Partida Rol por web

El grupo conformado por el "Capitán" Ryu Kaiyo, el Alférez Kogane Tsumi y el Marine Lero no tardaría en llegar de vuelta a aquel denso bosque, aunque gracias a las indicaciones que les dieron, como el sonido de las campanas que todos ellos escucharon, pudieron ir directamente al lugar sin perderse entre la espesura del bosque.

La zona de la cantera distaba bastante de ser una cantera normal; puesto que todo alrededor del enorme muro de piedra hecho en aquella cordillera montañosa había sido cuidadosamente vallado y precintado, así como la presencia de atalayas y otras torres de vigía a lo largo y ancho de esta. En particular en la verja de entrada.

Detrás de aquella verja se podía ver el enorme agujero en el corazón de la cantera, el inicio de la que antaño fue una mina y que ahora había sido reconvertida en una base de la marina la cual contenía la estación de aquel tren marítimo tan famoso por el lugar.

Sin mayores problemas que el dolor de pies por atravesar el bosque, Alessio Narvaez no tardaría en llegar a la zona que querían ir; a fin de cuentas, esta se encontraba relativamente cerca de aquella zona en donde estos se encontraban escasos cuarenta minutos atrás, además era imposible de perderse. Tan solo tenía que ir hacia el Oeste y si llegaba a una playa, seguirla hasta esta zona rocosa.

Se escuchó el estallido de un rifle y ante los pies de Alessio Narvaez la tierra se levantó; realmente alguien había tratado de dispararle para que este se detuviera, y aunque el marine estuvo buscando por acto reflejo de dónde venían los disparos, la tiradora se presentó ante el saliendo de la atalaya más cercana a las verjas de la puerta.

-¡Otro más por aquí!. -Gritó en voz alta bastante sorprendida- ¡Kamekari!. Oh... cierto... -Tras decir aquello, la actitud animada de aquella muchacha cambió a una mucho más sombría y deprimente- Esta es una zona restringida, el Vicealmirante no quiere que nadie pase, sea quien sea. A no ser que le traiga un nosequé de la Iglesia... Si te das prisa quizás alcances a los otros y te puedas acoplar a ellos.

Desde el lado interior de aquella zona vallada y verjada había un claro rastro de sangre justo frente a la entrada de aquellas instalaciones, al aprecer alguien había perdido mucha sangre justo frente al portón. Aquellas manchas de sangre salpicaban el interior de la reja y salían hacia la tierra arenosa del exterior.

Pero qué carajo haces mujer, no ves que casi me das. No ves que soy un marine idiota. Dije protestando. Pues si busca algo que vaya el mismo, a buscarlo. Yo he venido aquí después de que nuestro barco ha sido atacado y hundido, con mi capitán. Del cual me separe en la jungla y de la cual salen muertos a atacar. Y quiere que vuelva allí. Tu vicecapitán esta como un cencerro, además yo no estoy bajo su mando y según las normas de la marina está obligado a ayudar. Dije señalando lo evidente.

El comentario de Alessio Narvaez no parecía impresionar en absoluto a la muchacha, la cual se quedó ahí sin hacer nada, mucho menos se acercó a aquella puerta para abrirla, al parecer le tenía una especial animadversión a la sola idea de acercarse y dejar pasar al hombre.

-No quiero que me pase como a Kamekari. -Comentó la muchacha alzando el arma contra el marine- Aléjate de la entrada y de la verja o dispararé. Puedes quedarte sentado a esperar si quieres a que vuelvan los otros, que al parecer son tus compañeros, porque han contado la misma historia que tú.

Pero tu estas mal de la cabeza, quieres que me quede a la intemperie con lo que está pasando. Desde cuándo, los marines de esta base se han relegado a ser meros extorsionadores, dije haciendo el símbolo de comillas, aunque todos sabíamos lo que les estaba llamando descaradamente (piratas), le saque el dedo y escupí en la verja. Recogí unas lianas cercanas y me subí al árbol más robusto de la zona y me dediqué a trenzar las lianas para hacer una cuerda.

Los comentarios del marine molestaron a aquella muchacha, la cual le respondió con muy mala gana, al parecer esta ya no tenía paciencia de antes, pero aquellos comentarios se la agotaron completamente, preparando su arma, martilleandola, esta se dispuso a disparar a la mínima oportunidad.

-Dame un motivo más y te vuelo los sesos. -Le dijo sin miramientos- A mi no me vengas con tus mierdas, que aquí todos estamos pasándolo mal. Acaban de ejecutar a mi compañero por tratar de ayudar a los otros que vinieron antes. A mi no me joderán con eso. Yo ya he dicho todo lo que sé y lo que puedes hacer, el resto es cosa tuya.

Aquel hombre claramente había tocado un tema bastante sensible a aquella muchacha, aunque teniendo en cuenta que además de sus palabras hirientes, le hizo una peineta directamente en su cara y escupió al suelo en un claro signo de desprecio absoluto. La situación no iba a ser mucho mejor con ella.

Por lo que alejándose, este se dispuso a continuar con un plan que eran un misterio para todos, excepto para este hombre en particular.

Busqué en las cercanías unas lianas y hay estaban unas de muy buena calidad, las agarre volví cerca de la base hasta llegar a un árbol que parecía robusto. Intenté subir, pero me caí de culo, Mierda que daño. Bueno no queda de otra. Me senté apoyándome en el árbol. Y empecé a trenzarlas para hacer una cuerda resistente, Si no me dejan pasar por las buenas lo hare por las malas.

Mientras trabajaba, de vez en cuando soltaba frases de canciones piratas, pero solo las partes que todo el mundo conoce, solo para sacar de quicio a esa mujer. Mientras estoy fuera de su rango de visión. Brindar compañeros, jojo... Mi única patria la mar… Jojo la botella de ron…

El Marinero desertor seguía a lo suyo, había logrado conseguir unas buenas lianas y las estaba manipulando a la perfección para hacer una cuerda lo suficientemente fuerte como para aguantar su peso sin romperse, lo único que le faltaba era algo de tiempo para poderla hacer un poco más larga, pues el proceso era lento y tedioso.

Tras preparar la cuerda, me pongo a tallar una rama para hacer un gancho, el cual atare la cuerda. Caminare discretamente entre los árboles, para buscar una zona donde poder escalar. No poder entrar, pero me quedare encima de la montañita.