Partida Rol por web

-Oh por la barca sagrada de Skypea, decidme que ESA PALANCA sirve para sacar este barco volador de aquí!... - Todos vieron la palanca que señalé. Como Mari Deepsea destapase más bultos de tela y ahí hubiesen más barcos voladores, no iba a tardar ni medio segundo en tirar de la palanca. Miraba todo lo que hubiera conectado a esa palanca con afán obsesivo, cables, cuerdas, tuercas, engranajes, lo que fuese! Quería uno de esos barcos voladores para m--- nosotros!... para la tripulación, por supuesto. Ya había dejado de importarme aquello del triángulo del bikini y el hecho de que no hubiera ni un alma a la vista. Mi fijación estaba en el / los barcos voladores, y el modo de sacarlos de allí.

Puede que Ayrina Prya no encontrara planos de aquella cosa, pero entre la oscuridad sus ojos se fijaron en una palanca anclada al suelo de aquel barco, -el barco de la marina de la sección científica, no del barco volador-, que quizás sirviera de algo o quizás no sirviera de nada.

Investigando un poco más aquella palanca en particular, esta pudo discernir sin siquiera tirar de ella cuál era el funcionamiento de la misma sin mayores problemas o comidas de coco.

Al parecer esta palanca estaba conectada a ambos lados del barco, tanto a estribor y a babor, y servía para abrirlos, dejando espacio suficiente como para que estos barcos voladores pudieran ser descargados.

Mientras Darra Mael investigaba el lugar, esta se encontró con una evidente falta de comida, de hecho ni siquiera habían restos o sobras de esta, simplemente todo estaba limpio, aunque no reluciente como una patena.

Investigando un poco, esta encontraría un cofre de tamaño medio que abrió para encontrarse con... nada. Al parecer también estaba vacío y aunque parecía bastante valioso, este estaba deteriorado con claros golpes y cortes.

Mientras revisaba este cofre, encontró una nota... quizás esta pudiera ayudarles a saber qué era lo que había pasado en aquel lugar...

...o no.

El Recluta Ayn Smith se pasará el resto de su vida limpiando las letrinas para poder pagar esto. Pero deja que te explique lo que ha hecho, el muy brillante, decide que lo mejor que puede hacer es curiosear dentro del cofre y al verla ahí y tras quejarse de la poca variedad del chef decide darle un bocado la fruta que había dentro.

Evidentemente el hombre luego de tragar escupe con asco, y trata de hacerse el tonto cuando lo confrontamos acerca del mordisco que tiene. Por lo que me vio obligado a atar a la cintura a todos los marines, científicos y ayudantes y... uno a uno tirarlos al agua.

No, la excusa de que se ponía nervioso y que no había aprendido a nadar no es algo que nos creamos mucho y, como no, cuando lo lanzamos al agua se hundió como una piedra. Ni pudo mover los brazos, como un martillo se fue al fondo.

Luego de tirar de la cuerda y sacarlo de ahí, empezamos a hacerle estudios para al menos sacar algo en claro de la fruta del diablo que se había comido y que habíamos requisado: "Kugutsu Kugutsu no mi", si toca a alguien este puede hablar por el, incluso en idiomas que no entiende.

Lo hemos probado con gaviotas y también funciona con animales. Incluso lo probó con la gaviota asada en mitad de la hora de la comida... hizo vomitar a tres de mis colegas científicos.

Dejo esta nota aquí como recordatorio para ti, Sr. Aspinach, de que lo pongas a hacer que los váteres canten acapella.

-Giulius Bort

Continuando con la investigación de los tres bultos ocultos tras la lona restantes, estos descubrieron que había otros dos "barcos voladores" más.

Estos tenían los números "1" y "4" (respectivamente) y parecían estar en un estado de abandono similar a "2".

Viendo que todo el mundo parecía estar bastante contento con lo que habían descubierto hasta ese momento, -o no-, la Capitana decidió acercarse también al enorme bulto que estaba cubierto detrás de la única lona que quedaba aún en pie, y antes de tirar por ella se dirigió hacia el grupo.

-Como Capitana que soy, -indicó recordando su título- apuesto a que detrás de esto está el Barco Volador 3. Es un sexto sentido que tengo yo como Capitana Pirata. ¿Alguien se apuesta algo?. ¿Deberíamos ver cómo ponerlos en marcha a ver si alguno funciona?... Aunque claro, aquí encerrados poco podemos hacer y arriba siguen las llamas...

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

2                                           1                                           4

Casi me da un jamacuco. De la subida y bajada de presión tuve que dejarme caer apoyándome con un brazo en un lado de uno de los barcos voladores. Mirando al suelo. *OH... los diseños, el material, la ergonomía, la evolución y las curvas, la flotabilidad, la ligereza del material... Era un sueño hecho realidad!!

Entonces me tambaleé como una zombie borracha hacia la palanca y sin pensarlo si quiera la activé.

Cuando Ayrina Prya tiró de aquella palanca, con un gran ruido tanto los portales a derecha como a izquierda de aquel gran barco de la marina científica se movieron, abriéndose para mostrar por un lado aquel mar lleno de niebla y por el otro, la cubierta del barco pirata, a una altura casi perfecta de pasar andando. - Por otro lado, también vieron a quienes estaban por ahí.

Mientras este grupo seguía hablando sobre lo que hacer y a la espera de que anclaran ambos barcos, para no separarse mientras el otro iba a la deriva; estos pudieron ver que tanto estribor como babor de aquel barco científico empezaba a moverse con un gran ruido, como si no fueran más que puertas de garaje, dejando ver el interior de la bodega. Allí pudieron ver a aquellas cuatro piratas entusiasmadas explorando, sanas y salvas, así como tres "barcos voladores" y algo oculto tras una gran lona.

-RATTHYYY!!! RAAAATHYYY!!! -  después de mover esa palanca que pareció que sí que abría las compuertas laterales del barco, vi al resto de la tripulación. Ayrina estaba pletórica y no se le quitaban los brillos de los ojos. Con ambos brazos hacía gestos exagerados sin cambiar la expresión de su cara. 

No sólo se veía un barco volador _{(la cosa esa verde tan bien dibujada por Monet)} sino tres!! 3 BARCOS VOLADORES!!! (y otro presumiblemente cubierto por una lona) había hasta de sobras por si querían abrirlo y hacerlo pedazos. No me enfadaría siempre y cuando hubiese uno intacto para poder usarlo yo nosotros, estudiarlo y saber cómo funcionaba.

Miro un poco decepcionada el cofre. Yo esperaba que hubiese algo, pero... ¿Cómo iba a haberlo en un barco abandonado? Ni siquiera he podido pegarme...

- Capitana, he encontrado una carta de un hombre, dicen que otro se comió la "Kugutsu Kugutsu no mi", ¿qué es eso?

Cuando estaba a punto de revelar lo que había detrás de esa última lona, Mary de Belleville fue sorprendida por Darra Mael que al parecer había encontrado algo interesante y que no comprendía exactamente qué era lo que había encontrado, o al menos lo que decía aquella carta.

-Pues es una fruta del diablo que haceeeee... -Tras alargar la "e" por unos cuantos segundos innecesarios-... cosas.

Ayrina seguía demasiado flipada tratando de encontrar el modo de llevarse uno de esos barcos voladores, y no recordaba mucho sobre frutas del diablo en esos momentos.

¿Qué es una fruta del diablo? Suena rico.