Partida Rol por web

El hombre más mayor se cruzó de brazos, parecía estar analizando cada palabra que decíais - ¿Quién te ha dicho sobre ese sitio? Me gustaría saberlo, si no es un problema, Dantalion...

- Antes de venir pude entrar y salir sin problemas. Aunque no pasé la cerradura electrónica ni intenté abrirla. Creo que nuevamente mañana en la noche sería bueno y mejor si sólo lo sabemos los aquí presentes. Tantas cosas con la alcaldesa, revolucionarios y la loca reina de corazones me tienen un poco paranoico. -
Le contesto a Raphaelle, estirando los brazos, preparándome para poner de pié y retirarme si no teníamos nada más que hablar. Al fin y al cabo, me sentía medio impaciente y expectante por ver cómo resultaba todo este asunto.
- Confidencialidad de pacientes, señor Rosebud. Ya estoy confiando bastante pidiéndoles ayuda para allanar el hospital, pero si hicieran lo mismo y me dijeran quiénes son sus enemigos o gente a temer, evitaría pediros ayuda si mi fuente fuera uno de ellos, eso le puedo asegurar. - Le contesto luego a James, para agregar seriamente dando una mirada a los ojos a cada uno de ellos. - No romperé una promesa con esta persona por principios, así como no faltaré a mis palabras con ustedes. - La palabra de una persona es un tesoro. Y cuando uno mismo deja ir ese tesoro, no se recupera jamás.

¿Confidencialidad de pacientes? Debes estar jodiendo... Creo que tener a una perra psicopata matandonos acaba con eso... O al menos debería. - dice poniéndose las manos a la cintura - Te ayudaré como quieras, pero si alguien de los que liberamos deja algún desastre porque tú no quisiste darme más información, ya sabes lo que te espera, Dan. - lo amenaza mirándolo seriamente, cosa extraña considerando que en general la relación entre ellos era tan cordial como Rapha podía ser con otra persona.

No quiero sonar agresiva, solo quiero que entiendas... Hay mucho en juego. Y tienes que estar seguro de que tu secreto vale la pena el riesgo.

Un poco sorprendido ante la amenaza, la miro un momento más extrañado que asustado.

- Sin rencores. No creo estar protegiendo a nadie, si es lo que quieres decir. Al fin y al cabo, casi todo lo que yo sé que ustedes no es quién me contó lo que sé. Y el resto es probable que lo sepan y yo no sepa que ustedes lo saben. No creo que el o ella tenga ambición de poder, no creo que quiera mal al pueblo y parece tener rencor contra la alcaldesa. Nada más. -

Le contesto sin dar mucha importancia a su amenaza. Sé que mencionar a la loca esa debe ser como apretar una herida abierta en la doctora.
Me pongo de pié preparado para despedirme y retirarme si nadie me dice algo más.

¿Por qué es que este hombre siempre hablaba como acertijo? No entendía como podía trabajar en el ala psiquiátrica alguien que claramente pertenecía a ella como paciente, tampoco comprendía como alguien lo entendía al hablar, ni lo había entendido cuando estudiaba con él. Pero el tipo era inteligente, eso era innegable. 

Entiendo. Hablaremos de eso en otra ocasión. Nos vemos mañana en el hospital y vamos al ala abandonada... Que tengas una buena noche, Dan.

My Little Pony....

- Igualmente... Raphaelle. - Dudo un momento en decirle por su nombre, pues en general me incomodaban un poco ese tipo de gestos de confianza que dejaban ligeramente de lado la etiqueta. Y por ello me sale un poco taciturna dicha mención.
Pero era mi forma de darle apoyo, de tratar que entendiera que entiendo un poco su situación. Recién murió el doctor y ella ya parece estar tratando de mover el mundo.
Probablemente ella no entienda todo eso de un gesto tan discreto. Pero espero que la inusualidad en el acto tenga aunque sea un poco del efecto.
- Señores... - Les digo a los otros dos hombres a la distancia, haciendo una pequeña reverencia con la cabeza antes de retirarme.
Todo lo que me quedaba era ir a mi hogar a dormir.

Hoy, a pesar de que ha sido un día ocupado,  y de que te he culpado hasta de la caída de las Torres Gemelas, no he podido parar de pensar en una cosa: Lo que siento… ¿Realmente es lo que siento? No me malentiendas, no es que no te quiera. Te quiero, claro que sí. Mierda, si hasta te estoy dedicando lo más parecido a un rezo que he dicho, o pensado, en mi vida… pero lo entiendes ¿no? ¿Crees que si siguieras vivo te habría amado con tanta pasión? ¿Crees que te habría usado como estandarte para una guerra que no me interesaba hacía dos días? Yo… no estoy muy segura. De amarte, te amaría… Pero, ¿tanto? Ni siquiera sabía que un solo evento pudiese causar esta clase de dolor en alguien, y si no hubieras muerto no me habría enterado. Quizás si hubieses vivido nuestro fin como pareja hubiese sido inevitable, pronto y certero, o quizás hubiese sido un futuro agradable y aburrido como el que me imaginaba, de casita con cercas blancas y buzón de correo. Tú querrías eso. Tú tenías eso, ¿no? Con tu esposa, tu par de hijos… Por eso pareció adecuado devolverte con ella. Ella era tu verdadero amor, la mujer de tus sueños, no yo. Yo era… no sé qué mierda era. Estoy segura de que me quisiste mucho, hasta me amaste, pero no sé si hubiese sido así de seguir tu esposa viva. O si me hubieses conocido antes que a ella. En fin, no tiene sentido amargarse con todas esas cosas que nunca voy a saber… Me duele admitirlo, pero perteneces aquí, junto a ella. Estoy segura de que la extrañabas. Por como pasen las cosas aquí, no tienes que preocuparte… asumiendo que no seas solo un montón de carne sin conciencia al que le estoy hablando por pura desesperación. Voy a cuidar de ella como si fuera mía, mucho mejor de lo que me cuidaron a mí, mucho mejor de lo que yo misma me cuidé. Y apenas pueda, recuperaré a tu hijo. Son hermanos, deberían estar juntos… solo necesito el momento apropiado. Con respecto a las venganzas, sé que no te gustan, y que tú preferirías que todos volvieran, pero yo no soy tan buena como tú. No tengo la grandeza para perdonar algo así.  ¿Si fuese yo en esa tumba, lo harías tú? Aunque quizás no sea una buena comparación, tú no eras solo mi amor. Ni solo mi amor verdadero. Eras… un símbolo. Una esperanza. Como me imagino fuiste para todos los que alcanzaron a seguirte. ¿Quién va a poder lograr eso en la gente tan bien como tú? Ya debería irme, James y Erick deben estar aburridos ya. Solo… quería prometerte que me haré cargo de todo. Te lo debo. Te ame o no. 

Después de unos minutos de silencio, James se acerca a ti y te coloca la mano sobre el hombro- creo que deberíamos irnos ya, preciosa - mira a su alrededor, aunque solo consigue ver esa niebla tan espesa - si quieres, puedes venir al refugio a dormir, allí al menos no estarás sola... pero no hay alcohol, eso es lo malo - una sonrisa burlona se dibuja en su rostro- pero comprenderé que quieras estarlo. Ah y no te preocupes por Sally, está con Samantha. Cuando quieras verla, habla con ella.

Miró a James, recién notando algo que para el resto parecía obvio. Tendría que dormir sola. Normalmente le agradaba mucho más que dormir acompañada, pero el por qué tendría que dormir sola era como un puñal clavándose en su pecho. Asintió, tanto a lo de Samantha como a la oferta, y lo siguió. 

Pero a medio camino, paró. 

No quiero ir allí. Dormiré igual de sola, pero en una casa con más gente. La habitación seguirá siendo fría. 

Suspiró y se revolvió el pelo.

Tomaré mi propio camino, James. Gracias... Nos vemos mañana. - dijo para partir sin esperar respuesta.