzó a temblar y a cubrirse con un manto de oscuridad. De alguna manera, en vuestro interior sabíais que estaba pasando. Ese mundo se moría, iba a desparecer y con vosotros dentro.
Aurora, Mulan y Eileen vieron como aquel hombre con una túnica negra, alzaba su bastón con forma de cobra y reía triunfal. Entonces su cara relejó una expresión de puro horror. Volvió a levantar el cetro y no sucedió nada. Aquel hombre conocido como Jafar en una tierra lejanas, comprendió que no tenía escapatoria, que moriría junto aquel mundo y quienes lo habitaba. Entró en cólera y apuntó a Aurora, pero su magia no hizo efecto, algo había sucedido.
En otro lugar lejano, Wendy y Mariam se apresuraron por aquel pasillo subterráneo. El camino que habían tomado no les llevó donde querían, si no a una enorme habitación que seguramente era el de la Reina de Corazones. Escucharon latidos, fuertes latidos de un corazón. Debajo de la cama había un cofre de madera, en él se encontraba lo que buscaban, ¡el corazón de este mundo! Pero ya era tarde, el cofre cayó al suelo, ellas no podían sostenerlo ya.
Por último, Dantalion y Delilah fueron rodeados por los guaridas de la Reina Malvada. No había escapatoria, Hansel y Peter Pan tampoco ofrecieron resistencia, a pesar de ser jóvenes, sabían que ya no había forma de luchar. Delilah se alegró al ver que esos hombres traían a su tío o aquí conocido como el Pequeño John junto a algunos de sus hombres. Aunque la alegría duró poco, todos iban a ser ejecutados ahí mismo por una orden reciente de la Reina. Algunos cerraban los ojos y otros mantenían una mirada desafiantes a aquellos perros. Pero pasó algo que impidió que los ejecutase.
¡Buenos días Storybrooke! Soy Claire Simmos y hoy es 10 de Noviembre de 2015, hace un buen día y además ¡es la fiesta anual de pueblo! Espero que tengáis grandes planes pensador para hoy, porque yo si...
Hoy el pueblo amanece más animado que de costumbre por la fiesta anual y si es que algo se puede decir de Storybrooke, es que es un pueblo con habitantes felices en lo mayor posible. Aunque algunos habitante hoy se han despertado como si aquel sueño o pesadilla de esta noche hubiese sido real. Tan real que sentían que lo habían vivido realmente. Por suerte para ellos, Storybrooke no era un lugar tan aterrador con asesinatos y ejecuciones...y mucho menos que eran personajes de cuentos y habían viajado a otro mundo ¿pero que habían cenado para soñar eso? No, Storybrooke era un lugar tranquilo, era cierto que habían tenido pérdidas, tristes pérdidas de vecinos queridos durante este año, pero la vida continuaba. El pueblo estaba mucho mejor desde que Alice Lewis, antigua directora del orfanato del pueblo, se presentó a la alcaldía y ganó. Lleva muchos años en ese puesto y es porque a los ciudadanos de Storybrooke le gusta su gestión. Quizás era el lugar más aburrido del mundo, pero se vivía bien.
Había pasado un año desde la última fiesta, muchos cambios en la vidas de algunos. Como Dominique y William que decidieron mudarse a Francia, Scott se mudó a Nueva York para seguir escribiendo. Naxael triunfó en un programa de temas sobrenaturales en San Francisco. El padre Lawrence decidió que su trabajo en el pueblo acabó y debía emprender el camino de misionero. Kenneth por su parte, cogió sus ahorros y un buen día se marchó.
Dantalion comenzó su mañana como todas las mañanas, igual que siempre... quizás había algo de monotonía en su vida, pero hoy después de aquel sueño tan extraño lo agradecía. Hace poco descubrió su afición por el tiro con arco, quien iba a imaginar que era tan bueno en aquello. Algunos fines de semana se iba al bosque con un grupo de hombres que se hacían llamar "Los hombres alegres", quizás un nombre estúpido para Dantalion, pero se sentía como en casa por alguna extraña razón. Todo iba bien en la vida de Dantalion Dragwald.
Antye, como todas las mañanas se preparó para ir a clases y como siempre, su compañero Zacharias le esperaba fuera para ir juntos a clase. Era su mejor... ¿amigo? No estaba segura, la pelirroja tenía claro los sentimientos del chico hacia ella (y eso que a él le había costado abrirse). Aún así como todas las mañanas, se dirigió a clase junto a él, este era su último año en el instituto. Después vendrían grandes cambios, aunque este último año había tenido uno enorme y muy positivo. Sus padres habían vuelto al pueblo con sus dos hermanos John y Michael.
Raphaelle Lawler, era una de las personas que más habían madrugado hoy. Tenía que ocuparse de preparar el desayuno, Nick y Sally, sus hijastros tenían que ir a clase y ya habían un par de días que llegaban tarde, pero hoy no. Aunque fuesen los hijos que su marido tuviese con otra mujer, Rapha adoraba a esos críos y ellos a ella, aunque como todo comienzo, fue duro. Raphaelle desayunó con los niños, sabía que si no lo hacía Sebastian le regañaría, como hizo alguna vez un año atrás. Pero él pereció en un horrible accidente de tráfico y aunque a veces se sentía sola sin Sebastian, sus tres hijos le ayudaban a seguir adelante. Aunque ella a veces lo niegue, está feliz de pertenecer a una familia.
Dylan se dirigía como todas las mañanas al centro de animales refugiados que había fundado junto a Erick. El muchacho donó casi todo su capital para formar este centro. Casi todas las mañana Dylan traía algún animal herido para que pudiera recuperarse en condiciones en aquel lugar. Pero había un ritual que la mujer hacía cada día y era ir al bosque, donde siempre les esperaba unos zorros que ya tendrían un año de edad, eran los hijos de Lupin. Dylan los crió y procuró que creciesen sanos y fuertes. Ya no había señales de aquella bestia que atacaba a los animales por diversión, cosa que la muchacha agradecía, ya que como siempre a ella le gustaba perderse en su bosque y estar en contacto con la naturaleza.
Mariam, muy temprano, se dirigió como siempre a clases. Después de desayunar en el Granny's, cogió su camino habitual para coger las lustrosas manzanas de aquel árbol. Aunque aquella mañana sintió un escalofrío al coger la primera. Se dirigió a su clase y colocó cada manzana en la mesa de sus alumnos y se sentó a esperar que llegasen con una sonrisa afable. Hoy era la fiesta y había quedado con el sheriff Michael Wolf, al principio ese hombre le daba "miedo", pero con el tiempo... No era la primera vez que se iban a ver hoy y cada vez se sentía más segura con él, como si alguna vez le hubiese salvado la vida en una vida anterior.
Delilah se despertó hoy con un mal estar a causa de aquel sueño. Esto hizo, como si hubiese recibido alguna indicación, que aquella idea alocada volviese a su cabeza: salir del pueblo y triunfar fuera. Hoy era extraño, no sentía miedo... quizás ya estaba harta de axfirsiarse en aquel lugar, Storybrooke la trataba bien, pero no iba a triunfar aquí. Pero tenía que contárselo a alguien... Así que después de echarle de comer a su gato Cheshire, un gato gordo y vago que adoptó, llamó a su tío James. Su tío la animo a ello, no quería que se quedase aquí para siempre, su voz merecía ser escuchada en todos lados. Pero le pidió un favor y era verse hoy en la fiesta como despedida.
Eileen era otra de las personas que más tempranos se habían despertado hoy en el pueblo. Hoy con una sensación horrible por aquel sueño, de convertirse en una bestia asesina... Preparó el desayuno como y como siempre dejó algo para su compañero de piso Zach. Se dirigió al Black Rose para abrirlo a su clientela más fiel. Ahora era la dueña legítima de ese lugar, Kenneth se lo entregó hace casi un año y se fue a ver mundo, "estaba cansado de este pueblucho". Aunque Kenneth se fue, Eileen contrató hace 6 meses a un camarero llamado Barney Sallow. Poco a poco fue surgiendo amistad entre ellos y quizás algo más ¿Eileen empezó a sentir algo por aquel muchacho? Barney ese día se hizo tripas corazón e invitó a su jefa a ir a la fiesta de hoy ¿que haría Eileen?
El día fue pasando, se acercaba la hora de la fiesta y la plaza del pueblo comenzó a llenarse. Nadie parecía querer perderse hoy la fiesta, quizás necesitaban que algo les animase hoy después de aquel sueño o quizás sentían que hoy era una nueva etapa en sus vidas...
Podéis escribir un último post si lo preferís, el domingo pondré el broche final y el lunes cerraré la partida, dudicas y demás en off ^^
Y Si Rapha, tres, no me equivoqué ;)
De nuevo esa voz... esa voz que le provoca un calosfrío mientras recorre el pasillo junto a Mariam. Agarra con fuerza el mango de la espada aún cuando no ve peligro inminente, pero el hecho de que El País de las Maravillas vaya a desaparecer le opresiona el pecho de impotencia, pues eso significa que otros mundos tienen el mismo destino.
Wendy arriba junto a su compañera a la habitación de la Reina de Corazones. Aunque no es donde querían llegar, al escuchar el latido de ese corazón la alivia, pues parece ser que encontraron el corazón de este mundo; pero cuando quieren sujetarlo no han podido. Es demasiado tarde.
-Pero ya estamos aquí, ya lo encontramos.... ¿No podemos hacer nada? ...
El sonido de la alarma la despierta de su sueño. Los párpados de Antye son muy pesados y se los frota con delicadeza para no lastimarse. Aquello fue tan real que juraría que sí ocurrió, pero Storybrooke es un sitio tranquilo donde nada ocurría... ¿o sí? Se levanta con pesadez cuando es "tacleada" por Michael y detrás de él John diciendo que no debían molestar a su hermana mayor. La pelirroja abraza a los tres y se pone a jugar en la cama con las almohadas hasta que hablan sus padres indicando que el desayuno estaba listo.
El trío bajó en pijamas para pasar un buen momento en familia, pues cada uno debía realizar sus obligaciones y preguntándose si irían a festejar el aniversario del pueblo. Tuvieron el permiso, pero le dejaron claro a Antye que si iba por su cuenta debía regresar a tiempo. Ellos 4 estarían juntos, pero le dan la oportunidad a la joven de ir sola. Ella se pregunta por qué le decían eso cuando recuerda que Zack llegaría en cualquier momento. Los padres intuyen sus pensamientos y le sonríen, diciendo que debía cuidarse.
Antye se arregló y se despidió de todos indicando que los vería hasta la noche. Sale de su hogar (ahora ya puede decirle hogar) y ve a su compañero esperándola. Su corazón se acelera, tal vez por el sueño, tal vez porque sabe lo que ocurre entre ellos; aún así se acerca agitando un brazo y se coloca a su lado para caminar a la escuela. Platican de las cosas que han ocurrido en el pueblo y de los planes a futuro. Antye quiere estudiar la Universidad fuera y ser escritora, pero le interesa saber en qué piensa el chico, pues si le interesa ser esgrimista sería bastante bueno en ello.
Ya en el salón la pelirroja saluda a la maestra Mariam con más ahínco y también al resto de sus compañeros. Las clases acaban rápido gracias a la relatividad del tiempo y sin decir nada se lleva a Zack de la muñeca rumbo a la plaza mientras sonríe. Al arribar se sienta en una banca y le indica al chico que haga lo mismo, así pueden ver cómo los demás residentes del pueblo llegaban. Gracias al sueño, tiene ganas de ver a Raphaelle con sus hijos, a Eileen para saludarla y a Dylan para preguntarle cómo está. Aún le intimida un poco el señor Dragwald, pero sabiendo sus gustos por el Tiro con Arco y que se le ha visto practicándolo le indica la posibilidad de entablar una relación cordial con él y Delilah, a quien le desea éxito en sus sueños. De igual manera desea que la señorita Mariam sea feliz al lado del sheriff, pues parece que habrá algo entre ellos.
-Zack... tuve un sueño raro hoy... yo era Wendy de Peter Pan y tu Jack Corazones del País de las Maravillas.
Lo mira con intensidad y nerviosismo. Es ahora o nunca.
-Pasamos por tantas dificultades, pruebas y sufrimientos que... aunque haya sido algo onírico, me hizo ver algo-se le acerca aún más-. Los finales felices existen, porque los vamos construyendo a como queremos y por lo que deseamos-le toma la mano con calidez-, a pesar de todas las adversidades al final siempre habrá calma. Aunque nuestros corazones estén llenos de luz y oscuridad, debemos llegar a un punto de equilibrio.
Wendy se encoge los hombros y se empieza a ruborizar. Baja la vista un momento para tomar aire y después se centra en Zack de nuevo.
-Tengo a mi familia reunida de nuevo, a mis amigos, veo a los que quiero felices y... me gustaría no un final feliz, sino el comienzo de una nueva etapa.... contigo.
Sin previo aviso le da un beso en los labios. Aquél acto se le hizo familiar y lejano a la vez, pues ella siente algo muy profundo y fuerte por él. Su corazón se le acelera de nuevo y una sensación cálida la invade, por un momento olvida que están en la plaza celebrando el aniversario de Storybrooke y sus instintos sólo le indican que debe seguir. Sin embargo, recupera la compostura y se retira sonriendo del rostro del chico.
-Sé que lo tradicional es que el hombre le pida a la mujer esto, pero... ¿quieres ser mi novio?
Aquellas palabras la emocionan aún más, y entre alegría y nervios espera la respuesta de Zack.
... Me emocioné, y mucho xD como dijiste que sería un último post... pues acá lo tienes XD
Salvaremos a Dylan, sólo tenemos que rodear a Hook y quitarle el bastón a Jafar y, un momento…PIIII PIIIII PIIIIII cuidado Dylan! Grité, levantándome de la cama. Pero qué? Miré a mi alrededor, no estaba en nunca jamás, ni en la cueva de la calavera. Me tumbé de nuevo; un sueño, sólo había sido un sueño, un sueño de lo más extraño….
Jajajajaja. Reí un rato, no tenía ninguna bestia en mi interior, ni había matado a gente, ni mis amigas eran princesas o guerreras, y lo más importante, Zac no estaba en peligro, no estaba acusado de asesinato y no le buscaba medio pueblo clamando venganza. Que imaginación Eileen, que imaginación….
Me levanté de la cama, y lo primero que hice fue mirar la habitación de mi compañero de piso, estaba allí, dormido, ajeno a todo lo que le había pasado en mi extraño sueño. Cerré de nuevo la puerta con una extraña sensación, que estupidez! me había enamorado de él en mis sueños! Qué tontería! Eso no podía pasar nunca, yo era como su hermana mayor!
Me duché y desayuné; como siempre le preparé el desayuno a Zac y como siempre, le fui a despertar porque si no llegaría tarde a clase.
Zac! Como no te levantes llegarás tarde a clase. Entré en su habitación y me senté en el pico de su cama. Hoy he tenido un sueño muy extraño, tú estabas en peligro, y me alegra ver que estás bien, lo he pasado muy mal. Le di un fuerte abrazo y pasados unos segundos me separé. Bueno, no quiero ponerme sentimental por un sueño. Levanta si no quieres llegar tarde!!! Y oye, te quiero mucho! No fue un querer amoroso, más bien fraternal, aunque todavía tuviera esa extraña sensación en el pecho.
Hoy me había levantado más temprano que otras veces, y es que quería hacer algunas otras cosas antes de abrir el bar. Compré unas flores y fui a visitar la tumba de Sebastian. Y es que no sólo me había ayudado en mi sueño, si no que siempre había estado ahí para todos, incluida para mí, en todo momento. Le dejé las flores y me puse de rodillas. Hoy es un gran día Sebastian, me gustaría que estuvieras aquí para disfrutarlo con tus hijos, que por cierto, cada día están más grandes y guapos. He tenido un sueño muy extraño.... Le conté los últimos acontecimientos del pueblo y también algunos detalles de mi sueño, después me levanté, dispuesta a irme a abrir el bar de una vez.
De camino a mi bar, pasé por delante del Granny's, una de las pocas cosas buenas que me habían pasado en el sueño, era saber que la propietaria de ese bar era mi abuela. Otra tontería, yo no tenía familia y esa señora no era nada mío. Pero…..algo me empujó a entrar, a pedirle un café a esa señora y a hablar un rato con ella, antes de irme a mi propio bar. Fue una conversación corta, pero salí con una sonrisa en la cara. Que estupidez! Si esa señora no era nada mío.
Llegué al Black Rose un poco tarde, aunque por suerte mi camarero ya estaba allí y había abierto. Echaba de menos a Kenneth, pero sabía que estaba bien y eso me reconfortaba, bueno, eso y saber que ahora tenía un bar y era propietaria, además de mis propios empleados! Un chico muy guapo y muy simpático, el mejor camarero que podía tener.
Buenos días, Barney. Siento llegar tarde, hoy he ido a la tumba de Sebastian. él ya sabía que iba en ocasiones a dejarle flores y a hablar con él. Durante la mañana, él me pidió que fuera a la fiesta del pueblo con él, yo le sonreí y acepté. Cerramos el bar un rato antes de la fiesta, y nos fuimos a preparar.
El año pasado, había ido con un vestido largo a la fiesta, un vestido soso que ocultaba toda mi figura, pero esta vez sería diferente, iría con algo más provocativo y sexy, algo sugerente. El pueblo había cambiado y yo también, ahora sí que iba a dejar salir a la bestia que llevaba dentro. Pintalabios rojo, sombra de ojos, rímel, este collar, esta pulsera, estos pendientes….estos tacones. Madre mía Eileen, esta noche si Barney no cae en tus manos, es gay.
Cuando llegué al sitio donde habíamos quedado, él ya me estaba esperando… suspiré algo nerviosa, nunca me había puesto tan sexy y tenía algo de vergüenza; pero ya era tarde para echarme atrás. Hola Le saludé. Vamos? Estaba deseando llegar y ver a toda la gente que me importaba.
Puuuues aquí está mi final, y también me he emocionado :,,,,,,
La voz de su vecina interrumpe el sueño más horrible de su vida. El solo pensar en las cosas que había visto, oído y vivido en aquella distorsionada forma de realidad le traían un nudo a la garganta y su pecho se inundaba de una angustia sin igual que la paralizaba. Una de sus manos recorre el espacio vacío dónde estaría el pecho de Sebastian en una suave caricia. Aún ahora, tras tanto tiempo sin él, podía sentir su aroma al despertarse en la mañana y recordar de una manera casi palpable la textura de su piel. Sus caricias suaves mientras ella se hacía la dormida, y el beso de buenos días que le daba en la frente para fingir que no se daba cuenta. Después de casi un año, aún no entendía como podía haber alcanzado la felicidad absoluta y que le fuera arrebatada de las manos por algo tan absurdo como un accidente de tráfico, resultando tan efímera que de no ser por sus hijos, hubiese dudado que alguna vez ocurriera.
Raphaelle sabía que, luego de que Dominique desapareciera en Francia sin dar señales de vida, y que Maynard huyera de aquel lugar que ella consideraba su casa, volvía a ser la paria del pueblo. Esta vez, como en su adolescencia, muy poca gente podía considerarse amistosa, y de ellos ninguno un amigo. Pero habían tres personas, pequeñas personas, que la hacían levantarse cada mañana. Y esta mañana, como todas las otras, no había tiempo para lamentarse por lo que podría haber sido.
Lo primero, antes de ir a levantar a los niños, era una buena y larga ducha. Era el único momento que tenía para sí misma, tan adicta al trabajo como siempre y con la suma de un bebé y dos niños pequeños. Gael, Nick y Sally. Sonríe para sí misma mientras se viste, para luego mirarse al espejo. Lo que antes eran ojeras por juerga y el hospital, ahora son por el papel de madre soltera trabajadora. Y aunque a veces se preguntaba por qué había aceptado el cumplir ese rol, jamás se había arrepentido. Ella sería la mejor madre que esos niños pudieran tener. La madre que ella nunca había tenido. ¡Mierda, su madre! ¡Hoy era el día de las compras! Termina de vestirse rápidamente para salir corriendo escaleras abajo, donde Sally, bendita sea Sally, ya ha servido el desayuno para ella y su hermano mayor. Tan pronto baja, Hyde pone el hervidor para preparar la leche del más pequeño y se sienta con ellos. Un pequeño caos como siempre, pero un caos funcional, Rapha besa a todos antes de salir corriendo en dirección al hospital, tras dejarlos en manos de una niñera que los acompañe mientras ella no está.
Como todos los sábados, Raphaelle pasa por un almacén y hace las compras de comida de la semana, las que va a dejar a la casa de sus padres. Borrachos y drogados, como siempre, con la casa asquerosa y la ropa llena de vómito. Ni siquiera al saber que tendrían nietos habían cambiado. Pero aún así, con lo mucho que odiaba a esos desperdicios de seres humanos, no podía dejarlos morir así. A fin de cuentas, sabía que si no les llevaba comida no comerían, porque centavo que tenían era centavo que se gastaban en vicios.
Tras un intenso día de trabajo en el hospital, de correr de un lado a otro y de pacientes más tercos que ella misma, por fin logra desocuparse y pasar a casa para cambiarse, arreglar a los niños y salir de allí con ellos. Nick tenía el sentido de la moda de su padre, y contra eso no había nada que hacer. Se veía adorable, pero era un viejo chico. Sally tenía un gusto más infantil y clásico, y había preferido un vestido de tul blanco y pomposo, o como ella lo llamaba "un vestido de princesa". ¿Y quién era Rapha para decirle que ella no era una, cuando pensaba todo lo contrario? Lo que sí no podía discutirse, es que ese vestido terminaría siendo de cualquier otro color al final de la noche. Por último, como Gael era muy pequeño para tener opinión, estaba sometido a usar lo que le pusieran. Y Rapha lo usaba de muñequito, porque había ropa muy mona y ahora tenía oportunidad para abusar de él con esas cosas antes de que creciera y aprendiera la típica frase de "Peero mamáaaa". Eventualmente con un bebé en brazos y los otros dos tomados uno de su mano y el otro de mano de su hermana, logró salir camino a la plaza. Y aunque sentía un rechazo visceral por la fiesta y un miedo horrible, algo le decía que debían estar ahí. Solo hubiese deseado que Sebastian caminara a su lado también.
Mientras que andábamos por aquel camino mi corazón latía a mil por ahora y mas cuando el camino empezaba a terminarse y entrar en aquella habitación las dos, mire a Wendy ante de entrar... Se escuchaba al entrar un latido enorme por fin llegamos al lugar donde nosotras queríamos llegar... En aquella caja de madera se encontraba el corazón de la reina de los corazones de aquella bruja, pero se callo al suelo y no pudimos hacer nada para sostenerlo ... Por cosa del destino llegamos tarde y no pudimos hacer nada me sentí llena de rabia y de tristeza... cuando una lagrima de mi mejilla iba ha caer al suelo...
¡¡Pic Pic Pic Pic!! Abrí los ojos y me encontré en mi habitación aquel sonido del despertado hizo que abriera los ojos, mire bien mi habitación pues no sabia si realmente estaba donde estaba....Últimamente me despertaba en sitios muy raros.
Me fui al cuarto de baño me mire al espejo me limpie la cara y me preparare para salir como todos los días no pudiendo evitar pensar en el sueño que tuve esta noche, pero también con alivio pensando que solo se quedo en un sueño.... Me fui a desayunar como siempre ante de ir a las clases a Granny's . No se porque pero lo echaba de menos parecía muchos días sin ir... Entre por la puerta y como siempre - Buenos días- Con una amable sonrisa de Felicidad.
Tras desayunar allí me fui por mi camino para ir donde estaba los manzaneros aquellas manzanas rojas me encantaba.Pero a coger la primera manzana un enorme escalofrió recorrió por mi cuerpo, me quede quieta varios segundo y luego seguí con lo habitual. Me fui a mi clase y le coloque como siempre a todos mis alumno su manzana en sus mesa. Me senté luego en la mía esperándoles como habitualmente con mi sonrisa hacia ellos. Llegaron uno por uno y cuando estuviéramos todos empezábamos la clase, la clase fue tranquila. Y como siempre Antye y Zack hablando de un sueño que a mi me hacia familiar también. Me fui donde estaba ellos dos y le dije con forma amable y cariñosa -Silencio ahora estamos en clase hablar luego. Y les guiñe un ojo a ellos dos.
Y con ganas que llegarse una hora, pues hoy era la fiesta y había quedado con el señor Michael Wolf así que me encontré con el y a pesar que al principio me encontraba al lado suya insegura por su mirada y la manera de hablarme poco a poco me sentí estando bien a su lado y sobre todo segura. Tal vez en una vida anterior este hombre me salvaría la vida.
Tras encontrarme con el allí en la fiesta veía muchas caras conocidas, me fui donde estaba el - ¿Esperando mucho tiempo? Mariam se quedo hablando con Michael casi toda la noche tal vez quería conocer aquel hombre mas profundo, pues se sentía ha gusto con el.
El corazón me va a mil por hora, parece que se me va a salir de las entrañas. Es entonces cuando escucho la voz de Eileen, al menos moriría sabiendo que he hecho lo posible porque ella este bien.
- ¡Cuidado Dylan! - Dice alto y claro. Yo alzo mi espada, dispuesta a atacar pero de repente...
PI PI PI PI
Me despierto incrédula en la cama; ¿Todo había sido un sueño? ¡Más de esos sueños extraños que estaba teniendo últimamente! Dispuesta a contárselo a Eileen y Mariam salgo de mi casa poniéndome lo primero que pillo del armario.
- ¡Buenos días Smith! -le digo muy animada, pues ya no estaba en peligro de muerte y nada iba a desaparecer. Todo había sido un sueño... Al salir me encuentro para mi sorpresa a los cachorrillos de zorro, hijos del difunto Lupin. Se me encoge el corazón al pensar en él. Así que decido cuidarlos muy bien durante todas mi vida y crear un refugio de animales. Y lo consigo gracias a Erick, el perfecto Erick. Si no fuera por él mi vida no sería nada parecida a como lo es ahora.
Después de ver a los ya no cachorros de zorro como cada día, me paro un momento para comprare un precioso vestido pra la fiesta del pueblo antes de ir al refugio de animales, en el cual había llevado hacía un par de días una pobre jineta herida.
Entre vestido y vestido encuentro uno ideal para mi; verde y negro. Mi estilo de vestir estaba cambiando y poco a poco iba pasando de las prendas claras a las oscuras. La verdad es que me sentía muy bien a pesar de que muchos me decían si estaba depresiva por ir de aquel color. No lo estaba, ni mucho menos. Mi vida iba de lujo: Tenía un chico encantador a mi lado, un refugio para animales, un hombre que consideraba casi familia que me dejaba vivir en su casa, muchos animales que me querían y dos amigas maravillosas.
Al llegar la noche, me maquillé muy naturalmente (eso no había cambiado en mi) y me dirigí decidida a la fiesta, junto Smith al cual le había estado convenciendo para que me acompañara. Había pasado un año ya desde aquel sueño que hizo que valorara más mi vida y la de mis seres queridos.
Al llegar a la fiesta, estaba Erick esperándome y me acerqué a él, radiante.
- Hola mi querido Chip -Le digo dándole un meso cariñoso en la comisura del labio. A él era uno de los pocos a los que le había contado el sueño y desde entonces le llamaba Chip cariñosamente. -¿Listo para pasar una gran noche?
Sobresaltada, Delilah despertó en su cama y no en una cabaña en mitad de un bosque. Se llevó una mano al cuello y se lo acaricio, algo angustiada. Miró la botella de ron que tenía a su lado, en la mesilla y se levantó para vaciarla por el desagüe. Ese sueño había sido una especie de revelación para ella, no sabía muy bien qué significaba, pero... lo único que sabía es que su etapa allí había terminado. Debía marcharse de Storybrooke, su hogar durante tantos años.
Vació todo el alcohol que tenía en casa, no lo iba a necesitar allá a donde iba. Se sintió entonces fuerte, valiente y, por primera vez en mucho tiempo, dueña de su propia vida. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro al ver todas esas botellas vacías a los pies del lavabo. Las tiró todas a la basura y cerró la bolsa con decisión. Un maullido entonces la sorprendió por la espalda.
- Buenos días a ti también, Cheshire-saludó al gordo felino con su voz musical. Lo cogió en brazos y lo apretó ligeramente contra ella-. Hoy será un gran día.
Le puso de comer y ella se hizo el desayuno. Comenzaba a pensar qué iba a llevarse y qué iba a dejar aquí. Por un momento, pensó en dejarlo todo, dejar absolutamente todo atrás y empezar desde cero en otra ciudad, ¿o país? quién sabía, ahora mismo la propia Delilah estaba entusiasmada con la idea que tenía. Bendito sea ese mal sueño que tanto la atormentó y la asfixió.
Habló con su tío, no podía callarse algo así. Y él la apoyó, como siempre hacía, siempre estaba ahí para ella. Sin embargo, le pidió que se vieran esa noche en la fiesta del pueblo. Ella asistiría, pues siempre ofrecía un pequeño espectáculo a los pueblerinos, además, veía que cerrar su estancia allí con una canción era la manera más adecuada para ponerle punto y final a ese capítulo de su vida.
Se vistió y se arregló, dejó comida de sobra para Cheshire que dormía sobre el sofá. Lo acarició una vez antes de salir de su casa. Tomó aire y sonrió. Iba a disfrutar de la fiesta y mañana... mañana pondría rumbo a cualquier otro lugar, ¿Nueva York? ¿Los Ángeles? ¿Londres? ¿París? ¡Qué más daba! Fuera donde fuese, entraría pisando fuerte, entraría auténtica, capaz. Entraría siendo Delilah, lo que siempre había sido en el fondo y lo que, desde ese día, sería siempre.
Prepárate, Mundo.
Dantalion se despertó suavemente con el sonido de la alarma. Tranquilo y cálido en contraste con el viento de la mañana.
El extraño sueño que tuvo no le ayudó en absoluto a destruir la monotonía de la vida, pero bien es de reconocer que el sueño no terminó muy bien para nadie. El fin del mundo.
Y mientras más lo pensaba, el corazón tranquilo que amaneció abrazado por un el alivio de la fantasía siendo fantasía, rápidamente se tornaba en una ligeramente agitada angustia recordando al elemento que le había hablado sin palabras, al mundo que había muerto con su despertar.
Se vistió como siempre, su traje negro que por hoy parecía estar llevando con un nuevo significado de luto, aún si era por la muerte de una entidad de ensueño, una parte de él se negaba a ignorar la importancia su inexistencia. Es una trivialidad y excentricismo que se podía permitir, y el contraste con ese pensamiento le animaba a vivir más plenamente el nuevo día.
Sabiendo que cuando volviera al bosque con los ridículos "hombres alegres" y en compañía de su arco, la paz volvería a su mente y el atractivo de los días eternos estarían en todo su esplendor. Pues desde que andaba con ellos, la monotona y seria expresión de su rostro se transformó en una igualmente monótona pero apacible y suave sonrisa.
"Tal vez empiece a entrar a competencias de tiro para buscar una que otra emoción adicional... tal vez podría proponer organizar uno a la alcaldía." Y con ese pensamiento salió a vivir el nuevo día, maldiciéndose un momento por no pensar en proponerlo para la fiesta anual del pueblo.
Pero antes de terminar de olvidar, volvió, sacó una libreta, un lápiz, salió nuevamente y comenzó a escribir su sueño. Siendo psiquiatra, le interesaba por fines científicos... o al menos así se justificaba el sólo no querer olvidar lo sucedido.
Probablemente terminaría preguntándole a todo el mundo por cómo estaban sus vidas cual anciano que ve a sus nietos por primera vez en un año. O cuando menos, trataría de saludar y despedirse de todos.
Ya quedaban pocos minutos para que la fiesta comenzase oficialmente iniciada por el discurso de la alcaldesa. Todos los que llegaban empezaban a comer y a beber, hablar y reír entre ellos. Sentían que llevaba mucho sin hacer eso y este día despejaba el temor de aquellos sueños de hoy.
Un poco más apartados de la fiesta sobre un pequeño banco de piedra, estaban Zach y Antye - Que raro, Eileen me dijo lo mismo esta mañana... - contestó el muchacho, que ante la declaración de la muchacha de empezar una nueva etapa con él, el beso tan repentino y la declaración de la chica, Zacharias no pudo hacer otra cosa que ponerse bastante colorado. Aunque no tardó mucho en responder a la chica con otro beso.
Por su parte, Eileen encontró a su camarero favorito en la fiesta. Iba con un traje, algo que parecía que no le gustaba estar así. En una de sus manos llevaba un ramo de flores. Cuando vio a Eileen se quedó unos segudos sin habla -w-wow Eileen estás que rompes- se mordió el labio, nervioso - perdona si te molesta mi comentario, ¿vamos a tomar algo?- le ofreció el brazo, dispuesto a ir a disfrutar la fiesta.
Michael por su parte sonrió a Mariam cuando le vio llegar - solo lo justo- le contestó a la pregunta -estas preciosa ¿sabes? Ven, vamos a tomar algo. Esta noche libro, así que seré todo tuyo - con una leve sonrisa y un guió, se dirigió a por algo de beber para celebrar.
Por su parte Raphaelle fue a la fiesta acompañada de los tres niños. Los dos mayores le pidieron a Raphaelle ir con los demás críos a jugar. Después del permiso de Raphaelle, esta se quedó sola. Poco después se acercó a ella Jake Hunt, el cual la mujer encontraba algo familiar y cercano. Comenzaron hablar, más bien como amigos, no con intereses amorosos.
Erick rió al escuchar a Dylan -hola Bella Durmiente, pues supuesto que si - comenzó a andar hacia la fiesta -¿qué te apetece comer?
Dantalion se acercó por allí con la intención de despedirse. Encontró a su ridículo grupo de "Los hombres Alegres" por allí, riendo, comiendo y bebiendo. Aunque fueran un grupo de tarados, la verdad es que la fiesta en su compañía era agradable, hasta graciosa.
Por último Delilah que quedó en verse con James, pasó con rato con su tío en cual le dio el número de teléfono de un reputado caza talentos de Nueva York. Después del discurso emotivo de la alcaldesa (que año tras año era muy parecido) la chica rubia subió al escenario y comenzó a cantar una hermosa canción.
A lo lejos había un hombre observando la fiesta. Se trataba de Mr. Gold, que dibujó una leve sonrisa. Se dio la vuelta y marchó directo a su tienda. Entró en ella, siempre llena de trastos raros, espadas y vestidos de época. Se acercó en el mostrador donde había una hacha plateada, muy hermosa. La guardó dentro de una caja y después sacó un libro de debajo del mostrador. El título del libro era "Erase una vez". Abrió el libro por la última página y comenzó a leer.
"...Entonces la magia salvó a los héroes con sus últimas fuerzas, aunque los mundos de los héroes y ella acabasen por desparecer. Vivieron en un mundo en el que ellos eran solo parte de los libros y nunca sabrían quienes eran, la terrible verdad estaba oculta para ellos... Pero quizás, algún día la magia podría volver y sería cuando ellos podrían recordar. Hasta que ese momento llegase, seguirían atrapados en una mentira..."